Tres pilares son básicos para que el proceso de actualización del modelo socialista cubano suba un escalón en su espiral dialéctica: Estado, Ideología y Ciudadanía. La relación entre ellos determinará los niveles del salto o -hay que preverlo- el retroceso, incluso la caída. Lo advertía Fidel Castro Ruz al cumplirse el 60 aniversario de su […]
Tres pilares son básicos para que el proceso de actualización del modelo socialista cubano suba un escalón en su espiral dialéctica: Estado, Ideología y Ciudadanía.
La relación entre ellos determinará los niveles del salto o -hay que preverlo- el retroceso, incluso la caída. Lo advertía Fidel Castro Ruz al cumplirse el 60 aniversario de su ingreso a la Universidad de La Habana, el 17 de noviembre de 2005, en su discurso del Aula Magna: la Revolución puede ser destruida desde dentro. Desde dentro, también, debe fortalecerse. Desde su toma de posesión como Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro anunció que su misión no era debilitar el socialismo y así lo ha reiterado en sus intervenciones. Las transformaciones han de apuntar precisamente al apoyo, recuperación y fortalecimiento de las condiciones de tránsito bajo las agresivas medidas de bloqueo, asedio, boicot y difamación mediática.
Los resultados del debate popular alrededor del Proyecto de Lineamientos Económicos y Sociales, y su restructuración a través de las Comisiones, indican que el proceso de participación e intercambio entre la ciudadanía, las instituciones del Estado y el Partido Comunista de Cuba, no están tan lejos de lo posible ni son tan difíciles de reinstrumentar. Como la puesta en marcha de la actualización es paulatina, un nivel a plazos inmediatos y otro a largo plazo, la reflexión y preparación de todos, desde la masa a los cuadros, ha de aplicarse de manera constante, sobre la objetividad de los resultados concretos y en contraste de requisito con los propósitos y principios de la ética del socialismo.
Al ramificar en tríadas la tríada de pilares básicos, queda esta novena de aspectos a tener en cuenta:
1. Papel determinante del P.C.C. en el trazado político del destino de la nación y en la garantía de una recuperación ideológica de la masa
2. Humildad del P.C.C. para relacionarse con el pueblo que no milita en sus filas y democratizar los procesos de participación de la masa en las decisiones administrativas, tengan éstas incidencia nacional, regional o local.
3. Capacidad del P.C.C. para elevar el nivel ideológico de la población y recuperar el alto sentido de pertenencia y la voluntad de entrega que la transición socialista necesita.
4. Papel determinante del Estado como garante incondicional del principio de equilibrio social y redistribución socialista.
5. Disciplina inquebrantable de los aparatos burocráticos de Estado para democratizar los procesos de toma de decisiones de modo consensuado y dinámico y orientar la Planificación al desarrollo sostenible.
6. Capacidad de solución y racional eficiencia de las empresas estatales para no descargar en la inversión extranjera el peso fundamental de desarrollo del país y la nación socialista, y competir además como regulador eficaz con el crecimiento de la producción mercantil simple que el cuentapropismo y otros modos de asociación mixta pudieran desatar.
7. Papel determinante de la masa para integrarse como decisores y ejecutores directos de las políticas que el Estado implementa a través de sus órganos de Gobierno, desde la base hasta el más alto nivel.
8. Voluntad e iniciativa del pueblo para sobrepasar el sentido asistencialista, y sus causales conformistas, y trascender ciertos nudos de estancamiento en que se han visto sus relaciones individuales con las instituciones estatales.
9. Capacidad de la masa para reconocer el legado histórico de la Revolución y sus líderes, sin dejar de criticar lo erróneo y señalar lo que es necesario transformar en el futuro inmediato.
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