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[Crónicas sabatinas] Más acá y por debajo de la identidad étnica sobrecargada y del soberanismo excluyente y sus sistemas afines

De qué hablan realmente cuando hablan o escriben sobre la vía escocesa

Fuentes: Rebelión

Para Rodolfo Walsh, in memoriam et ad honorem, 40 años después de su Operación Masacre : «Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante, y el que comprendiendo no actúa, tendrá un lugar en la antología del llanto, no en la historia viva de […]


Para Rodolfo Walsh, in memoriam et ad honorem, 40 años después de su Operación Masacre : «Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante, y el que comprendiendo no actúa, tendrá un lugar en la antología del llanto, no en la historia viva de su tierra».

Para ser un movimiento que repite como un mantra que esto, la construcción de un nuevo estado, va de democracia, determinadas actuaciones de sus dirigentes y de algunos de sus publicistas producen sonrojo. No voy a volver sobre la falta de una mayoría social y política que legitime lo que se está haciendo: no existe por mucho que se empeñen quienes empujan hacia el desastre que se avecina. Dejemos de lado el retorcimiento de la historia para ajustarla a las necesidades del proyecto independentista. Obviemos el sectarismo informativo de los medios públicos y de aquellos que no sobrevivirían sin las subvenciones de la Generalitat. No tengamos en cuenta los libros que hacen la lista de traidores desde 1714, los ramalazos liganordistas de un sector no despreciable del movimiento ni los manifiestos que insultan a centenares de miles de personas que llegaron (ellos o sus padres) hace décadas a una Cataluña que no sería lo que es sin su esfuerzo, incluyendo el restablecimiento del autogobierno y la recuperación de la lengua. Olvidemos todo eso y centrémonos en el proyecto de consumar la «desconexión», es decir, de proclamar la independencia, violentando el reglamento del Parlament, impidiendo el debate, no solo parlamentario, sino también social, de una ley que permanece guardada bajo llave en un cajón, negociada a escondidas y de espaldas a una ciudadanía que será llevada al paraíso prometido sin que previamente nadie le haya explicado ni las condiciones del viaje ni el nuevo paisaje en que le tocará vivir ni los costes que habrá que pagar por la aventura. Efectivamente, esto va de democracia, y lo peor no es el atropello a la que la están sometiendo, sino lo que nos espera si se salen con la suya. Cuando el fin justifica los medios, solo cabe esperar lo peor. Y ahí estamos.

Francisco Morente (2017)

La televisión pública catalana es uno de los más poderosos instrumentos del movimiento soberanista. En efecto, sin sus incesantes campañas a favor de la independencia, difícilmente el movimiento habría adquirido la amplitud de masas que ha llegado a tener entre las clases medias atomizadas y despolitizadas cuyo principal y en ocasiones único medio de comunicación es TV3. El nombramiento de Sanchís revela que el Govern de la Generalitat quiere controlar con mano de hierro esta fase final del proceso y limitar aun más el ya escaso pluralismo de los medios de comunicación públicos de Catalunya. Se buscaría, pues, poner a punto la máquina propagandística cara a la movilización de las bases sociales del movimiento secesionista. En esta fase del conflicto se comprueba, una vez más, que el nacionalismo es una ideología sumamente peligrosa que, en último extremo, supone un peligro para los sistemas democráticos, al restringir los derechos y libertades de la ciudadanía ante el altar de la patria.

Antonio Santamaría (2017)

La fotografía, con la presencia estelar de uno de los máximos responsables del latrocinio persistente y generalizado del 3-4%, el hijo político elegido del gran estafador-manipulador, y dos de sus principales consejeras, una de ellas vicepresidenta de gobierno, no pide ni necesita comentarios. Se impone por sí misma y golpea nuestra mirada sin ningún miramiento. ¡Todo vale!, esa la consigna. O si prefieren: ¡para chulos nosotros!

Prometí la segunda parte del artículo «Interesado, calculado y planificado desplazamiento temático». Pero he alterado los planes. Disculpas. Lo esencial quedó apuntado: hablamos y discutimos sobre lo que ellos quieren hablar, jugamos en su terreno y casi siempre en su campo, y nos olvidamos o tendemos a olvidar de asuntos que rompen y disuelven todos sus vacíos, falsos y retóricos bla-bla-bla sobre la República de sonrisas y su más que hipócrita defensa del mal llamado estado del bienestar por gentes partidarias de un neoliberalismo extremo, vinculadas con mil lazos a lo que ellos mismos llaman «mundo de los negocios» o AEA, el ámbito de los emprendedores agresivos.

Las citas. Se puede decir con más detalle pero es difícil hacerlo mejor; el profesor de la UAB, de nuevo, pone los puntos sobre las íes: lo que llaman «proceso» es una estrategia antidemocrática que no cuenta con los avales ciudadanos necesarios y que usa cualquier truco a su alcance para generar lío, más lío, ruptura del demos común y desconexión. Con el apoyo, además, de grupos que se dicen de izquierdas, que hablaron del 55% de los votos y reconocieron la noche del 27S que el secesionismo había perdido las elecciones, los mismos colectivos que ahora diseñan y exhiben felices de conocerse a sí mismos papeletas de voto para el referéndum de secesión en catalán y aranés, sin ninguna referencia al castellano, una lengua de opresores, zafios, ignorantes y fascistas como es sabido.

Antonio Santamaría, por su parte, incide en uno de los instrumentos básicos del «procesismo»: su TV3 (nunca más ya «la nostra») y sus prolongaciones radiofónicas afines (incluyendo las retransmisiones del Barça de Puyal, cada día que pasa más nacionalista).

Cuatro apuntes previos a la «vía escocesa». Es el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, el que comentó en una entrevista publicada por El País el pasado lunes 20 de marzo lo siguiente: «Nosotros no nos quedamos con el lamento y la queja, porque eso es muy poco productivo. Echar las culpas a Madrid es muy poco edificante». Aparte del uso nacionalista, y según parece incorregible, de Madrid para no hablar de Madrid, esa es la supuesta postura de uno de los dirigentes ex convergentes más nacionalista-secesionista. Comprueben lo dicho en estos últimos meses y vean la distancia, medible en siglos-luz, entre lo que lo que se hace y lo que se dice, sobre todo cuando habla para los suyos.

Las chirigotas de Cádiz actuaron en el Liceo. Yo soy muy soso pero mi esposa-compañera, de orígenes sevillanos y gaditanos, ahí es ná, me convenció. Lleno total, exitazo. Los artistas, que pisaban por primera vez el teatro de ópera barcelonés, repitieron una y mil veces más la alegría que sentían por subir a ese escenario. Dio gusto oír la chirigota «Los del Planeta rojo, rojo, rojo», los ganadores de la última edición. En el palco de invitados las siguientes «autoridades». Arrimadas de Ciudadanos, Eduardo Reyes, de Junts pel sí, Juanjo Puigcorbé, de ERC. ¿Por qué no hubo ningún representante de la izquierda en Cataluña? ¿La hubo? ¿Dónde estaba? ¿Con acudir al Camp Nou, al palco de los negocios y contactos barceloneses, ya es suficiente? ¿Muchos, demasiados andaluces entre los asistentes? ¿No practican cultura catalana?

El penúltimo apunte: la contratación temporal crece más en el sector público que en el privado. El número de personas contratadas por la Administración catalana temporalmente ascendió a 87.600, un incremento del 24,1% respecto a 2015. Un informe de «ADAMS formación» señala que Cataluña es la comunidad autónoma con menor tasa de empleados públicos: 40 por cada 1.000 habitantes. En sanidad, Boi Ruiz, el del hacha, el amigo político del senyor Mas, ha causado destrozos de muy difícil corrección: Cataluña es la comunidad con menos efectivos dedicados a sanidad: 5,26 por cada 1.000 habitantes (media general: 10,51 por cada 1.000). Consecuencia: tras Madrid, es la comunidad con mayor número de seguros médicos privados. ¿Pueden hablar gentes así de la defensa de un potente Estado asistencial? ¿Nos querrán tomar el pelo? ¿Quién puede creerles?

El último: la CUP mostró en el Parlamento catalán su propuesta de papeletas de voto para el referéndum-desconexión unilateral. Están escritas en catalán y aranés, no en castellano. Se le preguntó a una de sus diputadas si había sido un error y no lo había sido. Su respuesta: catalán y aranás son los dos idiomas con los que queremos construir la República catalana independiente. ¿Ha quedado claro? ¿Han tomado nota los de «Súmate»?

El tema de hoy: ¿se qué hablan realmente cuando hablan o parecen hablar de la vía escocesa? De lo siguiente:

Hablan de urnas pero las urnas se han puesto en repetidas ocasiones en ciudades y pueblos de Cataluña y en una de las últimas ocasiones, el 27S de 2015, cuando por decisión propia ellos mismos convirtieron unas elecciones autonómicas en un plebiscito, perdieron la apuesta y el golpe.

Hablan de diálogo pero de lo que quieren realmente hablar es de lo suyo, de asuntos de poder y más poder. Para algunos, de todo el poder para los soviets hemos pasado, nos quieren hacer pasar, a todo el poder para los secesionistas y sus dirigentes neoliberales y afines (con ayudas inesperadas de una supuesta izquierda).

Hablan de democracia pero realmente de lo quieren hablar es de la destrucción-aniquilación, no democrática, de un demos común.

Hablan de solidaridad pero lo que sientan y piensan realmente es que ellos son la Europa rica, una Europa «muy alemana», muy del Norte y los otros, «los españoles», Madrid o el «Estado español» tal como hablan ellos de manera nada inocente, son una rémora, un país retrasado lleno de gentes sin preparación y muy poco modernas (al estilo y por la misma senda que las declaraciones de algunos políticos institucionales de la Europa del Norte).

Hablan de la vía escocesa pero no quieren escuchar palabras como éstas, formuladas por Fraser Thompson del SNP: «Ambas [Escocia-Inglaterra, Cataluña-España] situaciones son muy diferentes. Separar Escocia supondría romper una unión política entre dos naciones que ya estuvieron separadas«.

Hablan de transparencia y de procedimientos democráticos pero tienen guardados en un cajón, cerrado a cal y canto y a la vista de muy pocos, proyectos constitucionales que afectan a toda la sociedad.

Hablan de información veraz y contrastada pero sitúan como director de TV3 a un hooligang sectario del secesionismo que ha insultado a babor y a estribor, incluso a colectivos separatistas.

Hablan del derecho a decidir sabiendo que es un derecho inexistente y negando al mismo tiempo a la ciudadanía española, incluyendo por supuesto la catalana, decidir sobre asuntos tan esenciales como el TTIP.

Hablan de conversar y sólo hablan con los suyos para que les jaleen los oídos y les digan estrictamente lo que quieren oír.

Hablan de apoyo sin fisuras al Estado a Bienestar y durante sus años de gobierno han golpeado con insistencia conquistas obreras y ciudadanas, sobre todo la salud y la educación, sin olvidar lecciones inaugurales de su consejero de Economía donde hacía un llamamiento explícito a los empresarios asistentes para que acabaran con el estado asistencial y extendieran en el ámbito público el dominio de sus negocios y beneficios.

Hablan, lo citan presidente y vicepresidente en su artículo del pasado lunes en El País, del derecho de autodeterminación sabiendo, como saben, que la situación de Cataluña nada tiene que ver con relaciones coloniales o semicoloniales y que ningún sentido tiene tras casi 40 años de autonomía política.

Hablan de su cercanía al legado de Nelson Mandela, de su admiración por su figura, pero, en realidad, su cosmovisión política está ubicada a siglos-luz de distancia de la del dirigente sudafricano.

Hablan, aunque ahora sea con menos insistencia, de la España que explota a Cataluña o de España contra Cataluña, tergiversando la verdad e insultando a millones de conciudadanos que se sienten catalanes y españoles.

Hablan de acuerdos entre gente dialogante que dialoga mientras preparan, con nocturnidad y alevosía, leyes de desconexión que nadie ha votado.

Hablan en contra de la politización de la justicia y ellos son maestros ejemplares en estas operaciones.

Hablan de leyes y de respeto a las leyes cuando les conviene y se pasan una gran parte de ellas por la entrepierna.

Hablan de una Cataluña socialmente más justa, más equilibrada, cuando ellos mismos practican y defienden políticas que fomentan la desigualdad.

Hablan también, y con razón, de las políticas represivas del gobierno Rajoy (para ellos «Madrid», «España», «Estado español» en este caso) y olvidan las políticas incendiarias de su propio gobierno (recordemos la figura de Felip Puig Corcuera-Fernández), empujando todo lo que estuvo en su mano para que se encarcelara a jóvenes estudiantes que estuvieron durante más de 35 días en prisión preventiva (con posterior sentencia absolutoria) por participar en una huelga general.

Hablan de concordia y de aproximaciones entre gentes diversas cuando han estado durante unas cuatro décadas, de forma insistente, generando y abonando diferencias de ficción, distancias irrecuperables, separaciones inevitables, memes irreconciliables (con la ayuda de «grandes intelectuales» del país) y demás venenos antisociales.

Hablan de una Cataluña de todos y no dejan de apoyar y subvencionar a los suyos, mientras arrojan fuera del ámbito público al resto de la población.

Hablan de una Cataluña plural y quitan el pan y el oxígeno al castellano, al que consideran, rascando un poco, lengua impropia del país.

Hablan de la necesidad de una España diversa y, en cambio, sueñan y quieren construir una Cataluña uniforme.

Dicen defender la enseñanza pública mientras usan dinero de guarderías públicas para pagar a escuelas concertadas.

Hablan de modernidad y de sociedades avanzadas mientras están vertebrados realmente por un nacional-catolicismo catalán, molt català, que echa para atrás incluso a cristianos no radicales.

Hablan de la importancia de la educación pública, se llenan sus oídos con sus proclamas, y dos de cada tres escuelas nuevas del próximo curso 2017-2018 estarán en barracones.

Hablan de banderas de todos y dan empujones para cambiar símbolos consensuados durante décadas por esteladas que viven como la futura bandera del país independiente.

Hablan de respetar la opinión de todos y hacen todo lo posible para aplastar las voces que no les son afines, que apenas reconocen y suelen maltratar en sus medios informativos-intoxicativos.

En fin. Hablan, hablan, hablan y hablan, se las dan de demócratas, agitan supuestos derechos, se muestran muy modernos y dialogantes y lo que esconden realmente es una tenaz e inconmensurable lucha por el poder aprovechando lo que ellos consideran momentos difíciles del adversario. No les importa un carajo la situación del resto de ciudadanos españoles.

La izquierda, mientras tanto, muda o muy silenciosa, con alguna ligera crítica muy de cuando en cuando. ¿Alguna ilustración de la deriva político-cultural de la autodenominada nueva izquierda? Hay muchos ejemplos. Unos fragmentos de una entrevista del pasado 18 de marzo a Xavier Domènech, uno de los máximos responsables de los comunes y del nuevo proyecto de izquierda (nacionalista hay que añadir), puede servirnos de ilustración: 

«Estuvo en Bruselas buscando apoyos para un referéndum. ¿Cómo ha encontrado el clima al respecto?  XD: Bastante bien, nos recibieron una vicepresidenta y un vicepresidente del Parlamento Europeo y miembros de tres grandes grupos de la Cámara: los verdes, los socialistas y la izquierda unitaria. Acudimos para explicar el derecho a decidir, pero sobre todo para establecer marcos estables de diálogo, que consideramos que es lo que más falta le hace a Catalunya. Durante los últimos años hemos estado bastante faltos de esto.

¿Les vio receptivos a reconocer un referéndum, que es una de las condiciones que pone su partido para apoyarlo? XD: Hay diferentes posiciones. Algunas claramente favorables al derecho a decidir. Otras que más bien se preguntaban qué pueden hacer desde allí para desbloquear la situación, y eso también estuvo bien.

Desde En Comú siempre han hablado de una serie de requisitos para dar apoyo al referéndum, que se resumen en reconocimiento, garantías y participación. ¿Piensa que hay una forma de conseguir estas tres sin pactar el referéndum con el Estado? XD: Una cosa previa. No es que nosotros pidamos unas garantías, es que pensamos que para que un referéndum sea un referéndum tiene que cumplir una serie de características. Pero nosotros llevamos un año poniendo en el centro de la agenda política estatal el referéndum, un referéndum pactado. De hecho es lo que han firmado la CUP y JxSí, un manifiesto en el que aseguran querer un referéndum pactado, y han dicho que trabajarían para hacerlo. Nosotros hemos defendido esto, pero si la Generalitat de Catalunya tiene una propuesta que cumple esas garantías, la valoraremos.

Parece que considera que puede existir una propuesta desde la Generalitat que cumpla con las garantías sin ser la de un referéndum pactado con el Estado. ¿Es así? XD: Sí, claro que podría haber un modelo de referéndum no pactado que cumpliese garantías de este tipo. Por ejemplo con un reconocimiento internacional muy fuerte. Aunque claro, en ese caso acabaría siendo pactado, porque obligaría al Estado. Pero aquí el reto es conseguir un referéndum. Nosotros estamos trabajando por conseguirlo. No usamos hojas de ruta ni decimos que en dos meses pasará tal cosa.

[…] ¿A quién se ven más cercanos, al PSC o ERC? XD: El debate sobre la estrategia electoral no lo hemos abordado. Pero, en la medida que nos reivindicamos republicanos y de izquierdas, es cierto que podemos tener cierta afinidad con ERC. Pero también es cierto que en los últimos tiempos nos hemos alejado porque ERC ha hecho una apuesta muy clara, no táctica sino estratégica, de coalición o trabajo conjunto con Convergència. No tiene visos que abandonen esta apuesta. Cuando les hemos preguntado si tenían alguna intención de hacer alianza con nosotros nos han dicho que no. De hecho, dirigentes estatales han dicho que su principal adversario somos nosotros.

[…] ¿Es usted anticapitalista? XD: No me defino como anti. Las definiciones adversativas no son definiciones propositivas. Pero creo que el sistema económico, global, tiene síntomas de agotamiento clarísimos y que el reto que tendremos no será solo hacer justicia social sino pensar en modelos económicos que superen el capitalismo. También por eso nos llamamos comuns, por una vocación en la economía del bien común. Ahora bien, nada de esto tiene una respuesta rápida, es un proceso histórico, del que nosotros somos parte con mucha más gente.

¿Estas reflexiones-informaciones son un ejemplo del pensamiento de izquierdas de la nueva izquierda? ¿Ven alguna diferencia de calado, nuclear, con el discurso secesionista? ¿Algún cambio de paradigma que merezca nuestra atención?

Una línea distinta, aunque favorable a En Comú Podem, puede leerse en el artículo de Adrià Porta, «Dos modelos de país», del pasado miércoles 23 de marzo en El País. Cat. Sin embargo, se cierra con las siguientes palabras: «Porque no se trata de ganar elecciones, sino de plantear un modelo de país diferente: sin corrupción, que haga pagar más a quien más tiene, que proteja a la gente sencilla, feminista y ambientalmente sostenible. En definitiva, un país que reclame soberanía sobre todos los aspectos de la vida». País, aquí, refiere a Cataluña. ¿No habría que haber hablado también de solidaridad y de unión fraternal con el conjunto de pueblos españoles?

Una carta de agradecimiento del MOVIMIENTO IBÉRICO ANTINUCLEAR EN [no de ni por] CATALUÑA para ir cerrando:

«Querida amiga, querido amigo.

Hoy, día 20 de marzo, antes de que el Parlamento entre a debatir los presupuestos 2017, trámite que se realizará entre el 22 y el 24 de marzo, desde el Movimiento Ibérico Antinuclear en Cataluña hemos hecho llegar un mensaje a cada uno de los diputados y las diputadas del PP, Ciudadanos, CUP, PDECAT, ERC, PSC y CSQEP explicándolas los motivos que nos han impulsado a promover el MANIFIESTO: NOS OPONEMOS a LA LEGALIZACIÓN DE LA CONTAMINACIÓN RADIACTIVA, con un documento PDF con el nombre y las identificaciones genéricas de las 1.040 personas y entidades que lo habéis apoyado.

Hemos dejado claro que consideramos que el Capítulo séptimo supone, a la vez, el reconocimiento oficial y la regularización de los que el funcionamiento cotidiano de los reactores nucleares tiene impactos en la salud. Hemos explicado a los y las representantes que el «impuesto» es inaceptable, ya que significa que una actividad considerada un peligro para las personas, no es objeto de prohibición, estudio y eliminación progresiva; queda simplemente regulada con el «impuesto».

Con este mensaje te informamos que damos por finalizada la campaña que ha venido dictada por las limitaciones de tiempo de la dinámica parlamentaria y el mecanismo institucional de tramitación y aprobación de los presupuestos.

Vuestros apoyos, tanto los que provienen de personas anónimas, preocupadas por la radiactividad, como los de colectivos y profesionales de reconocida importancia en el campo de la salud y la ciencia que comparten la preocupación, han permitido romper parcialmente el silencio impuesto sobre el tema. Hemos puesto de manifiesto la distancia que, en determinados temas, existe entre la actividad de las personas democráticamente elegidas para representarnos y los intereses de la mayoría o el conjunto de la sociedad. Nos hubiera gustado que un tema de esta importancia para la salud y la calidad de vida de la población, hubiera sido objeto del debate público y social que merece. Por desgracia no ha sido así, y todo ha quedado reducido a un trámite administrativo e institucional dictado por las prioridades económicas.

En nuestro escrito, pedimos a cada diputado o diputada del PP, Ciudadanos, CUP, PDECAT, ERC, PSC y CSQEP que consideren el valor de tu apoyo, y el de las otras 1.039 personas y entidades, que todo ello le lleve a reflexionar, y que no voten a favor del Capítulo séptimo del Proyecto de Ley.

Gracias por la confianza que nos has demostrado, y os animamos a seguir apoyando ya participar activamente en el trabajo de resistencia a la energía nuclear. Un cordial saludo. 20 de marzo de 2017″.

Un texto complementario de MIA Cat, fechado éste el 22 de marzo, valorando positivamente la decisión final de CSQEP:

«El MIA Cat ha sabido, en las últimas horas, de la decisión de CSQEP de votar en contra del Capítulo séptimo de la Ley de Presupuestos y considera que, desde el más absoluto respeto a los motivos que les han llevado a tomarla, su voto negativo demuestra que la finalidad del PDECAT y ERC, grupos que presentaron la Ley de Presupuestos no es poner fin a los impactos ambientales y de salud que provoca la energía nuclear . El MIA Cat valora muy positivamente la decisión de CSQEP por lo que tiene de respeto y sintonía con el rechazo mayoritario de la sociedad de Cataluña a la energía nuclear, y considera que es un ejemplo de que hay que plantear una respuesta social y política a la presión de la industria nuclear y sus partidarios para alargar el funcionamiento de Ascó y Vandellòs 2 hasta el 2045 y 2047, respectivamente».

Con esta decisión, prosiguen, tomada desde su propia lógica política, CSQEP da un paso adelante para poner fin al funcionamiento de los siete reactores nucleares que funcionan en España, en la línea de la Proposición de Ley presentada por el grupo de Unidos Podemos en el Congreso de los diputados. Finalizan así: » Desde el MIA Cat llamamos a todo el tejido social ya todas las fuerzas políticas del Parlamento, especialmente a aquellas que han incluido el rechazo a la energía nuclear en sus programas electorales, a construir una red de resistencia que impida la renovación de los permisos de funcionamiento de Vandellòs 2 y Ascó 2020 y 2021, respectivamente» .

PS: Lo de TV3, el nombramiento de Vicent Sanchis, sigue coleando. Con razón desde luego, sin ninguna duda (http://www.eltriangle.eu/es/notices/2017/03/los-trabajadores-de-tv3reclaman-la-dimision-del-consejo-de-la-corporacion-7589.php). Comité de empresa y el consejo profesional de TV3 convocaron una asamblea de trabajadores para recibir al nuevo director del canal de televisión pública. La Asamblea ha aprobado unánimemente el manifiesto » TV3, Plural y para todo el mundo » y ha reclamado la dimisión del Consejo de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA). Los trabajadores recordaron que «desde el 1999 en TV3 y Catalunya Ràdio estamos reclamando al Parlamento que se acabe con la gubernamentalización y la partidización de los medios públicos, para homologar la Corporación a estándares democráticos europeos». En el manifiesto, los trabajadores indican que la mitad de los consejeros tienen el mandato «caducado» y que ya hace un año que no hay presidente del Consejo. Por este motivo instan al Parlamento a hacer «la renovación inmediata de los consejeros que han estado más años en la CCMA». También exigen las reformas legislativas necesarias para que los nombramientos de los directivos y de los directores se hagan a partir de los méritos profesionales de los candidatos, «y no bajo criterios exclusivos de afinidad con el gobierno de turno«. La Asamblea también ha reclamado una  reforma de las leyes del audiovisual, un presupuesto adecuado y suficiente para continuar siendo el motor del audiovisual de Cataluña, un contrato programa para los retos de futuro y más producción, para activar del todo la maquinaria de producción interna y renovar las parrillas para hacer contenidos nuevos y mejores, con el objetivo de atraer a los nuevos públicos. «Nos oponemos firmemente a ser un instrumento propagandístico de un partido político y exigimos que se hagan de una vez las reformas legislativas que garanticen al máximo la imparcialidad de los medios públicos, la independencia del gobierno y de los partidos, y que garanticen la apertura de los medios a la pluralidad de la ciudadanía», explica el manifiesto.

Antonio Santamaría ha hablado del nuevo director de TV3 en los términos siguientes, muy ajustados desde mi punto de vista:

«También en el bloque soberanista se están tomando medidas en previsión del inevitable choque de trenes final. Al día siguiente de la inhabilitación de Mas, Ortega y Rigau se ha puesto en marcha la tramitación parlamentaria de la reforma del reglamento de la Cámara catalana para permitir la aprobación exprés, sin enmiendas ni debate de la ley de desconexión. Ese mismo día se difundió la noticia que Vicent Sanchís, periodista de la vieja guardia pujolista, vicepresidente de Òmnium Cultural y que ahora como tertuliano se ha significado como defensor acrítico del procés y descalificando a todos los contrarios a la secesión en los términos más rudos. Así ha protagonizado en Catalunya Ràdio duros ataques a la CUP y broncos enfrentamientos con Gemma Galdón en la órbita de Podemos» (http://www.elviejotopo.com/topoexpress/inhabilitaciones-estados-excepcion/).

Un ejemplo de este fanatismo informativo, en este caso del programa 3/24, lo peor de lo peor, peor incluso de lo que podemos imaginar como pésimo: http://www.ccma.cat/tv3/alacarta/mes-324/entrevista-a-josep-maria-castella-membre-de-la-comissio-de-venecia/video/5657459/ Sumo otra sugerencia: Ignacio Martín Blanco, «Hasta aquí, TV3» El País, 22 de marzo de 2017, 14.

Una recomendación final: «Autodefensa ante la crisis sanitaria pública en Cataluña». Toni Barbará Molina (http://lamentable.org/autodefensa-ante-crisis-sanitaria-publica-cataluna/)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.