Traducido por Atenea Acevedo y Manuel Talens
Gilad Atzmon es un saxofonista de fama mundial, un músico profundamente apasionado por el humanismo y por todo lo que concierne al futuro del pueblo palestino. Ha escrito y publicado mucho sobre estos temas. Como exiliado, ex judío israelí y antiguo soldado del ejército de Israel, sus posiciones en el interior del violento discurso público sobre Palestina son relativamente únicas. Algunos grupos judíos sionistas lo acusan ferozmente de antisemita y sostienen que «se odia a sí mismo».
Atzmon rechaza la acusación de antisemitismo e insiste en que lo único que le interesa es hacer un análisis correcto y minucioso de la ideología que subyace a lo judío, en particular de cómo la noción de «pueblo elegido», a su parecer, ha dado lugar inexorablemente al auge del sionismo y a su desproporcionada influencia actual sobre los asuntos del mundo. Atzmon critica asimismo a la izquierda occidental, que según él ha fracasado a la hora de reconocer el alcance de la influencia sionista (personaliza dicha crítica en Noam Chomsky) y de no comprender que las sociedades islámicas son incompatibles con las ideologías marxistas/socialistas de Occidente, lo cual las convierte en inservibles para ellas. Esta entrevista trata de esos y otros asuntos. Muchas de las afirmaciones de Atzmon requerirían preguntas y comentarios adicionales, pero ojalá este intercambio sirva para ilustrar su interpretación de la realidad palestina y arroje luz sobre una perspectiva que suele recibir bastante menos atención.
Tras el asesinato y el secuestro de activistas desarmados en aguas internacionales por parte de Israel, el general Petraeus ha dicho que la situación [en Gaza] es ya insostenible. Incluso si de ninguna manera condenó los actos de Israel, ¿cree que éste puede ser el principio del fin del apoyo incondicional de USA a ese país?
En realidad es todo lo contrario. Es Israel quien abandona a USA. Los líderes israelíes se han dado cuenta de que con USA a sus espaldas el Estado judío no podrá llevar a cabo sus dos siguientes planes letales: la segunda Nakba y el desmantelamiento de la capacidad nuclear iraní. Israel sabe que si quiere mantener el poder regional de su «Estado sólo para judíos» debe limpiar étnicamente al resto de los palestinos. También está convencido de que su única posibilidad de sobrevivir en la región está en preservar una hegemonía nuclear. En estos momentos USA se lo pone difícil, trata de frenarlo. Creo que es Israel quien está avivando el conflicto en vez de verse implicado en él a su pesar.
Creo que usted infravalora algunos factores importantes. Nadie en su sano juicio puede dudar de que la obsesión de USA se deba al petróleo, al gas y a cuestiones estratégicas, en particular la cercanía de Rusia y China con respecto a dichos recursos.
Parece un razonamiento convincente, pero también podría preguntarse cuáles son los intereses usamericanos, quién los define y quién les da forma. Y la verdad es que el AIPAC (siglas en inglés del poderoso grupo de presión o lobby judío en USA) ha sido muy eficaz a la hora de concebir los intereses usamericanos; también sabemos que la doctrina de Wolfowitz se convirtió en la doctrina de Bush. Durante las últimas tres décadas los usamericanos fueron ajenos a la clara discrepancia existente entre un petróleo barato y la alianza con Israel. Quién sabe si empezarán a comprenderlo ahora.
Pero la familia de Bush también era y sigue siendo una dinastía del petróleo, con tantos vínculos, si no más, con los árabes como con los israelíes. Todo lo que USA ha hecho desde el principio de su denominada «guerra contra el terror» -y mucho antes- buscaba asegurarse el Oriente Próximo, la energía y otros recursos.
Eso es verdad. Pero también lo es que el AIPAC no interfiere en los asuntos políticos que no le incumben, a menos que afecten los intereses sionistas, israelíes o judíos. Sin embargo, los grupos de presión judíos en USA y en el Reino Unido se han las arreglado para que los discursos británico e imperial coincidan con sus necesidades e intereses. Desde el punto de vista usamericano, en vez de admitir que los soldados yanquis en realidad fueron enviados para luchasen en la guerra a favor de Israel, dijeron que morían en nombre del intervencionismo moral y de la democracia. Iban a «liberar al pueblo iraquí». ¡Maravilloso! El petróleo y los intereses israelíes eran asuntos secundarios. Como es bien sabido, el precio del petróleo no bajó después de 2003. Y ello a pesar de que Sadam Husein, el enemigo más encarnizado de Israel, había sido depuesto. A la larga, este plan tampoco ha funcionado para Israel: Irán se ha convertido en el principal e incontestado poder musulmán. Ojalá pronto se convierta también en un superpoder nuclear, lo cual disuadiría a los israelíes de llevar a cabo sus interminables aspiraciones imperiales.
Para alcanzar sus objetivos en la región, USA y sus aliados no tenían más remedio que convertir a Israel en la inmensa amenaza militar que ha llegado a ser. Ningún otro país de Oriente Próximo les servía para esto. La realización de las ambiciones sionistas de Israel era, y todavía es, algo secundario para USA, a pesar de los relativamente poderosos lobbies israelíes.
No estoy tan seguro de eso. En realidad creo que los lobbies sionistas se las han arreglado para destruir el imperio usamericano. La crisis crediticia fue un puñetazo sionista. Greenspan creó una burbuja económica para desviar la atención de las guerras de Wolfowitz. Los sionistas han ido derribando todas las superpotencias a las que se han aliado. Gran Bretaña, Francia y ahora USA. Deberá usted admitir que la «guerra contra el terror» en realidad fue una guerra sionista contra el islam, una batalla que favoreció los intereses israelíes.
A Israel lo han financiado y ayudado para que desarrolle un arsenal nuclear que cuenta con varios centenares de ojivas, mientras que a los iraníes, que no tienen ni una sola, pero sí mucho petróleo, se los considera una amenaza para la paz mundial. Francamente, en tales circunstancias estaría justificado si los iraníes y otros pensasen que necesitan algunos medios para defenderse contra la verdadera y única amenaza actual y contra los que, de hecho, están siendo los más provocadores, además de cometiendo la mayoría de los asesinatos: USA e Israel.
Correcto. Desde una perspectiva iraní, la capacidad militar nuclear es un medio defensivo. Los iraníes están constantemente bajo una amenaza nuclear, al igual que el resto de los países de la región y de fuera de ésta.
Gran Bretaña y USA no se meten en ninguna guerra que no desean, ni siquiera las justificables, a menos que haya un porcentaje para ellos.
¿Está usted segura o se trata de algo que todos queremos creer? La verdad es que tanto en Gran Bretaña como en USA los partidos políticos están excesivamente financiados por grupos de presión israelíes. Haim Saban, el multimillonario israelí encargado de recaudar fondos para el Partido Demócrata usamericano, dijo el año pasado que la mejor manera de influir a USA es invirtiendo fondos en la política, los medios de comunicación y los think tank. Ya lo ve. Incluso los «intereses usamericanos» no son más que falsos intereses una vez manipulados para adaptarlos a lo que realmente son intereses israelíes. Al fin y al cabo, es mucho más barato comprar a un político occidental que comprar un tanque. Es mucho más barato reclutar a un «nuevo amigo de Israel» que pilotar un F15 durante una hora.
Israel es esencialmente una creación de los británicos y otros poderes europeos que, incluso entonces, tenían ya el petróleo en mente.
Ése es otro de los mitos en que algunos como Chomsky quieren que creamos. A decir verdad, lo que buscaba la Declaración de Balfour era que USA entrase en la guerra. Su objetivo era que los banqueros alemanes y judíos rusos se pasasen del bando de Alemania al de Gran Bretaña para poder financiar la nueva guerra usamericana. Amos Alon describe un capítulo vergonzoso de la historia judía en su monumental libro The Pity of It All. De hecho, funcionó para los británicos. Dos meses después de la declaración, USA estaba en la guerra. Aquello no tuvo nada que ver con el petróleo. Fue otra guerra financiada por un lobby judío.
Igual que suele pasar con otros muchos regímenes violentos a los que USA presta apoyo, le importa un bledo si Israel hace de las suyas mientras el plan comercial no se desvíe de su objetivo. La limpieza étnica de los palestinos es sólo uno de los costos colaterales que deben pagar si desean conservar a su perro guardián en la región. Las declaraciones oficiales de USA y el Reino Unido después del ataque contra la flotilla de ayuda a Gaza fueron deplorables: baste con recordar que Obama calificó las muertes simplemente de «deplorables». Fue un claro aviso a Turquía: hazlo otra vez y te pasará lo mismo, así que atente a las consecuencias.
USA habla con muchas voces por el momento. En lo que respecta a su política exterior está confundido o incluso perdido. En parte porque existe una contradicción entre los intereses usamericanos y los lobbies que les pusieron en bandeja a los demócratas las llaves de la Casa Blanca, concretamente el AIPAC.
Ni USA ni Israel pueden salirse con la suya tan fácilmente, como hicieron cuando difamaron a los palestinos como una nación de terroristas, ni tampoco tapar los horrores cada vez más flagrantes que les están infligiendo. Al parecer, a lo que se refirió el general Petraeus fue a que necesitan una nueva estrategia, que sea menos horrorosa para la opinión mundial, si quieren seguir haciendo negocios sin que los detalles reciban tanta publicidad negativa.
Creo que el general Petraeus y sus consejeros militares se están dando cuenta de que USA está a punto de perder sus apoyos en el mundo árabe y musulmán. Es evidente que si necesito tu petróleo más vale que seamos amigos en vez de que me pillen en la cama con tu peor enemigo.
Obviamente no pensaban lo mismo con Iraq. Se han asegurado lo que buscaban y ahora le toca a Irán. Al mismo tiempo, está claro que USA ha creado un monstruo en Oriente Próximo, Israel, que será mucho más difícil de controlar de lo que querían o incluso preveían.
Coincido con la mayor parte de lo que dice. Sin embargo, en la democracia liberal contemporánea las decisiones las toman políticos sobornados por diferentes clases de «amigos de Israel». En USA son el AIPAC y algunos recaudadores de fondos judíos muy importantes, como Haim Saban; en Gran Bretaña teníamos a Lord «Cajero Automático» Levy y ahora a los del CFI (los amigos conservadores de Israel, por sus siglas en inglés). Estos lobbies o grupos de presión y estas personas individuales están ahí para sofocar cualquier reacción ética dentro y fuera del sistema político. Sin embargo, tras las últimas masacres en Gaza y lo del Mavi Marmara hemos asistido a una onda sísmica de resentimiento contra Israel y sus lobbies. Se trata de algo que podría conducir también a un desplazamiento cósmico dentro de la política.
Le haré una pregunta diferente: en la versión irlandesa del Sunday Times del 6 de junio apareció un artículo extraordinario de uno de los periodistas más importantes de Irlanda, Matt Cooper, titulado «Israel pone a prueba las habilidades diplomáticas» ( » Israel presents a test of diplomatic skills » ), y no bromeo. Cooper empieza reconociendo la atrocidad cometida por Israel contra el Mavi Marmara, pero se las arregla para darle luego la vuelta a su argumentación y recomienda lo que denomina una manera «matizada» de actuar a partir de ahora, carente de moral o de la humanidad más básica. Los asesinatos y todas las masacres israelíes que acaba de condenar pasan a segundo plano en pro de lo que más adelante en su artículo llama opinión «equilibrada». Invoca la «diplomacia» y los «intereses económicos» de Irlanda para manipular la horrorosa verdad de lo que está sucediendo con los palestinos fuera de la ecuación o, por lo menos, en los márgenes. Nos invita a comprender los sentimientos de los sucesivos gobiernos israelíes y, por deducción, a aceptar su sanguinaria intransigencia. Repite el mismo mito, ya deslucido, de que Israel está rodeado de hostilidad mientras que, al mismo tiempo, elude el terror que desde su reencarnación no ha cesado de infligir a sus vecinos y a los palestinos con todo el poderío de USA a su disposición y no dice nada del enorme arsenal de armas nucleares con las que amenaza a Irán, un país que no tiene armas nucleares.
Es muy interesante. Hoy nos hemos enterado de que Israel insistía en investigar su propio crimen. Es tal vez la fase más reciente de la locura, la arrogancia o la ignorancia israelíes. El asesino le dice a las autoridades: de acuerdo, puedo investigar mis propios actos, no os preocupéis. «Mis padres y mi primo pueden fiscalizar mis actos». Es, desde luego, una manera de desafiar la diplomacia del mundo. ¿Se saldrá con la suya Israel esta vez? Espero que no. Pero si lo hace, probará de nuevo que los grupos de presión kosher están corrompiendo nuestra ética. Si consideramos el peligro que existe −invocado por Israel− de una guerra total, a nuestros dirigentes no les queda mucho tiempo, en caso de que vayan a hacer algo. Israel es el peligro supremo para la paz mundial. Hay que hacerle frente ya, y con las máximas medidas.
No estoy de acuerdo, ninguna clase de ataque preventivo contra Israel estaría justificado, si se refiere a eso.
Obviamente no estoy hablando de violencia, sino de medidas extremas de embargo económico, sanciones y boicots culturales.
Volvamos a los medios. Dígame qué piensa del papel que han tenido los medios convencionales a la hora de promocionar el punto de vista israelí. En particular los periodistas occidentales más veteranos utilizan un lenguaje y un marco de referencia totalmente invertidos en este y otros muchos asuntos: las víctimas de la escandalosa agresión israelí y de la ilegalidad son descritas como terroristas por el mero hecho de resistir, mientras que las declaraciones y los comportamientos más escandalosos son «matizados» en una suerte de inversión orwelliana del significado y de la verdad, muy en el estilo de Matt Cooper. La agresión no provocada queda entonces redefinida como un acto en defensa propia para proteger «intereses económicos» por encima de todo.
Como acabo de mencionar, Haim Saban se jacta de que la influencia se logra invirtiendo «fondos en la política, los medios y los think tank». A usted le preocupan los medios y la ideología. No cabe duda de que en el imperio de habla inglesa nos enfrentamos a una ideología extranjera que ha logrado definir nuestras necesidades, nuestros deseos y nuestra noción de la justicia. También ha logrado configurar nuestra noción del miedo y del terror. Buena parte de los neocons que difundieron la falsa ideología del «intervencionismo moral» a través de la política y los medios eran sionistas con raíces izquierdistas. En realidad, es esta ideología la que ha logrado con éxito desplazar el sionismo desde el limitado discurso de la «tierra prometida» hasta la política planetaria, concretamente hasta el «planeta prometido». Debería preguntarse por qué esa ideología ha tenido éxito durante un tiempo, por qué dejamos que esa gente nos arrastrase a una guerra ilegal y nos convirtiese en cómplices del asesinato de más de un millón de iraquíes. Debería preguntarse cómo fue que la doctrina Wolfowitz se convirtió en la política usamericana. Supongo que el «intervencionismo moral» y la «guerra contra el terror» parecen atractivos sobre el papel. Significan que nosotros somos kosher y que los otros son el Mal. A Occidente y a toda y a la humanidad les ha tomado tiempo darse cuenta de que, de hecho, lo que hacíamos era servir a una ideología siniestra y a los intereses sionistas. También podría tomarnos tiempo darnos cuenta de que somos nosotros los que nos hemos convertido en la fuerza más maligna.
¿Estaría usted de acuerdo en que el discurso cómplice de los medios de comunicación −que, como Chomsky ha dicho, siempre se sitúan a favor de las mejores perspectivas económicas− ha ayudado más a Israel que diez AIPAC juntos?
De ninguna manera, porque tal como Saban ha dejado claro, existe una continuidad entre el proveedor de fondos, los think tank y los medios de comunicación. En lo que respecta a la política británica existe una continuidad ideológica obvia entre el Amigo Político de Israel (Lord Levy), los defensores de la guerra en los medios de comunicación (Aaronovitch, Cohen) y el comité británico de asesores neocon (el Euston Manifesto ).
¿Será la aparición de medios de comunicación más democráticos y alternativos lo que está hoy poniendo en entredicho la ortodoxia de los medios convencionales?
No lo creo. Los medios están hoy en entredicho por el cansancio cada vez mayor que provoca la política sionista, por la certeza de que la política tribal ha dejado una mancha irreparable en las relaciones internacionales británicas y usamericanas. También porque después de la segunda guerra de Líbano, la masacre de Gaza y la más reciente agresión contra el Mavi Marmara cada día es más evidente que Israel es un estado homicida movido por un entusiasmo morboso. Pero hay otra razón que debo señalar: durante muchos años la izquierda obstruyó cualquier intento de análisis del sionismo mundial y del poder judío. Pero aparte del reciente debilitamiento de la causa sionista, la izquierda ha perdido poder dentro del discurso de la solidaridad. Hasta cierto punto, estos dos fenómenos políticos están vinculados. Como sabe, por desgracia la izquierda no ha logrado integrar el naciente poder del islam ni su inmenso poder dentro del discurso de la liberación. El resultado es que la izquierda se ha quedado atrás. Es casi irrelevante en el discurso. Para que la izquierda se recupere deberá aprender a pensar con ética y deberá lanzarse al ruedo político junto con los movimientos islámicos y las comunidades de inmigrantes de Occidente.
No estoy de acuerdo con algunas de las cosas que está diciendo. En primer lugar, me parece irónico que, igual que hacen los sionistas, usted los sitúe en el centro de todo lo que está ocurriendo. El desprecio por los motivos y la influencia de los otros muchos grupos que no son sionistas, pero que están igualmente implicados con ellos, equivale al desprecio que los sionistas muestran por los demás.
De nuevo, hay una continuidad que usted no logra detectar entre el sentimiento de «pueblo elegido» inherente al sionismo y cualquier otro discurso político judío y la práctica política sionista, que se ejerce sin piedad en todo el mundo. Los sionistas no tratan de controlarlo todo, supongo que por el momento no les importa nada el tabaco (y es probable que ésa sea la razón por la que ya no podemos fumar donde nos dé la gana), pero les importan las relaciones internacionales occidentales y harían todo lo posible por dictarlas. Fíjese en la presión que los lobbies sionistas están ejerciendo sobre el gobierno usamericano en lo que respecta a Turquía, Irán, las sanciones, el ataque al Mavi Marmara, etc.
No es que yo defienda lo que hacen USA, el reino Unido y la Unión Europea, pero reducir su papel, como hace usted, es casi infantilizarlos, subestimar lo poderosos, peligrosos y manipuladores que son.
Si quiere que le sea sincero, no son tan inteligentes como la gente cree.
Nadie en su sano juicio piensa que están siendo inteligentes en nada de esto, sino más bien que son capaces de una codicia incontrolada, la cual se apoya en una violencia igualmente incontrolada.
En realidad, la violencia israelí está lejos de ser «incontrolada». Es mortal y premeditada. Ésa es la verdadera noción del poder de disuasión de Israel. Pero volvamos a su pregunta. De hecho, lo hacen sin tapujos. El laborista británico David Miliband (hasta hace poco ministro de asuntos exteriores durante el mandato de Gordon Brown), que también está considerado como un escritor propagandista israelí, se posicionó contra la jurisdicción universal británica sólo para permitir que criminales de guerra israelíes puedan visitar el Reino Unido. ¿Cómo se lo explica? ¿Fue muy inteligente? ¿Fue muy inteligente que David Aaronovitch y Nick Cohen propugnasen una guerra ilegal mientras seguían escribiendo en el Jewish Chronicle (un periódico sionista del Reino Unido)? ¿Fue algo ingenioso que apoyasen una guerra que acabó con las vidas de 1,5 millones de iraquíes? ¿Lo fue que Haim Saban se haya jactado diciéndoles a los usamericanos que «nosotros, los judíos, controlamos vuestras vidas invirtiendo dinero en vuestra política, vuestros medios y vuestros think tank»? La respuesta es no, no son inteligentes en absoluto. La arrogancia infantil es inherente a la identidad chauvinista. El éxito del programa sionista tiene mucho que ver con el hecho de que actúan dentro de discursos tolerantes, en los que gente de ideología confusa como usted misma y como Chomsky los defienden. Por desgracia, esa ideología está a punto de reventar. Probablemente sepa que Chomsky está totalmente desacreditado. Su pobre argumentación contra Walt y Mearsheimer, que es igual que la suya, pone en la cuerda floja todo lo que ha hecho hasta ahora. Puede que sea una lástima, pero la buena noticia es que el resentimiento contra el sionismo, Israel y el despiadado cabildeo judío se están convirtiendo en un fenómeno de masas que excede al discurso político. Es un espíritu, algo público y refrescante. Puede que sea una buena noticia porque siempre quisimos llegar a eso, lo único preocupante es que nadie la controla ya.
¿Me puede decir en qué esas reticencias implican una defensa de los sionistas o del sionismo? El mero hecho de decir que no son únicos en esto o en aquello o que no controlan lo que está sucediendo en Oriente Próximo no es de ninguna manera una defensa de su ideología o de sus actos.
Para empezar, no se trata de un debate personal, sino ideológico. Sin embargo, supongo que el hecho de no enfrentarse al cabildeo judío ayuda a proteger al sionismo con una coraza. Habla usted de otros intereses usamericanos. Lo que convierte en algo único al AIPAC, a David Miliband y al CFI (los amigos conservadores de Israel) es el hecho de que defiendan sin tapujos los intereses de un gobierno extranjero. ¿Acaso un lobby musulmán podría hacerlo? ¿Podrían hacerlo Irán o Pakistán? ¿Los defendería Chomsky? Tengo serias dudas al respecto.
Chomsky ha sido un crítico franco de Israel (recientemente el gobierno israelí le prohibió asistir a un evento). Ha hecho algunas declaraciones desconcertantes, pero me parece que desecha usted pruebas contundentes que contradicen su opinión sobre su persona.
Respeto enormemente lo que Chomsky ha hecho a lo largo de los años. Sin embargo, tal como el activista usamericano Jeff Blankfort señaló hace poco, Chomsky ha desdeñado el poder del lobby proisraelí. Se opuso al movimiento BDS (boicot, desinversión y sanciones) y tomó medidas para «disuadir a las personas de que usasen el término apartheid para referirse al control que ejerce Israel sobre la sociedad palestina». Además, Chomsky se opone al derecho de retorno palestino y a la solución de un solo Estado. En realidad, Chomsky es un sionista liberal y un entusiasta de los kibbutz. Eso basta para explicar por qué su voz ha sido marginada dentro del discurso de solidaridad con Palestina. Si consideramos su aportación a otros campos del pensamiento, es una verdadera pena.
Podría y debería de decirse mucho en respuesta a tus palabras, pero el tema de esta conversación no es Chomsky. Puede que el AIPAC sea celebrado en Washington y Londres por ahora, pero a la larga correrá la misma suerte que todos los que colaboran con USA. Como se ha dicho muchas veces, a quienes definen la política exterior de USA no les tiembla la mano para caricaturizar a ex amigos y disfrazarlos de villanos en cuanto dejan de ser útiles. El mito de Israel como bastión solitario de la democracia en Oriente Próximo ya se agotó, pero quizá nunca antes los botines económicos y estratégicos de la guerra fueron tan generosos.
¿Por qué fue útil? ¿Acaso porque es cierto? No. Israel nunca ha sido una democracia, sino una sociedad racialmente excluyente que ha conseguido inventar una «democracia sólo para judíos». Los usamericanos son lo bastante listos para entenderlo, pasaron por una lucha por los derechos civiles no hace mucho y, en realidad, siguen inmersos en ella. La engañosa imagen de la democracia judía surgió para crear un fantasioso vínculo entre USA y el Estado judío. Evidentemente es mucho más complicado explicar a las masas cómo es que apoyar a un Estado judío de línea dura en un mar de petróleo acabaría por abaratar el oro negro.
En ese sentido, ¿no comete usted un error fundamental al confundir o desconocer mucha de la avaricia igualmente violenta y bastante independiente de los otros intereses creados con el margen de influencia del AIPAC que, como todos sabemos, es indudablemente fuerte?
Con todos los respetos y sin erigirme en persona infalible, no creo que esté usted señalando error alguno en la lectura que hago de la situación. En todo caso, lo que veo es que se muestra renuente a reconocer que durante demasiado tiempo nos había arrastrado un lobby institucional peligroso y de considerables proporciones. En realidad, sé que usted y otras personas asumen esa postura porque quieren creer que su humanismo es genuino. Es algo que respeto. De hecho,una de las preguntas más cruciales que hemos de plantearnos es cómo decir lo que pensamos de Israel y del lobby judío, sin dejar de ser humanistas. Creo que la respuesta radica en reconocer que nos enfrentamos a una ideología que desdeña nuestra noción de humanismo, gentileza y compasión. Hasta cierto punto, nos enfrentamos a un reto mayúsculo: ¿Cómo ser amables con los crueles? Por eso me parece tan importante sostener que la masacre del Mavi Marmara equivale a haber matado de nuevo a Cristo. Con independencia de la historicidad de Jesús y del hecho de que NO existe un hilo conductor entre los antiguos israelíes y los israelíes contemporáneos, lo que vemos es un asalto al aire libre contra la bondad y la amabilidad. Este mortífero ataque contó con el apoyo del pueblo israelí, fue cometido por su ejército popular y aún goza del apoyo de la judería del mundo, excepto por algún que otro judío, como los judíos de la Torá que se oponen a él y, evidentemente, gozan de un gran respeto por dicha actitud. ¿Cómo enfrentarnos a este hecho? Llamándolo por su nombre. Así debemos proceder, porque hasta donde sé, los israelíes y la gente de su lobby interpretan el silencio o la renuencia a emplear el lenguaje correcto como debilidad. Si queremos ayudar a los israelíes bien podemos dejarles claro que son totalmente transparentes a nuestro ojos.
Es importante entender la ideología sionista y cuestionar y exponer su aspecto inhumano. Los medios occidentales dominantes han sido vergonzosamente cómplices al negarse a hacerlo. Pero si los sionistas nunca hubiesen existido, USA y sus aliados en la UE estarían ahora mismo, o en cualquier otro momento, metidos en Oriente Próximo, haciendo exactamente lo que están haciendo y han hecho durante siglos en muchas otras partes del mundo en las que los sionistas no han tenido nada que ver. Además, hay muchas personas en Israel que han protestado valientemente contra el tratamiento que su gobierno dispensa a la población palestina desde hace mucho tiempo, gente que se hizo oír después del Mavi Marmara.
Decir «muchas personas» es exagerar un poco. A fines de la década de 1990 le preguntaron a una portavoz palestina en Londres qué pensaba de los «judíos buenos», los que apoyan a los palestinos. Su respuesta fue sorprendentemente simple, pero reveladora: «Admiro a toda esa gente hermosa y amable, a cada una de esas 15 personas». Yo mismo sigo su discurso y no puedo contar a más de ocho. Estoy lejos de sentirme conmovido por los grupos «Judíos por esto» y «Judíos en favor de aquello». Los veo como una especie de operación sionista encubierta, sobre todo cuando viene de judíos marxistas. Si son tan marxistas, ¿por qué no se unen a la clase trabajadora y combaten al sionismo codo con codo, con nosotros? Retomo su pregunta. ¿Qué hubiese pasado de no existir Israel? Ya que estamos hablando de un supuesto hipotético, tendrá que estar de acuerdo en que USA, el Reino Unido y la Unión Europea podrían también haber echado mano de tácticas muy distintas. Gran Bretaña y USA ya recurrieron a la diplomacia en algún momento. Si lee la historia del sionismo, verá que desde el principio Theodor Herzl aprovechó los intereses de las superpotencias en la región. Y eso fue incluso antes de que el petróleo entrase en la ecuación. Así que puede argumentar igualmente que la manera en que las cosas evolucionaron fue inevitable debido a la naturaleza de la filosofía política sionista, que consiste en vincularse con las potencias influyentes. Israel Shahak diría que ésa es la herencia del Talmud. Yo digo que es el significado exacto del relato bíblico de Esther. En mi texto » A propósito de la fiesta judía del Purim » abordo el hilo conductor que pende entre la Biblia y el lobby político judío contemporáneo.
Lo más crudo de todo esto es que Israel puede que tenga 500 cabezas nucleares, pero el arsenal y la capacidad militar de USA equivalen a muchas veces los de Israel. No hay réplica posible.
Me temo que eso carece de relevancia. USA es, o al menos era, una superpotencia. Fue parte de una Guerra Fría, lo cual puede explicar, aunque no justificar, la cantidad de bombas que posee. Sin embargo, Israel se enfangó en una batalla territorial con sus supuestos «enemigos». Cabe preguntarse para qué rayos necesita bombas atómicas. Si a Israel le importasen tanto Sderot y Ashkelon como dice, nunca bombardearía Gaza. La respuesta es bastante desoladora: Israel posee todas esas bombas porque insiste en mantener al mundo bajo constante amenaza. Por si alguien no se ha dado cuenta, el resto del mundo es eso a lo que llamamos «humanidad». Ése es el meollo del asunto, estamos lidiando con un colectivo mortífero, motivado por una psicosis letal en contra de la humanidad y el humanismo.
Los sionistas no tienen el monopolio de la letal psicosis hacia otros grupos. Los indios americanos han relatado al mundo la psicosis de los colonizadores cristianos que duró varios siglos, el sufrimiento que causó suicidios masivos y otros tantos horrores. Sin duda, es fundamentalmente contrario al espíritu humanista (incluso racista y discriminatorio) señalar a un solo grupo de personas como únicas poseedoras de la maldad, ¿no le parece?
Empezaría por señalar que usted y yo estamos de acuerdo en que los sionistas no inventaron el mal. De hecho, el sionismo es un intento por ejercer cierta barbarie colonial en un mundo que ya superó ese tipo de filosofía política. En resumen, los sionistas son culpables de cometer crímenes coloniales con 100 años de retraso. Sin embargo, en este punto comete un error crucial: afirma que «sin duda, es fundamentalmente contrario al espíritu humanista señalar a un solo grupo de personas como únicas poseedoras de la maldad». Puede que tenga razón, pero el sionismo no es, definitivamente, un grupo de personas, sino una ideología. En realidad, debemos enfrentarnos a una ideología racista, contraria al humanismo. Del mismo modo, quienes siguen esa ideología sucumben a una filosofía inhumana y deben ser expuestos, con nombre y apellido, avergonzados. Como habrá advertido en mis textos, nunca critico a los judíos por serlo ni al judaísmo como religión. Me concentro en la ideología judía, en el llamado ser judío que tiene una interpretación única supremacista de los preceptos judaicos. En mis textos he logrado rastrear esa interpretación del ser judío en todo contexto político judío moderno, ya sea el sionismo de derechas, el pseudosocialista Bund o el radical Matzpen. En todo caso, debo decir que los judíos de la Torá están libres de ese yerro. Su inspiración viene de la Torá y representan una forma bastante singular de humanismo tribal.
Dice usted que la izquierda no ha aceptado plenamente el «poder en ciernes del islam». Parece que los grupos izquierdistas dentro del propio islam no son del todo bienvenidos.
No entiendo qué quiere decir con «grupos de izquierdas dentro del islam». El islam es, en sí mismo, una filosofía que promueve la igualdad, no necesita la ideología de la izquierda y no puede integrar un precepto ateo como ése. Supongo que se refiere a los grupos de izquierda dentro del mundo árabe o musulmán. De hecho, toda la filosofía izquierdista es eurocéntrica y se relaciona con la Revolución Industrial, ideas que son totalmente irrelevantes para Oriente Próximo y su idea de la lucha por la liberación.
Fuera del islam, la izquierda sólo puede ofrecer solidaridad y ánimo.
Creo que se está refiriendo a hacer pegatinas, bufandas y gorras con la bandera palestina.No está mal. Me gusta citar a Lacan en estos casos… según Lacan, hacer el amor es hacerse el amor a uno mismo a través de otra persona. En ese sentido, la noción de solidaridad de la izquierda, en la práctica, es «hacerse el amor a uno mismo a costa de los oprimidos». Este concepto no me impresiona para nada.
Lo que afirma puede ser cierto en algunos tipos de activismo, pero es injusto caricaturizar de esa manera gran parte de la solidaridad de la izquierda con el pueblo palestino. La Flotilla de la Libertad fue mucho más que hacer pegatinas y bufandas. Hay un sinfín de periodistas y activistas que han hecho serios y efectivos esfuerzos por apoyar a Palestina desde la izquierda, gente que incluso ha entregado su vida a la tarea de mantener una comunicación vital. Además, las pegatinas y las bufandas han cumplido con una función: no dejar caer el tema en el olvido.
Yo estaba en Atenas y Nicosia cuando zarpó la Flotilla. Estuve colaborando estrechamente con la Misión Libertad, dando charlas y entrevistas. También estuve en contacto con activistas en Estambul. Puedo afirmar que la Misión Libertad para Gaza es, de hecho, una iniciativa que trae aire fresco al movimiento de solidaridad. Los presuntamente izquierdistas dentro de este movimiento no le temen al islam ni a Hamas. En efecto, respetan la elección democrática palestina. Los admiro por ello y me hubiera gustado acompañarlos a bordo.
Volvamos a la izquierda y el islam. Más allá de las justificaciones que pueda tener Irán para ver en Israel a la verdadera amenaza de Oriente Próximo, los sindicalistas, por ejemplo, lo están pasando bastante mal en Irán en este momento. ¿Qué piensa que podría o debería hacer la izquierda?
Para empezar, no estoy hablando de la izquierda en Irán, Iraq o Palestina, sino de la izquierda europea. Lo primero que hay que hacer es aceptar la noción de otredad. Por ejemplo, defender a Hamas como entidad democráticamente electa; defender a Hizbolá, que resiste acérrimamente a Israel; apoyar un proyecto nuclear en Irán como medio necesario de defensa; apoyar el derecho de los musulmanes a adorar a Alá y luchar por su libertad en nombre de su dios. Se trata de cuestiones básicas y elementales. Además, la izquierda tiene que darse cuenta de que las comunidades musulmanas que migran a Occidente son las que más padecen la opresión cultural, social, racial y política. Si la izquierda desea mantener relevancia ideológica y ética, debe aunar esfuerzos con estos grupos étnicos. También podría ser que la izquierda occidental haya perdido el tren, es decir, que ya pasó a la historia.
No puedo estar de acuerdo con parte de lo que aquí señala. En general, la izquierda es bastante consciente de la necesidad de respetar las diferencias culturales en el islam y ha hecho más que cualquier grupo político de centro o derecha por forjar lazos con migrantes y cuestionar la discriminación de la que son objeto. Al igual que el cristianismo, el judaísmo y otras religiones, el islam tiene defectos.
Si ese fuera el caso, ¿cómo explica el hecho de que la izquierda tardase tanto en aceptar a Hamas? ¿Cuántos izquierdistas apoyan a la resistencia iraquí? ¿Y qué me dice de los talibán? ¿Apoya a cualquiera de esos grupos? No puedo estar de acuerdo con lo que dice del islam y otras religiones. Aplica usted el típico enfoque supremacista liberal, se coloca en una postura elitista imaginaria por encima del objeto de sus críticas. La única manera de criticar a una corriente de pensamiento es a partir de la deconstrucción, rastreando las contradicciones internas. Para ello, debe, en primer lugar, desarrollar un conocimiento básico, adentrarse en el tema. Por cierto, eso es lo que trato de lograr con el sionismo y la identidad judía. Evidentemente, estoy lo suficientemente familiarizado con estos temas como para deconstruir distintas modalidades de discursos judíos. Conozco menos el discurso judaico y por eso no lo incluyo en mis reflexiones.
No hay nada de supremacista en la pregunta, de manera explícita digo que todas las religiones tienen defectos, pero quisiera ser aún más clara: la mayoría, si no todas las religiones, han oprimido a las mujeres y a los homosexuales en mayor o menor medida. Criticar al islam por esa opresión no implica, en modo alguno, que el problema sea exclusivamente del islam ni que el mundo sea rosa en otras fes.
Miriam, está usted implicando que mientras el cristianismo y el judaísmo «avanzaron», el islam «se quedó rezagado». Le voy a ser sincero: debo reconocer que la dicotomía entre «progresistas» y «reaccionarios» es otro síntoma de la oposición binaria judaica dentro del discurso de la izquierda. Ser progresista es otra manera de sentirse parte del pueblo elegido.
La opresión es opresión, al igual que la ocupación es ocupación.
Evidentemente, discrepo. Es muy complicado definir la opresión. La ocupación, por el contrario, puede definirse en términos positivos, como territorial y legal.
Todavía hay mucha opresión contra las mujeres y los homosexuales que no puede explicarse como una simple diferencia cultural. Criticar estas realidades no debería constituir un tabú cultural, así como criticar al sionismo no debería constituir un tabú antisemita.
Lo siento, no estoy de acuerdo, en absoluto. Hay una clara diferenciación entre el discurso liberal occidental, que ensalza el individualismo, y el discurso tribal oriental, que valora la familia, la comunidad y la cultura. Tiende usted a creer que posee cierto sistema ético superior que le permite juzgar valores culturales que le son ajenos. Desde luego, no es usted la única, se trata de la propia naturaleza de la cultura popular dentro del discurso posterior a la Ilustración. Yo, por mi parte, diría que la genuina tolerancia es la capacidad de aceptar aún cuando no logre entender al otro. Yo, obviamente, trato a las mujeres y los homosexuales con total respeto y lucho por su igualdad dentro de mi entorno. Sin embargo, en lugar de criticar ciertas culturas islámicas me esfuerzo por aprehender su actitud política y religiosa hacia diferentes grupos. Sugiero a toda persona que se precie de interesarse en la solidaridad que haga lo mismo. Pero, antes de continuar, quisiera abordar su último punto. Mientras afirme que «la actitud de X hacia Y es de opresión desde una perspectiva liberal», puede que tenga razón, su argumento podría ser válido y congruente. Sin embargo, una vez que señala que «la actitud de X hacia Y es categóricamente de opresión» formula un argumento que no difiere en nada del intervencionismo moral o neocon. Básicamente, afirma ser mejor y más ética que X. No son cuestiones sencillas. No puedo ofrecer una solución, pero me parece que sí he logrado formular su complejidad.
Entonces, ¿en qué se diferencia esto de su intolerancia ante lo que los sionistas también podrían esgrimir como cultura y convicción de haber sido elegidos y ante todas las consecuencias de ese argumento?
Es muy fácil: los crímenes sionistas se cometen a costa de otros.
Se dice usted humanista. No hay postura humanista que justifique la mutilación de los genitales de las niñas ni el sufrimiento que eso les causa de por vida.
¿Cómo lo sabe? ¿No se da cuenta de que para poder plantear semejante frase como válida tiene que situarte más allá y por encima del discurso humano? Desde luego, entiendo su punto de vista desde la perspectiva occidental. Sospecho de inmediato de cualquier llamado al intervencionismo moral. Permítame que la corrija: no me autodenomino humanista. Estoy en busca de la noción de humanismo. Hasta donde sé, se trata de una noción dinámica, al igual que la ética, que debe reformularse y redefinirse constantemente.
Soy consciente de que no todos los musulmanes avalan la mutilación genital femenina, pero se trata de algo tan perverso como lo otro. Una vez más, hay males comparables en la mayoría si no es que en todas las religiones, sociedades y culturas, no es una crítica exclusiva contra el islam.
Me alegra que lo mencione, porque hasta donde sé (y no es que sea precisamente un experto en el asunto), la mutilación genital femenina no es algo prescrito en absoluto por el islam. No obstante, mencionaré que no recuerdo haberme cruzado con críticas desde la izquierda o el liberalismo de un rito similar judío que incluye la succión de sangre y el corte de piel en el órgano sexual masculino de los bebés (Brit Mila). Resulta que los padres judíos, laicos o religiosos, dejan que un rabino circuncide y succione la sangre de sus hijos cuando tienen tan solo 8 días de vida. ¿Cómo explica el hecho de que semejante ritual bárbaro tenga lugar en nuestro entorno? ¿Por qué no provoca escándalo? ¿Por qué usted misma no se opone a él?
No es posible que un auténtico humanista mire para otro lado si sabe que está ocurriendo algo inhumano, independientemente de quién tenga la responsabilidad del caso. Me parece que en ese sentido aplica usted un doble rasero. Defiende la mutilación genital femenina a partir de una reflexión cultural, pero se refiere a un ritual judío comparable como barbarie.
Es bastante obvio que cuando hago referencia a un ritual judío de sangre lo critico desde un punto de vista occidental por medio de la deconstrucción. Vivo en Occidente, tiendo a comprender la ideología y la cultura occidentales, y soy capaz de señalar una clara discrepancia entre los derechos humanos de una niña y un ritual de sangre. Sin embargo, estoy mucho menos convencido de que los liberales occidentales tengan la capacidad de aprobar un juicio ético en lo que respecta a culturas ajenas a los valores y el estilo de vida occidentales. Pero queda una pregunta: ¿Por qué la mente liberal se muestra tan preocupada por la mutilación genital femenina que se lleva a cabo en África y no se inmuta ante un similar ritual de sangre judío que se practica en nuestro medio?
Quisiera pasar a la siguiente pregunta. Para la mayoría de la gente es prácticamente un axioma el que los musulmanes (o cualquier otro colectivo en cualquier otra latitud) deban de gozar de la libertad para luchar y combatir la invasión y la ocupación violenta. Desde luego, los pacifistas no pensarán de esta manera. Pero invocar a Dios para este fin nunca ha traído más que desastres, ¿no?
¿Le parece? Aquí es donde suele manifestar su intolerancia hacia las creencias ajenas. Las más extraordinarias sinfonías y obras arquitectónicas se crearon en un contexto de diálogo con Dios. La resistencia islámica que vence a Israel y al imperialismo occidental, ya sea en Iraq, Afganistán, Gaza o el sur de Líbano está inspirada en Alá. ¿Por qué se muestras tan irreverente ante Dios? De hecho, creo que no ubica la importancia del islam en el contexto de la resistencia árabe e internacional. Es extraño, pero tristemente muy común entre gente de izquierda. Como dije antes, explica por qué la izquierda ha perdido relevancia.
Hay muchos supuestos infundados en sus afirmaciones, pero prefiero dejarlo aquí. Ha sido un debate interesante, habremos de convenir en que tenemos diferencias en varios puntos. Muchas gracias por la charla.
Yo también disfruté la charla enormemente y espero, de verdad, que las diferencias que tenemos propicien un nuevo debate y nos ayuden a esclarecer nuestras ideas.
Nuestro agradecimiento a GILAD ATZMON
Fuente: http://www.gilad.co.uk/writings/touching-left-islam-israeli-lobby-chomsky-and-many-other-hot.html
URL de este artículo en Tlaxcala: http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=361
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