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Dejad que los muertos entierren a sus muertos

Fuentes: Rebelión

El colectivo de militares demócratas ANEMOI saluda la reciente iniciativa del grupo promotor de la Asociación Civil Milicia y República (ACMYR) e insta a esta nueva asociación cívica a laborar por un frente amplio para el cambio. Su patriótica misión ha de concretarse, a nuestro juicio, en contribuir de forma efectiva a la unidad de […]

El colectivo de militares demócratas ANEMOI saluda la reciente iniciativa del grupo promotor de la Asociación Civil Milicia y República (ACMYR) e insta a esta nueva asociación cívica a laborar por un frente amplio para el cambio. Su patriótica misión ha de concretarse, a nuestro juicio, en contribuir de forma efectiva a la unidad de acción de aquellas fuerzas políticas y sociales que muestren una clara voluntad democrática. Se trata, pues, de acabar con la nociva y peligrosa hegemonía franquista en las instituciones del Estado español, y más concretamente en sus fuerzas armadas.

No vamos para atrás, ánimo pues. Buen ejemplo de ello son el teniente Luis G. Segura, valeroso denunciante de corrupción en el Ejército, presidente de ACMYR, y la comandante Zaida Cantera, que ejerce dignamente su función desde su escaño en el Congreso de los Diputados.

El fraudulento régimen del 78 está donde estaba, fuertemente anclado en la impunidad del franquismo y en el blindaje ideológico de unas fuerzas armadas herederas del golpe militar del 18 de julio de 1936.

Prueba de lo que afirmamos son las leyes antidemocráticas aún vigentes:

– Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado proclamada por la dictadura.

– Ley de amnistía 1977, en realidad una «ley de punto final» que incumple tratados internacionales suscritos por el Estado español. Una auto-amnistía que garantiza la impunidad de los crímenes del franquismo y blinda al Ejército frente a cualquier pretensión de reformas democráticas de calado en su seno. Prueba de ello fueron la confirmación de la expulsión del Ejército de los oficiales dirigentes de la «auto-disuelta» Unión Militar Democrática (UMD), en 1977, y actualmente la expulsión del oficial Luis G. Segura y su confirmación por la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo

– Leyes dictadas por generales golpistas que amenazaban con una intervención armada si no se materializaban sus deseos en la fraudulenta constitución de 1978: Artículos 1 (1.2 y 1.3), Artículo 2, Artículo 8, Artículo 155; totalmente impensables en cualquier constitución de los países democráticos de nuestro entorno: Francia, Alemania, etc.

El incesante ruido de sables prueba también este análisis. Su auténtico fin es el mantenimiento de la ficción de «un rey conciliador», justificando así la segunda restauración borbónica, que intentan apuntalar frente a la imparable marea democrática.

Su criminal determinación la llevan a cabo golpeando constantemente el inconsciente colectivo de los pueblos del Estado español, a fin de que mantenga interiorizado el terror franquista ejercido durante el golpe militar, la consiguiente guerra de España y una dictadura genocida de 39 años, seguida de una transición borbónica que pretendió consolidarse con el autogolpe del 23-F de 1981.

He aquí algunas pruebas recientes de lo que afirmamos:

El problema catalán y el Ejército, por el general de división Juan Chicharro.

El Ejército español conmemora el «alzamiento cívico-militar» de 1936

La valerosa revolución democrática iniciada en Cataluña, que previsiblemente se irá propagando al resto del Estado español, «debe dejar que los muertos entierren a sus muertos, para cobrar conciencia de su propio contenido»

¡Viva la República!

Manuel Ruiz Robles es capitán de navío de la Armada, portavoz del colectivo de militares demócratas Anemoi y miembro de la Junta Directiva de ACMYR.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.