Cuba advirtió hoy que no será cómplice ni espectador silente frente a lo que calificó de «evidente pretensión de imponer la creación de un Consejo de Derechos Humanos bajo las condiciones de Estados Unidos y sus aliados». La advertencia cubana, contenida en un comunicado de prensa de la misión de ese país caribeño ante Naciones […]
La advertencia cubana, contenida en un comunicado de prensa de la misión de ese país caribeño ante Naciones Unidas, tiene lugar en vísperas de la presentación de un proyecto de resolución para la creación de ese Consejo.
El documento aclara que en las últimas semanas se han ejercido presiones para crear ese organismo según los intereses imperiales proclamados en el denominado «Proyecto para un Nuevo Siglo Americano», el plan de Washington para dominar el mundo.
«Cuba defenderá hasta las últimas consecuencias la verdad y la razón y trabajará para reivindicar el derecho de los pueblos de este planeta de contar con un Consejo de Derechos Humanos que responda a sus intereses y expectativas de un futuro mejor», precisa.
Estados Unidos y la Unión Europea han presionado para introducir criterios excluyentes a la hora de elegir a los integrantes de ese nuevo mecanismo de Naciones Unidas, que sustituirá a la actual Comisión de Derechos Humanos (CDH) en Ginebra.
«Nadie espere que Cuba permanezca como espectador silente frente a la consumación de esta abominable patraña», afirma la nota.
El comunicado cubano puntualiza que «si algún gobierno no merece ser miembro del Consejo, es aquel que representa a un Estado que se benefició de la esclavitud y la trata transatlántica de esclavos.
Ese estado, agrega, mantuvo un «compromiso constructivo» para prolongar la existencia del régimen del apartheid, protege y extiende impunidad a las violaciones de derechos humanos perpetradas por el ocupante israelí de Palestina y otros territorios árabes.
Además, «apoyó a las sangrientas dictaduras militares en América Latina, que hoy tortura y asesina en nombre de una libertad de la que no se beneficia la mayoría de sus propios ciudadanos».
Recuerda que hace pocos años, en un evidente voto de castigo ante la prepotencia y las manipulaciones de Washington, el Consejo Económico Social de la ONU impidió, con su voto, la reelección de Estados Unidos en la CDH.
Esta condición no la recuperó «hasta que dos gobiernos cómplices mansamente le ofrecieron sus plazas».
«Cuba trabajará para impedir que se eluda la cuestión de establecer criterios claros para detener la manipulación política de las llamadas resoluciones de países», dice.
Aclara que fueron la selectividad y el doble rasero que imponen Estados Unidos, la Unión Europea y otros países del Norte al tratamiento de este asunto en los trabajos de la Comisión, la causa real de su crisis.
«Cuba no puede permitir que el Consejo siga siendo un tribunal inquisidor contra los pueblos del Sur, máxime cuando hoy se pretende manipular la causa común de la libertad y la promoción de la democracia como pretexto para desencadenar «guerras preventivas».
Precisa que ese Estado seguirá insistiendo en que la realización del derecho al desarrollo logre ocupar el lugar central que merece en el mandato del Consejo y exigirá la atención a los reclamos de igualdad de grandes sectores y pueblos sometidos a la discriminación y al olvido.
Cuba sabrá cumplir su deber y responsabilidad en esta hora histórica para los pueblos del Sur y las grandes mayorías de todo el planeta, añade.
Asegura que la administración de George W. Bush exige ahora un Consejo de Derechos Humanos a su imagen y semejanza, para seguir manipulando, violando y cometiendo arbitrariedades.
Al respecto señala la posición de la Casa Blanca en defensa de la tortura, la detención arbitraria y la negativa a los más elementales derechos a numerosos seres humanos como instrumentos de combate en su llamada guerra contra el terrorismo.
Se refiere al informe de cinco relatores de la CDH que la semana pasada condenaron los intentos de Washington de legalizar la tortura, erigirse en juez, fiscal y defensor, y violar instrumentos internacionales de esos derechos.
«Ese es el gobierno que ahora exige un Consejo de Derechos Humanos a su imagen y semejanza, para seguir manipulando, seguir violando, seguir cometiendo arbitrariedades».