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Denuncian el uso fuerza contra los presos en huelga de hambre en la prisión de Guantánamo

Fuentes: Gara

Las autoridades de la prisión de la base estadounidense de Guantánamo, territorio ocupado de Cuba, tratan de poner fin a la huelga de hambre iniciada por algunos presos alimentándolos a la fuerza por vía nasal mientras están atados a sillas, informa hoy el New York Times. El diario neoyorquino, que cita a «funcionarios estadounidenses» y […]

Las autoridades de la prisión de la base estadounidense de Guantánamo, territorio ocupado de Cuba, tratan de poner fin a la huelga de hambre iniciada por algunos presos alimentándolos a la fuerza por vía nasal mientras están atados a sillas, informa hoy el New York Times.

El diario neoyorquino, que cita a «funcionarios estadounidenses» y a los abogados de algunos presos, afirma que los huelguistas sufren una serie de medidas de presión para que abandonen su protesta.

Un portavoz oficial de la cárcel establecida en Guantánamo, el teniente coronel Jeremy Martin, declaró ayer que sólo cuatro prisioneros aún mantienen la huelga de hambre, frente a los 131 participantes que las autoridades reconocían en septiembre pasado (de una población total de unos 500 presos).

Martin dijo que la huelga de hambre era «una táctica de Al Qaeda» para captar la atención de los medios de comunicación.

Tratos brutales

El abogado Thomas Wilner, defensor de seis presos kuwaitíes a los que visitó la semana pasada declaró al New York Times: «Está claro que el gobierno ha puesto fin a la huelga de hambre mediante los tratos más brutales e inhumanos. Es una vergüenza».

Wilner y otros abogados defensores denuncian que a los prisioneros en huelga les han quitado sus mantas, libros y otros «lujos», a la vez que han sido metidos en celdas refrigeradas, según el rotativo.

Denuncian asimismo que las sondas alimenticias se introducen y se retiran de forma violenta, hasta el punto de provocar entre los presos gritos de dolor.

Aunque las autoridades de Guantánamo llevan meses alimentando a la fuerza a los huelguistas, en las últimas semanas les mantienen atados a «sillas de fuerza» durante horas, para evitar que al volver a sus celdas se induzcan vómitos.