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Dependencia de la energía

Fuentes: Rebelión

Los países desarrollados utilizan recursos que han de importar cada vez en mayor cantidad y porcentaje porque su economía, su modelo económico, depende esencialmente de ellos. Pero, cuando se habla de energía la dependencia es aún mucho mayor y más específica. Las materias primas en general pueden ser sustituidas unas por otras aunque, en la […]

Los países desarrollados utilizan recursos que han de importar cada vez en mayor cantidad y porcentaje porque su economía, su modelo económico, depende esencialmente de ellos. Pero, cuando se habla de energía la dependencia es aún mucho mayor y más específica. Las materias primas en general pueden ser sustituidas unas por otras aunque, en la práctica, la escasez y el incremento de su consumo hace que cualquier sustitución no aporte ventajas ni siquiera a medio plazo.

En cuanto a los recursos energéticos, la cuestión se agrava porque la energía es imprescindible y es además insustituible en el proceso productivo y en cualquier actividad económica y social; por esta razón -y por otras- toda la sociedad y toda la economía capitalista es tremendamente vulnerable. Pero es también vulnerable y con un gran efecto multiplicador porque en cuanto las expectativas de negocio y de beneficio no sean favorables todo se viene abajo.

La revolución industrial y agrícola se ha basado y se mantiene con consumos ingentes de energía que cada año ha de incrementarse más, de modo que sin esta escalada de consumo creciente todo el «progreso» se derrumbaría al instante; una simple avería en el suministro eléctrico que dure más allá de unos minutos colapsa todo y ocasiona pérdidas millonarias. Lo mismo sucede ante cualquier incertidumbre acerca del abastecimiento del petróleo o gas.

A pesar de tanto progreso y de tantos descubrimientos son los recursos, especialmente los energéticos, los que marcan el límite y condicionan el desarrollo del modelo neoliberal, capitalista o como quiera que se le denomine. Pero estos recursos que, en su mayoría no son renovables, son además limitados, tanto si nos referimos a las materias primas como a las fuentes de energía. Con la energía no se puede jugar ni especular como se hace en la bolsa para obtener más energía a cambio de nada, sólo se especula con su precio como se hace en el mercado de cereales, de alimentos o en las recalificaciones urbanísticas. La energía, como cualquier otra materia prima como por ejemplo los metales como el Cromo, Vanadio, Oro, etc sólo son los que hay en los yacimientos y sus reservas no entienden de estos abusos.

Algunos países «desarrollados» se felicitan por conseguir que el incremento del consumo de energía crezca menos que su Producto Interior Bruto, PIB, pero su consumo sigue creciendo y con ello su dependencia energética, las emisiones de CO2, el Cambio Climático y la degradación del medio ambiente; esto no puede resolverlo el modelo capitalista, sólo agravarlo. En otros países, España entre ellos, el consumo de energía crece más que el PIB de modo que el presente de unos y de otros sigue dependiendo de la energía que han de importar (y de las materias primas), pero el futuro a no muchos años queda a expensas de la disponibilidad de una energía que no es renovable, que no es sustituible. que es limitada y que han de importar cada vez en mayor cantidad.

Pero, ante todo este reto en vez de buscar soluciones con la utilización de energías renovables o modelos que primen sobre todo el ahorro, Estados Unidos y la Unión Europea, además de incrementar el consumo, se apuntan al modelo belicista metiéndose en guerras sin fin que no sólo no resuelven el problema sino que lo agravan, perdiendo además, un tiempo y unos recursos valiosos para intentar resolver el problema.

Dicen que con el modelo capitalista se han conseguido grandes avances en todas las ciencias, pero sin duda no en las sociales, y que estos progresos salvan vidas, que millones de personas tienen una salud mejor y una esperanza de vida mayor, pero se olvida que decenas de millones murieron cruentamente sólo en las guerras europeas entre capitalistas el pasado siglo y que cientos de millones han muerto, y siguen muriendo de hambre, miseria o asesinados por las invasiones, guerras y genocidios necesarios para mantener el modelo que necesita mantener la ocupación y el control de continentes enteros para acaparar sus recursos al precio que sea.

El capitalismo -y los países que lo defienden- es incompatible con los Derechos Humanos, con el Derecho Internacional y por supuesto con la democracia, pero es además, su enemigo irreconciliable ¿Alguna vez alguien ha visto que haya respetado la independencia y la democracia de algún país y sus derechos?