Las palabras del consejero delegado de CAF, Javier Martínez Ojinaga, pronunciadas en la última Junta de Accionistas de la primera empresa de Guipúzcoa, son reveladoras y las hacemos nuestras: «Las decisiones que ahora tomemos [son] las que marcarán el futuro de CAF en los siguientes 10 años»; queremos una «competencia equitativa y juego limpio», refiriéndose implícitamente a la suspensión de un concurso de trenes en Bélgica por importe de unos 3.000 millones de euros, y del que se había hecho público que CAF estaba en primer lugar para ganarlo.
Efectivamente, el Consejo de Administración tomó la decisión, en contra de sus trabajadores, de concursar en el proyecto de las líneas de tranvía que participan en la ocupación en Cisjordania en 2019. Por si hubiera alguna duda, desde un principio se les informó, al presidente de CAF, Andrés Arizkorreta y al resto del Consejo de Administración, de la ilegalidad del proyecto diseñado por las autoridades de ocupación israelí, que habían ampliado el término municipal de Jerusalén en más de 100 km² ya en 1970, con la correspondiente anexión. En su nota de prensa desinformativa, CAF declaró que había ganado un concurso en la «ciudad israelí» de Jerusalén, ocultando que se haría en Territorio Ocupado de Jerusalén y Cisjordania. Se les informó, por si no habían llevado a cabo una mínima diligencia debida, de que el proyecto de las líneas Roja y Verde se realizaba en Territorio Ocupado, no en Israel; y asimismo, de la política israelí de expropiaciones y expulsiones de palestinos a los que Israel considera extranjeros y que son víctimas de discriminación; del papel colonizador de su socio empresarial Shapir, que construye y levanta infraestructuras en los asentamientos ilegales, expolia recursos palestinos, etc. y que está ya inscrita en la Base de Datos de las Naciones Unidas por su implicación en la ocupación y colonización, cuestión que se formalizó ya en febrero de 2020, sin que la dirección de CAF cambiase su actitud.
A pesar de la denuncia ante el Punto Nacional de Contacto español, un organismo interministerial del Estado español que obedece a los planteamientos de la OCDE sobre comportamiento de las multinacionales, y de los argumentos aportados por la propia administración española sobre la ilegalidad de los proyectos, la dirección de CAF aprobó implicarse con otras empresas delincuentes que figuran en la mencionada Base de Datos como el Banco Hapoalim y Egged. La dirección de CAF intentó justificar su posición pagando un informe a la consultora Negocio Responsable, sin ningún tipo de contraste con las autoridades y asociaciones palestinas que habían elaborado diferentes informes sobre la implicación en la ocupación de esas líneas de tranvía y la vulneración del Derecho internacional por facilitar el traslado de población de la potencia ocupante a Territorio Ocupado. Toda su justificación se centraba en la reducción de la huella de carbono o la inclusión de lengua árabe en la megafonía o cartelería, obviando que el recorrido llega hasta las colonias sionistas, olvidando las expropiaciones y expulsiones de los palestinos, incluso la procedencia de los materiales de la construcción o el hecho de que cualquier colono puede ser trabajador del tren del apartheid.
Con respecto a la petición del CEO de CAF de «competencia de juego limpio», en relación con el concurso que se encuentra en suspenso en Bélgica hasta resolver formalmente criterios transparentes de calificación en sus apartados de calidad técnica, se trataba de otro eufemismo sobre la limitación de la competencia en el mercado intereuropeo que obviaba la mala reputación incipiente de CAF. La realidad es que ha habido presiones de los fabricantes multinacionales que podían perder el concurso y que tienen fábricas en Bélgica, los cuales señalaron que, de no obtener todo o parte del concurso de la red de ferrocarriles belgas, SNCB, podrían ver en peligro la continuidad de esos centros a medio plazo. Pero, también, y eso es muy relevante, varios partidos belgas habían hecho ya declaraciones en contra de CAF por su actividad de apoyo a la colonización por la construcción y gestión de líneas de tren ligero en la ciudad ocupada de Jerusalén y las colonias próximas, todo en la Cisjordania ocupada.
De estas operaciones destinadas a apoyar y lucrarse con la ocupación, cerca de dos millones de euros en el ejercicio, han informado a todo el arco parlamentario belga los movimientos de solidaridad con Palestina. Esos mismos movimientos que consiguieron que CAF no lograra el contrato para la construcción del metro de Bogotá, o que en diversas ciudades haya habido gran oposición a la presencia de CAF en concursos de transporte.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su ministra de Transportes, junto con el director de CAF Israel, aparecen en una foto inaugurando la ampliación de la Línea Roja hacia los asentamientos sionistas al norte de la ciudad vieja de Jerusalén. Las marcas CAF y Solaris son objeto de rechazo, para perjuicio de una gran empresa y sus trabajadores, por la contumaz política de su Consejo de Administración. Diferentes asociaciones han reclamado que se incluya a CAF en dicha Base de Datos de las Naciones Unidas de empresas colonialistas, lo que puede suponer en futuros concursos de los próximos años un verdadero obstáculo. Ese testimonio gráfico deja constancia de la colonización ilegal de Palestina por parte de CAF, y se mostrará a todos los gobiernos, estatales, regionales y locales, donde haya concursos de trenes o autobuses, de todo el mundo.
En la Junta de Accionistas de CAF celebrada el 14 de junio, un representante palestino del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe y miembros de Amnistía Internacional reclamaron (en diferentes idiomas) al Consejo de Administración de CAF que dejaran de ser parte de la colonización de Palestina. Señalaron que el dictamen de la Corte Internacional de Justicia obliga (y ampara) a que CAF abandone esos proyectos coloniales, aunque tenga que enfrentarse a reclamaciones de la potencia ocupante. Hay un rechazo cada vez mayor a la diligencia debida y la Información No Financiera que la dirección de CAF afirma haber llevado a cabo, y a la que no han puesto pegas, de forma cómplice, los reguladores y auditores, dado que el papel lo aguanta todo. La dirección de CAF promueve la desinformación, ocultando la participación de CAF en Territorio Ocupado y, en su lugar, habla de «territorios objeto de controversia política», optando por sumarse al relato del ocupante y en contra del Derecho internacional en su participación activa en los planes de expansión colonial israelí.
La actual dirección de CAF ha comprometido a la empresa, durante un periodo de 15 a 25 años, en las tareas de la colonización en Territorio Ocupado palestino por algo más de 1% de sus beneficios globales. Ya está empezando a perder otros concursos.
Los trabajadores y accionistas, entre ellos la Administración Vasca, Kutxabank, Mayoral, Daniel Bravo (Norges Bank, por ejemplo, ya desinvirtió su participación en la empresa vasca) y otros, debieran poner remedio a estos males y hacer rectificar al actual Consejo de Administración de CAF.
Santiago González Vallejo. Economista, miembro del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe.
Fuente: https://www.naiz.eus/es/iritzia/articulos/desvelando-el-incierto-futuro-de-caf
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.