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Diálogo entre un rabino liberal y Yihad

Fuentes: PeacePalestine

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Peacepalestine se complace en presentar un diálogo celebrado recientemente entre Rabí Moisha’le Tikunovitz, un rabino reformista (así como humanista) y Yihad Axman, un ser humano ordinario (quien resulta ser también un ex judio) [1].

Rabí Moisha’le Tikunovitz: Querido Yihad, me pregunto si podrías ayudarme a comprender la distinción que formulas entre Estado y tierra. ¿Dónde se encuentra la tierra de Palestina y dónde sus fronteras y quién decide esas cuestiones? ¿Una fuerza espiritual en el universo?

Yihad Axman: Querido Rabí, la tierra es obviamente un área de suelo en relación con su naturaleza, una tierra es una cuestión geográfica. Por otra parte, un Estado es una construcción humana. Es un pueblo el que lo establece.

Rabí Moisha’le: De acuerdo, pero, ¿cómo una tierra se convierte en tierra? ¿Es Iraq una tierra o un Estado?

Yihad: Iraq era un Estado nacional, fue establecido en sus orígenes por las últimas fuerzas imperiales anglo-francesas.

Rabí Moisha’le: De acuerdo, si Iraq no es una tierra, ¿cuáles son las relaciones entre un Estado y una tierra?

Yihad: Un Estado se establece sobre una tierra o tierras. Las decisiones dependen, obviamente, de su hegemonía. En lo que a Iraq se refiere, érase una vez que se era los imperios anglo-franceses y alguno más. Después de eso, fue Saddam quien tuvo algunas aspiraciones expansionistas. Hoy en día son Blair y Bush y pronto serán los chiíes o sunníes. O más bien, Irán y Al Qaeda…

Rabí Moisha’le: Vayamos despacio. Pareces ser muy místico y me gustaría aprender más de tus creencias místicas acerca de cómo las tierras se convierten en tierras. ¿Era Palestina Palestina antes de que los griegos y los romanos la conquistaran?

Yihad: Rabí Moisha’le, quizá debas abrir la Biblia de vez en cuando. Cuando lo hagas, podrías recordarte a ti mismo que los filisteos estaban viviendo en la tierra incluso antes de que las tribus israelíes retornaran de su largo exilio egipcio. Bien, puedo sugerirte, Rabí, que escuches las similitudes entre los siguientes sonidos: Plishtim, Philistine, filisteo, Palestina… ¿es sólo una coincidencia?

Rabí Moisha’le: Puedo captar ya tu punto de vista, ¿era entonces ya la tierra de Palestina? ¿Y tenía las mismas fronteras?

Yihad: Era, en efecto, una tierra con muy parecidas fronteras naturales (el mar al oeste, un río al este, montañas en el norte, desierto en el sur y olivos en el medio). Obviamente, carecía del ‘muro de defensa’ recién surgido que tus hermanos y mis ex están erigiendo estos días.

Rabí Moisha’le: ¿Qué tiene que hacer un trozo geográfico para convertirse en una tierra?

Yihad: Un trozo orgánico de geografía constituye una tierra, no tiene que hacer nada y la tierra no hace nada. Es su pueblo el que consagra y ama su suelo, es quien hace de la tierra algo suyo. Esta es, por ejemplo, la diferencia entre los palestinos, la gente que mora en Palestina y la cuida, y son los colonialistas israelíes quienes llegan y destruyen la tierra, es la ecología, junto con la población indígena, lo que hace que un lugar se convierta en una tierra.

Rabí Moisha’le: ¿Existía Judea alguna vez como tierra? ¿O el antiguo Israel?

Yihad: Depende de si te refieres a la tribu de Judea o a la tierra. Judea es, efectivamente, un trozo pequeño de tierra. Fue ocupada hace muchos años por una tribu que llevaba el mismo nombre.

Rabí Moisha’le: ¿Hubo alguna vez una tierra que no fue primero conquistada por extranjeros que se la quitaron a los animales y la denominaron «tierra»?

Yihad: Para ser un rabí y un ser humano judicialmente orientado, quizá fracasas en la comprensión que la gente va y viene pero que la tierra permanece siempre.

Habitar es hacer el amor con tu tierra. Ahí es precisamente donde el sionismo apuntaba, hacia la transformación de la Diáspora Judía en un auténtico ser orgánico civilizado que vive en su tierra, la ama y la cultiva. Es obvio que eso no se ha logrado.

Si seguimos a Marx en sus comienzos, puede que tenga algo que ver con el moderno espíritu judío que se orienta hacia la movilidad, el capital y la vida urbana.

Rabí Moisha’le: Retrocedamos un poco. Perdóname por ser un ignorante, pero obviamente no has entendido mi pregunta, retrocedamos. ¿Qué hace de Iraq una tierra y no así de Irán, de dónde provienen los límites de una tierra?

Yihad: Sykes Picot, 1916.

Rabí Moisha’le: Tu llamas Palestina a una tierra, pero ¿por qué ese nombre y no la tierra de la nación árabe o la tierra de la nación china?

Yihad: De nuevo confundes la noción de tierra y nación. Tierra es una noción prehistórica. Es anterior al hombre. Nación es un concepto de finales del siglo XIX.

Rabí Moisha’le: ¿Por qué Palestina termina en las fronteras de Jordania o Iraq, por qué no incluiría a Iraq y quizá incluso a China?

Yihad: Dentro del poder emergente del Islam, los musulmanes pueden unirse en una gran nación y, aún así, Palestina permanecería como la tierra de Palestina.

Rabí Moisha’le: Cuando intentas resolver la cuestión de dónde terminan las fronteras, verás que no hay tal cosa sino la tierra de Palestina, pero sólo la tierra de todo el planeta, una entidad global completa, es donde cualquier reivindicación de ser la tierra de algún pueblo particular es consecuencia de la conquista y de la arrogancia humana.

Yihad: No es así en absoluto, como deberías saber, respecto a los vínculos entre los palestinos y su tierra, Palestina no tiene nada que ver con la «conquista y arrogancia humana». Es el último ejemplo de un lazo orgánico entre el hombre y su tierra. Efectivamente, son los palestinos quienes están sometidos a un crimen sionista de conquista y arrogancia. Ese es exactamente el mal que, insisto, hay que enfrentar.

Rabí Moisha’le: ¿No está claro para ti que Palestina o China o América o cualquier otro lugar forman parte de de la totalidad de Gaia y que, por tanto, tu distinción entre Estado y tierra se viene abajo?

Yihad: Si ese es, en efecto, el caso, entonces, por favor, ilumíname y cuéntame por que los objetivos nacionalistas judíos se dirigieron hacia Palestina en lugar de Beijing, Brooklyn o la totalidad de Gaia. Gaia es la totalidad y las tierras son las partes. La globalidad y la parte son categóricamente diferentes. Pregúntate a ti mismo por qué tenemos dos palabras categóricamente distintas para tierra y planeta, en hebreo Chaval Eretz y Olam. El planeta es donde se acomodan todas las diferentes tierrras, continentes, océanos, mares, lagos y ríos. Nuestro planeta está dividido en muchas tierras cone muchas formas. En nuestro planeta hay muchos pueblos que se sienten unidos a sus tierras y aman su suelo. Hay al mismo tiempo un pueblo que se llama a sí mismo nación precisamente porque tienen una aspiración sobre un trozo de tierra que actualmente pertenece a su población indígena; en la cuestión que discutimos, son los palestinos. Tú, Rabí, apoyas el robo a ese pueblo indígena. Está bien, no eres el único, pero no consigues elaborar un argumento moral que lo disculpe.

Rabí Moisha’le: Mi argumento es sencillo; cualquier tierra determinada no tiene un estatus ontológico sino que es simplemente un reflejo de las relaciones sociales humanas, y eso sirve para Palestina tanto como para Israel o China o Francia o Rusia o Vietnam.

YIhad: La ontología es irrelevante en esta discusión, intenta encontrar otra palabra. Etimología se ajustaría mejor. Efectivamente, la tierra de Palestina es la tierra de la Filistea bíblica. Sin embargo, ¿quiénes son los palestinos? Buena pregunta, probablemente un pueblo hebraico que no consiguió escapar hace dos milenios. Ya ves Rabí, la tierra permanece, los pueblos vienen y van.

Rabí Moisha’le: Yo apoyo al pueblo palestino y quiero que se libere de la ocupación israelí.

Yihad: En verdad que eres un hombre muy liberal. Quieres realmente que los palestinos sean libres en su patria. Estoy muy impresionado.

Rabí Moisha’le: Pero no creo que ningún pueblo tenga derecho intrínseco a cualquier «tierra», porque esa «tierra» es sólo un producto de anteriores actos de violencia y de nada más que eso.

Yihad: No conoces gran cosa de todo eso que estás llamando ahora «derecho intrínseco a las tierras» y, cuando de Palestina se trata, no es esa la cuestión. Si hay algo que se ajuste a eso es el llamamiento sionista que apoyas al insistir en un derecho en ese lugar a un Estado judío que implica una reivindicación de derechos intrínsecos a la «tierra prometida». Si ese no es el caso, ¿cómo explicarías el robo de Palestina?

Rabí Moisha’le: Un pueblo conquista un sitio particular y después lo llama su tierra.

Yihad: Ese es, efectivamente, el caso de Israel.

Rabí Moisha’le: Pero entonces otros pueden venir y conquistar ese espacio y llamarlo su tierra. Y si consiguen conquistar el barrio cercano, entonces también formará parte de «su tierra» y así es como ha ido sucediendo a lo largo de la historia.

Yihad: Es realmente alentador que estés ahora basando vuestras aspiraciones sionistas en argumentos históricos más que en éticos. Al ser un «líder espiritual» judío, no es sorprendente que prefieras el discurso del materialismo histórico en lugar del ético.

Rabí Moisha’le: Yihad, enfréntate a ello, la noción acerca de lo indígena es una fantasía romántica.

Yihad: Para empezar, no es una fantasía, porque algunos pueblos tienen un sentido de pertenencia intrínseca a un trozo de tierra y esto determina su realidad vital. Efectivamente, no es sorprendente que un Rabí se extrañe ante tales sentimientos. Como sabes, los primeros sionistas perseguían reparar esa carencia exacta dentro de la Psyque de la Diáspora Judía. Comprenden que los judíos están más unidos al capital que al suelo. Sugiero que leas a Borochov y a otros tempranos sionista-socialistas que estaban muy preocupados por la carencia de autenticidad que tu mismo has señalado. Parece como si hubieran escrito sobre ti. Ahora bien, la cuestión del Romanticismo no es más que una continuación del mismo tópico. Sólo el pueblo que siente el apego hacia el suelo puede ser romántico. Así fue como el primer Romanticismo nació en Alemania más que en Zion o en cualquier otra Shtetl [2] judía.

Rabí Moisha’le: Pero tu concepción de pueblo que tiene derecho a la tierra es actualmente reaccionario en el contexto del siglo XXI, en el cual un pueblo debe evolucionar desde todas esas demandas y reconocer que no tienen «derechos» sobre la tierra sino sólo obligaciones hacia toda la raza humana y hacia todo el planeta y hacer todo cuanto puedan para proteger a ambos y recomponerlos por todos los daños que los pueblos les han causado, no sólo desde hace 50 o 200 años sino a través de todo el período de la civilización humana, al menos durante los últimos diez mil años.

Yihad: Querido Moshik. Muy a menudo escucho cómo los judíos políticos utilizan la palabra «reaccionario». Por alguna razón, es una palabra que siempre me suena un poco patética. En efecto, escucharlo en un rabí que apoya y realiza un antiguo y bárbaro ritual sangriento como la circuncisión (brit mila) hace que suene realmente divertido.

Sin embargo, ¿se me permite plantear eso al decir: «un pueblo debe evolucionar de todas esas reivindicaciones y reconocer que no tienen «derechos» sobre la tierra sino sólo obligaciones hacia toda la raza humana»?, entonces, ¿estás actualmente rechazando la aventura sionista, dejando atrás la inmoral solución de dos Estados y uniéndote a nosotros en reivindicación de una «Solución de Estado Único» basado en una igualdad total?

Si es efectivamente así, todo lo que me queda por decir es: Salam Alekum, Rabí Tikunovitz. Repito, si efectivamente es así, Rabí Moisha’le tu eres realmente Bar Tikun (subsanable) [3].

Notas de la traductora:

[1] Los lectores quedan invitados a adivinar quién es Yihad Axman, el ex judío que el artista Ben Heine ha plasmado en la ilustración.

[2] Una shtetl (en yiddish, diminutivo de shtot, ciudad) era la típica ciudad pequeña con una gran población judía en la Europa Central y Oriental anterior al Holocausto.

[3] Bar Tikun, en yiddish, aquel que hace del mundo un lugar mejor.

Texto original en inglés: www.peacepalestine.blogspot.com/2006/11/dialogue-liberal-rabbi-meets-jihad.html

Ilustración de Ben Heine.

Sinfo Fernández es miembro de Rebelión.