Compartiendo experiencias y organizándose para el futuro.
Los días 30 y 31 de julio se llevó a cabo en Apartadó, Urabá el Primer Encuentro por la defensa de los derechos laborales y sociales de la mujer trabajadora del sector agroindustrial y agroalimentario. Más de 200 mujeres de los sectores azúcar, banano, flores, lácteos y palma africana, afiliadas al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria (Sintrainagro), intercambiaron experiencias, abordaron las problemáticas que aún las afectan, evidenciaron los avances logrados y estrecharon alianzas, proyectándose hacia el futuro.
Estas son sus voces.
Nancy Casas (sector Flores) Con el cuerpo masacrado
La floricultura cuenta con una muy alta presencia de mujeres. Entre las principales problemáticas que vivimos están la sobrecarga laboral y los movimientos repetitivos, que nos generan un sinnúmero de enfermedades osteomusculares.
Tendinitis, bursitis, manguito rotador, túnel carpiano, problemas de la columna y migraña son muy comunes entre las trabajadoras de este sector.
En temporada alta los ritmos de trabajo son agotadores. Entramos temprano y trabajamos hasta las 5 de la tarde en el cultivo. Luego nos mandan a clasificar las flores y ahí nos quedamos hasta las 9, 10 de la noche.
Cuando regresamos a la casa tenemos que hacernos cargo de las labores domésticas, porque muchas de nosotras somos madres solteras y el único sustento de la familia.
Las mujeres también sufrimos presiones y hasta amenazas cuando queremos organizarnos.
Cuando la empresa se entera que se está conformando un sindicato, lo primero que hace es comprar conciencias para que las mismas trabajadoras delaten a otras compañeras.
La patronal se aprovecha del hecho que son madres solteras, muchas de ellas endeudadas, y que tienen miedo de perder el trabajo. Es un verdadero chantaje. Y cuando tiene los nombres de las trabajadoras que quieren organizarse, simplemente las despiden.
Además de la carga de trabajo y la condiciones laborales difíciles, casi todas las trabajadoras están tercerizadas y con contratos anuales, y quedan expuestas a cualquier tipo de presión y chantaje.
Solamente la presencia del Sindicato permite romper con este esquema que violenta los derechos laborales, obligando la patronal a la contratación directa y por tiempo indefinido.
Poder estar aquí en estos días, intercambiando y compartiendo experiencias y planeando estrategias con muchas compañeras que trabajan en otros sectores es sumamente importante y nos fortalece.
Esto nos anima a seguir adelante, a involucrarnos más en el Sindicato y a luchar para nuestros derechos.
Yaqueline Rico Camargo (sector lácteo) Con Sintrainagro despertamos de un letargo
Las mujeres se concentran sobre todo en las áreas de producción y empaque. Las que tenemos algunos años de trabajar en la empresa estamos contratadas por tiempo indefinido.
Por el contrario, las compañeras que son contratadas a través de la Bolsa de Empleo pasan años sin tener un contrato fijo.
Resulta muy difícil convencerlas de la importancia de afiliarse al Sindicato. Tienen miedo que la empresa no las vuelva a contratar, y no pueden arriesgarse a perder el empleo. Para ellas sería una tragedia.
Lo mismo pasa con los embarazos. Las trabajadoras que tienen contratos de un año renovables viven bajo chantaje. Saben que si quedan embarazadas ya no van a ser recontratadas.
Para los empresarios de nuestro país, generar una vida equivale a una pérdida, una reducción de sus ganancias.
Afiliarme a la seccional del Sintrainagro ha significado despertarme del letargo en el cual me encontraba, y estoy haciendo el esfuerzo para involucrarme más.
Participar de este encuentro ha sido de mucha importancia. Como mujeres trabajadoras necesitamos hacer un solo frente común para defender nuestros derechos.
Un gran agradecimiento al Sintrainagro, a la UITA y todas aquellas organizaciones que hicieron posible este evento.
Ángela Sedas (sector azúcar) No estamos solas
Pese que el sector azúcar no emplea mucha mano de obra femenina, fuimos las mujeres que más combatimos en la huelga de 58 días en 2008. Sin nuestras labores y participación los compañeros no habrían aguantado tanto tiempo.
Estamos conociendo y aprendiendo mucho y es genial saber que, en cualquier momento, podemos contar con el apoyo de todas estas compañeras, y de las organizaciones que hoy están acá acompañándonos.
Míriam Muñoz (sector palma africana)
«Hay que acabar con la tercerización» Hay mucha discriminación hacia las mujeres, así que uno de los problemas más grandes que enfrentamos es la falta de empleo. Necesitamos que los productores palmeros contraten a más mujeres.
Además necesitamos que la contratación sea directa, que se acabe con la tercerización y que los contratos sean por tiempo indefinido.
Hay demasiada precariedad, con contratos de seis meses que nunca te permiten acumular antigüedad, ni prestaciones.
Urgimos también de más capacitación para que vayamos creciendo y empoderándonos, porque a veces el principal enemigo de nuestra emancipación somos nosotras mismas al negarnos a participar del Sindicato.
Para mi estar aquí es muy importante, porque me permite crecer y poder compartir experiencias, ideas, planes. Todo esto es muy enriquecedor.
Estar organizadas en el Sintrainagro nos permite tener mayores oportunidades en el trabajo, así como exigirle al empresario el respeto de nuestros derechos a tener un mejor empleo y una vida digna.
En este sentido, la unidad de las trabajadoras es lo más importante. Debemos seguir sumando a más mujeres, involucrándolas, capacitándolas, acompañándolas en su lucha diaria.
Amada Vivas Caicedo (sector banano) «Con el Sindicato, todo cambió para bien»
La primera problemática que históricamente han enfrentado las mujeres en las bananeras son las enfermedades. Siempre estamos enfermas, discriminadas y agotadas por las extensas jornadas de trabajo.
La presencia de Sintrainagro, que siempre nos visita, capacita y está pendiente de nuestras condiciones en las plantaciones, ha venido mejorando nuestra situación.
Es gracias al Sindicato si hoy en día tenemos contratos indefinidos, semanas laborales de 48 horas y muchos beneficios en cuanto a salud, educación y vivienda. Desde que entró Sintrainagro todo ha cambiado.
Este encuentro entre mujeres de diferentes sectores nos ha permitido interactuar y aprender una de las otras, coordinándonos y apoyándonos mutuamente.
Fuente: http://informes.rel-uita.org/index.php/mujer/item/diferentes-mujeres-una-unica-voz