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Discurso con motivo del aniversario de la batalla de Gaza

Fuentes: sefarad.rediris.es

Doy la bienvenida a cuantos han acudido a conmemorar el aniversario de la masacre en Gaza y a protestar contra la complaciente despreocupación de los habitantes de este país y de esta ciudad frente a la lenta aniquilación que prosigue en Gaza y en toda Palestina.   Si les hubieran preguntado a los niños de […]

Doy la bienvenida a cuantos han acudido a conmemorar el aniversario de la masacre en Gaza y a protestar contra la complaciente despreocupación de los habitantes de este país y de esta ciudad frente a la lenta aniquilación que prosigue en Gaza y en toda Palestina.

 

Si les hubieran preguntado a los niños de una guardería en Israel: «¿Qué has estudiado este año, mi dulce niño?», el niño crítico y culto habría respondido: «Aprendí que el almendro florece, el sol se levanta y el matarife todavía masacra sin ser juzgado por nadie» ii .

Un niño menos familiarizado con ideas respondería con júbilo: «Aprendí cómo engañar a los americanos, estafar a los palestinos, matar a los árabes, expulsar familias de sus casas y maldecir a todos los que dicen que soy un niño malo cuando lo estoy siendo; aprendí que «el pueblo israelita vive» iii y que Guil’aad Shalit 4 también vive, aún».

E l niño inmigrante, que desea desesperadamente integrarse en la comunidad, contestaría: «Aprendí a quién odiar, a quién hay que matar, sobre quién hay que escupir, y estoy preparado para la tarea en cuanto me necesitéis».

Y el niño religioso-sionista que acude a la limitada y bien vigilada guardería del asentamiento habría dicho: «Aprendí a ser un buen sionista, a amar la tierra, a morir y matar por ella, a expulsar de ella a los invasores, a matar a sus hijos, destrozar sus casas, y a no olvidar nunca que en cada generación se alzan perseguidores para exterminarnos 5 y todos ellos son lo mismo, gentiles antisemitas a quienes hay que aniquilar. Y lo que más importa es que el sol se levanta y florece el almendro y pronto iremos a plantar en todos los montes de Samaria y Judea, y protegeremos los brotes tiernos frente a los rebaños de corderos que invadieron nuestro país durante los dos mil años en que no estuvimos aquí para guardarlo».

 

En el último año nuestros hijos han aprendido que matar a un no judío es un precepto. Y que no importa cuántos añitos tenga. Han aprendido esta idea de los rabinos 6 , pero sobre todo de los soldados que no dejan de vanagloriarse de sus hazañas. El homicida de la familia Oshrenko se excedió al expresar fríamente esta idea cuando preguntó a sus interrogadores por qué se sobrecogían tanto ante el asesinato de niños. Demian Kirlic es un nuevo inmigrante que todavía no entiende de sutilezas, que no ha oído aún el mandato rabínico que alienta a matar bebés de gentiles, pero a juzgar por su mirada de asesino foráneo, ha captado muy rápido que el asesinato de niños es un asunto de poca importancia en este lugar.

Nuestros hijos han aprendido este año que las más repugnantes cualidades que el mundo antisemita atribuye a los judíos se cumplen en los líderes del Estado de Israel: desidia y decepción, infanticidio y avaricia.

A la sombra de las acusaciones contra el comercio de órganos, el negligente gobierno de Israel practica el comercio de humanos enteros, por ahora. Se puede suponer que en el futuro, mientras los coches continúen ostentando pegatinas con el lema: «Para la libertad nació Guil’aad», los capitanes del barco pirata llamado Israel seguirán adelante con sus trampas. Y no dejarán de regatear tantos kilos de carne judía (que evidentemente se está encogiendo) por tantos kilos de carne palestina (que tampoco es todo lo que era), como se ha sabido recientemente gracias al artículo acerca del forense de Tel Aviv y el robo de piel y córneas. Y seguirán matando en nombre de Guil’aad, negando el alimento y oprimiendo por Guil’aad, aniquilando al pueblo palestino de manera lenta pero segura y de modo rentable, ya que presionando a los adolecentes incontrolables es posible justificar la prosecución del exterminio.

 

Com o en toda sociedad decadente y corrupta, la palabra «valores» se repite una y otra vez en cada frase que pronuncian los políticos (especialmente los «presuntos imputables» entre ellos). Los valores del sionismo, los valores del judaísmo y los valores del ejército.

Los principios del sionismo han podido ser contemplados este año en toda su gloria cuando expulsaron de sus casas a familias en Sheij Yáraj 7 . Los valores de la democracia y el cumplimiento de la ley se manifestaron con el asesinato de sospechosos de cometer atentado, en sus hogares y ante los ojos de sus hijos, sin juicio ni investigación, mientras los terroristas judíos disfrutan de todo género de lujos del sistema judicial.

 

Esto es lo que aprenden nuestros hijos en el Estado democrático judío. Por tanto, sorprende el aparente asombro que algunos expresan frente a la violencia en los colegios, en los clubes, en las calles y en las carreteras. Lo cierto es que esta violencia es en sí la práctica de los valores del ejército. Se trata del entrenamiento inicial para la tarea verdadera, para las acciones y las operaciones en el futuro; es la manera en que los niños muestran al mundo que han aprendido algo de sus padres, de sus hermanos, de sus profesores o sus guías. El único hecho que aparentemente molesta a las autoridades educativas y legales en lo referente a esta violencia civil es que no hay palestinos en las escuelas ni en las calles judías, por lo que los jóvenes hebreos han de dirigir su violencia el uno contra el otro, algo que está prohibido puesto que un judío no debe hacer daño a otro judío.

La violencia institucionalizada y disciplinada, basada en la obediencia ciega a las leyes racistas, debe ser dirigida únicamente hacia quien no es judío.

Y nosotros, que alzamos nuestra voz cada semana, cada mes, ante cada masacre, en cada aniversario de masacre, ¿qué fuerza tenemos? Ninguna. Duelo y fracaso es lo único que tenemos en este país.

 

El jueves pasado estábamos todos de pie a las puertas de Gaza, ordenados y obedientes a las leyes. Nos alegramos de vernos unos a otros y comprobar que estábamos vivos; gritamos en voz alta frente a una audiencia de policías y soldados que parecían robots vacíos, que no pueden escuchar siquiera lo que decimos.

Pero no tuvimos éxito, no derribamos la muralla, no hemos podido salvar a un solo niño de la epidemia de meningitis que asola Gaza desde hace varios meses. ¿Dónde iremos con tanta carga de anulación y frustración? ¿Qué nos queda por hacer frente a un sistema educativo que exige a sus alumnos identificarse hasta la muerte con los héroes ejecutados que pagaron con su vida sus actos terroristas y a la vez con sus verdugos 8 ; solidarizarse con las víctimas de Auschwitz y al mismo tiempo tratar con cruel indiferencia el sufrimiento de todo aquel que no es de nuestra raza? ¿Qué puede hacer un ciudadano pacifista en un estado gobernado por su ejército, cuyos colegios están infectados de criminales de guerra que imparten en ellos sus «enseñanzas», donde los alumnos deben participar una semana en los Batallones Juveniles y escuchar leyendas heroicas de boca de los criminales de la masacre de Gaza? ¿Son éstos medios psicológicos, sociales y educativos pensados para poner en marcha futuras máquinas de matar? Sin embargo, se trata de nuestros hijos y nuestras hijas. Y para nosotros no hay cabida dentro de ese sistema que manipula sus vidas. ¿Cómo podríamos nosotros transmitir otros valores? ¿Qué valores de belleza o de bondad podremos introducir dentro de un aparato tan sofisticado de lavado de cerebro y distorsión de la realidad?

Al parecer sólo nos quedan fuerzas y medios para aportar un único valor, el de negarse. Aprender a decir «no». Enseñar a nuestros hijos que todavía no han sido envenenados, que es posible resistir al lavado de cerebro, rechazar los virus que se intenta implantar en sus cerebros. Es una tarea dura e interminable, pero es la única oportunidad de salvaguardar nuestra humanidad. Decir no a la maldad, no a la estafa, no al engaño, no al comercio de seres humanos; no al racismo que se extiende por estas tierras como un incendio veraniego, un racismo que no se detiene ni en la barrera de la Franja ni en la de Calandia, y se difunde como un cáncer hasta los vergonzantes centros de integración de emigrantes, hasta las escuelas que promueven la integración y practican la segregación contra toda cultura y toda creencia en este país.

 

Si no aprendemos a decir no a la injusticia, sus leyes y regulaciones, acabaremos negándonos a nosotros mismos y a nuestra verdad interior. Tenemos que negarnos a convertirnos en una minoría extinta, negarnos al horror que nos intentan imponer, negarnos a la alienación a que nos someten, y negarnos a ser sus cómplices. Sólo negándonos podremos evitar la rendición, la bancarrota, la desesperación. Si hoy hemos de reunirnos como una minoría foránea, enajenada, odiada y perseguida, quizá mañana, junto con nuestros amigos pacifistas del otro lado de la muralla, del otro lado de la alambrada de púas, podamos convertirnos en mayoría.

 

Sólo negándonos a rendirnos ante muros y barreras podremos abrir las puertas de nuestro gueto para forzar las murallas de su cerco y ver por fin que hay un mundo a su alrededor. Sigue habiendo regiones que aún no han sufrido los embates del Fondo Nacional de Israel; continúa existiendo la cultura, y las personas por las que vale la pena vivir, confraternizar y aprender sobre este lugar donde vivimos como extraños, para recordar que esta tierra puede ser un bello paisaje 9 .

 

Editado comentado y traducido del hebreo por Yigal y la Peña Madrileñ@

 

 

i Activista pacifista y profesora de Educación del Lenguaje . Premio Sájarov por la Libertad de Conciencia, concedido por el Parlamento Europeo , 2001.

 

ii Alusión al poema de H. N. Bialic «Sobre la matanza», Kishinev, 1903. Parafraseando al poema que estudiamos de pequeños en la educación pública hebrea: «…el sol se lavantó / la acacia floreció / y el matarife dogolló…»

iii

 Cántico bíblico instrumentalizado y utilizado por los colonos.

 

4 Soldado israelí prisionero de guerra en manos del gobierno Palestino en Gaza que ofrece canjearlo por prisioneros árabes en cárceles israelíes. http://www.addameer.org/index_eng.html

 

5 Cita de La Hagadá de Pésaj

 

6 Los rabinos del ejército y del Estado. Recomendado: http://www.casadellibro.com/libro-la-amenaza-interior-historia-de-la-oposicion-judia-al-sionismo/1071449/2900001100759

 

7 Barrio de Jerusalén árabe. http://www.en.justjlm.org/

 

8 Es referencia a quienes dieron la orden de actuar a sabiendas de las previsibles consecuencias de la captura, juicio y ejecución de estos ajusticiados. http://www.wata.cc/forums/showthread.php?t=10932

Parashat Lavon: http://books.google.es/books?id=TmfE4J0B3MC&pg=PA278&lpg=PA278&dq=parashat+lavon&source=bl&ots=PmGVVbVM3C&sig=3gbjOJSh4Y4gdv3TbJabLrt26v8&hl=es&ei=OWBRTdV_hbDxA5f9zaML&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CBsQ6AEwAA#v=onepage&q=parashat%20lavon&f=false

 

9 Canción sefardita de Yehuda Halevi, en la edad de oro de al’Ándalus.

http://sefarad.rediris.es/textos/0musica.htm