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Divide y vencerás

Fuentes: Gara

No rehuyamos el hecho de que el PSOE es español. Como español que es, para él y para sus satélites en Hego Euskal Herria, PSN y PSE, el País Vasco es parte integrante de España. Una parte rebelde, eso sí, e incluso dispar, pero española al fin y al cabo. No va a ser nada […]

No rehuyamos el hecho de que el PSOE es español. Como español que es, para él y para sus satélites en Hego Euskal Herria, PSN y PSE, el País Vasco es parte integrante de España. Una parte rebelde, eso sí, e incluso dispar, pero española al fin y al cabo. No va a ser nada fácil, por lo tanto, obtener de su gobierno nada que rebase sensiblemente las condiciones actuales de poder político para el Pueblo Vasco peninsular. En esta actitud de dominio por la fuerza el PSOE apenas se diferencia del PP. Serán quizás menos brutos que el PP, pero no menos españoles. Algo parecido a lo del poli malo y el poli bueno: ¡que los dos son polis!

Hoy se está considerando la formación de dos mesas para «pacificar y normalizar» el conflicto político en Euskal Herria. Una, entre el Gobierno español del PSOE y la organización armada abertzale ETA, para acordar los detalles técnicos de la «pacificación». Es decir, de las condiciones y los plazos en que se va a liberar a los presos; de cómo y cuándo van a poderse repatriar los exiliados; de cómo se va a proceder a la destrucción o inutilización de las armas de ETA (¡las armas no se entregan!); y de todos los demás detalles referentes a la eventual, si es que se dan las condiciones, disolución de ETA.

La otra estaría formada por los partidos políticos, sindicatos, organizaciones sociales y culturales de toda Euskal Herria. El cometido de esta mesa sería «normalizar» la vida política en Euskal Herria solucionando el histórico conflicto político entre los vascos y los estados español y francés, dialogando y llegando a acuerdos democráticamente. Es para esta mesa donde ya se están presentando los mayores problemas. Y la otra mesa se va a ver muy afectada por lo que en ésta suceda.

Al PSOE ni al PP no les hace ninguna gracia que se trate de solucionar el conflicto vasco-español dialogando políticamente, mucho menos, democrática- mente respetando la opinión de los vascos. Pretenden seguir imponiéndose al Pueblo Vasco por la fuerza. Por lo tanto, van a querer desvirtuar, deformar y desviar de su cometido a esta mesa alegando problemas colaterales, con precondicionamientos e incluso con exclusiones, utilizando para ello la fuerza política, policial y judicial de que disponen. ¡En realidad ya lo están haciendo! Especial- mente contra la izquierda abertzale, es decir, contra quienes se van a oponer a que el cometido de esta mesa se adultere y se degrade.

En principio en esta mesa se buscaría un consenso. Está claro que éste debería ser logrado de manera voluntaria. No puede ser admisible un consenso impuesto por la coacción. No me parece posible consenso alguno entre los partidos y demás fuerzas sindicales, sociales y culturales abertzales, con las sucursales vascongadas y navarras del PSOE, CCOO y UGT pues ni la voluntad ni la conciencia colectiva de cada bando pueden converger ya que sus «verdades esenciales» son opuestas. Los abertzales pretenden resolver el histórico conflicto político democráticamente y, eliminando así la causa que provocó el enfrentamiento armado, conseguir una paz justa y duradera. Al PSN, al PSE y a sus aliados sindicales no les interesa nada más que terminar con el «terrorismo» de ETA, «sin pagar precio político alguno», y que el Pueblo Vasco peninsular, quiéralo o no, o sea a la fuerza, siga sometido a España. Su postura es bien clara.

Ahora bien, lo que sin remedio puede dar al traste con este intento de solucionar el histórico conflicto político vasco-español, no es tanto la actitud negativa del PSN, del PSE y sus aliados, ni del Gobierno español, que va a ser la esperada, sino lo que están urdiendo algunos partidos vascos. A pesar de decirse nacionalistas, ya están adoptando posturas «realistas», es decir, sumisas y españolistas. Ya están preconizando la formación de tres mesas, una para Iparralde, otra para Nafarroa y otra para la CAV. La Nación Vasca ha desaparecido para ellos. Ya no existe. No les interesa más que conseguir ventajas, sobre todo económicas, aisladamente y diferentes para cada una de las partes en las que españoles y franceses han dividido política, social y culturalmente a Euskal Herria. ¡Hay que ser realistas! Y yo me pregunto: ¿Cómo vamos a pretender conseguir que se reconozca «el derecho a decidir de los vascos» si tendríamos que ejercerlo sólo en la CAV, como veladamente propone el PNV, o en tres trozos, como dicen Aralar y NaBai (y también el PNV), y que uno diga sí, el otro no y el tercero que no sabe? ¿Qué sentido tiene? Pues eso es lo que nos proponen los «realistas». Que aceptemos que la «realidad» es que estamos divididos, porque así nos lo han impuesto España y Francia, y que por lo tanto tiene que haber tres mesas.

Es demasiado evidente el egoísmo puramente partidista del PNV para seguir cortando el bacalao en vascongadas. También lo es la egolatría de algunos dirigentes de Aralar y de NaBai, para poder figurar y tener protagonismo en Nafarroa, pues en Euskal Herria entera apenas cuentan. Si son nacionalistas vascos, como dicen, deberán superar esos efímeros protagonismos políticos y demostrar bastante más patriotismo que partidismo.

«Divide y vencerás» dice el célebre dicho, pero algunos no se percatan de que el ser vencido no depende de que el enemigo trate de dividirte sino de que tú aceptes esa impuesta división.