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Expediente del Foreign Office dice que viola el derecho internacional y pone en peligro la paz

Documento británico secreto acusa a Israel

Fuentes: The Guardian

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Un documento confidencial del Foreign Office [Ministerio de Exteriores británico] acusa a Israel de apresurarse por anexar el área árabe de Jerusalén, mediante la construcción ilegal de asentamientos judíos y la amplia barrera cisjordana, en una acción tendiente a impedir que se convierta en capital de Palestina.

En una visión poco usual por su franqueza en las evaluaciones británicas de las intenciones israelíes, el documento dice que el gobierno de Ariel Sharon pone en peligro la perspectiva de un acuerdo de paz al tratar de colocar el futuro de Jerusalén Este árabe fuera del marco de la negociación y que arriesga de impulsar a palestinos que residen en la ciudad hacia grupos radicales. El documento, obtenido por The Guardian, fue presentado el lunes en una reunión del consejo de ministros de la UE presidido por el secretario de exteriores, Jack Straw, con recomendaciones para contrarrestar la política israelí, incluyendo el reconocimiento de las actividades políticas palestinas en Jerusalén Este.

A pesar de ello, el consejo postergó el tema hasta el próximo mes bajo presión de Italia, según las fuentes, que es considerada por Israel como su mejor aliado en la UE.

Israel ha descrito una recomendación de transferir reuniones de la UE con la Autoridad Palestina de Ramala a Jerusalén Este en reconocimiento de la reivindicación árabe como «ocurrencia negativa». Afirma que la parte oriental de Jerusalén que ocupó en la guerra de 1967 forma parte de su «capital indivisible». Casi todos los gobiernos mantienen embajadas en Tel Aviv, porque no reconocen la pretensión israelí.

El documento, preparado por el consulado británico en Jerusalén Este como parte de la presidencia británica de la UE, dice que las políticas israelíes apuntan a impedir que Jerusalén se convierta en capital palestina, en particular la expansión de asentamientos dentro y afuera de la ciudad. Dice que el plan de Mr. Sharon de conectar Jerusalén con el gran asentamiento Ma’ale Adumim en Cisjordania mediante la construcción de miles de viviendas nuevas «amenaza con completar el cerco de la ciudad con asentamientos judíos, dividiendo Cisjordania en dos áreas geográficas separadas».

Agrega: «Las actividades israelíes en Jerusalén violan tanto sus obligaciones bajo el Mapa de Ruta (plan de paz) como el derecho internacional».

El Foreign Office también concluye que la vasta barrera de hormigón, que Israel presenta como una medida de seguridad, es utilizada para expropiar tierra árabe dentro y alrededor de la ciudad. «Esta anexión de facto de tierra palestina será irreversible si no se realizan evacuaciones forzadas en gran escala de colonos y se pasa a hacer un nuevo trazado de la barrera».

El documento dice que estrictos controles israelíes del movimiento de palestinos hacia y desde la ciudad constituyen un intento de restringir el crecimiento de la población árabe. «Cuando esté completada la barrera, Israel controlará todos los accesos a Jerusalén Este, aislando a sus ciudades satélites palestinas de Belén y Ramala, y al resto de Cisjordania. Esto tendrá serias… consecuencias para los palestinos», dice.

«La principal motivación de Israel es casi definitivamente demográfica… el plan maestro para Jerusalén tiene el objetivo explícito de mantener la proporción de jerusalemitas a no más de un 30 por ciento del total.» Todo esto, dice el documento, reduce enormemente la perspectiva de una solución de dos Estados porque una de las exigencias cruciales de los palestinos es la soberanía sobre el este de la ciudad.

«Los palestinos están profundamente alarmados por Jerusalén Este», dice el documento. «Temen que Israel ‘se saldrá con la suya’, bajo la cobertura de la desconexión. Las medidas israelíes también arriesgan con radicalizar a la población palestina de Jerusalén Este que hasta ahora se ha mostrado relativamente tranquila.»

El portavoz del ministerio de exteriores israelí, Mark Regev, dijo: «Israel considera que Jerusalén debe seguir siendo la capital unida de Israel. Al mismo tiempo Israel está determinado a que Jerusalén sea uno de esos temas de estatus definitivo».

25 de noviembre de 2005
http://www.guardian.co.uk/israel/Story/0,2763,1650426,00.html