En horas de la madrugada de este jueves 3 de mayo, fueron capturados dos individuos, cuando intentaron apoderarse de una aeronave civil con el objetivo de trasladarse hacia los Estados Unidos. Para llevar a cabo sus propósitos, secuestraron un ómnibus de transporte urbano, tomaron como rehenes a varios pasajeros e irrumpieron con dicho vehículo en […]
En horas de la madrugada de este jueves 3 de mayo, fueron capturados dos individuos, cuando intentaron apoderarse de una aeronave civil con el objetivo de trasladarse hacia los Estados Unidos.
Para llevar a cabo sus propósitos, secuestraron un ómnibus de transporte urbano, tomaron como rehenes a varios pasajeros e irrumpieron con dicho vehículo en la Terminal No. 1 de vuelos nacionales del aeropuerto José Martí, donde penetraron en un avión allí estacionado, sin tripulantes ni pasajeros.
Una vez dentro de la aeronave, los asesinos dieron muerte a uno de los rehenes, el teniente coronel de las FAR Victor Ibo Acuña Velázquez, quien pese a estar desarmado intentó heroicamente evitar se cometiera el acto terrorista.
La acción efectiva y coordinada de las fuerzas del orden permitió frustrar el propósito de los secuestradores y preservar la vida del resto de los rehenes.
Los delincuentes capturados son los dos últimos autores que permanecían en fuga desde el pasado 29 de abril, luego de asesinar al soldado del Servicio Militar Activo Yoendris Gutiérrez Hernández, en el momento que actuaba como centinela en una unidad de las FAR, y herir a otro combatiente.
En esa ocasión estos individuos, que cumplían también el Servicio Militar Activo en la propia unidad, se fugaron con dos fusiles AK, razón por la cual se desplegó un intenso operativo y se adoptaron las medidas dirigidas a evitar nuevas víctimas.
Las autoridades contaron en todo momento con el más decidido apoyo de la población de la zona, lo que facilitó capturar con anterioridad a otro implicado en los hechos, quien reveló que el propósito era abandonar el país de forma ilegal.
Nuevamente ha quedado en evidencia el carácter criminal de la llamada Ley de Ajuste Cubano, alentadora de acciones vandálicas y criminales.
Sobre las máximas autoridades de los Estados Unidos recae la responsabilidad por estos nuevos crímenes, que se suman a la larga lista de actos de terrorismo de que Cuba ha sido víctima durante casi medio siglo.