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Jornada internacional por la memoria del Holocausto

Duelo y resistencia en Gaza

¡Ella está sentada en un rincón, la ciudad populosa! Es como una viuda… Pasa las noches llorando y las lágrimas cubren sus mejillas Nadie para consolarla entre todos sus amantes (Libro de Lamentaciones) La semana pasada, después de haber asesinado 1400 personas, entre ellas 400 niños, después de haber bombardeado hospitales y mezquitas, escuelas, universidades, […]

¡Ella está sentada en un rincón, la ciudad populosa! Es como una viuda…

Pasa las noches llorando y las lágrimas cubren sus mejillas

Nadie para consolarla entre todos sus amantes

(Libro de Lamentaciones)

La semana pasada, después de haber asesinado 1400 personas, entre ellas 400 niños, después de haber bombardeado hospitales y mezquitas, escuelas, universidades, puestos de socorros humanitarios y miles de viviendas, Israel decretó el alto el fuego. Un vergonzoso desfile de políticos europeos llegó rápidamente a Jerusalén para abrazar a los asesinos masivos y prometerles el apoyo a la continuidad del sitio de Gaza.

El primer objetivo de esta masacre fue el de quebrar el espíritu del pueblo palestino hasta la rendición y la aceptación de su destino de seres humanos de segunda categoría. Como dijera en 2002 el ex responsable Moshe Yaalon: «Es necesario que los palestinos comprendan en lo más profundo de su alma que son un pueblo vencido». Los líderes europeos apoyan este objetivo, al igual que las precedentes administraciones norteamericanas, como lo hacen las elites gobernantes egipcias, jordanas y de Arabia Saudita a pesar de la cólera manifestada por sus pueblos. Esperemos para ver si la nueva administración Obama pondrá fin a sesenta largos años de ataque al pueblo palestino, armado y financiado por los Estados Unidos y Europa.

Lloramos junto con la población de Gaza. Hemos visto los rostros de niños, de mujeres y hombres, escuchamos sus voces. Escuchamos también el silencio de los dirigentes de los países occidentales, sólo interrumpido por algunas expresiones triviales. Y recordamos la época cuando el mundo cerraba los ojos, mientras nuestras familias, nuestros antepasados eran asesinados.

En este mes que pasó, 100 000 palestinos perdieron sus hogares. Muchos de ellos refugiados desde 1948, cuando, a punta de pistola, debieron abandonar sus ciudades y sus poblados. Hoy nuevamente están en la calle, incluso en la tierra del exilio y corren el riesgo de ser expulsados fuera de Palestina.

El 27 de enero, jornada de memoria por el holocausto, los gobiernos de los Estados Unidos de Norteamérica y de Europa, conmemoraron juntos la memoria de nuestros muertos. Aún recordando y honrando la inmensidad de esta pérdida, no encontramos palabras que puedan expresar la hipocresía de estas ceremonias, en las que, quienes hoy se callan, rinden homenaje a las víctimas del silencio de ayer.

El escritor judío radical Walter Benjamín, que murió huyendo de los nazis, escribió: «ni los muertos se van a salvar del enemigo si es victorioso. Y este enemigo no ha dejado de ser victorioso». El Tercer Reich fue vencido y ahora «el enemigo no ha dejado de ser victorioso». Racismo, muertes masivas y genocidio siguen siendo aceptados como herramientas de poder de estado. Ni nuestros muertos se salvan. Los molestaron, los sacaron de sus tumbas y los forzaron a testimoniar contra sus hermanos en el dolor y a manifestar un odio que no sentían. Los usaron como justificativo para emprender un nuevo ciclo de sufrimientos en Palestina. Sus fantasmas fueron enrolados para desalojar a los compatriotas judíos de los países árabes y para legarles este mismo odio ajeno, reclutando a aquellos entre nosotros que venimos de tierras árabes para transformarnos en enemigos de nuestra propia memoria y de nuestro propio pasado.

El diputado judío británico Gerald Kaufman se expresó con preocupación mientras ocurría la masacre de Gaza.: «Mi abuela no murió para darle una coartada a los soldados israelíes que matan abuelas en Gaza». Estamos de acuerdo con este rechazo y nos hacemos eco de sus palabras. ¡No dejen que la memoria de los judíos asesinados por los nazis sirva de coartada a la tentativa de destrucción del pueblo palestino!

Aunque las armas estén relativamente silenciosas, el ataque genocida contra el pueblo palestino no terminó. El bloqueo, la falta de alimentos, de agua potable, el sistema de salud aniquilado, el derrumbe económico y la crisis humanitaria continúan devastando Gaza con el pleno acuerdo de los gobiernos de los Estados Unidos, Europa y Egipto. Mientras continúa el bloqueo a Gaza, continúa también la lenta depuración étnica en Cisjordania y Jerusalén este, las viviendas son destruidas, la construcción del muro del apartheid y la instalación de colonias no cesan, el desastre económico de ciudades y poblados se acentúa, ahogados por los check points. Continúa el ataque contra los suburbios palestinos en Jaffa, Akka, Lydda, Galilea y Neguev, el encarcelamiento masivo de palestinos (más de 11 000) y todos los pequeños y grandes recursos que utilizan los israelíes para destruir el espíritu y borrar la presencia del pueblo palestino en su propia patria.

En Europa los judíos resistieron a la tentativa de aniquilación nazi. Desde los Ghettos hasta los campos de concentración y en numerosos países bajo la ocupación, hubo judíos que resistieron al nazismo. Hoy, desde el ghetto de Gaza hasta los Bantoustans de Cisjordania, desde los suburbios de Jaffa y Akka hasta ciudades en el mundo entero, los palestinos enfrentan las tentativas israelíes de destruirlos como pueblo. El 27 de enero, honrar la memoria de nuestros muertos no se puede separar del homenaje que se debe rendir a más de sesenta años de supervivencia y resistencia palestinas. Sólo cuando el pueblo palestino conquiste su libertad, los muertos descansarán en paz. Entonces podremos celebrar juntos una nueva victoria por la vida.

IJAN, International Jewish AntiZionist Network, Red Internacional Judia Antisionista

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http://www.ijsn.net/

27 de enero del 2009