Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos
Según recientes estudios académicos e informes, tanto los libros de texto israelíes como la literatura para niños retratan a los palestinos y a los árabes como «asesinos», «alborotadores», «sospechosos» y en general como atrasados e improductivos. La deslegitimación directa y el estereotipo negativo de palestinos y árabes son más la regla que la excepción en los libros de texto israelíes.
El profesor Daniel Bar-Tal de la universidad de Tel Aviv estudió 124 libros de texto de primaria, de secundaria y de enseñanza superior de gramática y literatura hebrea, historia, geografía y educación ciudadana. Bar-Tal concluyó que la visión de los libros de texto israelíes presentan una visión en la que los judíos están involucrados en una guerra justificada e incluso humanitaria contra un enemigo árabe que se niega a aceptar y reconocer las existencia y derechos de los judíos en Israel.
«Los libros de texto dedicados a los más pequeños tienden a describir los actos de los árabes como hostiles, desviados, crueles, inmorales, injustos, con la intención de herir a los judíos y de aniquilar el Estado de Israel. En este marco de referencia, los árabes son deslegitimizados con el uso de calificativos como ‘ladrones’, ‘sanguinarios’ y ‘asesinos'», afirmó el profesor Bar-Tal y añadió que durante años prácticamente no se han revisado los currículos de manera positiva.
Bar-Tal señaló que los libros de texto israelíes siguen presentando a los judíos como industriosos, valientes y decididos a hacer frente a las dificultades de «mejorar el país de unas maneras de las que los árabes son incapaces». Desde los años cincuenta a los años setenta los libros de texto en hebreo se centraron en la gloria del pasado antiguo de Israel y en cómo los árabes «descuidaron y destruyeron» la tierra hasta que los judíos volvieron de su exilio forzoso y la hicieron renacer «con ayuda del movimiento sionista».
«Esta actitud sirvió para justificar la vuelta de los judíos e implica que estos se ocuparon lo suficiente del país como para convertir las ciénagas y desiertos en florecientes tierras de labranza; esto deslegitimiza de manera eficaz el derecho árabe a la misma tierra», declaró Bar-Tal al Washington Report.
«El mensaje era que los palestinos eran primitivos, descuidaron el país y no cultivaron las tierras».
Este mensaje, continuó Bar-Tal, se enfatizó todavía más en los libros de texto por medio del uso de flagrantes estereotipos negativos que describían a los árabes como «poco cultos, inferiores, fatalista, improductivos y apáticos». Además, según los libros de texto, los árabes eran «tribales, vengativos, exóticos, pobres, enfermos, sucios, ruidosos, de color» y «quemaban, asesinaban, destruían y se exacerbaban fácilmente».
Los libros de texto que actualmente se utilizan en el sistema escolar israelí, afirma Bar-Tal, contienen una denigración menos directa de los árabes, pero siguen utilizando estereotipos negativos cuando se refieren a ellos. Señaló que los libros de texto en hebreo -lo mismo que en árabe- utilizados en la escuela elemental y en la enseñanza secundaria contienen pocas referencia a los árabes y a las relaciones entre árabes y judíos. El coordinador de las ONGs palestinas en Israel afirmó que tampoco se mencionan apenas los grandes acontecimientos históricos.
«Cuando yo estaba en el instituto hace 12 años, apenas aparecía en los libros de texto la fecha de ‘1948’ excepto para mencionar que hubo un conflicto, que los palestinos se negaron a aceptar la resolución de Naciones Unidas y que en vez de ello huyeron», afirmó Jamal Atamneh, coordinador del Comité de Educación Árabe en Apoyo de los Ayuntamientos Locales, una ONG con base en Haifa. «Hoy la idea que se comunica a los niños en edad escolar es básicamente la misma: en todo conflicto hay vencedores y vencidos. Cuando enseñan acerca de ‘paz y co-existencia’, es para enseñarnos cómo llevarse bien con los judíos».
Atamneh explicó que los libros de texto utilizados por cerca de un millón de árabes israelíes (una quinta parte de la población de Israel) están en árabe, pero han sido escritos y publicados por el ministerio de Educación israelí en el que los palestinos no tienen influencia o acceso.
«Los palestinos desempeñan menos de un 1% de los trabajos en el ministerio de Educación, sin contar a los profesores», afirmó Atamneh. «En los últimos 15 años ni un solo nuevo profesor palestino ha sido nombrado para desempeñar un cargo de responsabilidad en el ministerio. No hay palestinos implicados en la preparación del currículo en lengua árabe y, evidentemente, en Israel no existe nada parecido a la discriminación positiva».
Además, en Israel no existen universidades en lengua árabe. La universidad de Haifa, señaló Atamneh, ha mantenido un porcentaje constante de un 20% de estudiantes árabes en los últimos 20 años. «¿Cómo ha podido permanecer igual esta cifra durante todos estos años cuando la población en el norte [de Israel] ha crecido a más de un 50% de población árabe?»
Respondiendo a su propia pregunta, Atamneh recita las estadísticas que reflejan los excelentes resultados entre los estudiantes árabes que contrastan con los que recita después de resultados inferiores a la media en exámenes de acceso a las facultades en lengua hebrea realizados por el Estado.
«Nunca se conceden becas importantes a ningún árabe; no hay dormitorios para árabes ni trabajos relacionados con la facultad o programas de ayuda financiera. [Los israelíes] justifican esta discriminación legal con el hecho de que [los árabes] no sirven en el ejército. Existen muchos flagrantes métodos legales para mantener a los árabes fuera de las universidades».
Ausencia de identidad palestina en los libros de texto
El Dr. Eli Podeh, profesor del departamento de Estudios Islámicos e Historia de Oriente Próximo en la Universidad Hebrea de Jerusalén, afirma que aunque lentamente se están llevando a cabo algunos cambios en los libros de texto israelíes, en ellos nunca se toca la discusión de la identidad nacional y civil palestina.
«Se introdujeron pasajes de ‘expertos’ sobre la existencia de identidad palestina, pero, en general, parece que los autores de los libros de texto no tienen muchos deseos de adoptarlos», afirmó el Dr. Podeh y añadió que «no se discute la conexión entre los palestinos de Israel y los árabes en países árabes. Es especialmente evidente la falta de discusión sobre el encaminar a los palestinos hacia los territorios [ocupados]».
«Aunque los nuevos libros de texto tratan de corregir algunas de las primeras distorsiones, en estos libros [nuevos] también hay mentiras abiertas y encubiertas», afirmó el Dr. Podeh. «La clase dirigente ha preferido (o se ha sentido forzado a) fomentar el encubrimiento y condenar la perplejidad».
Un alumno de un instituto público israelí dijo al Washington Report que los contenidos de los libros de texto y los puntos de vista expresados por algunos profesores de hecho tienen un duradero efecto negativo sobre la actitud de los más jóvenes respecto a los palestinos.
«Nuestro libros básicamente nos dicen que todo lo que hacen los judíos está bien y es legítimo, y que los árabes se equivocan y son violentos, y que están tratando de exterminarnos «, afirmó Daniel Banvolegyi, un estudiante de instituto de 17 años de Jerusalén.
«Estamos acostumbrados a oír lo mismo, sólo una parte de la historia. Nos enseñan que Israel se convirtió en un Estado en 1948 y que los árabes empezaron la guerra. No mencionan lo que les ocurrió a los árabes – nunca mencionan nada sobre los refugiados o los árabes que tuvieron que dejar sus casas y sus ciudades», afirmó Banvolegyi.
Banvolegyi, que este otoño será profesor agregado de instituto y después, el próximo verano, será reclutado por el ejército israelí, afirmó que discute con sus amigos acerca de lo que él considera racismo en los libros de texto y por parte de los profesores. Señaló un inquietante ejemplo de lo dañinos que pueden ser los libros de texto y las actitudes preponderantes.
«Un chico me dijo que estaba enfadado por algo que había leído o discutido en la escuela y que le dio ganas de pegar al primer árabe que viera», dijo Banvolegyi. «En vez de enseñar tolerancia y reconciliación, las actitudes de los libros y algunos profesores son cada vez más de odio hacia los árabes».
Banvolegyi habló de sus compañeros de clase que, dijo, «se mueren de ganas de entrar en combate y matar árabes. Traté de hablar con ellos pero me dijeron que este país no les importa. Pero a mí sí me importa y por ello les dije que la paz y la justicia son la única manera de que las cosas funcionen».
Educación racista israelí
Considerando lo que las escuelas tienen que ofrecer, tanto Banvolegyi como Atamneh están de acuerdo en que la tradición oral es una de las pocas maneras de aprender la verdadera historia.
«Por desgracia, los libros israelíes para niños no son una opción para promover la igualdad en esta sociedad», dijo Atamneh, citando un libro escrito por el escritor e investigador israelí Adir Cohen llamado Un cara fea en el espejo.
El libro de Cohen es un estudio sobre la naturaleza de la educación de los niños en Israel que se centra en cómo la clase dirigente histórica ve y describe a los árabes palestinos, y en cómo perciben a los palestinos los niños judíos israelíes. Una sección del libro se basaba en los resultados de un estudio realizado entre un grupo de estudiantes de 4º a 6º grado en una escuela de Haifa. Se les hizo a los alumnos cinco preguntas acerca de su actitud respecto a los árabes, cómo los reconocían y cómo se relacionaban con ellos. Los resultados son tan sorprendentes como alarmantes:
El 70% de los niños describieron al «árabe» como un asesino, alguien que secuestra niños, un criminal y un terrorista. EL 80% dijo que veía a los árabes como sucios y con cara aterradora. El 90% de los alumnos afirmó que los palestinos no tenían derecho alguno sobre la tierra en Israel o Palestina.
Cohen estudió también 1.700 libros israelíes de niños publicados después de 1967. Descubrió que 520 de los libros contenían descripciones humillantes, negativas, de los palestinos. También puso mucho esmero en desglosar las descripciones: el 66% de los 520 libros se referían a los árabes como violentos; el 52% como malvados; el 37% como mentirosos; el 31% como codiciosos; el 28% como falsos; el 27% como traidores, etc.
Cohen señala que los autores de estos libros para niños inculcan eficazmente el odio hacia los árabes por medio de despojar a estos de su naturaleza humana y de clasificarlos en otra categoría. En una muestra de 86 libros, Cohen contó las siguientes descripciones utilizadas para deshumanizar a los árabes: homicida se utilizó 21 veces; serpiente, 6 veces; sucio, 9 veces; animal vicioso, 17 veces; sanguinario, 21 veces; belicista, 17 veces; asesino, 13 veces; creyente de mitos, 9 veces; y joroba de camello, 2 veces.
El estudio de Cohen concluye que estas descripciones forman parte de convicciones y una cultura rampante en la literatura y libros de historia hebreos. Escribe que los autores y escritores israelíes confiesan que retratan deliberadamente de este modo el carácter árabe, especialmente para su público más joven, con el objetivo tanto de influenciar desde temprano su punto de vista como de prepararlos para tratar con los árabes.
«Así que se puede ver que si se crece leyendo o estudiando en estos libros, nunca se habrá conocido otra cosa», afirmó Atamneh.
«Pero en el caso de los palestinos, nosotros hemos crecido a 500 metros de lo que era nuestra ciudad o nuestro pueblo y que ahora es un asentamiento árabe. Nuestros padres y abuelos nos hablan de ello; constantemente hablan de ello. Es el único camino».
Maureen Meehan es una periodista free-lance que cubre Cisjordania y Jerusalén.
Enlace con el original: http://www.wakeupfromyourslumber.com/node/2507