El pasado 14 de marzo, la justicia de Arabia Saudí ejecutó mediante fusilamiento a siete hombres acusados de robo a mano armada a distintas joyerías en 2005. Todos ellos denunciaron haber confesado el delito bajo tortura de las autoridades y no tener defensa durante el juicio que les condenó a muerte ni posibilidad de apelar. […]
El pasado 14 de marzo, la justicia de Arabia Saudí ejecutó mediante fusilamiento a siete hombres acusados de robo a mano armada a distintas joyerías en 2005. Todos ellos denunciaron haber confesado el delito bajo tortura de las autoridades y no tener defensa durante el juicio que les condenó a muerte ni posibilidad de apelar. El director de la ONG Al Karama, Rachid Mesli, ha afirmado a la agencia EFE que los acusados han sido ejecutados a las 08.00 hora local (05.00 hora GMT) en Abha, al suroeste del país, y que ninguno de ellos ha sido crucificado, acto que se previa para el líder de la banda Sarhan al Mashayej según la organización Human Rights Whats. Los condenados tenían entre 16 y 20 años cuando cometieron el delito.
La Organización por los derechos humanos Amnistía Internacional ha llevado a cabo una recogida de firmas para parar la ejecución de los acusados desde que se conociera la sentencia de ejecución, prevista para el pasado 5 de marzo y aplazada una semana por las protestas internacionales. La organización instó la semana pasada al gobierno español, dadas sus relaciones diplomáticas con el país, a que intercediera con sus homólogos para paralizar las ejecuciones, algo que por lo visto no se ha llevado a cabo. La organización Human Righs Whats pidió al rey saudí, Abdalá bin Abdelaziz, y al ministro del Interior, el príncipe Mohamed bin Nayef, que paralizasen las ejecuciones. Actualmente Amnistía Internacional exige al gobierno español una condena pública de esta violación de los derechos humanos.
Según Amnistía Internacional 17 personas han sido ejecutadas en Arabia Saudí en lo que llevamos de 2013, 84 en 2011, el triple que en 2010 cuando se ejecutó al menos a 27 personas. El país petrolífero mantiene una de las cifras más altas de ejecuciones por aplicación de la Pena de Muerte para toda clase de delitos entre los que se encuentran violaciones, asesinatos, drogas, robos, apostasía y brujería. La pena más utilizada es la decapitación.
Amnistía Internacional consiguió los testimonios de dos de los acusados, horas antes de que fuesen ejecutados, en los que hacen una última petición a paralizar su ejecución: https://adam.
Celia Castellano Aguilera. Colaboradora del semanario catalán la Directa.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.