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El agua es el botín por el que vienen con el ALCA

Fuentes: Alai-amlatina

El frenesí de Estados Unidos en adueñarse de los recursos de agua potable de todo el resto del hemisferio se debe a que a nivel doméstico los acuíferos, ríos y embalses han sido abusados, contaminados y sobre explotados y están al borde del colapso. El agua es uno de los botines más importantes del Area […]

El frenesí de Estados Unidos en adueñarse de los recursos de agua potable de todo el resto del hemisferio se debe a que a nivel doméstico los acuíferos, ríos y embalses han sido abusados, contaminados y sobre explotados y están al borde del colapso.

El agua es uno de los botines más importantes del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Estados Unidos y las corporaciones transnacionales quieren mediante la integración neoliberal del hemisferio no solamente forzar la privatización de los recursos de agua sino también alterar su flujo con megaproyectos que los ecologistas denuncian como demenciales. (Visiones Alternativas )

Estos megaproyectos de agua están delineados en tres planes de infraestructura:

– la North American Water and Power Alliance (NAWAPA),

– el Plan Puebla Panamá (PPP) y

– la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional de Suramérica (IIRSA).

NAWAPA pretende desviar los vastos recursos hídricos de Alaska y el oeste de Canadá a Estados Unidos.

El PPP por su parte, tiene proyectadas variadas obras de infraestructura a lo largo del istmo mesoamericano, incluyendo la explotación de las abundantes provisiones de agua fresca del Petén guatemalteco y del sur de México.

El IIRSA, el más ambicioso de los tres, propone corredores industriales y enormes proyectos hidroeléctricos y de hidrovía por todo el continente suramericano. El frenesí de Estados Unidos en adueñarse de los recursos de agua potable de todo el resto del hemisferio se debe a que a nivel doméstico los acuíferos, ríos y embalses han sido abusados, contaminados y sobreexplotados y están al borde del colapso. El economista mexicano Giancarlo Delgado Ramos, investigador del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, nos brinda los siguientes datos:

* Los acuíferos de California se están secando, el río Colorado está siendo ‘ordeñado’ al máximo y los niveles de agua del valle de San Joaquín en California han descendido, en algunas zonas, más de 10 metros en los últimos 50 años.

* La ciudad de Tucson también vive condiciones adversas. Dependiendo totalmente de acuíferos, ha incrementado los niveles y ritmos de extracción a partir del aumento del número de pozos -algunos de ellos pasando de 150 a 450 metros de profundidad.

* Proyecciones para Albuquerque, Nuevo México igualmente muestran que de continuar los ritmos de extracción de agua de los acuíferos, los niveles decrecerán 20 metros más para el 2020 y las ciudades principales de la región se ‘secarían’ en 10 a 20 años.

* En El Paso, Texas todas las fuentes de agua se pueden agotar para el 2030 y en el noreste de Kansas la escasez de agua es tan severa que ya se discute ponerle un acueducto al ya sobre explotado Río Missouri.

* Los ritmos de extracción de agua en el sistema acuífero del sureste de Florida de aproximadamente 6.6 millones de litros por minuto, sobrepasan los de su recarga, poniendo en entredicho la capacidad de Florida y los estados vecinos de obtener ese recurso a largo plazo.

A esto hay que añadir que con la globalización neoliberal se preve un aumento masivo en actividades que requieren de grandes cantidades de agua fresca, como la manufactura, la agroindustria de monocultivo y el desparramo urbano.

Según el Banco Mundial la próxima guerra mundial no será por petróleo sino por agua.

Por su parte, la CIA dice que para 2015 el agua será una de las mayores causas de conflicto internacional.

Y la ONU pronostica que en 2025 la demanda del líquido superará el suministro por 56%.

En lugar de repensar su gula de agua y adoptar políticas de sustentabilidad y conservación, los grandes intereses estadounidenses planean apropiarse de los recursos hídricos de Canadá, Centroamérica y Suramérica mediante convenios de ‘libre’ comercio como el ALCA, y megaproyectos de proporciones sin precedente.

Con NAWAPA se planea desviar agua fresca del oeste montañoso de Canadá y Alaska, donde este recurso existe en gran abundancia, mediante acueductos y túneles, y estaciones de bombeo hacia el árido oeste de Estados Unidos.

Esta agua se almacenaría en un embalse en las montañas Rocallosas de 308 kilómetros de largo con una capacidad de almacenaje de 3,500 kilómetros cúbicos.

El PPP tiene como elemento clave el establecimiento de corredores industriales- con infraestructura de transportación y comunicaciones- desde México hasta Panamá, y varios canales secos interoceánicos.

Su objetivo no es solamente viabilizar el movimiento de mercancía entre el Pacífico y Atlántico sino también aprovechar al máximo la mano de obra y recursos naturales de la región para emplearlos en la agroindustria de exportación, maquiladoras y proyectos turísticos. Todo esto requerirá de considerables cantidades de electricidad y agua fresca, las cuales vendrán de grandes embalses y proyectos hidroeléctricos, especialmente en Guatemala y Chiapas.

Parte de esta agua será bombeada al norte para facilitar el crecimiento de maquilas y agroindustrias en el norte de México, donde cae poca lluvia.

Lo que le espera a Suramérica

Con IIRSA se planean corredores industriales, hidrovías y superautopistas que conectarán los rincones más recónditos de Suramérica a la economía global.

Algunos de éstos atravesarán la cordillera de los Andes para conectar la cuenca amazónica (que contiene 20% del agua potable del mundo) a megapuertos a ser construidos en la costa Pacífica. Entre los proyectos de IIRSA está la construcción de un Gran Canal que conectará los ríos Plata, Amazonas y Orinoco.

«Esta hidrovía debe visualizarse como una salida directa al Caribe y hacia EUA mediante el Mississippi», dice Delgado Ramos.

«Aquí es dónde podría tomar forma un escenario de ‘arrastre’ de bolsas súper gigantes con agua sudamericana hacia la potencia norteña (Florida)». Otros ambiciosos proyectos hídricos de IIRSA son los del río Plata, cuya cuenca (3.1 millones de kms. cuadrados) es eje nodal de la zona productiva del Mercosur. La National Science Foundation de Estados Unidos tiene ahí montado un proyecto ‘multidisciplinario’ para estudiar la cuenca y sus recursos.

También la está observando la American Association for the Advancement of Science como parte de su proyecto de ‘ciencia para el desarrollo sustentable’ con financiamiento de las fundaciones Ford y Rockefeller y empresas como Coca Cola, Nestle, Kellogg, IBM y Kodak. Sectores populares y progresistas en Suramérica sostienen que toda esta investigación científica va en servicio de la agenda de las transnacionales.

Es importante también mencionar el Acuífero Guaraní, ubicado entre Argentina y Brasil.

Con una extensión de 1.2 millones de kilómetros cuadrados y un rendimiento de 40 a 80 kilómetros cúbicos al año, este recurso también está bajo acecho.

«Los proyectos hidroeléctricos y el saqueo de nuestro oro azul y de otros recursos naturales estratégicos como la biodiversidad y el petróleo, de entrada se dificultarán si se continúan enlazando y coordinando nuestros esfuerzos», aconseja Delgado Ramos.

«Abrir la posibilidad de revertirlos, depende de qué tan sólido se construye el muro social con el que se toparán los diversos proyectos en cuestión, y que sólo son posibles gracias al papel activo de una elite latinoamericana que los avala, y por si fuera poco, que los promueve y ejecuta principalmente a favor de la cúpula de poder del Norte.’ ‘La guerra de clase que las elites latinoamericanas mantienen contra nuestros pueblos es fundamental en la ejecución de proyectos tipo PPP y ALCA, pero al mismo tiempo también es la que fortalece la lucha por la conciencia social como fundamento para la construcción de una alternativa económica, social y ecológicamente armónica».