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El aislamiento de la revolución siria y sus responsables

Fuentes: Entretierras

A continuación reproducimos integro el artículo que el grupo de Solidaridad Global con Siria ha consensuado en el estado español. Esta iniciativa a nivel mundial nació en el FSM de Túnez y expresó el pasado 30 Mayo su primer acto de solidaridad internacional con Siria en un acto de gran éxito en Madrid. Han pasado […]

A continuación reproducimos integro el artículo que el grupo de Solidaridad Global con Siria ha consensuado en el estado español. Esta iniciativa a nivel mundial nació en el FSM de Túnez y expresó el pasado 30 Mayo su primer acto de solidaridad internacional con Siria en un acto de gran éxito en Madrid.

Han pasado más de dos años del inicio de la revolución en Siria y esta sigue aislada, sin encontrar el apoyo que necesita de los trabajadores y los pueblos de todo el mundo. Para esto han colaborado desde el imperialismo y sus voceros como, lo que es peor, muchas personalidades y organizaciones que se llaman de izquierdas. Para los gobiernos de EEUU y Europa lo fundamental siempre ha sido hacer lo posible por mantener la estabilidad de la región para salvar a su aliado Israel. El régimen del partido Baath, que gobierna desde 1963 bajo el estado de emergencia, no volvió a intentar recuperar los Altos del Golán desde la guerra de 1973. Fue a partir de entonces que Egipto, comenzó a ser un aliado fiel a EEUU y que Siria se convirtiera en el segundo garante (tras Egipto) de las fronteras y la existencia de Israel. El «heredero» de Hafez el Assad, que gobernó Siria desde el golpe de Estado de 1970 hasta su muerte en el año 2000, fue su propio hijo el actual carnicero Bashar el Assad. Este presidente, de un régimen dictatorial, mantuvo el estado de Emergencia y las estructuras políticas heredadas de su padre. Por un lado el férreo control militar del país, a cuyo frente está el mismo Bashar como Comandante en jefe, y que tenía a su cuñado como ministro de Defensa (murió en un atentado junto a otros miembros de la cúpula militar). Por otro un régimen político que le asegura el control total de las instituciones. Para ello contaron con la colaboración de varios partidos denominados comunistas y socialistas que aceptaron ser aliados de por vida del partido Baath y que el gobierno y el «parlamento» fueran siempre dirigidos por los designados por la dictadura.

Siria, un país capitalista

Un país capitalista, como nos explica Yassin Swehat: «La tiranía de Hafez al Asad cargó a Siria con una estructura de Estado anquilosada y corrupta, con el empleo público como método para ejercer una labor social de Estado muy mermada por la corrupción y la pésima administración. La era de Bashar al Asad fue, claramente, el momento en que los hijos recojan lo que los padres sembraron. Así, y con sumo descaro, aparecieron decenas de hijos de altos cargos jugando el rol de «jóvenes emprendedores» con los bolsillos llenos, y el Estado se convirtió en mero legislador de monopolios de facto que se fueron repartiendo. El caso más sangrante es el de Rami Makhlouf, primo del actual Presidente e hijo de un oficial muy mimado por la familia presidencial en su tiempo. Makhlouf presumió en repetidas ocasiones de que controlaba, directa o indirectamente, el 60% de la economía nacional. Todo esto en un Estado que seguía definiéndose cínicamente como «socialista».

 

Este aperturismo económico, plagado de privatizaciones encubiertas a medida de los clanes del régimen, junto con el esfuerzo de acabar con la, ya de por sí mermada, función social del Estado -ya sea quitando subvenciones a los precios de materias básicas como cerrando cada vez más la puerta del empleo público- empobreció aun más a la población, y a marchas forzadas, los porcentajes de paro (sobre todo juvenil) se dispararon, y la masa popular bajo los umbrales de pobreza iba creciendo más y más cada año. Las infraviviendas en Siria crecieron el 220% en apenas una década, llevando a que más de la mitad de los sirios viva en barrios «ilegales» en los cinturones de pobreza de las grandes ciudades.»

El gobierno de Bashar aplicó todas las recetas del FMI y venía avanzando en un acuerdo de Asociación con la UE, también recibía fondos del Banco Mundial (a través de su rama privada el IFC), para los proyectos de concursos en materia energética y del Banco Europeo de Inversiones. «La actuación de la Unión Europea se enmarca en el denominado «Country Strategy Paper 2007-2013″ y en un Programa indicativo 2007-2010 para el que se asignaron 130 millones de Euros, con tres objetivos prioritarios: Apoyo a la reforma política y Administrativa, Apoyo a la Reforma Económica y Apoyo a la reforma social. Las operaciones del Banco Europeo de Inversiones estuvieron bloqueadas desde 1992 hasta diciembre de 2000, momento en el que Siria y Alemania alcanzaron un acuerdo sobre la deuda bilateral proveniente de la antigua RDA. Desde entonces, el BEI ha comenzado a financiar proyectos de infraestructura en Siria. En 2009, la Unión Europea fue el principal socio comercial de la RAS, pagando una factura de 4,177 MUSD y suministrando mercancía por valor de 3,226 MUSD.» (según el informe de la Oficina de comercio de España en Damasco, 2010).

Podemos apuntar además que los sindicatos están controlados por el partido del régimen y que no existe el derecho de huelga.

El imperialismo y los apoyos al régimen de Bashar

Con estas premisas es normal que el imperialismo no tuviera interés en apoyar un proceso revolucionario en el país. Pues el que mejor garantizaba sus intereses era el mismo régimen. Hemos visto como a pesar de que para EEUU, Siria seguía siendo un país que apoyaba el «terrorismo», por sus relaciones con Irán y con Hezbollah, esto no le impedía al FMI, al Banco Mundial y a la Unión Europea ir negociando con Siria.

También Siria ha encontrado otros aliados, Rusia y China, países que hace décadas que ya son países capitalistas llenos de millonarios. Estos le sirven armas como también lo hace Irán, mientras los revolucionarios sufren, ellos si, el embargo de armas.

La «izquierda» que apoya dictaduras y las dudas que siembran

Otra cuestión es el nefasto papel que está teniendo gran parte de la izquierda al apoyar al régimen dictatorial de Bashar. Muchos se han colocado al lado de los mensajes de Fidel Castro y del difunto Chávez de Venezuela. Ambos se declararon amigos de Bashar y de su régimen. Lo llamaron humanista y hasta socialista. El gobierno venezolano envía petróleo refinado para el combustible de la aviación siria que bombardea a la población. La excusa que plantean es que Bashar hace declaraciones contra el Estado de Israel, se declara antiimperialista y acusa a la revolución de ser un complot imperialista para derrocarle. El apoyo que están dando Qatar y Arabia Saudí a sus seguidores en Siria sería la prueba de esto. La entrada masiva de las milicias de Hizbullah en apoyo al régimen sirio, sería otra prueba de que Bashar es anti sionista.

Otros plantean que efectivamente Bashar es un dictador pero que no sabemos que puede pasar si triunfan los rebeldes. Podría, dicen, llegar un régimen peor, un régimen islamista radical, una dictadura religiosa. Ese argumento lo levanta el propio régimen de Bashar que quiere hacer creer que o bien es una conjura internacional del imperialismo o es al mismo tiempo una guerra civil de facciones religiosas que quieren acabar con el estado laico.

Bashar ¿laico, democrático y propalestino?

En realidad el régimen sirio no es exactamente un estado laico en el que no importe la religión, o no, que uno profese. Los jefes religiosos tienen un gran papel en el régimen sirio. El régimen además fomentó la división y se apoyó en una de las facciones musulmanas, los alauitas (10% de la población) para controlar el ejército y las instituciones del estado. Está prohibido el matrimonio civil por lo que solo pueden casarse entre sí los que provengan de la misma religión. Los Kurdos sirios fueron masacrados y discriminados durante décadas, solo con el inicio de la revolución les concedió la ciudadanía para tratar de neutralizar a este sector. El que Bashar encuentre el apoyo de Hizbullah, la milicia chiita libanesa, y del régimen dictatorial de los ayatolás de Irán, no les extraña nada a los que hablan de la laicidad del régimen sirio.

Tampoco con los palestinos de Siria (que provienen de los refugiados del año 48) Bashar ha tenido contemplaciones. Todos sus discursos en apoyo a Palestina se han ido definitivamente al basurero de la historia cuando inició los bombardeos al campamento de Yarmuk, donde vivían más de 150.000 personas entre palestinos y sirios. Los palestinos de Siria son parte de la revolución porque como el conjunto de la población siria sufren la misma miseria y falta de libertades.

Un proceso revolucionario en curso

Hay quienes no apoyan a la revolución siria porque no queda claro quien la dirige, porque hay sectores pro «occidentales» en las filas de la oposición o porque están las milicias de Al Nashra, vinculadas a Al Qaeda.

En medio de este proceso revolucionario, como en todos los anteriores en el mundo, la burguesía actúa, intenta llevarse el agua para su molino, cambia de táctica cuando ve que una no le funciona. Lo vergonzoso es que desde la izquierda haya quienes les hacen el juego facilitando así la labor al imperialismo y al régimen sirio.

Las revoluciones se dan como se dan, no siguen un patrón determinado. Hay que mirarlas objetivamente, como se estén desarrollando. Las masas sirias se levantaron primero pacíficamente pero al verse reprimidas y asesinadas tomaron las armas para defenderse y para acabar con el régimen. El pueblo sirio no pudo construir una dirección revolucionaria al gusto de unos o de otros. La tiene que ir construyendo en medio de los bombardeos del gobierno y en un escenario en el que hay muchos intereses en juego. Y en medio de todo esto están construyendo sus propios organismo de poder: los comités locales, su Ejército Libre Sirio, sus organizaciones de Estudiantes Libres… Con todas sus debilidades y fortalezas. Es un proceso vivo que debería ser conocido y apoyado por todos los trabajadores y pueblos del mundo.

Fuente original: http://entretierras.net/2013/06/15/el-aislamiento-de-la-revolucion-siria-y-sus-responsables/