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El antiguo camino del rey David: los arqueólogos israelíes están ayudando al robo de Silwan

Fuentes: Mint Press News

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

Invocando la «ciencia» como su razón y con total desprecio por el bienestar de la población, se cavan túneles debajo de las casas palestinas en Silwan, destruyendo los cimientos y obligando a los residentes a huir.

El embajador de Estados Unidos en Israel, David Friedman, habla durante la apertura de un «camino antiguo» que atraviesa el barrio palestino de Silwan. Tsafrirbayov | AP

Wadi Hilweh, también conocido como Silwan, es una hermosa y antigua ciudad, que se encuentra en el valle justo debajo del complejo de Al-Aqsa, en las afueras de la ciudad vieja de Jerusalén. Lamentablemente, cualquier día en este antiguo valle, uno puede ver la limpieza étnica en curso, la violencia incitada por los colonos israelíes y la eliminación de la historia, todo al mismo tiempo y a plena luz del día.

Debido a su proximidad a la Ciudad Vieja, Silwan ha sido objeto de un brutal ataque por parte del Gobierno israelí, el municipio de Jerusalén y en particular las organizaciones sin fines de lucro Elad y Ateret Cohanim, que subsidian la violencia, la destrucción del patrimonio palestino y financian la construcción de colonias judías en Jerusalén Este.

Conquista y destrucción sionista

A lo largo de su amplia historia, Silwan ha visto ir y venir muchas culturas y conquistadores que dejaron sus huellas e hicieron que este valle sea único. Desde que comenzó la ocupación sionista de Jerusalén Este, el valle se ha convertido en un sitio de excavación, pero no por la preservación o el descubrimiento de la riqueza de la historia y la arqueología que contiene, sino por lo contrario.

Los arqueólogos sionistas excavan en Wadi Hilwe para validar su narración, ignorando e incluso destruyendo todo lo demás. Afirman que hubo un rey hebreo llamado David que gobernó en la antigua Jerusalén y que la antigua ciudad donde gobernó se encuentra debajo de las casas de la gente de Silwan. Aunque no existen pruebas históricas de que el rey David haya vivido alguna vez, las casas de la gente del valle están siendo destruidas porque Israel quiere que el mundo crea que el rey David existió.

Unos israelíes se toman selfies en un popular sitio arqueológico y turístico en el barrio palestino de Silwan, en el este de Jerusalén. Tsafrir Abayov | AP

Invocando la «ciencia» como su razón y con total desprecio por el bienestar de la población, se cavan túneles debajo de las casas en Silwan destruyendo sus cimientos y obligando a las personas a abandonar sus hogares. Un túnel -en particular- se hizo famoso cuando el embajador de los Estados Unidos, David Friedman, participó en la excavación y la destrucción.

La excavación se financia principalmente a través de la Fundación Elad, cuyo dinero, según Ha’aretz , «provino de empresas registradas en refugios fiscales mundiales como Bahamas, las Islas Vírgenes y las Seychelles, y no está claro quién las controla».

Una perspectiva sionista

Un reciente artículo publicado por el grupo de expertos proisraelí Instituto Washington para Política del Cercano Oriente, describe Silwan como “pequeño, montañoso, pobre y densamente poblado”. Sin embargo, esta descripción es engañosa. Silwan, con más de 50.000 residentes, no es pequeño. Comenzando justo debajo del santuario Al-Aqsa en la Ciudad Vieja, se extiende por el valle y sube la colina opuesta a Jabel Mukaber, que ofrece impresionantes vistas del valle y la Ciudad Vieja.

Esta foto del 9 de septiembre de 2019 muestra una vista del barrio de Silwan en el este de Jerusalén. Mahmoud Illean|AP

Si Silwan es pobre se debe en gran parte al hecho de que los guías turísticos deben advertir a los turistas de que no compren a los «árabes». Por otra parte, desde el establecimiento de la “Ciudad de David” como parque arqueológico, los turistas, unos 400.000 cada año según el Centro de Información de Silwan, hacen una parada en el sitio israelí que perpetúa la falsa narrativa, pero nunca se aventuran hacia abajo en la propia ciudad para ver los innumerables tesoros históricos y culturales que contiene. 

Según el Centro de Información de Silwan, esta ciudad sufre la negligencia del municipio de Jerusalén con respecto a las necesidades de la aldea: «La aldea permanece sin infraestructura -residencial, educativa o económica- y desde la ocupación de Jerusalén las fuerzas de ocupación no han otorgado ningún permiso de construcción para apartamentos o edificios residenciales en el barrio de Wadi Hilweh».

Tensiones

El Instituto de Washington para la Política del Cercano Oriente continúa diciendo que Silwan “a veces ha sido un punto crítico del activismo y la tensión judía y palestina». Visito Silwan a menudo. Tiene una ubicación única, es hermosa y el centro de información de Wadi Hilweh, con sus numerosas actividades, es un buen lugar para visitar y hablar con las personas que viven en el valle. Sin embargo, aunque la tensión existe claramente, no se debe al «activismo judío y palestino». Es porque los colonos israelíes se han extendido por todo el valle trayendo violencia y hostilidad a los residentes nativos.

Los colonos israelíes, la policía y la milicia privada que trabajan para los colonos crean un resentimiento totalmente justificado entre la gente de Silwan, resentimiento que a menudo estalla en forma de protestas y a menudo resulta en el arresto y asesinato de jóvenes palestinos. Agregue a eso la continua destrucción de los hogares palestinos por parte de las autoridades israelíes y tendrá una verdadera zona de desastre.

Policías israelíes disfrazados de civiles arrestaron a un niño palestino durante las protestas por las colonias solo para judíos en Silwan, 28 de enero de 2011. Sebastian Scheiner | AP

Además de todo lo anterior, a los palestinos se les impide enterrar a sus muertos en el antiguo cementerio musulmán justo encima de Silwan. El cementerio islámico Bab al-Rahmah se encuentra fuera de los muros orientales de la Ciudad Vieja y los residentes palestinos de Silwan han enterrado a sus muertos allí durante más de 1.000 años. Las autoridades israelíes confiscaron el cementerio integrándolo en el “Parque Nacional de los Muros de Jerusalén (Ciudad de David)”.

Según el Centro Internacional de Oriente Medio, “la municipalidad de Jerusalén es bien conocida por clasificar zonas palestinas como parques nacionales para el control y despojo de más territorios”. Además «el área de Bab al-Rahmah es crucial para los planes de colonias israelíes, que apuntan a unir cuatro círculos concéntricos de colonias, comenzando con la Ciudad Vieja, seguida por la «Cuenca Sagrada»(Silwan, Sheikh Jarrah, a-Tur, Monte Sión y el Valle de Kidron), la frontera de anexión de Jerusalén, y finalmente Cisjordania».

Una injusticia histórica

En 1881 una treintena de familias judías abandonaron Yemen hacia Tierra Santa. Durante varios años estos judíos empobrecidos no tuvieron residencia permanente hasta que en 1884 se establecieron en nuevas casas de piedra en el extremo sur de Silwan. Las casas fueron construidas para ellos por una organización benéfica judía llamada «Ezrat Nidahim». Allí permanecieron hasta 1936, cuando comenzó el levantamiento palestino, momento en que las autoridades sionistas los trasladaron al barrio judío de la Ciudad Vieja de Jerusalén.

Durante la campaña sionista de limpieza étnica de Palestina de 1948 todos los palestinos que residían en Jerusalén Oeste se vieron obligados a irse, los sionistas tomaron sus casas y propiedades y sus pertenencias privadas fueron saqueadas por los soldados sionistas. En una batalla que tuvo lugar en la Ciudad Vieja, la Legión Árabe de Transjordania derrotó a las fuerzas sionistas y todos los judíos que residían allí fueron evacuados.

Casas construidas por Ezrat Nidahim en las afueras de Silwan para judíos yemenitas hacia 1880. Foto | Dominio publico

Durante muchos años Ateret Cohanim había estado tratando de desalojar a los palestinos que vivían en la parte de Silwan donde residía la comunidad judía yemení. Según un informe del Centro de Información de Silwan, en enero de 2020 un tribunal israelí «emitió una decisión para desalojar la construcción de la familia Naser Rajabi en el barrio de Batn Al-Hawa en Silwan, a favor de la compañía de colonias «Ateret Cohanim», con el pretexto que los judíos poseían el terreno en el que se construyó el edificio en 1948″.

El informe afirma además que esto es parte de un plan de Ateret Cohanim para controlar 5.200 metros cuadrados del Barrio Central llamado Batn Al-Hawa, alegando que «los judíos de Yemen eran dueños de la tierra desde 1881». Los residentes de Silwan señalaron al tribunal que habían «vivido en el vecindario durante décadas y que tenían un comprobante de compra de la tierra y la propiedad». El tribunal decidió a favor de los colonos judíos.

Actitudes belicosas

El Instituto de Washington para la Política del Cercano Oriente afirma que «las actitudes en Silwan son excepcionalmente belicosas». Cita como ejemplo que a los lugareños se les preguntó si estaban de acuerdo con la frase: «Espero que algún día podamos ser amigos de los israelíes, ya que todos somos seres humanos después de todo». «En Silwan», declara el informe, «solo el 4% está de acuerdo, en comparación con el 90% que está ‘totalmente’ en desacuerdo».

Unos palestinos observan cómo las autoridades israelíes destruyen la casa de su familia en el barrio de Silwan, Jerusalén Este, 17 de abril de 2019. Mahmoud Illean | AP

Teniendo en cuenta lo que Israel hace al pueblo de Silwan, esas cifras apenas son impactantes. Pero, contrariamente a lo dicho por el Instituto de Washington para la Política del Cercano Oriente, la agresión ha estado abrumadoramente del lado israelí.

Miko Peled es un autor y activista de derechos humanos nacido en Jerusalén. Es autor de El hijo del general. Viaje de un israelí en Palestina  y de Injustice, theStoryoftheHolyLandFoundation Five.

Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Mint Press News.

Fuente: https://www.mintpressnews.com/how-israel-archeologists-aiding-theft-silwan/266005/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión.org como fuente de la traducción.