Recomiendo:
0

Aseguró que la deportación de los extranjeros casados con ciudadanos israelíes es un obstáculo constitucional

El asesor jurídico del parlamento israelí desconoce una decisión del Tribunal Supremo

Fuentes: Haaretz

Traducido del hebreo para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.

Eyal Ianun, asesor jurídico de la Knesset israelí se pronunció críticamente en el debate de la Comisión de Interior de la Knesset contra un proyecto de ley que permitiría la deportación de los extranjeros por un período de hasta 10 años, en una crítica sin precedentes al Gobierno acusándolo de poner «una barrera constitucional» a la Knesset e ignorando descaradamente una sentencia del Tribunal Supremo.

Las críticas de Ianun en el debate de la Comisión de Interior de la Knesset, son por un proyecto de ley del Gobierno, que establece que los extranjeros casados con ciudadanos israelíes que no hayan regulado su situación, serán deportados al extranjero por un período de hasta diez años y sólo desde allí podrán actuar para regular su situación en Israel.

Según la ley, el cónyuge extranjero que haya pasado tres años en Israel sin resolver la situación será desterrado por diez años «de reflexión». El cónyuge extranjero que haya pasado hasta tres meses sin regularizar su situación podrá ser expulsado por un máximo de un año. La ley, redactada por el ex fiscal general Meni Mazoz, inicialmente estaba destinado a impedir que los palestinos se afinquen en Israel por un matrimonio ficticio con cónyuges israelíes. Sin embargo, según Ianun, «el texto propuesto no sólo afecta a los palestinos, sino también a voluntarios de kibutz, a turistas y a trabajadores extranjeros».

Los períodos de enfriamiento que propone la ley son para castigo

Continúa diciendo Ianun: «Es un impedimento constitucional que el Gobierno pone a disposición del Parlamento y se desentiende de los fallos al respecto de la Suprema Corte de Justicia. El tribunal afirma que una persona que vive habitualmente tiene el derecho básico constitucional a la vida familiar con quien eligió como compañero. Los períodos de reflexión propuestos por la ley no están supeditados a la prueba de honestidad matrimonial aunque sí están dirigidos a someter a un castigo. De la ley se infiere que, incluso si el matrimonio es verdadero, el cónyuge extranjero deberá pasar años en el extranjero antes de que pueda reunirse con su familia en Israel». El representante del Procurador General dijo en el debate que la ley no se aplica a las parejas actuales que no reúnan las condiciones que impone la ley, sino que se comenzará a aplicar desde el momento que se promulgue, es decir para los matrimonios que se realicen en el futuro.

El proyecto de ley es una de las tres condiciones que se introducirán en la enmienda para entrar en Israel. Las condiciones aparecieron originalmente en el Parlamento dentro de los acuerdos concertados, luego se separaron en el último momento por recomendación del mencionado asesor Ianún. La comisión de Interior se reunió hoy para comenzar a preparar los cuatro puntos para el segundo y tercer llamado del Parlamento.

Las otras dos secciones son «el vínculo» de los trabajadores extranjeros en Israel con su trabajo, para que no puedan abandonarlo para ir a otro trabajo. Por lo tanto, la ley permite que el ministro de Interior y de Asuntos Sociales pueda «enganchar» a los trabajadores que vienen a Israel a una zona geográfica determinada y no se les permita trabajar en otros lugares que no aparecen en el permiso de entrada al país. Al mismo tiempo, la ley permite a los ministros atar a los trabajadores a sus empleadores y evitar que cambien de empleador.

«Medio loco»

«El Gobierno eleva una ley para que se discuta en la Knesset que ya se discutió hace sólo cuatro años y en entonces se calificó de un poco loca», dijo el abogado Oded Feller de la Organización para la defensa del ciudadano en Israel. «El proyecto de ley amenaza con volver a Israel a patrones no democráticos y de conductas perjudiciales». Según sus palabras, «el proyecto de ley tiene por objeto restaurar un orden que fue rechazado por el Tribunal Supremo porque equivale a «una versión moderna de la esclavitud que lesionaría los derechos fundamentales».

Hanna Zohar, directora general de «la línea para el trabajador», dijo que «El proyecto de ley no limita la cantidad de trabajadores ilegales, sino que los deja con más miedo y más explotados, a cuenta de los trabajadores israelíes».

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.

 

Manifestación contra la deportación de trabajadores extranjeros. Foto: Milrod Moti

Fuente: http://www.haaretz.co.il/hasite/spages/1207581.html