Recomiendo:
0

Entrevista a Uri Avnery

«El bloqueo está impidiendo que entren a Gaza fideos, frutas y juguetes infantiles»

Fuentes: Haaretz

Traducido para Rebelión por LB

El periodista y ex miembro del Knesset Uri Avnery es uno de los más destacados activistas políticos identificados con el campo israelí de la paz. Cumpliendo con lo que ha sido durante decenios su práctica habitual, este hombre de 86 años no dejó de acudir a la manifestación izquierdista que se celebró en Tel Aviv el sábado por la noche, esta vez para protestar por el modo en que el Gobierno israelí ha gestionado el incidente de la flotilla de Gaza de la semana pasada.

En total sólo participaron 6.000 personas en la manifestación. ¿El campo de la paz israelí aglutina sólo a una insignificante minoría?

Esa cifra es incorrecta. Hubo por lo menos el doble de manifestantes, y ésa es una cantidad enorme considerando el lavado de cerebro sin precedentes que el país sufrió durante la semana pasada, cuando una máquina de propaganda de tintes totalitarios se dedicó a repetir una única imagen y una sola historia e impidió que los ciudadanos vieran o escucharan nada más. Apenas vimos nada excepto unos pocos minutos de grabación realizados y editados por la oficina del portavoz del ejército israelí, que confiscó las grabaciones realizadas por los periodistas. La pregunta es: ¿Por qué? ¿De qué tienen miedo?

Las fotos publicadas por el ejército israelí y los medios de comunicación turcos muestran claramente cómo comandos navales israelíes son arrojados desde la cubierta y están sangrando. ¿Insinúa usted que esas fotos fueron fabricadas?

La brecha se crea cuando sólo se permite ver dos minutos [de] imágenes; no se ve lo que pasó antes ni después, por lo que es posible sacar la impresión de que fueron los turcos los que atacaron a un barco judío. Imagínese si unos judíos hubieran estado en peligro, si hubieran sido atacados en alta mar y hubiera habido muertos y heridos, imagínese el escándalo. No sólo los turcos ven esto como un ataque israelí, sino que lo hace todo el mundo.

¿Está usted convencido de que se trataba de una flotilla de ayuda?

No hay duda. La intención del Gobierno israelí es crear una crisis tan terrible que el pueblo de Gaza derroque a Hamás. El caso es que han pasado ya cuatro años y Hamás es más fuerte que antes. ¿Para qué sirve el bloqueo? ¿A quién beneficia? Si el Gobierno israelí no hubiera enviado a los pobres soldados a atacar a la nave, como sugirió el secretario del gabinete [Zvi Hauser], todo esto podría haberse evitado. Podrían haber detenido [a los buques], examinarlos y dejarlos continuar. Da la impresión de que tenemos que proteger a los soldados israelíes de[l ministro de Defensa] Ehud Barak, y del [Primer Ministro] Benjamín Netanyahu.

Cuando Netanyahu lo llama «flotilla de odio», ¿está mintiendo?

No sólo Netanyahu, también los ministros, además de unas cuantas personas en uniforme: el jefe del Estado Mayor y el comandante de la Armada. En cualquier país bien administrado el jefe de la Armada habría dimitido esa misma noche. La operación en sí refleja una asombrosa y catastrófica falta de capacidad militar. ¿Cuál es la naturaleza de un ejército cuyo almirante comanda personalmente un operativo tan estúpido? Yo he sido soldado y no recuerdo que ninguno de mis comandantes me habría colocado jamás en una situación tan idiota. Una persona capaz de dar una orden semejante no puede mandar a nuestros soldados.

¿Y la creciente evidencia de que la flotilla era una provocación por parte de terroristas no lo convenció a usted?

La historia comienza con el hecho de que Israel atacó un barco turco porque transportaba ayuda. El barco fue atacado y [las fuerzas israelíes] hicieron lo que hicieron. Eso es algo que nosotros mismos padecimos con el Éxodo, cuando los soldados británicos atacaron [a la embarcación repleta de refugiados judíos] y los inmigrantes ilegales se defendieron como pudieron. Tres inmigrantes murieron y decenas resultaron heridos. Ese fue el principio del fin del mandato británico, acaecido sólo ocho meses después.

Siguiendo con ese paralelismo que usted está haciendo, ¿qué dice todo esto de nosotros?

¿Paralelismo? En aquel tiempo había un ministro del Gobierno británico llamado Ernest Bevin que era estúpido y grosero, y ahora tenemos a un ministro de Defensa que es estúpido y grosero. Estamos dirigidos por una pandilla de idiotas. Desde la semana pasada se ha producido un gran cambio en el camino para poner fin a la ocupación y al asedio a Gaza, que es un asedio basado en mentiras y envuelto en estupidez.

Benjamin Netanyahu dijo que el propósito del bloqueo es impedir la entrada de armas a Gaza. Eso es mentira. Lo que Netanyahu está impidiendo es la entrada de fideos, frutas, juguetes infantiles y papel para libros. El daño que se ha causado esta semana a la imagen de Israel es mayor que el causado por la operación Plomo Fundido [en Gaza en diciembre del 2008 y enero del 2009]. Estoy recibiendo mensajes de judíos liberales [residentes en el extranjero], y ven todo esto como un desastre. Avanzamos a ciegas como la gente de Sodoma: ciegos y caminando, aumentando la ola de odio contra Israel.

¿Es posible que algo bueno emerja de esta crisis, como lo hizo del incidente del Éxodo?

En el Fausto de Goethe Satanás aparece y dice: «Yo soy el poder que siempre desea el mal pero provoca el bien». Podría ocurrir que, paradójicamente, algo bueno surgiera de lo malo.

¿Quién será el líder? Después de todo, el campo de la paz no tiene liderazgo político.

Todos los desastres en Israel comenzaron cuando Ehud Barak se autoproclamó jefe del campo de la paz. Se fue a Camp David sin preparación y fracasó. Cuando volvió no dijo que las negociaciones continuarían. En lugar de eso, dijo: «He removido hasta la última piedra en el camino de la paz. No tenemos interlocutor». Esas palabras provocaron un desastre del que todavía no nos hemos recuperado.

Pero puede que ahora, debido a este incidente, las personas que se han mantenido al margen comprendan que tenemos un problema existencial. Interpreto la manifestación [de la noche del sábado] como un nuevo despertar. Tenemos un largo camino por recorrer. Estamos en una situación en la que el sistema político está dividido de un extremo a otro. La semana pasada en la Knesset vimos que Kadima no es una versión diferente del Likud, es aún peor. Yo he sido miembro de la Knesset durante 10 años y no recuerdo haber visto ni de lejos nada tan vergonzoso como aquello: ataques físicos [contra los diputados árabes] por parte de casi todos los parlamentarios judíos, acompañados por gritos racistas y sexistas.

¿Los diputados árabes no participaron en el tumulto?

Hay polarización en ambas partes. Las acciones provocan reacciones. Se genera aquí un círculo vicioso cuando el Parlamento desciende a semejante abismo. Trato de encontrar la palabra correcta: chusma parlamentaria. Me aterroriza de nuevo. Es un golpe mortal a la democracia parlamentaria.

¿Incitó [el primer ministro turco] Erdogan a la región?

Eso es parte de la estupidez. Desde hace décadas hemos tenido un amigo muy importante en el Oriente Medio: el ejército turco. La política turca ha ido cambiando en los últimos dos años; Turquía quiere posicionarse como una superpotencia en Oriente Medio y deseaba mediar entre Israel y el mundo musulmán. Y, suponiendo que no nos agrade el hecho de que Turquía se haya acercado más a Irán, ¿qué hemos hecho? Hemos unidos a toda Turquía en el odio a Israel. ¿Valía la pena?

Fuente. http://www.haaretz.com/print-edition/features/veteran-peace-activist-israel-trying-to-get-gaza-people-to-overthrow-hamas-1.294593