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Entrevista al doctor Agustín Lage Dávila, Director General del Centro de Inmunología Molecular

El compromiso de educar, dirigir y hacer ciencia

Fuentes: Rebelión

Agustín Bienvenido Lage Dávila Doctor en Medicina, Especialista de 2do grado en Bioquímica y Doctor en Ciencias Médicas, Investigador Titular, Profesor Titular y Miembro de Mérito de la Academia de Ciencias de Cuba, es el Director General del Centro de Inmunología Molecular (CIM) desde su fundación en 1991. Inició su labor como investigador en el […]

Agustín Bienvenido Lage Dávila

Doctor en Medicina, Especialista de 2do grado en Bioquímica y Doctor en Ciencias Médicas, Investigador Titular, Profesor Titular y Miembro de Mérito de la Academia de Ciencias de Cuba, es el Director General del Centro de Inmunología Molecular (CIM) desde su fundación en 1991. Inició su labor como investigador en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas, como parte de los estudios de post-grado, en el tema del fraccionamiento celular. Posteriormente en el Instituto Nacional de Oncología (INOR) trabajó en las alteraciones bioquímicas asociadas a la transformación maligna. Realizó una estancia de trabajo en el Instituto Pasteur de Paris, como parte de su proyecto de Doctorado que defendió en 1979. En los últimos años ha defendido el paradigma de convertir el cáncer avanzado en una enfermedad crónica controlable, a partir del uso de combinaciones terapéuticas, basadas en la comprensión de la inmunidad como un sistema complejo, y de la extensión de la inmunoterapia a la atención primaria de salud. Durante su vida científica ha publicado más de 100 artículos científicos, muchos de ellos en revistas de alto impacto, y ha impartido decenas de conferencias en eventos nacionales e internacionales. En particular, ha escrito numerosos artículos sobre la relación entre la ciencia y la economía, y la importancia de esta relación en la sociedad socialista. Como Diputado a la ANPP ha promovido numerosos proyectos en el Municipio de Yaguajay para conectar el desarrollo científico-técnico con la vida económica-social. Goza de gran prestigio y respeto por parte de sus trabajadores. Frecuentemente se le invita a dar conferencias en diferentes eventos nacionales e internacionales. Miembro del Comité Central desde 1991 hasta el 2011.


Nos preguntamos muchas veces si el tiempo nos alcanzará para hacer todo lo que queremos o para lograr todas las metas que nos tracemos; medio siglo nos parece en ocasiones más que suficiente, pero para algunas personas 5 décadas es un período muy corto para todos los proyectos imaginados.

Ese es el caso de este médico, investigador y científico por excelencia, que ha llevado a su cargo desde muy temprana edad el compromiso de educar, dirigir y hacer ciencia, compartiendo desde entonces la idea expresada por nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro: «El futuro de nuestra Patria tiene que ser necesariamente, un futuro de hombres de ciencia, de hombres de pensamiento».

A un paso veloz y con su indispensable bata de médico, transita Agustín Lage por los pasillos del Centro de Inmunología Molecular (CIM), centro que dirige desde el 91´ y que a pesar de ser una institución joven ha alcanzado gran prestigio y reconocimiento por sus resultados científicos y sus aportes a la sociedad y a la economía del país. Lage ha sido un ente clave para todos estos logros, puesto que ha sabido guiar y orientar a todos en una misma línea de trabajo.

Sintiendo un infinito placer de pertenecer a este colectivo enorme, tuvimos el privilegio de que nos aceptara en su amplia pero modesta oficina, que como decoración principal posee libros, una foto del Che y el mapa de las rutas metabólicas humanas. Con rostro serio, pero sin faltarle el humor te garantiza un saludo efusivo y un cuento que siempre viene a colación, sacándote una carcajada que para nada resultará trivial, pues cada historia traerá siempre consigo una enseñanza. Ajustando sus espejuelos para releer las notas que trae en sus manos, como si el tiempo apremiara, atento escucha mis preguntas.

¿Está de acuerdo con la frase muy comúnmente usada por los adultos: la juventud está perdida?

Con lo de la juventud está perdida obviamente que no estoy de acuerdo, ahí es un no total y rotundo. La gente pierde la memoria humana, es un mecanismo de lo más interesante, la memoria humana va borrando los hechos desagradables y negativos, y va conservando los positivos. Cuando uno habla con una persona de 60 años de edad, los recuerdos que te dice de su etapa juvenil son recuerdos filtrados, pero si se hace un esfuerzo por hacer un análisis por recoger datos, por recordar hechos, lo que sale del análisis, que yo soy capaz de hacer, es que la juventud actual es mucho más sana, más culta, más social, de más inquietud social que la juventud promedio de la década en que nosotros éramos jóvenes. Por supuesto en todo período hay un grupo de personas que son la vanguardia, pero como componente social yo no tengo duda ninguna en decir que la juventud de ahora es mejor que la que había hace 40 años.

El CIM tiene un promedio de edad general menor de 40 años ¿Cómo ha sido su relación con los jóvenes durante estos años dirigiendo el CIM?

La palabra relación, no la veo adecuada porque no es algo con lo que uno se relaciona, realmente mi percepción de vínculo con la juventud del CIM siempre ha sido sentirme parte, no relacionarse con algo que es externo. Quizás de lo que no me siento parte es del estrato que tiene la edad mía. Puede haber alguna razón histórica de eso; la organización que hoy es el Centro de Inmunología Molecular surge en un núcleo que se desarrolla en el Instituto de Oncología, donde visitó el Comandante en Jefe, dio las tareas fundamentales y las indicaciones, de ahí salió el CIM. En aquel momento teníamos muchas ideas y en ese momento yo era el secretario de la UJC del Oncológico, realmente de alguna manera las ideas, que fueron ideas fundacionales, de lo que hoy es la biotecnología en el CIM, el Centro de Inmunología Molecular, el trabajo investigación producción, la consagración al trabajo, todas estas cosas que son los temas que hoy constituyen el compromiso social de los jóvenes aquí, son las cosas que discutíamos en el comité de base de la juventud. En aquella época, con ideas, como pienso yo que debe ser, más avanzadas que de la generación precedente. Cuando empezaron a hablar de biotecnología y de desarrollo de la ciencia en Cuba, eso se empezó a discutir en el comité de base de la UJC. El nacimiento mismo del Centro de Inmunología Molecular está muy vinculado a la audacia de los jóvenes, porque en aquel momento había que tener audacia, se veía una cosa que, para ustedes que hoy entran aquí, les parece algo natural, que han visto desde el primer día que entraron al centro, pero desde aquella perspectiva se veía como una cosa distante y remota. Nada más que la capacidad de los jóvenes de soñar, es capaz de concebir una idea de ese tipo, que luego fue alentada por Fidel, que es más joven que todos nosotros, desde el punto de vista de su capacidad, pues es de los que nunca se ha sentido que se relaciona con los jóvenes, sino que siempre ha sido parte de ellos. 

¿Cuáles serían sus principales recomendaciones a alguien que tuviera que «fundar» un CIM nuevo basado en jóvenes?

Con los jóvenes hay que ser muy auténtico, a nadie se le debe fingir y a los jóvenes menos, ya que ellos no perdonan eso. Además cualquier actitud de aparentar lo que uno no es, los jóvenes tienen una sensibilidad y un olfato especial para darse cuenta de quién es cáscara nada más y dentro no hay nada. Con la juventud hay que ser muy sincero y uno tiene que discutir cosas en las que uno cree, no les puedes decir cosas en las que uno no cree. Lo primero que hay que hacer para fundar un centro o cualquier cosa, una fábrica, un ballet provincial, un equipo de pelota, una unidad militar o lo que sea, lo primero que hay que hacer para la tarea de catalizar o cohesionar un colectivo humano en función de un propósito, cualquiera que sea ese propósito, la primera recomendación es que hay que creer en eso, si se tiene un 1 % de escepticismo, apaga y vámonos que no vas a lograr nada con los jóvenes, porque hay que creer en eso a profundidad. Eso es lo primero y a partir de ahí, de ese piso se construye todo. Después de eso hay que tener con los jóvenes mucho diálogo, abrir conversaciones, espacios de discusión, no crear jerarquías y creo que un propósito noble como es contribuir al desarrollo del país, de la Salud Pública, perseguido con sinceridad y dando el ejemplo de las cosas que uno cree, es suficiente para capturar el espíritu de los jóvenes y para atraerlos. Por supuesto después viene el tema de las técnicas y los métodos de dirección, pero eso añade el último 10%. El 90% de la tarea es, propósito claro, tener un propósito y saberlo comunicar, permanentemente comunicar, pero eso hay que hablarlo, hay que oír a la gente. En el fondo como todas las cosas importantes en la vida son simples, es así de simple.

Lage, usted tiene como principales cuadros a personas jóvenes y profesionales. ¿Cuáles son las cualidades o aptitudes en las que repara para hacer esta selección o que usted considera que deba tener todo dirigente, especialmente un dirigente en la sociedad socialista cubana de hoy?

En la sociedad socialista cubana de hoy, como una sociedad socialista verdadera, lo primero es tener valores, hay que tener valores morales, yo pienso que sea el punto de partida. El edificio de un dirigente en formación se construye sobre los cimientos de los valores, si esos cimientos no están no se debe perder el tiempo en construir nada, ellos tienen que estar. Desde luego una vez que esos cimientos están, puede haber compañeros que como dirigentes fracasen por otras razones, digamos formación y preparación, pero hay que partir de los sentimientos de valores morales y escoger gente con valores morales. Yo creo que tú los has visto aquí, son la gente que tenemos aquí, la gente que se han ido escogiendo, que forman parte del centro en general y en especial del equipo de dirección son gente con valores morales. Yo creo que eso hace la diferencia de la sociedad nuestra y la sociedad capitalista, esa es la diferencia fundamental. Una vez que uno tiene un equipo de compañeros con valores morales, hay que buscar gente que tenga confianza en sí misma, que tenga un nivel de audacia, sobre todo de jóvenes para formar como cuadros de dirección, pero para tener audacia tú tienes que confiar en tus ideas y en lo que te propones hacer, gente que tenga audacia y metas altas también. Tienes que tener gente que quiera conquistar la luna, aunque la vida muchas veces rebaje eso y se llegue a la mitad, siempre se llega mucho más lejos de lo que se hubiera llegado sino te lo hubieses propuesto. Hay una frase de un filósofo argentino que se llama José Ingenieros, de principio del sigo XX que decía: «Lo bueno posible se alcanza luchando por lo imposible mejor». Yo creo que esa frase captura la idea. Se necesita gente que se plantee lo imposible. Con gente con valores morales, con confianza en sí mismo y metas elevadas, ese es el equipo que hace falta. A los jóvenes hay que pedirles metas elevadas y como consecuencia de todo eso, para conseguirlas hay que trabajar mucho, ser gente dispuesta al esfuerzo, al trabajo. Dicen que en el único lugar donde éxito va primero que trabajo es en el diccionario, en la vida real es al revés. El trabajo siempre va primero, tiene que ser gente que coja la vida en serio, hay gente que coge la vida para jugar, esos no, no quiere decir que sean malas personas, puede que a lo mejor sean buenas personas pero esas no forman parten de ese equipo.

¿En qué métodos se basa usted o qué mecanismos utiliza para entrenar y preparar a las personas que dirigen las diferentes áreas del CIM?

Tiene que haber muchos mecanismos, la formación de los jóvenes científicos, de los jóvenes dirigentes científicos es un proceso distribuido, no hay un currículo, el currículo termina en la universidad, cuando se sale por la puerta de la universidad acabó la vida curricular, incluso algunas personas dicen que hasta el doctorado sigue tu vida curricular, puede ser. De ahí en lo adelante nadie puede predecir los conocimientos que uno necesita, el desarrollo intelectual de cada persona es muy idiosincrático, muy de ese, que es irrepetible y a lo largo de todas las tareas que la vida te va poniendo uno va construyendo un currículo que es muy propio y que el de al lado no es igual. En todos esos espacios hay opciones de transmitir una experiencia, de transmitir una educación. Cuando se da una clase, cuando hay una reunión, cuando se discute un plan de trabajo o se evalúa a alguien, o hay que sancionar a un compañero y discutir una situación difícil, todos esos espacios, son espacios de formación de la gente, por eso el proceso de formación es un proceso que tiene que estar a lo largo y ancho de toda la organización, por esto usaba la palabra de un proceso distribuido. Lo que se trata es de construir en la organización un ambiente de superación, que la gente entre aquí y que desde que marque tarjeta sepa que a partir de ese momento se está superando ya, de alguna manera, por las cosas que está viendo, por las discusiones en las que esté participando, por el seminario que fue. Es decir, una atmósfera de superación permanente y si somos capaces de construir esa atmósfera, en ella misma se irán formando las personas. Este espacio tiene muchos componentes ahí si no hay una receta. Se trata de capturar cada oportunidad; cada hecho de la vida laboral es al mismo tiempo una oportunidad educativa, si el dirigente la sabe aprovechar, no me refiero al director general, sino a la pirámide de dirección. El dirigente tiene que estar muy alerta de no desaprovechar una oportunidad de un mensaje educativo porque se le dan todos los días, a todas horas y además de aprovecharlo, debe ser inteligente en el sentido de que la función es lograr el desarrollo de esas personas. En las organizaciones de este tipo basadas en el conocimiento, que pretenden ser organizaciones de avanzada en nuestra sociedad socialista, los subordinados no trabajan para el jefe, el jefe trabaja para los subordinados, es al revés, así se pueden lograr las potencialidades de esos subordinados. De esta forma se empieza a crear en el trabajador que entra al centro la percepción de que esta respirando superación y no hay elemento de más peso que eso para dar cohesión, sentido de pertenencia, eso es más importante que cualquier beneficio material sin desconocer que deben haber condiciones materiales de trabajo.

¿Cuál es el papel de la «consagración en el desempeño del CIM y como lo revaluaría en el entorno actual donde «cumplimiento» y «eficiencia» son las palabras de orden en el país?

Yo pienso que los conceptos de cumplimiento y eficiencia, son conceptos que tienen sus limitaciones en este tipo de trabajo nuestro. Cuando se habla de cumplir, se habla de cumplir pero con qué? El concepto de que yo cumplo, que soy cumplidor, lleva implícito aunque no esté dicho es que yo estoy cumpliendo con algo que alguien que dijo que yo debía cumplir, es decir, que el objetivo vino de afuera. Pero estas organizaciones como la nuestra tienen éxito en la medida que los objetivos vengan de adentro, de cada persona. Nadie te lo puede imponer de afuera. Por tanto entre una persona que cumple al 100 % con un objetivo mediocre y una persona que se plantea un objetivo descomunal y se queda a la mitad, yo prefiero este segundo mil veces. Lo mismo vale para el tema de la eficiencia. La eficiencia es hacer bien y a bajo costo lo que hay que hacer, pero qué cosa es lo que hay que hacer. Lo que hay que hacer es producir un millón, diez millones, cien o mil? Aquí hubo una época donde en los balances anuales, decíamos que algún día llegaremos a exportar diez millones de dólares, este año estamos llegando casi a los cien, estamos hablando de seguir para adelante, es decir, no de quedarnos en los diez eficientemente, sino seguir creciendo. Por eso considero que en este tipo de trabajo nuestro, vinculado a la ciencia, a la innovación, al desarrollo económico, los conceptos de eficiencia y cumplimiento, tienen que estar en función de objetivos más grandes. Estos conceptos no son metas en sí mismo, tienen que estar en función de objetivos superiores y el compromiso con esos objetivos superiores, esa es la consagración. El día que perdamos la consagración, perdimos los grandes objetivos, esas dos cosas están vinculadas, ese es el valor que tiene.

¿Qué lo motiva o estimula a mantener ese espíritu activo y esa actitud creadora día a día, y qué de eso usted le diría a la juventud que tomara como consejo?

Esa es la pregunta más fácil de todas, ¿qué cosa es lo que me estimula? La Revolución. Esa pregunta es muy simple y se contesta con una palabra. Cuando te hablo de la Revolución, te estoy empezando de Martí, nosotros tenemos el privilegio de haber nacido en un país con procesos políticos y sociales que han sido muy audaces. Empezaba por Martí, pero más atrás también, los fundadores de la nacionalidad cubana. No es que se trate de un chovinismo de que los cubanos somos lo mejor del mundo, no se trata de esa banalidad, pero sí de conocer las especificidades del país en qué vivimos. Para eso es importante estudiar la historia, ese es un consejo, la historia hay que conocerla, hay que estimular a la gente a estudiar historia, porque eso es lo que tienes en la genética social y cuando uno estudia la historia, los fundamentos de la nación cubana, te das cuenta por ejemplo, te pongo algunos ejemplos, siempre decimos, la guerra de independencia comenzó el 10 de octubre y Céspedes le dio la libertad a los esclavos, punto y pasamos al otro tema, no, eso es una cosa muy importante. Hoy lo vemos como un elemento obvio pero en aquella época no lo fue. Nosotros tenemos una historia donde los hechos políticos han estado muy vinculados a las doctrinas sociales y de avanzada y muchos pensadores de la independencia latinoamericana, tenían la imagen de copiar a Europa y Martí polemizó con ellos, y polemizaban en que la distinción no es escoger entre civilización y barbarie, es escoger entre lo auténtico y lo importado. En el pensamiento social cubano, por supuesto la figura monumental es José Martí, pero hay mucho pensamiento cubano muy avanzado, en comparación con cada una de las épocas, llegando hasta Fidel, que se planteó metas enormes. El hecho que el pueblo cubano haya tenido esa historia, con líderes que veneramos, los admiramos y por supuesto la historia le será eternamente agradecida por eso, pero son los líderes y el pueblo que está alrededor los que han alcanzado estos logros. Líderes visionarios y avanzados han existido en muchos países del mundo, donde las masas no los han seguido, es decir, aquí hay una historia, no solo de pensamiento social avanzado, aquí en nuestro país hay una historia de una población dispuesta a seguir esas ideas. Eso tiene que ser una fuente de estímulo para cualquiera que comprenda esto, por eso hay que enseñarlo, para que la gente entienda de donde parte y que tiene detrás, como base de su conciencia social.

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