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El Concordia fue el símbolo del «naufragio de Europa» de Godard

Fuentes: La Vanguardia

El director escogió el barco italiano para rodar su última película ‘Film socialisme’, un ensayo sobre la incomunicación y la falta de utopías en el viejo continente

Jean-Luc Godard, siempre trágicamente visionario. Godard, siempre demasiado actual. Tal y como afirma The Guardian, el director escogió el Costa Concordia – triste protagonista por el accidente que ha causado 11 muertos y múltiples desaparecidos – para rodar su película Film socialisme, un ensayo sobre la incomunicación y la falta de utopías en el viejo continente.

Godard, uno de los impulsores de la revolucionaria Nouvelle vague, creador de obras maestras como À bout de souffle (Al final de la escapada), Vivre sa vie (Vivir su vida) o Le Mépris (El desprecio), reapareció a sus ochenta años a finales de 2010 con una película de gran potencia estética, «una sinfonía en tres movimientos».

El primero, bajo el nombre «cosas como», se sitúa en un crucero por el Mediterráneo (el Costa Concordia) donde se relacionan múltiples pasajeros, la mayoría de vacaciones; un filósofo, un embajador de Palestina, una cantante americana, encarnada por Patti Smith , un antiguo criminal de guerra, un agente doble y donde lo que se ve, la imagen, es muy diferente de lo que se dice, la palabra.

La segunda parte, titulada Nuestra Europa, explica el transcurso de una noche, en la que una adolescente y su hermano pequeño convocan a sus padres ante el tribunal de su infancia. Les exigen explicaciones sobre los temas de libertad, igualdad y fraternidad. Por último, en «Nuestras humanidades», se visitan seis escenarios de leyendas verdaderas y falsas: Egipto, Palestina, Odessa, Hellas, Nápoles y Barcelona.

Era la primera vez que el director francés rodaba, íntegramente, en vídeo. Y lo hizo dominando el color como nadie, intensificando los azules y amarillos, jugando con los píxeles temblorosos, y reflexionando sobre el viaje homérico, seguramente hacia ninguna parte, de la civilización occidental.

Se trata de un film de una plasticidad radicalmente actual, pero sin renunciar a su discurso propio, levantado desde la utilización de arquetipos como un cazador de criminales de guerra, una joven africana que asegura que no quiere morir hasta no ver a Europa feliz, o un banquero judío. Un socialismo de viaje, con unos personajes que no pueden comunicarse entre ellos, y que han dejado vacío su discurso. De hecho, en un momento dado, el filósofo Alain Badiou diserta sobre geometría y filosofía ante un auditorio sin público.

Film Socialisme habla, por lo tanto, de estatuas, de personas que parecen que se mueven pero que, en realidad, sólo tiemblan. La película se articula, pues, desde la tríada compuesta por poesía, pintura y matemáticas, siempre gracias a ese juego de citas textuales que tanto ha utilizado desde sus primeras películas Godard. Una suerte de cadenas asociativas que se rompen, fragmentos que apuestan por el interrogante antes que por la narratividad, y afirmaciones que van mucho más allá de la respuesta automática, como en el adagio latino que aparece en la pantalla, y que reza «Abii ne viderem». O sea, «me fui para no ver».

Una terrible coincidencia, sin duda.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/cine/20120117/54244534383/concordia-simbolo-godard.html