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El Consejo Militar Cubanoamericano (CAMCO), otro engendro de la contrarrevolución cubana

Fuentes: Rebelión

El Consejo Militar Cubano – Americano (CAMCO), fundada en noviembre de 1996 e integrado, según sus fundadores, por ex militares de origen cubano, se ha convertido en una de las más peligrosas organizaciones de la contrarrevolución radicada en el exterior, y cuyo programa político no se aleja en nada de los postulados de otros grupos […]

El Consejo Militar Cubano – Americano (CAMCO), fundada en noviembre de 1996 e integrado, según sus fundadores, por ex militares de origen cubano, se ha convertido en una de las más peligrosas organizaciones de la contrarrevolución radicada en el exterior, y cuyo programa político no se aleja en nada de los postulados de otros grupos ultraconservadores como la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), Consejo por la Libertad de Cuba (CLC) y Cuba Independiente y Democrática (CID), catalogadas todas de línea dura.

Las coincidencias principales de este grupo terrorista con el resto de los radicados en Miami, son:

– Apuesta por acciones violentas contra la Revolución Cubana, en una versión que no excluye la agresión directa por las fuerzas armadas norteamericanas, la promoción de la subversión interna, así como la estimulación al terrorismo.

– Tal como lo han promovido los altos personeros de la FNCA, del CLC, el CID y otros grupos, uno de sus objetivos es minar la indisoluble unidad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y del Ministerio del Interior de Cuba (MININT) con el pueblo, desarrollando proyectos como el mal llamado «Construyendo Puentes», cuyo único propósito es ganar adeptos dentro de las instituciones armadas cubanas bajo la engañosa promesa, usada no hace poco de similar manera por Jorge Mas Santos, presidente de la FNCA, de lograr que las mismas participen en una supuesta transición hacia la democracia.

No sorprendió a nadie que Eneido Oliva, presidente del CAMCO, declarara en abril de 1997 al Nuevo Herald: «Nuestro objetivo es establecer líneas de comunicación de militar a militar y apoyar los esfuerzos de los miembros de las fuerzas armadas revolucionarias que decidan romper sus lazos con la dictadura».

Al escuchar a los dirigentes del CAMCO sobre sus intenciones de incorporar a oficiales de las FAR cubanas, con el argumento de que en una época pos Castro «existe una vida para ellos», sospechosamente nos hace recordar aquellos momentos en los que en Cuba explotaron bombas contra hoteles, colocadas por mercenarios centroamericanos contratados por Luis Posada Carriles y la FNCA, en los que tanto la autora intelectual y financista de los atentados (entiéndase el brazo paramilitar de la Fundación) y Eneido Oliva coincidieron al atribuir estos criminales hechos a militares cubanos disidentes. El contrarrevolucionario dirigente del CAMCO expresó en esa oportunidad: «Estas bombas son una reacción lógica a la testarudez de Fidel Castro (.) Es un proceso interno de las fuerzas armadas. Es algo premeditado, de gente bien entrenada, que tiene acceso a armamentos y que evitan las pérdidas humanas» Nada más alejado de la verdad.

En mi caso particular, habiéndome encontrado envuelto en esta trama macabra de atentados y sabotajes organizados desde territorio norteamericano como supuesto mercenario de la FNCA, sabía que nada tuvieron que ver los militares cubanos en tan criminales hechos. Bastó esperar unos meses para que, ante la denuncia contundente de Cuba durante el juicio a los mercenarios centroamericanos celebrado en marzo de 1999 y la presentación de pruebas al respecto, se supiera toda la verdad.

Tanto el CAMCO, como el resto de las organizaciones terroristas radicadas en Miami, son financiadas con dinero del gobierno norteamericano. Prueba de ello es que en los seis años recientes el gobierno de Estados Unidos ha gastado más de 15 millones de dólares para financiar a grupos opositores al gobierno de Fidel Castro, según se dio a conocer el 22 de noviembre de 2002 en un artículo de Jim Cason y David Brooks, aparecido en La Jornada al día siguiente.

Según estos articulistas, «los montos estadounidenses son distribuidos directamente por la USAID o mediante el paraguas del Fondo Nacional para la Democracia (NED), cuyo principal financiamiento proviene del gobierno.»

Según ellos, «el donativo más grande de este programa fue otorgado al Centro por una Cuba Libre (Center for a Free Cuba), organización encabezada por Frank Calzon, uno de los promotores más feroces del embargo y crítico activo de los esfuerzos del sector agrario estadounidense para aflojar las restricciones comerciales hacia la isla.»

Apuntan en su artículo que «Calzon, operador político bien conectado en Washington, ha recibido un total de 2.7 millones de dólares para sus esfuerzos, los cuales consisten en gran medida en la distribución dentro de Cuba de copias de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la novela Rebelión en la granja, de George Orwell.»

Según Cason Y Brooks, varios funcionarios estadounidenses admiten en privado que hay pocas pruebas de que la mayoría de estos materiales hayan llegado a cubanos comunes en la isla.

Ambos articulistas afirman que «el NED también ha otorgado financiamiento al Consejo Militar Cubano – Americano (Cuban American Military Council o CAMCO), agrupación de ex oficiales militares cubanos cuyo objetivo es establecer relaciones con oficiales en la isla para alentarlos a sumarse a la oposición de Fidel Castro (.), a la par que asistirlos a entender el papel de los militares en tiempos de transición política.»

El propio presidente del CAMCO, Eneido Oliva, viendo que otros se llevaban la mayor parte de la tajada, no vaciló en extender la mano y pedir la plata para sostener una beligerancia contra Cuba basada en los mismos argumentos que sus competidores en el negocio de la contrarrevolución. Con cara de pedigüeño y aire compungido declaró: «Lo que necesitamos es que el gobierno estadounidense ayude con recursos económicos, no sólo a académicos y universidades americanas, sino también a organizaciones del exilio cubano que están preparadas, organizadas y listas para asistir al pueblo cubano y sus fuerzas armadas tan pronto comiencen cambios democráticos en la isla.»

Otra singular coincidencia del CAMCO con las más desprestigiadas organizaciones contrarrevolucionarias radicadas en Estados Unidos es la confluencia de una diversidad de personajes en sus filas y aún en su misma dirección organizativa. Integrada por ex mercenarios de Playa Girón, como el propio Oliva, así como desertores de las FAR como Rafael del Pino, abrió sus puertas a conocidos terroristas como Félix Rodríguez Mendigutía «El Gato», vinculado a tristes páginas en la historia latinoamericana como lo fueron el asesinato del Che en Bolivia, el tenebroso «Plan Cóndor» y el escándalo «Irán Contras». Vecino de 215 NE 114 street, Miami, Fla 33161, Félix Rodríguez se ufana de su pasado criminal, mientras apoya al CAMCO y a la FNCA en sus planes terroristas contra la Isla. ¿Qué concordia puede esperarse para Cuba, en una época pos Castro, de este grupo de ex militares batistianos, mercenarios y traidores a la Patria?

En su infructuoso intento por ganar adeptos dentro de las fuerzas armadas cubanas, el CAMCO ha empleado el apoyo norteamericano para invadir el éter cubano mediante una fonía contrarrevolucionaria conocida como «La Voz del CAMCO» la cual, empleando transmisiones por UTC cada martes, jueves y sábado, entre las 0030-0100, en la frecuencia de los 9955 kHz, pretende socavar el apoyo de los militares a la revolución. Radicada en Miami, usa la dirección postal Apartado Postal 526852, Miami, FL 33152, USA.

En días recientes, cuando la gusanera de Miami celebraba las medidas injerencistas aprobadas por el gobierno de George W Bush y con motivo del 102 aniversario de la instauración de la seudorrepública, Eneido Oliva declaró que los miembros del CAMCO «expresamos nuestra firme decisión de volver a una Cuba donde prevalezca la comprensión, el perdón, la justicia y la reconciliación». Sería tonto pensar que los cubanos de la Isla pueden esperar tales cosas de quienes durante largas décadas han sembrado terror y muerte en sus hogares. Sería iluso también esperar de ellos perdón y reconciliación cuando hemos visto cómo en Irak se han cebado con un odio irracional hacia los colaboradores del depuesto gobierno de Saddam Hussein, asesinándolos y sometiéndolos a infamantes torturas.

Con un odio irracional a los principales líderes de la Cuba revolucionaria, los miembros del CAMCO promueven su asesinato y conspiran en las sombras para promover atentados contra Fidel y otros dirigentes revolucionarios. A la par, alardean de tener representaciones a lo largo de la Isla y se vanaglorian de un supuesto apoyo a su programa dentro de la oficialidad revolucionaria cubana. Tal parece que estos ilusos señores no vieron a los oficiales y soldados de las FAR marchando por el Malecón habanero en franco apoyo a la Revolución y condenando las recientes amenazas del gobierno injerencista de Bush. No entienden, ni jamás entenderán, que los militares cubanos nunca dispararán ni conspirarán contra su pueblo, pues son parte de éste, son el pueblo armado.

La proyección contrarrevolucionaria del CAMCO, emulando con otros representantes de la contrarrevolución miamense, se ha dirigido en los últimos meses a crear fisuras entre el gobierno bolivariano de Hugo Chávez y las fuerzas armadas venezolanas. Acusando al gobernante venezolano de «fidelizar» a la institución militar y de sustituirlo en un futuro por milicias populares. Al respecto dijo Eneido Oliva al libelo de la mafia, el Nuevo Herald, en unas declaraciones aparecidas en el mismo el pasado julio de 2003: «No cabe la menor duda de que si Chávez sigue como presidente, el ejército venezolano va a ser destruido y reemplazado por un ejército miliciano (.) Es como una copia al carbón de lo que sucedió en Cuba en 1959».

En un «Mensaje de un general retirado cubano americano a los militares venezolanos», dado a conocer en marzo del 2003, cargado de mentiras y malas intenciones, Eneido Oliva expresó parecidos y falaces argumentos: «Hoy, 11 de marzo del 2003, envío este mensaje a los miembros de las Fuerzas Armadas de Venezuela para alertarlos de las vicisitudes y realidades que mis compatriotas y yo hemos tenido que experimentar y así tratar de evitar que muchos de ellos, en un futuro no muy lejano, se vean obligados a escribir un mensaje similar a otros hermanos militares latinoamericanos.»

Ocultando la verdad y la realidad acontecida en Cuba, agregó: «Cientos de mis ex compañeros de armas, profesionales pundonorosos y respetuosos de la Constitución, como lo son los militares venezolanos, fueron fusilados injusta y fríamente, sin haber sido juzgados por tribunales competentes. Miles cumplieron largos años de prisión, indefensos y acusados de crímenes no cometidos, Otros trataron de cruzar en improvisados botes el Estrecho de la Florida, muchos murieron en la travesía. Cientos lograron sus objetivos de alcanzar tierras de libertad, pero la inmensa mayoría que permaneció en la isla cautiva, terminaron o están terminando sus vidas olvidados y menospreciados por los que se convirtieron en ateos, vengativos y los únicos lemas que vociferaban, al igual que lo hacen ahora los llamados movimientos bolivarianos, eran los de PAREDÓN y PATRIA O MUERTE.»

Habría que recordarle al señor Oliva que en Cuba jamás ha sido fusilada persona alguna sin un juicio previo y en correspondencia con todas las garantías de la ley. Tampoco se le ha endilgado a alguien una acusación inmerecida. Debería ofrecer, al menos, ya que se precia de ser un militar de honor, una sola prueba de estas acusaciones que esgrime contra Cuba en el intento de atentar contra el apoyo de la FAN venezolana a la revolución Bolivariana.

Por tanto, el CAMCO, servidor incondicional al gobierno norteamericano, que es quien lo sustenta y mantiene con dinero de los contribuyentes, ha sido una de las cartas seleccionadas para la ofensiva anticubana diseñada por el señor Bush y sus acólitos en su intento de procurar una «transición democrática» en la Isla. Sería recomendable aclararles que esos soldados y oficiales cubanos que hoy intentan vanamente captar con mensajes y propaganda contrarrevolucionaria, jamás los recibirán con los brazos abiertos, ni apuntarán sus armas contra su pueblo. Esos soldados, parte del glorioso y aguerrido pueblo cubano, los recibirán con fuego. Esa es la única e innegable verdad.