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El Diario del Paso: La batalla del pasaporte

Fuentes: Cubadebate

4 de febrero de 2011. El Paso, TX. Pareciera que estábamos ansiosos para que se reanudara el juicio de Luis Posada Carriles en El Paso, después de un receso de 48 horas debido a la tormenta histórica que azotó este valle tejano. Llegamos todos a la vez, muy temprano. Un poco antes de las 8:30 […]

4 de febrero de 2011. El Paso, TX. Pareciera que estábamos ansiosos para que se reanudara el juicio de Luis Posada Carriles en El Paso, después de un receso de 48 horas debido a la tormenta histórica que azotó este valle tejano. Llegamos todos a la vez, muy temprano. Un poco antes de las 8:30 A.M.

Aún traíamos el frío de la mañana tras la caminata hasta la corte federal desde nuestros hoteles, porque al principio nadie se quería quitar su abrigo. La sala del tribunal todavía estaba cerrada y nos quedamos reunidos en el pasillo, esperando que abrieran la puerta: los abogados defensores, los fiscales, los agentes del FBI, los asistentes, los periodistas, Luis Posada Carriles y este abogado de Venezuela que les escribe. Nos acompañaban decenas de cajas con expedientes y varias carretillas repletas de documentos.

LA CORBATA

Después de unos 15 minutos, el secretario de la corte abrió y entramos. Vi pasar a uno de los intérpretes. Posada Carriles dice que no habla inglés, a pesar de que lo hemos escuchado hablar en ese idioma en las grabaciones de sus entrevistas con Inmigración. El intérprete vistió hoy una corbata chillona, con el diseño de la bandera de los Estados Unidos. Trece rayas, cincuenta estrellas.

Por su ligero acento es evidente que el intérprete no nació aquí, pero por su gusto en corbatas está claro que ya se asimiló.

UN REVÉS

Esta mañana la fiscalía federal sufrió un revés fuerte. La Jueza Kathleen Cardone no permitió que el jurado revise el pasaporte original guatemalteco que lleva el nombre de Manuel Enrique Castellón López y la fotografía de Luis Posada Carriles.

El pasaporte guatemalteco de Luis Posada Carriles es una pieza esencial para poder sostener dos de los once cargos contra él. El cargo diez de la acusación es por «falsas declaraciones que hizo en el trámite de naturalización», y consiste en que Posada le había declarado al Departamento de Seguridad que «no tenía ningún tipo de documentación o pasaporte de Guatemala, cuando de hecho tenía un pasaporte de esa nación con su fotografía y el nombre de Manuel Enrique Castillo López».

Sin mostrar y presentar como evidencia el pasaporte guatemalteco, sería muy difícil para la fiscalía comprobar esos dos cargos. En seguida que la fiscal Bridget Behling planteó el tema del pasaporte, la Jueza Cardone le dijo al alguacil que no convocara al jurado. La Jueza quería escuchar el debate legal sin que el jurado ni siquiera se enterara que existe un pasaporte guatemalteco con la foto de Posada y el nombre de otra persona. Le pidió a Behling que explicara cómo ella proponía establecer la fundación de la autenticidad del documento.

BRIDGET BEHLIN

Behling es una esbelta rubia que no parece ser una fiscal de la Sección Antiterrorista de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia. Es jovencita y tiene pinta de estudiante de Filosofía y Letras en alguna universidad. Camina rápido, moviendo sus brazos al ritmo de sus pasos. Su cara es un espejo de lo que siente, por eso debe ser pésima jugadora de póker.

Hoy le tocó la importante tarea de asegurar que la Jueza Cardone incorporara al expediente varios documentos claves. Le contó a la Jueza Cardone que un Agente del Buró Federal de Investigaciones (FBI) descubrió el pasaporte guatemalteco en la oficina de Santiago Alvarez durante un registro que había sido autorizado por una orden judicial. «El agente Christopher Capanelli está aquí, listo para testificar sobre la pesquisa que realizó en las oficinas de la Fundación Caribe de Santiago Alvarez», dijo Behling.

ART JERNANDEZ

El abogado de Posada Carriles inmediatamente se opuso a que ofrecieran el pasaporte guatemalteco como evidencia. «El pasaporte guatemalteco que encontraron en las oficinas de la Fundación Caribe no está autenticado», dijo. Arturo Hernández es de origen cubano, y habla perfecto español. Sin embargo, cuando se expresa en inglés prefiere que lo llamen «Art Jernandez», pronuncia Guatemala como «Huademohla» y la Fundación Caribe como «Caoeeb Faundeichion».

DOCUMENTOS DEL EXTRANJERO DEBEN SER AUTENTICADOS

La fiscalía aparentemente había anticipado como condición necesaria autenticar el pasaporte y Behling dijo que «tenemos un experto del Departamento de Seguridad para testificar que el documento fue expedido por el gobierno de Guatemala.» La jueza no tardó en reaccionar. «El pasaporte no es evidencia hasta que ustedes no cumplan con las reglas», dictaminó.

Las reglas federales que rigen las condiciones bajo las cuales se aceptarán documentos extranjeros ante los tribunales estadounidenses requieren una autenticación de algún funcionario del gobierno extranjero. «No comprendo porque ustedes no resolvieron esto anteriormente», dijo la Jueza Cardone molesta. La decisión de Cardone sacudió a los fiscales. Behling miró a sus otros colegas: Timothy J. Reardon y Jerome Teresinski. Puso cara de «¿y ahora qué?».

Estaba preparada para interrogar al Agente Capanelli sobre la pesquisa de las oficina de Santiago Alvarez en la Fundación Caribe y de repente se dio cuenta de que el testimonio no podrá realizarse, y sin el pasaporte los cargos 10 y 11 de la Causa contra Posada podían ser desestimados por falta de evidencia. Los fiscales le pidieron permiso a la jueza para tener una pequeña conferencia en el escritorio grande que le corresponde a ellos en la sala judicial.

Ahí se reunieron todos parados, de brazos cruzados: Reardon, Teresinski y Behling, más, Omar Vega, el agente del FBI encargado del caso Posada. La jueza, impaciente porque ya estábamos a media mañana y aún el jurado no había pasado a la sala judicial, le tuvo que preguntar a los fiscales dos veces: «¿listos para que venga el jurado?»

Escuché a Teresinski decirle a sus colegas en voz baja, «cambiemos el orden de los testigos entonces». Dejarían a Capanelli para después.

El jurado entró a la sala, sin saber la razón por la cual este caso se tarda tanto. Ya llevamos casi un mes y todavía no vamos ni por la mitad. La fiscalía estaba como un boxeador herido, quien busca la manera de ganar tiempo para poder recuperarse y se refugia contra las sogas del ring. Todavía turulata ante la inesperada decisión de la jueza, Bridget Behling citó a Troy Eberhardt como su primer testigo del día. Eberhardt entró rápidamente, feliz de que lo hayan citado primero. El que testifica primero, se va primero.

Behling le había explicado a la jueza que Eberhardt podía autenticar el pasaporte guatemalteco, porque era un experto forense en asuntos relacionados con documentos extranjeros. Eberhardt trabaja para el Departamento de Seguridad, en el laboratorio forense de la Oficina de Inmigración y Aduana. Es un especialista. «He examinado más de 1 000 pasaportes en más de 500 casos», dijo confianzudo. «El 25 de diciembre de 2005 examiné los documentos del caso Luis Posada Carriles«, afirmó. Behling le mostró entonces una foto. Quería que Eberhardt la identificara como el documento que examinó anteriormente, sin decirle al jurado que es un pasaporte, pero Eberhardt no había escuchado el debate entre Hernández, Behling y la Jueza Cardone. No sabía que no podía decir la palabra pasaporte ante el jurado todavía. Behling titubeaba. «¿Usted reconoce este documento?», le preguntó. «Sí», dijo el testigo, «es el pasaporte que yo examiné en relación al caso de . . .» No pudo terminar la respuesta. Hernández se levantó y planteó una urgente objeción al testimonio. Pidió una conferencia en sidebar. Es decir, sin que el jurado escuchara.

La jueza Cardone despidió al jurado y le dio la batuta a Hernández. Este volvió a recalcar que el documento no debiese ser aceptado como evidencia, porque le falta un sello de autenticación del gobierno guatemalteco. Que Eberhardt no lo puede autenticar, porque no es funcionario del gobierno de Guatemala. Behling quien había estado a la defensiva, desde que la Jueza Cardona la golpeó con la decisión de no permitir que introdujera el pasaporte como evidencia, lanzó un argumento inesperado y fuerte: «El hecho de que el pasaporte sea real es casi un tema colateral. Lo que importa es que el acusado pretendió que el documento era verídico y que posteriormente mintió sobre esto.»

Pensé que Bridget Behling había convencido a la Jueza, pero no. Cardone lleva 8 años ejerciendo de jueza en la Corte Federal de El Paso, después de haber sido nombrada para el puesto por el Presidente George W. Bush. En esta ciudad de la frontera tiene bastante experiencia con el uso de documentos extranjeros, y decidió tajante: «No voy a permitirle que introduzca el pasaporte.».

Descendió sobre la corte un silencio sepulcral por lo que parecieron interminables minutos, mientras Behling consultaba con Reardon, Teresinski y el agente del FBI Omar Vega. ¿Qué hacer?

JÚBILO ENTRE LOS ABOGADOS DEFENSORES

Los abogados de Posada Carriles no podían contener su felicidad. Hasta la usualmente taciturna Rhonda Anderson, abogada del equipo legal de Posada, se sonrió. No creo haberla visto sonreírse durante las últimas cuatro semanas. Los otros dos abogados defensores, Arturo Hernández y Felipe Millán, mostraron un júbilo incontrolable en sus rostros. Posada permanecía impávido, quizás inconsciente de las consecuencias dramáticas de esta decisión judicial.

Sin nada más que hacer con Eberhardt, la fiscal lo despide. El experto no tenía la competencia para autenticar el pasaporte. Los fiscales habían confiado demasiado y no se prepararon para esta eventualidad. Fue un error de la fiscalía, indudablemente, y le costó caro.

EL CONTRAGOLPE DE BEHLING

Después de almuerzo, regresó Behling al ring, renovada y fuerte. Citó a otro testigo: Steven Usher, del Departamento de Seguridad. Ante el jurado, Usher testificó que EEUU obtuvo un informe de la República de Guatemala a través del Tratado de Asistencia Legal Mutua (MLAT, por sus siglas en inglés) entre los dos países, y que está autenticado por un oficial del gobierno guatemalteco.

Hernández objetó, alegando que no es un documento original y tiene partes en español que no han sido traducidas. Behling le mostró al juez el original, y la traducción certificada. La jueza examinó el documento, el sello de autenticación, el original, más la traducción y concluyó que cumple con todos los requisitos de las reglas federales de evidencia, y rechazó la objeción de Hernández.

«El documento es admitido como evidencia», declaró la jueza. ¡Behling había logrado colar como evidencia una copia del pasaporte guatemalteco con la foto de Luis Posada Carriles! Aunque no contiene el pasaporte original, el informe de Guatemala, sí tiene la copia.

¡Qué ironía!: la jueza no aceptó el pasaporte original, pero sí acepta copia. Durante el interrogatorio a Usher, Behling sacudió el informe guatemalteco como si fuera una piñata. De ahí salieron muchas cosas. Una copia autenticada de la solicitud para pasaporte, con la foto de Luis Posada Carriles y el nombre de Manuel Enrique Castillo López. También una visa mexicana a nombre de Manuel Enrique Castillo López, pero con la foto de Posada Carriles.

Behling estaba ganando, y lo sentía. Sus preguntas fluían elegantemente, y caminaba con confianza. Hernández callado. «Le muestro este documento, Sr. Usher, ¿lo reconoce?» «Sí. Es una copia del pasaporte de Rubén López Castro», respondió. «Contiene el sello de ingreso y salida de las Bahamas, más el sello de la Inmigración mexicana». Usher había logrado obtener el pasaporte de López Castro a través de una orden judicial. Igual hizo para conseguir los pasaportes de Pepín Pujol, Gilberto Abascal y Generoso Bringas. El pasaporte de Bringas había estado en el Santrina y tenía una fecha de ingreso en las Bahamas en marzo de 2005. Es un pasaporte estadounidense.

LA SUPERCAMIONETA

La fiscal mostróun mapa grande de México, Centroamérica y los Estados Unidos. Le pidió a Usher que identificara los países por los cuales dijo Posada Carriles haber pasado para llegar a Houston. El funcionario del Departamento de Seguridad señaló Honduras, Guatemala, México y Estados Unidos. Marcó los puntos de referencia con tinta roja: la frontera entre Honduras y Guatemala y la ciudad de Matamoros.

Le pidió al testigo que leyera de fragmentos de la transcripción de la entrevista que le hizo Inmigración a Posada Carriles en el año 2006, durante la cual él dice que se tardó solamente dos horas para viajar en camioneta de Matamoros a Houston. «Es una distancia de 563 kilómetros», dijo Usher. Behling no le tuvo que preguntar si hay una camioneta capaz de atravesar 563 kilómetros en dos horas.

DE MISTER PI A MISTER MAYA

Cuando proyectaron en la pantalla la solicitud del pasaporte guatemalteco con la foto de Luis Posada Carriles, me percaté de algo curioso. Posada es un cienfueguero que mide 1,82 metros, de piel clara, ojos verdes y sin una gota de sangre indígena. Sin embargo, el pasaporte guatemalteco que lleva su fotografía dice que nació en San Antonio Huista, Huehuetenango, Guatemala, una zona al oeste del Departamento del Quiché, al sur de Totonicapán, en plena sierra de los Cuchumatanes. La población de 13,955 habitantes es maya pura. Habla el cachiquel y el idioma poqomam. Posada Carriles tiene tantas posibilidades de ser confundido con un maya de Huehuetenango, como con Bridget Behling. Compruébelo usted mismo:

Mayas de San Antonio Huista, Huehuetenango. Foto: www.photoshelter.com

* José Pertierra es abogado que tiene su bufete en Washington. Representa a Venezuela en el caso de extradición de Luis Posada Carrile