Recomiendo:
0

El ejército está llevando a la destrucción de Israel

Fuentes: haaretz.com

Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.

«Que Dios recuerde a sus hijos e hijas» es una frase mesiánica que pone los pelos de punta, pronunciada en el Yizkor [Recuerda, N. de T.] del monumento oficial que constituye una verdadera revolución, que altera la esencia misma de las Fuerzas de Defensa de Israel y que se ha convertido en las Fuerzas Divinas de Ofensa

Imagine que cientos de jóvenes de 18 años informaran al gobierno y al jefe de personal de que este verano no van a alistarse en el ejército israelí.  No irán a menos que se cumplan tres demandas: fin de la práctica discriminatoria y creciente del reclutamiento de todas las jóvenes seculares por dos años, mientras se exime a las mujeres religiosas; fin de la vergonzosa práctica, que ha ido empeorando, según la cual un estudiante secular que quiera estudiar por cuatro años se le permite hacerlo sólo en raras ocasiones, y a cambio de servicios militares más largos, mientras que un estudiante que se inscriba en los cuatro años de estudios religiosos extremistas está exento de reclutamiento de por vida; y una declaración del gobierno de que el ejército va a defender a Israel dentro de sus fronteras y de que el gobierno no tiene interés en una sola pulgada más allá de ellas. Estas fronteras, en caso de que al primer ministro Benjamin Netanyahu se hayan olvidado son, de acuerdo con nuestras propias leyes, las que están basadas en las fronteras de 1967, con la única adición de los barrios judíos de Jerusalén Este (en Jerusalén Oriental los habitantes no judíos no son ciudadanos israelíes, por lo que sus barrios no son parte del Estado). 

Un impuesto sobre la renta gravado sobre los judíos de origen europeo sólo sería ilegal e inmoral. Una luz roja que se aplica sólo a las mujeres morenas sería inválida. Del mismo modo, no puede existir una cosa como el reclutamiento de únicamente hombres y mujeres seculares. Una ley basada en graves discriminaciones no es una ley y no se debe obedecer.  

Más aún, las leyes de un país y su ejército se supone que deben defender sus fronteras. Tú viajas al extranjero con un pasaporte, no con un tanque. 

La realidad distorsionada que ha cooptado a Israel no es nada nuevo, pero tres pajitas han roto nuevamente la espalda del burro: la absurda expansión de la inmunidad basada en la fe, el compromiso de Netanyahu de mantener eternamente el conflicto a causa de su falta de voluntad para basarse en el marco jurídico de Israel con las fronteras de 1967, y la decisión del ayudante de Netanyahu Benny Gantz -el jefe de gabinete cuya capacidad para parar a Netanyahu de embarcarse en una guerra destructiva fue puesta en duda por el ex jefe del Mossad, Meir Dagan- de que los reclutas deben sacrificarse ahora por Dios, que es su padre. 

«Que Dios recuerde a sus hijos e hijas» es una oración mesiánica que pone los pelos de punta. Siendo obligatoria su declamación en el Yizkor del monumento oficial, es una verdadera revolución, que altera la esencia misma de las FDI porque convierte al ejército en las Fuerzas Divinas de Ofensa de Israel. El escritor Haim Gouri escribió sobre padres obligados a sacrificar a sus hijos, que nacen con un cuchillo en su corazón. Ahora es aún peor ya que aquéllos que están exentos del reclutamiento están llevando a los no religiosos a hacer sacrificios futuros para «Dios» y los asentamientos mesiánicos.  

Pero Netanyahu y Gantz realmente sólo necesitan un reclutamiento para el Ejército de Dios, a Dios mismo. Después de todo, se supone que es omnipotente. Si los que se ven a sí mismos como hijos de Dios creen él debe entrar en dificultades una vez más, son bienvenidos a unirse. El ejército israelí de la Divina Ofensa contará con sus creyentes, hijos e hijas por igual, que irán a luchar sus guerras fuera de las fronteras de Israel y no en su nombre. 

No es una broma de verano. Esta semana, Israel se está preparando para un escenario en el que le bombardean con más de 1.000 misiles al día. Las ubicaciones de las fosas comunes ya se han preparado en el centro del país, donde miles de personas serán enterradas inmediatamente para evitar la propagación de enfermedades. 

La enfermedad que está aquí y ahora es el mesianismo. En el mundo mesiánico hay un dicho popular que dice: «cuando llegue el momento de Dios para actuar, viola tu Torá», lo que significa es que en tiempos de lucha, lo que normalmente no es según el rito kosher se convierte en una mitzvá o mandamiento. Esta misma lógica, en su versión secular, impulsó a un derechista como Dagan a gritar a viva voz una advertencia con el fin de evitar una catástrofe y miles de víctimas, y a un centrista como Peres susurrar su propia advertencia sobre la amenaza existencial inminente. 

Este es el momento para movilizar a favor de Israel. Miles de jóvenes crearon la Haganá y el Palmach y más tarde el propio ejército israelí. Miles de jóvenes pueden volver a salvar a Israel y a las FDI de la catástrofe. 

Un verdadero ejército israelí se levantará solamente cuando el ejército que lo ha sustituido -el ejército israelí de la Divina Ofensa, el ejército que nos está llevando a la destrucción- sea desmantelado. Netanyahu, Gantz, «asesinos del Altalena», la División Asentamientos de la Organización Sionista Mundial y Dios, todos parecen estar acelerando sus pasos por un camino que llevará a miles de jóvenes a decidir que, por el bien de Israel, tienen el deber de no unirse a semejante ejército. 

Fuente: http://www.haaretz.com/print-edition/opinion/the-idf-is-leading-israel-to-destruction-1.368836