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El ejército israelí no investiga las muertes palestinas, sino que las blanquea

Fuentes: 972mag

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

El ejército israelí dice que le gustaría realizar investigaciones exhaustivas de los palestinos que mata o hiere. ¿Cuál es el problema? Es incapaz de hacerlo honestamente.

 

 

Oficiales de la policía fronteriza israelí toman posiciones durante los enfrentamientos con manifestantes palestinos en la ciudad cisjordana de Hebrón, 14 de julio de 2018. (Wisam Hashlamoun / Flash90)

Hace poco más de un año, el último día de octubre de 2017, Muhammad Musa y su hermana Latifah manejaron hasta Ramallah para hacer algunos recados. Poco después de que los dos filmaran un video corto de ellos mismos, durante el viaje, los soldados abrieron fuego contra su automóvil cerca del cruce de Halamish. Latifah fue herido y Muhammad asesinado. Tenía 26 años.

La investigación de B’Tselem del asesinato se hizo pública unas cinco semanas después e incluyó varios testimonios de testigos oculares, así como testimonios de paramédicos que llegaron a la escena. Uno de los testigos presenciales, Muhammad Nafe’a, es identificado por su nombre completo, foto, dirección y ocupación. Y, sin embargo, la Unidad de Investigaciones de la Policía Militar (MPIU), de alguna manera, escribió a B’Tselem casi seis meses después, en mayo de 2018, que agradecería «recibir la información personal completa de Muhammad Nafe’a para contactarlo y hacer arreglos para que haga su declaración sobre el asunto».

Bienvenidos al universo paralelo conocido como «investigaciones MPIU». En este universo, las «investigaciones» se desarrollan a la velocidad del rayo y el ejército, que controla completamente Cisjordania y tiene pocos problemas para poner sus manos sobre los palestinos, actúa como si no pudiera ubicar un testigo sin la ayuda de una organización de derechos humanos, incluso cuando sus detalles están disponibles para que todos los vean, junto con el resto de los resultados de una investigación independiente publicada hace mucho tiempo.

Si esto fuera una comedia, la torpeza y el absurdo en todo serían bastante divertidos. Pero esto es realidad, no teatro. La investigación de los asesinatos es enormemente importante, tanto en términos de justicia para las víctimas como para prevenir la repetición de tales sucesos.

La lastimosa exhibición en la «investigación» del asesinato de Muhammad Musa no es una aberración, es parte de la política de larga data del sistema de aplicación de la ley militar, que afecta a cientos, si no más, de casos de asesinatos, lesiones y violencia. La amplia experiencia que B’Tselem ha adquirido a lo largo de las décadas intentando promover la responsabilidad del ejército ha demostrado que el sistema no tiene un interés real en avanzar en las investigaciones y llevar justicia para las víctimas. Su objetivo principal es crear la apariencia de un sistema legal que funcione, al mismo tiempo que blanquea los delitos y protege a los que causaron daños sin justificación.

Aquí están las cifras: desde el comienzo de la Segunda Intifada a fines de 2000 hasta 2015, B’Tselem exigió a la MPIU abrir una investigación en 739 casos en que soldados mataron o dañaron a palestinos. El noventa y siete por ciento de esos casos se cerraron, ya sea después de que se realizó una «investigación» o incluso sin abrirla. Las acusaciones no fueron archivadas en solo 25 casos. El número de condenas es obviamente mucho menor. Basta decir que casi nadie es responsable.

 

Deudos palestinos lloran en el funeral de Ilyas Yasin, de 22 años, asesinado por soldados israelíes después de un supuesto ataque con cuchillo en octubre, Salfit, Cisjordania, 29 de diciembre de 2018. (Nasser Ishtayeh / Flash90)

Estas cifras son un resultado directo de la forma en que funciona el sistema. En primer lugar es inaccesible para las demandas de los palestinos, las víctimas que se supone que deben proteger. En segundo lugar las investigaciones se prolongan durante meses, incluso años, y se basan casi en su totalidad en entrevistas con los sospechosos y, en algunos casos, con las víctimas, en lugar de pruebas externas. Sin pruebas, el Defensor Militar para Asuntos Operativos, que recibe el archivo de investigación, puede cerrarlo por esa misma razón.

El Abogado General Militar, encargado de asesorar a los militares sobre la legalidad de sus acciones y directivas, así como de decidir si iniciar investigaciones sobre sucesos derivados de esas mismas acciones y directivas, se encuentra en un conflicto de intereses. Para colmo, todo el sistema se limita a observar la conducta de los soldados sobre el terreno y no la de los principales responsables de la política y de los funcionarios. En estas circunstancias, su capacidad para procurar realmente justicia es extremadamente limitada.

Hace unos dos años y medio, B’Tselem decidió dejar de exigir investigaciones abiertas al ejército israelí y dejar de encubrir el blanqueo de los MPIU. Desde entonces la organización ha seguido realizando investigaciones independientes sobre casos en que las fuerzas de seguridad dañan a los palestinos y ha investigado la mayoría de los casos en los que murieron civiles palestinos. B’Tselem ya no contacta con el MPIU, pero publica sus hallazgos, como la muerte de Muhammad Musa y cientos de casos similares.

Aunque la posición de B’Tselem es pública y bien conocida, los funcionarios de la MPIU aún envían ocasionalmente a la organización todo tipo de solicitudes relacionadas con sus «investigaciones». Algunas veces piden información que ya se ha hecho pública, otras veces piden ayuda para localizar testigos que los militares no tiene problemas para encontrar, y así sucesivamente.

B’Tselem recibió tales solicitudes con respecto al asesinato de Ahmad Zidani, un palestino de 17 años que fue asesinado a tiros por las fuerzas de seguridad mientras huía de ellas; o de Ali Qinu, también de 17 años, a quien los soldados dispararon en la cabeza; o de Ahmad Salim, de 28 años, también fatalmente herido en la cabeza; o de Muhammad Musa.

 

Imágenes de CCTV de soldados israelíes que dispararon a Muhammad Habali en la parte posterior de la cabeza en la ciudad de Tulkarm, Cisjordania, el 4 de diciembre de 2018. (Foto: captura de pantalla de imágenes publicadas por B’Tselem)

B’Tselem recibió recientemente otra carta de la MPIU sobre lo que ellos llaman «la ocasión de la muerte de Muhammad Habali«, un palestino con una discapacidad mental a quien a principios de diciembre unos soldados le dispararon en la cabeza. Los soldados dispararon desde una distancia de unos 80 metros cuando Habali huía de ellos. No representaba una amenaza. En la carta, el investigador del MPIU dice que llevará a cabo una «investigación exhaustiva» y solicitó el video y la información de contacto de los testigos. B’Tselem ya había subido a internet el video completo, sin editar. La repetida solicitud de la MPIU de información de contacto dice mucho sobre la verdadera naturaleza de sus investigaciones.

Y aquí está la respuesta que B’Tselem envió al comandante de la MPIU, coronel Gil Mamon:

Usted nos contactó por medio de una carta con respecto a la «ocasión de la muerte de Muhammad Habali» en Tulkarm el 4 de diciembre de 2018. Evidentemente el papel no se ruboriza. Sin embargo, ya que se han superado a sí mismos, es necesario aclarar las cosas y decir que a lo que se refieren como «la ocasión de la muerte» fue el asesinato a distancia de un transeúnte por un soldado. Además, señala en su carta que tiene la intención de llevar a cabo una «investigación exhaustiva» para «alcanzar la verdad».

Sin embargo, y dados nuestros años de experiencia con el mecanismo de blanqueo denominado MPIU, la primera parte no es cierta y la segunda no ocurrirá. Como nota aparte, en lo que se refiere a la forma en que escribió el nombre de la organización en su carta, no es un acrónimo. Nuestro nombre es la palabra bíblica, B’Tselem, ‘a la imagen de’. Vea Génesis 1:27: ‘Y Dios creó a la humanidad a su imagen. A imagen de Dios, Él la creó’.

B’Tselem se compromete a continuar su trabajo independiente para documentar las violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad en los territorios ocupados y la falta de responsabilidad por estos actos por parte de las autoridades estatales. Sin embargo, la organización continuará su trabajo sin el sistema de aplicación de la ley militar, que perpetúa la violencia en el terreno. Colaborar con este engaño no es simplemente ineficaz, es perjudicial, ya que da credibilidad a un sistema que debe ser condenado, permitiéndole seguir legitimando las violaciones de los derechos humanos. Esto no es meramente teórico. La completa falta de responsabilidad por el asesinato y la violencia significa que se garantiza que se repetirán. Esta es la razón por la que B’Tselem continuará investigando, publicando y descubriendo la verdad sobre el lavado de la ley por parte de los israelíes, hasta que termine la ocupación.

El autor es el director ejecutivo de B’Tselem, el Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados. Este artículo fue publicado por primera vez en hebreo en Local Call. Léelo aquí.

Fuente: https://972mag.com/idf-doesnt-investigate-palestinian-deaths-whitewashes/139521/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión.org como fuente de la traducción.