Carmen Salavert, activista valenciana del Centro de Solidaridad con América Latina y África (CEDSALA), ha participado en la Segunda Flotilla de la Libertad de la campaña Rumbo a Gaza. Embarcada en el Gernika, nave de los activistas españoles retenida ilegalmente por las autoridades griegas en el puerto de Kolymvari (Creta), y ocupando -junto a otras […]
Carmen Salavert, activista valenciana del Centro de Solidaridad con América Latina y África (CEDSALA), ha participado en la Segunda Flotilla de la Libertad de la campaña Rumbo a Gaza. Embarcada en el Gernika, nave de los activistas españoles retenida ilegalmente por las autoridades griegas en el puerto de Kolymvari (Creta), y ocupando -junto a otras 20 personas- la embajada española en Atenas, Salavert califica la iniciativa como un «éxito», ya que «ha permitido hacer visible el cruel e inhumano bloqueo que sufre Gaza por parte de Israel desde hace cinco años, además de evidenciar las complicidades de la UE, Estados Unidos y la ONU con el estado sionista».
Las autoridades griegas han autorizado por fin la libertad de movimientos del Gernika, uno de los 10 barcos que pretendían llegar a Gaza con 5.000 toneladas de ayuda humanitaria. ¿Consideras que se han logrado los objetivos de la campaña?
Aunque no ha sido posible zarpar con destino a Gaza y romper el bloqueo ni, por tanto, hacer llegar material escolar, sanitario y de construcción, el éxito de la segunda flotilla ha sido hacer visible el inhumano bloqueo que padece el millón y medio de habitantes de la franja de Gaza. Sin mover los barcos de tierra la iniciativa ha revelado a la opinión pública las complicidades de la Unión Europea, incluido el Gobierno de España, Estados Unidos y la ONU con el estado de Israel. Ahora hay más gente que sabe que el 70% de las familias de Gaza vive con menos de un euro al día, el 80% de la población depende de la ayuda humanitaria para su alimentación y la tasa de paro alcanza el 50%. Íbamos preparados para resistir ante los israelíes, pero no nos imaginábamos que no nos dejarían salir del Puerto de Kolymvari.
Una acción que se improvisó, y con muy buen resultado, fue la ocupación de la embajada de España en Atenas
En efecto, la repercusión superó nuestras expectativas. Unas 5.000 personas, griegos y turistas, pasaban diariamente por delante de la legación diplomática y a todas se les proporcionaba información. Las 20 personas que participábamos en la ocupación hacíamos una difusión permanente de la realidad que se sufre en Gaza. A este gran impacto contribuyó el emplazamiento de la embajada, justo enfrente de la Acrópolis ateniense. También la cobertura de la prensa alternativa y la presencia de periodistas de medios como Telesur, Público, Deia, El Periódico de Cataluña o Al Jazeera, acompañando a los activistas. La ocupación se vio reforzada con la huelga de hambre de seis personas en la embajada española en Grecia y otras dos en Madrid. Además, Barcelona, Valencia, Madrid y otras capitales españolas han acogido diferentes iniciativas solidarias con Gaza.
¿Cuál sería el mensaje que se ha pretendido trasladar desde la campaña Rumbo a Gaza?
Creo que unas palabras del escritor e intelectual Santiago Alba Rico resumen perfectamente el mensaje: «la flotilla no está compuesta de unos cuantos barcos; la flotilla es inmensa, está en tierra, en todas partes; en estos barcos viajan cientos de miles de personas, millones de personas. En estos barcos viajan todas las personas que soplan desde tierra para que el viento nos lleve hasta Gaza. Que los gobiernos comprendan que la mayor parte de los pasajeros de la flotilla no están en los barcos sino en tierra es nuestro más poderoso instrumento de presión».
¿Consideras que la Unión Europea le ha hecho el «trabajo sucio» a Israel?
Por supuesto. Pero no sólo la Unión Europea. También Estados Unidos y Naciones Unidas. El Decreto Ley emitido por el ministro de Protección Civil del gobierno griego, que niega la autorización al buque Gernika para navegar desde el puerto cretense de Kolymvari rumbo a Gaza, es una vulneración al derecho internacional y comunitario al limitar el derecho a la libre navegación de los ciudadanos de la UE por el Mar Mediterráneo. Pero no sólo eso. La aplicación del Decreto supone, en la práctica, la implantación de un estado de excepción en las aguas del Mediterráneo impuesta por un estado miembro de la UE -Grecia- a toda la Unión Europea.
Además, habéis denunciado inspecciones, sabotajes y bloqueos desde el primer día
En efecto. El gobierno griego no sólo inmovilizó el Gernika de manera ilegal sino que la embarcación y las personas de la campaña Rumbo a Gaza sufrieron el acoso de patrulleras griegas fuertemente armadas. Además, turistas israelíes de ideología sionista, procedentes de un hotel de lujo cercano, se acercaban al muelle para hostigarnos, de modo similar a cómo los colonos y el ejército de ocupación israelí penetran en los territorios palestinos. De todos modos, el acoso empezó en España. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado siguieron a miembros de Rumbo a Gaza, vigilaron y controlaron las charlas y llevaron a cabo registros y detenciones arbitrarias en plena vía pública.
Lo mismo ocurrió con los internacionalistas que llegaron vía aérea al aeropuerto de Ben Gurion para solidarizarse con la franja
Israel no ha dejado ningún cabo suelto. Los servicios secretos y la policía israelí elaboraron un listado de 324 activistas, de los que 200 no pudieron embarcar en los aviones para sumarse a la campaña contra el bloqueo de Gaza, ante la prohibición cursada por las compañías aéreas a instancias de Israel. Después de ser interrogados, a muchos de los internacionalistas se les forzó a retornar a sus países. También fueron expulsados del aeropuerto los pacifistas israelíes que llegaron para solidarizarse con los activistas llegados en avión de países como Francia, Bélgica y Reino Unido.
¿Cómo analizas la actuación de Israel en todo este caso?
Pienso que se le ha hecho el trabajo sucio. Sobre todo, la Unión Europea. Nunca como hasta ahora se han evidenciado tan claramente las complicidades de los gobiernos de la UE con el estado sionista. Fundamentalmente porque Israel no podía permitirse que ocurriera otra vez lo que pasó en 2010, cuando 9 compañeros de la primera Flotilla de la Libertad fueron asesinados, otros 50 resultados heridos y 750 pasajeros secuestrados. Esto, a pesar de todo, no les supuso ninguna sanción diplomática, económica o política, más allá de un cierto deterioro de su imagen. Las relaciones políticas, culturales, económicas o deportivas de la comunidad internacional, incluida España, con Israel son cada vez más estrechas. Pero no querían verse en un trance similar al del año pasado.
Llama la atención el papel servil de Grecia, por la tradición de apoyo a la causa palestina del pueblo heleno
Hasta hace tres años Grecia era el país de la Unión Europea más solidario con el pueblo palestino. Pero ahora es muy importante distinguir entre el gobierno y el pueblo griego. Las cosas han cambiado, sobre todo, porque Grecia es, en el contexto de la actual crisis económica y financiera, uno de los eslabones más débiles de la Unión Europea. Esto lo aprovecha el estado sionista. El cambio es tan evidente que mientras nos hallábamos en Atenas, Israel y Grecia desarrollaban conjuntamente maniobras militares.
¿Cómo analizas la actuación del Ministerio de Asuntos Exteriores Español?
Resulta inaceptable la sumisión y el silencio absoluto del Gobierno de España frente a la ilegal orden griega de inmovilización de los barcos. Aquí también puede apreciarse la larga mano de los intereses israelíes. A la embajada se le solicitó que supervisará el cargamento del barco, para que acreditara que transportaba ayuda humanitaria, pero no aceptó. Todo esto es muy lamentable. Sobre todo, porque los planteamientos de la campaña Rumbo a Gaza coinciden con la teórica posición del gobierno español de respeto a la legalidad internacional, defensa de los Derechos Humanos y denuncia de la ilegalidad del bloqueo a la franja de Gaza.
¿Y el papel de Estados Unidos y la ONU?
Hay algunos hechos muy elocuentes. El barco norteamericano fue retenido porque una desconocida ONG ecologista denunció supuestas prácticas contaminantes. Pero detrás de esta ONG estaban las presiones del gobierno norteamericano para evitar la salida de la embarcación. Mientras, Hillary Clinton, de visita oficial en Filipinas, arremetió contra la flotilla y nos tildó de «provocadores». Igual de impresentable ha sido la actuación del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien ha hablado de «cauces adecuados» para llevar la ayuda humanitaria o ha afirmado que la navegación de los barcos puede «causar tensiones». Dice todo esto pero omite la criminal ocupación y bloqueo de Gaza por parte de Israel.
Por último, ¿Tiene la Campaña Rumbo a Gaza previstas otras acciones?
Seguiremos luchando por los derechos del pueblo palestino, tanto de las personas que viven en Gaza y Cisjordania como de los refugiados o de los palestinos que viven dentro del estado de Israel. Ha de considerarse que, con la adhesión de más de 2.000 personas a título individual y más de 200 organizaciones, Rumbo a Gaza es una de las campañas de solidaridad y activismo internacionalista más importantes que se han desarrollado en el estado español en los últimos años.
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