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Rodrigo Rato insiste en que la economía española necesita reformas "estructurales" ante la falta de competitividad

El FMI pide al gobierno español que flexibilice aún más el mercado laboral para facilitar el despido

Fuentes: Estrella Digital

El director gerente del FMI, Rodrigo Rato, expresó el pasado jueves su convencimiento de que los «desequilibrios» en la economía española, que tiene un déficit comercial muy abultado, hacen necesarias reformas «estructurales» para paliar la pérdida de competitividad del país. El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) también instó al Gobierno y a las […]

El director gerente del FMI, Rodrigo Rato, expresó el pasado jueves su convencimiento de que los «desequilibrios» en la economía española, que tiene un déficit comercial muy abultado, hacen necesarias reformas «estructurales» para paliar la pérdida de competitividad del país. El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) también instó al Gobierno y a las comunidades autónomas a contener el gasto, en un encuentro con la prensa española previo a la asamblea de primavera de ese organismo y el Banco Mundial, que comienzó el viernes.

Rato explicó que «desde hace ya un par de años estamos insistiendo al Gobierno español en el crecimiento de algunos desequilibrios relacionados con la competitividad, que se manifiestan claramente en el diferencial de inflación y el desequilibrio por cuenta corriente».

Rato, que asumió la dirección del organismo hace casi dos años, dijo que el país debería «aumentar el papel de la política presupuestaria contracíclica en estos momentos como un anclaje para la inflación».

Con ese término técnico aludió a una reducción del gasto, ya que España está en la parte expansiva del ciclo económico.

El Fondo prevé que el Índice de Precios al Consumo (IPC) de España alcanzará el 3,4% en 2006 y caerá hasta el 3,1% en 2007. En cambio, en la zona euro la inflación será de media del 2,1%este año y del 2,2% el próximo. La mayor inflación en España encarece el valor relativo de sus productos, por lo que supone una pérdida de competitividad.

Déficit comercial

El FMI además prevé que el país registre un déficit por cuenta corriente -cuya parte más grande es el déficit comercial- equivalente al 8,1% de su Producto Interno Bruto (PIB) este año y al 8,5% en 2007.

Este porcentaje supera con creces el 6,5% de déficit por cuenta corriente de EEUU, que tanta consternación causa al FMI, que lo considera insostenible.

Un desajuste en las cuentas con el extranjero del tamaño del español produciría en una economía con una moneda independiente una caída en el tipo de cambio, pero en España eso no es posible porque usa el euro.

«Las pérdidas de competitividad en una economía monetariamente integrada no se pueden solucionar con devaluaciones», explicó Rato. «Por lo tanto los ajustes en su caso, si tuvieran que hacerse por una caída del dinamismo del crecimiento, serían ajustes muy complejos», alertó.

Para evitarlos instó al Gobierno a adoptar reformas «estructurales» que aumenten la competitividad del país y apuntó que «a lo largo de esta legislatura, no se han producido todavía cambios estructurales relevantes».

Reformas

Rato no entró en detalles sobre las reformas que considera necesarias, pero David Robinson, subdirector del departamento de análisis del FMI, citó en una rueda de prensa la «flexibilización» del mercado laboral, para facilitar la contratación y el despido.

Robinson también explicó que el Fondo cree que España debería aumentar la competencia en sectores «protegidos», como los servicios profesionales y la distribución de productos, así como fortalecer la independencia de las agencias reguladoras y de defensa de la competencia.

A pesar del problema con su cuenta corriente, el Fondo tiene una previsión positiva para España. «Las perspectivas de la economía siguen siendo favorables», dijo Rato.

El FMI prevé un crecimiento del 3,3% en términos reales (descontada la inflación) en 2006 y del 3,2% en 2007.

Una fuente de preocupación para el organismo había sido el posible efecto de una desaceleración del mercado inmobiliario en el sistema financiero español, confesó Rato.