Traducido para Rebelión por Germán Leyens
El gobierno y las industrias de armamento de Francia cooperan activamente con el militarismo israelí, en particular en el campo de los aviones teledirigidos, los aviones militares sin piloto utilizados por el ejército israelí para atacar a los palestinos en la Franja de Gaza.
El ataque a los campos palestinos del norte de la Franja de Gaza, lanzado en gran escala desde el jueves, había causado más de 65 muertos y centenas de heridos hasta el domingo a mediodía.
Las agencias de prensa informaron que durante esta ofensiva, el ejército israelí ha multiplicado su recurso a aviones teledirigidos para lanzar misiles. El domingo por la mañana uno de estos proyectiles mató a tres niños palestinos de entre 13 y 15 años en el campo de Yabalia, hiriendo a varios otros.
Gran parte del público ignora que los mercaderes franceses de la muerte franceses de EADS, así como de Dassault y Thalès, están implicados, con la bendición del gobierno francés (y por cierto de sus predecesores), en una estrecha colaboración con sus homólogos israelíes, tanto de la industria como del gobierno.
Una primera generación de aviones teledirigidos israelíes de vigilancia fue comprada en 1997 por el ejército francés, que así ayudó activamente al desarrollo de esos aparatos que toman un lugar creciente en la represión contra el pueblo palestino.
Pero una fase de cooperación aún más cínica, porque tiene que ver con los nuevos aviones teledirigidos capaces de disparar por sí mismos misiles, tiene lugar en el marco del programa «Eagle»: el gobierno francés ha firmado un contrato con EADS, que compra los aparatos a la firma israelí Israeli Aircraft Industries (IAI); la firma francesa participa en la etapa de fabricación, con su colega Thalès.
Estos contratos fueron acordados a principios del verano, durante el salón de los mercaderes de la muerte, Eurosatory, en la región parisina, en presencia de la ministra Alliot-Marie, así como del general Amos Yaron, el oficial israelí más directamente implicado en la masacre de Sabra y Chatila.
5 de octubre de 2004