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El Hola «prohibido» en Cuba

Fuentes: Rebelión

El pasado 20 de febrero, el periodista cubano Leonel Pérez Belette escribía en el medio digital Cubanet, de ideología anticastrista y con sede en la Florida, una información referida a Cuba bajo el titular «Prohíben venta de prensa extranjera». Cubanet se presenta como «una organización no partidista, sin fines de lucro y exenta de impuestos, […]

El pasado 20 de febrero, el periodista cubano Leonel Pérez Belette escribía en el medio digital Cubanet, de ideología anticastrista y con sede en la Florida, una información referida a Cuba bajo el titular «Prohíben venta de prensa extranjera». Cubanet se presenta como «una organización no partidista, sin fines de lucro y exenta de impuestos, dedicada a promover la prensa libre en Cuba, ayudar a su sector independiente a desarrollar una sociedad civil e informar al mundo la realidad de Cuba».

En su información, Pérez Belette afirmaba que «una empleada de WSP, empresa encargada de distribuir periódicos y revistas para su venta en hoteles y otros locales de venta en divisas, confirmó que la distribución de las revistas Hola!, Mecánica Popular, Muy Interesante y del periódico El País, entre otros, había sido prohibida por las autoridades». Añadía que la empleada, a la que nunca identificó «comentó que el gobierno consideraba esas publicaciones como diversionismo ideológico» y que «a partir de ahora esta prensa sólo entrará al país mediante subscripciones». La empleada, según el  periodista cubano, recalcó que las órdenes venían de arriba y la política estatal consistía en ir eliminando lo que califican de contaminación ideológica.

La noticia se difundió ampliamente en medios de todo el mundo. Contabilicé al menos una veintena de artículos y en varios idiomas. En España, el 27 de febrero el columnista y escritor Francisco Umbral escribía su columna habitual en el diario El Mundo bajo el título «La lepra de oro».

Comenzaba afirmando que «Fidel Castro ha prohibido hace unos días la difusión de Hola en Cuba. Todavía no está muy claro si esta difusión afecta a la distribución en hoteles y a otras revistas españolas, así como al diario El País, por supuesta «contaminación ideológica»».

Añade Umbral que «lo de El País se interpreta como ya hemos dicho, pero lo del Hola se presenta más enigmático».

Continúa el escritor español afirmando que «Fidel está siempre ahí y ha decidido suprimir de su sociología esa lepra de oro que es el dinero, (…) Si miramos por abajo, ocurre que al pueblo revolucionario y menesteroso le molan muchísimo las bodas de marquesas y los divorcios de adineradas que se producen en España todas las semanas…».

Y vuelve a Fidel: «Sin duda, el viejo revolucionario ha detectado el peligro sentimental del Hola, que puede llenar las cárceles de lectores ávidos como una nueva pornografía del lujo. Por otra parte, ha detectado asimismo el peligro científico, economicista, progresivo de El País, que es la numerología de la Bolsa y la expresión razonada de los movimientos cabales del dinero. He aquí dos grandes peligros para la revolución, dos pecados de la lepra monetaria, dos sustos que le pegan a Castro tras la muerte insigne de Cabrera Infante».

El resto de la columna es de una argumentación similar. Obsérvese cómo el tema da para llamar «menesterosos» a los revolucionarios cubanos e insinuar que existe pena de prisión por leer el Hola en Cuba.

Si uno se para a pensar en el rigor, fuente periodística, contraste de la noticia y todos esos elementos que establece la mínima ética periodística, observa que la fuente no es otra que una operaria no identificada de la empresa distribuidora. Tampoco nadie se molestó en preguntar o recoger la versión de las autoridades cubanas o de la dirección de la propia empresa.

Si hubieran preguntado podrían saber que la empresa distribuidora que se cita, WSP, forma parte de la Corporación CIMEX S.A. (un gran holding estatal que funciona con criterios de rentabilidad privada). WSP, efectivamente, se encarga de distribuir en Cuba publicaciones extranjeras y lleva años dando pérdidas. El pasado 2005 tuvo cerca de 300.000 pesos convertibles (dólares) de números rojos. Es decir, que los periódicos y revistas que se importan para vender fundamentalmente en hoteles y en dos o tres puestos que la empresa tiene en determinados lugares de La Habana, no se venden, no tienen suficiente público.

CIMEX llevaba bastantes años evaluando el cierre de WSP y es ahora cuando está estudiando -no hay una decisión definitiva- la posibilidad de dejar sólo una pequeña sucursal que se encargará de las suscripciones que se pagan por anticipado, y que por tanto no dan pérdidas. No hay entonces prohibición alguna.

Lo único que ha sucedido en Cuba con las supuestas publicaciones prohibidas es que ha aplicado el método capitalista. No hay viabilidad económica, no son competitivas, no se vende, se cierra.

En España ni siquiera los medios de izquierda tienen la oportunidad esporádica de poder acceder a los puntos de venta de prensa. Estos están controlados por rígidas empresas de distribución de difícil acceso para publicaciones nuevas o alternativas. Incluso, algunos lo hemos comprobado, los propios quiosqueros y centros de venta se niegan a la venta argumentando que ocupan lugar en escaparate sin el resultado comercial esperado. De las docenas de publicaciones de izquierda que existen en España, no se encontrará ninguna de ellas en kioscos de las grandes ciudades, ni en aeropuertos o estaciones de trenes. Lo que ha hecho Cuba es aplicar las reglas del mercado con igual criterio para la distribución de Hola y de Mundo Obrero. Sólo queda que los anunciantes también hagan lo mismo y se anuncien por igual en ambas publicaciones.

En lo único que me ha defraudado Cuba es en que desde la Isla, algunos periodistas, como Leonel Pérez Belette, pueden mentir, recurrir a fuentes de información fantasmas y disfrutar de absoluta impunidad. Es verdad, no nos podemos fiar de muchas de las noticias que proceden del interior de Cuba.

www.pascualserrano.net