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El Ingreso Mínimo Vital es una cuestión de clase

Fuentes: Rebelión

1.- Consideraciones Generales.

La burocracia que acompañan a las políticas asistenciales de la Administración del Estado es una muestra de su contenido de clase. En este sentido, el ejercicio de las normas legales que regulan la gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV) por el Ministerio de la Seguridad Social llevan frecuentemente a la desesperación a personas y familias que carecen absolutamente de lo más necesario para la vida, como la vivienda y alimentación.

El IMV es un instrumento que forma parte de la lucha de clases; viene a ser un mecanismo para la organización y normalización de la pobreza en el Estado Español. Las clases dominantes aseguran cierta paz social y tranquilidad evitando conflictos que puedan surgir a causa del hambre y la miseria. Según los datos estadísticos en Extremadura lo perciben algo más de 16.000 familias, siendo mujeres las dos terceras partes de los perceptores. El Ingreso Mínimo Vital (IMV) alcanza a unas 45.000 personas desde su puesta en marcha en junio de 2020. Las estadísticas de personas en riesgo de pobreza en el territorio extremeño apuntan al 37 % de la población, unas 400.000 personas, mientras que las que se encuentran en extrema pobreza (pobreza severa) se aproximan a las 130.000 personas, algo más de un 12 % de la población extremeña ingresan menos de unos 500 euros/mes. A pesar de todo, las cantidades que el IMV aporta a la unidad de convivencia individual o colectiva son muy insuficientes, no llegan para hacer frente a los suministros básicos, alimentación y pago de la vivienda.

Después de varios años, esta ayuda social no ha cumplido ni mucho menos las expectativas de las organizaciones progresistas socialdemócratas. Estas pretendían que fuera el remedio, el antídoto que acabara con la pobreza. Los intentos por darle una cara humanitaria al capitalismo español, soslayando la lucha de clases y un enfrentamiento radical con las clases dominantes, estaban condenados al fracaso en un sistema que tiene como fundamento las desigualdades y las escaseces materiales. El entramado burocrático que configuran el IMV es difícil de superar por las clases sociales oprimidas. Los incontables trámites y requisitos previstos y eventuales determinan una malla que desprecia, clasifica, recuenta y controla a los pobres a la vez que los somete, come la moral y les enseña el poder del Estado Capitalista. (Desde las citas previas, llamadas telefónicas, empadronamientos, topes de ingresos de años anteriores, patrimonio de la unidad de convivencia, declaración de separación matrimonial o divorcio, contrato de vivienda, otras normas a veces difíciles de prever, y como punto final, en muchos casos la revisión de la concesión que concluye con la devolución por cobro indebido).

2.- Algunas cuestiones concretas.

La estricta aplicación normativa suele añadir una dosis adicional de más angustia e incertidumbre a las familias que de por sí ya sufren el desamparo de los pobres.

2. 1.- Hace unas semanas nos pronunciábamos con el caso de una familia monoparental a la que se le había suspendido el cobro del IMV porque su hija, que no tenía un año cumplido, carecía del DNI. Algo antihumano que nos parecía una absoluta barbaridad, sin un gramo de lógica, que por este trámite administrativo se suspendiera a un hogar de tres miembros de un ingreso fundamental para su subsistencia durante varios meses.

2. 2.- El ministerio de la Seguridad Social tarda en responder a las solicitudes del IMV. La aprobación puede tardar 6,7 u 8 meses. Las familias que lo solicitan que por norma general se encuentran en verdadero estado de necesidad, durante ese periodo pasan por situaciones de hambre, de exclusión social y de absoluta pobreza.

2. 3.- A destacar otro punto estructural de la ley que parece no tener importancia pero que tiene una influencia material enorme y psíquicamente está provocando la desesperación y la angustia en muchos hogares pobres. La norma señala que la administración tiene un plazo máximo de cuatro años después de realizado el pago de la ayuda social para revisar y comprobar que el cobro fue de acuerdo a lo legalmente establecido, y en caso contrario, reclamará la devolución de lo percibido. A continuación, describimos un caso concreto que puede servir como ejemplo de cientos de casos de características semejantes que se están dando en la Región extremeña. Es el caso real de una mujer que ha cobrado cierta cantidad durante el año 2021 y que ahora mediante escrito del 30 de julio de 2023 se le reclama el cobro indebido de unos 3500 euros, aproximadamente. El escrito que ha recibido de la Seguridad Social dice textualmente

De acuerdo a la información de ingresos y patrimonio correspondientes a los ejercicios 2019 y 2020 facilitada por la Agencia Estatal de la Administración Tributaria /Haciendas Forales, se ha comprobado que atendiendo a la modalidad y número de miembros de su unidad de convivencia existen diferencias entre los importes percibidos y los que conforme a estos datos debió percibir según se detalla a continuación”. A continuación, se le indica que percibió 3.583,03 euros en el año 2021 debiendo haber percibido 0,00, por lo que el periodo de la deuda corresponde desde el 01/2021 a 12/2021. Se la sanciona por los ingresos y el patrimonio que tuvo en el 2019 y en el 2020 que según la administración superan el tope establecido. La mujer vive en una casa en venta, de dimensiones reducidas, cuya propiedad pertenece a otras personas más. En la actualidad está convaleciente de una operación de columna vertebral que limita sus posibilidades físicas para el movimiento y poder realizar un trabajo cualquiera, no cobra absolutamente nada debiendo hacer frente a los gastos de la casa, luz, agua, alimentos, gastos escolares, con los aproximado 500 euros de pensión no contributiva que cobra su pareja, que también está enfermo. Además, hace un año que ha solicitado nuevamente el Ingreso Mínimo Vital, pero según le informan de la Seguridad Social no tiene perspectivas de cobrarla en un periodo inmediato.

4.- Los cobros indebidos. En este orden de cosas, los dirigentes políticos que hacen las normas no sólo imponen una extensa actividad burocrática para acceder a la ayuda social, cuestión que desanima y desalienta a los posibles solicitantes con la limitación de las ayudas y la disminución del gasto público social. También, dan muestras de un desconocimiento de lo que es la pobreza. Las familias pobres viven totalmente al día y sus ingresos son los mínimos para vivir. Así, cuando reciben alguna percepción excepcional lo emplean de inmediato en la compra de un frigorífico, una lavadora, un microondas u otro utensilio necesario que facilite su vida material. Nadie les dice, hasta dentro de 3 o 4 años, que el cobro era indebido. Además, no disponen de un excedente para atender las devoluciones que con urgencia exige la administración del estado. En todo caso, la responsabilidad de que esto ocurra es de la Seguridad Social, en colaboración con la Hacienda pública, que debieran estar coordinadas para decidir de manera inmediata si se concede o no el IMV. Esta lentitud y descoordinación encadenan a los pobres a la depresión y la desesperanza.

5.- La necesidad de derrotar al Estado del Capital. Estas conductas estatales entran dentro del comportamiento normal del Estado del Capital. Los aparatos estatales siempre están trajinando para lograr la reducción de los fondos públicos destinados a actividades sociales para las clases trabajadoras y los pobres. Para los capitalistas, el gasto social es un gasto improductivo que no les produce plusvalía, por eso quieren eliminarlo y desviar esos presupuestos para sus negocios para incrementar la tasa de ganancia y la acumulación de capital. Por tanto, no nos hagamos ilusiones con las medidas sociales que tratan de humanizar el capitalismo. Las poblaciones más deprimidas seguirán sufriendo, y deben ser conscientes de que los padecimientos se podrían evitar si el aparato estatal cambiara el sentido de sus actuaciones, si funcionara al servicio de las clases trabajadoras, si los servicios públicos estuvieran bien financiados y dotados de los recursos humanos y materiales. Nuevamente, por donde quiera que lo miremos, nos encontramos con la proclama de que es una necesidad de la población trabajadora y oprimida de la unidad de fuerzas políticas y sociales dispuestas para derrotar al Estado del Capital y avanzar hacia el Socialismo.

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