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El lenguaje de la tercera autoridad del Régimen de la Segunda Restauración

Fuentes: Rebelión

Tras el suegrísimo cazador y el autor de la primera gran paradoja semántica del siglo XXI -«Todo es falso menos algunas cosas»-, se ubica, como tercera autoridad del Estado (es decir, del régimen alicaído de la Segunda Restauración Borbónica) en el entramado institucional español, el presidente del Congreso de Diputados. Jesús María Posada es su […]

Tras el suegrísimo cazador y el autor de la primera gran paradoja semántica del siglo XXI -«Todo es falso menos algunas cosas»-, se ubica, como tercera autoridad del Estado (es decir, del régimen alicaído de la Segunda Restauración Borbónica) en el entramado institucional español, el presidente del Congreso de Diputados. Jesús María Posada es su nombre.

No es necesario ni incluso educado detallar su currículum pero permítanme un pequeño apunte que tomo de su entrada (seguramente muy controlada) en la Wikipedia en castellano. La tercera autoridad del régimen es hijo, sin ruptura generacional conocida, del político franquista Jesús Posada Cacho. Fue este último alcalde de Soria (1943-1946), y gobernador civil de Soria (1946), Burgos y Valencia (1956-1962). Reparen las fechas, ya pueden imaginarse la cosmovisión político-existencial de don Jesús I.

Jesús II, nuestro don Jesús, está casado con María Blanca de la Mata Pobes, hija de Hilario de la Mata y Sáenz, marqués de Vargas. Las redes de las élites son las redes de las élites, y el derecho de admisión es el derecho de admisión. La pareja Posada-Mata es propietaria de las bodegas Marqués de Vargas y tienen tres hijos: Jesús, Blanca y Rocío. Los nombres de las dos últimas los eligieron en honor a la Virgen del Rocío, «la Blanca Paloma», durante la etapa de don Jesús II como gobernador civil de Huelva entre 1979 y 1981. ¡Qué conmovedor! La tercera autoridad fue ministro aznarista en dos ocasiones.

Ya es suficiente, no hay que dar miedo. Los menores y las almas sensibles también pueden leer esta página. Cambio de temática.

El pasado martes 12 de febrero, un día de júbilo para los movimientos sociales críticos y para la ciudadanía democrática que no olvida sufrimientos, injusticias ni suicidios alentados o provocados, la Tercera Autoridad del Régimen de la Segunda Restauración (TARSER) prohibió la luz y los taquígrafos en la comparecencia (¡en inglés, siendo italiano!) del presidente de esa esfera de infamia inconmensurable dirigida por los grandes poderes europeos a la que (mal)llamamos «Banco Central Europeo». El argumento del señor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos para justificar la censura informativa no tiene desperdicio: es el esquema de la última comparecencia de don Mario Draghi en el Bundestag. Si los alemanes se lo montan así, debió pensar don TARSER, nosotros no vamos a ser menos. ¡Somos gc, germanistas-conservadores! Se nota, por la finura argumentativa, que don Posada es también doctor en Económicas.

Pero no se acabaron aquí las hazañas bélicas del día. La guinda del pastel vino más tarde, en horas vespertinas, en recuerdo de otras tardes gloriosas del Congreso que es mejor no mencionar.

«¡Expúlsalos, coño!», así gritó-chilló el presidente del Congreso de diputados del Régimen español a los ujieres de la tribuna de invitados [1]. Así de claro, así de rotundo, así de «español», así de macho, así de fuerte. Para que se le entienda bien. ¡Fuera, coño, que se larguen, que son unos maleducados, que son plebe, escoria, bazofia, gentes sin propiedades ni títulos! ¡Fuera, a la p. calle!

Los activistas de la PAH fueron expulsados del hemiciclo por gritar «sí, se puede» y recordar a los señores diputados que la del martes fue una victoria de la ciudadanía «desahuciada». Todo un honor para ellos y para nosotros.

No se acabo aquí la cosa. Cuando los focos no rigen, la brutalidad de la «ley y el orden» se impone. Los activistas fueron identificados y uno de ellos, Iván, fue retenido (posteriormente fue puesto en libertad). Rosa Lafuente, otra activista, declaró que recibieron «trato abusivo por parte del personal del Congreso, rozando el acoso». Lafuente señaló una interesante contraposición: «nosotros no nos podíamos ni mover. En cambio los taurinos han aplaudido y se han levantado». ¡»España» y don Jesús son así de chulos y de «soberanos»! ¡Cosas del Régimen de la Segunda Restauración que tanto recuerdan a nudos político-culturales del «Régimen anterior»! ¿No? ¿Exagero? El Congreso del Régimen de la Restauración tramitará una iniciativa para declarar las corridas de toros un bien de «interés cultural». ¡Viva España!

Por cierto, el «expúlsalos coño» -el tuteo es muy de don Jesús-, ¿no les recuerda a alguna intervención inolvidable de algún teniente de la benemérita? ¿No tienen un profundo aire de familia wittgensteiniano?

PS. Un compañero imprescindible de Espai Marx, Nando Zamorano, nos ha regalado un poema titulado «Pueblo». El lenguaje de Nando y Yannis Ritsos, un poeta comunista griego admirado por Theo Angelopoulus, es otra cosa, nada que ver con el lenguaje de TARSER. En honor de los compañeros y, sobre todo, de las compañeras de las PAH:

Pueblo chico que lucha sin espadas y sin balas

por el pan de todo el mundo, por la luz y la canción.

Debajo de la lengua se guarda los gemidos y los hurras

pero, eso sí, cuando canta, las piedras se resquebrajan.

¿A que es otra cosa? Otra cosmovisión, otras finalidades, otra forma muy otra de ubicarse en el mundo. A todo esto, los clásicos le llamaron, no fueron los primeros ni los únicos, lucha de clases.

Nota:

[1] http://www.lamarea.com/2013/02/12/el-pp-cede-y-vota-a-favor-de-tramitar-la-ilp-hipotecaria/

Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.