El levantamiento dio comienzo en el aniversario de otro, que se había convertido en una revolución. La potencia ocupante tenía informantes por todo el gueto pero, a pesar de sus vastas redes de vigilancia y control, les pilló por sorpresa. Los que se sublevaron lo hicieron sobre todo con ingenio y armas caseras, pero compensaron lo mejor que pudieron la falta de recursos con valentía y una planificación brillante.
Carecían de recursos porque eran refugiados que vivían en un gueto amurallado. Procedían de todas partes, obligados a punta de pistola a abandonar sus hogares en otros lugares antes de acabar en el gueto cercado, donde la potencia ocupante los mantenía medio muertos de hambre, sin permitir la importación de alimentos, medicinas o materiales básicos de construcción.
Cuando la gente se levantó, el alcance de su organización, la planificación impecable y su intención de morir se hizo evidente, a medida que conseguían sorprender y matar a docenas de soldados ocupantes. Llegaron incluso a derribar en un punto los muros del gueto y llevar su sublevación al exterior, conmocionando al ocupante con sus logros.
El ocupante, que actuaba bajo el principio de que la vida de uno de sus soldados equivalía a la de 100 de los ocupados, se propuso arrasar el gueto mediante el fuego. A lo largo de cuatro semanas destruyeron todos los edificios en pie. Sin poder traspasar el muro, la inmensa mayoría de los residentes del gueto murieron allí mismo.
Estoy hablando, claro está, del Levantamiento del Gueto de Varsovia en la primavera de 1943, cuando la Organización Judía de Combate obligó al ejército alemán a retirar tropas de primera línea en la guerra contra la URSS que iban perdiendo, con el fin de enfrentarse a este grupo de civiles famélicos y a sus armas caseras.
Viviendo en «Occidente» y consumiendo lo que en Occidente pasa por ser los principales medios de comunicación, sería casi tan difícil entender los motivos y métodos de la Organización Judía de Combate en 1943 leyendo propaganda nazi como lo sería entender hoy a Hamás a través de la lente distorsionada de los medios de comunicación occidentales.
Podemos empezar por dónde comienza el relato, lo cual es muy previsible, porque sus argumentos siempre empiezan de la misma manera: «Hamás lanzó un ataque».
Si personas medio hambrientas sin agua potable ni posibilidad de viajar fuera de su gueto inician algún tipo de levantamiento, el contexto obvio es el hecho de que estaban sitiadas, viviendo en un gueto amurallado, sin poder importar las cosas que necesitan para sobrevivir y sin poder viajar. Esta es la razón obvia para que cualquier pueblo que viva en esas condiciones se levante contra el poder ocupante. Pero en lugar de eso se nos ofrece una narración que comienza con el levantamiento del gueto, sin ninguna explicación de la naturaleza básica de la situación, es decir, que un ejército de ocupación está obligando a la gente a vivir y pasar hambre en un gueto amurallado.
Dada la absoluta deshonestidad de los medios de comunicación convencionales occidentales cuando se trata de explicar todo lo que ocurre en cualquier lugar de Oriente Medio (como el Imperio Británico denominó a Asia occidental hace mucho tiempo), pensé que podría ser útil establecer algunos hechos destacados que nos ayuden a dar sentido a lo que está ocurriendo ahora mismo en Gaza y sus alrededores.
1) Israel no es una democracia. La mayoría de las personas que viven bajo dominio israelí son palestinas. De los palestinos que viven bajo dominio israelí, la inmensa mayoría se encuentra en Cisjordania o Gaza, y están sometidos a la «justicia» militar, no a tribunales civiles. No tienen derecho a votar en las elecciones israelíes, aunque todos los aspectos de su vida están controlados por Israel: si viven o mueren, si sus casas son destruidas o no, si sus campos son arrasados por los colonos o se les permite seguir cultivando, todo depende de Israel. Cuando dicen que Israel es una democracia, mienten descaradamente y a diario.
2) Hamás es lo más parecido que tienen los palestinos a un gobierno electo. De hecho, la última vez que se produjo algo similar a una elección en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza, Hamás ganó por goleada. Esa es la razón por la que no se han vuelto a repetir elecciones desde entonces y por la que Hamás controla Gaza en la actualidad. También habrían estado en el poder en Cisjordania, en la medida en que los palestinos pueden tener algún poder en estas circunstancias, pero Fatah anuló los resultados de las elecciones, porque perdieron. Con la ayuda activa de Israel, Al Fatah intentó derrocar a Hamás en Gaza enviando a sus leales armados y este intento de golpe fracasó estrepitosamente.
3) Defenderse físicamente contra un ejército de ocupación, según el derecho internacional suscrito por todos los países del mundo hace mucho tiempo, está justificado y no es «terrorismo». Habría que tener mucha suerte para sintonizar uno de los brevísimos momentos en que el derecho internacional se menciona en alguna de las noticias occidentales sobre este levantamiento. El derecho internacional sólo es aparentemente relevante cuando se trata de la invasión rusa de Ucrania, o de otros incidentes en los que resulta conveniente mencionarlo.
4) Gaza está sometida a una ocupación brutal. Resultaría completamente ridículo mencionar esto, ya que es absolutamente obvio. Pero, sea por lo que sea, ese no es el caso en los medios de comunicación occidentales, que tienden a conceder un tiempo desorbitado a los políticos israelíes y a los diplomáticos estadounidenses y británicos a quienes encanta hablar de que los asentamientos israelíes en Gaza fueron evacuados hace tiempo. Con lo que pretenden decir que los habitantes de Gaza ya no tienen por qué quejarse. Simplemente no mencionan el sitio, la imposibilidad de viajar o de importar cualquier bien, y pretenden que Gaza es una especie de ”barrio” palestino, tal y como denominan los políticos israelíes a sus asentamientos judíos, ilegales y exclusivos, con los que colonizan los territorios palestinos cada vez más menguados: “barrios”.
5) Cuando los ucranianos se defienden de su potencia ocupante y lanzan ataques contra lugares de Rusia, fuera de Ucrania, su valor y audacia son celebrados abiertamente en Occidente, y se reciben enormes cantidades de ayuda militar. Cuando los palestinos hacen exactamente lo mismo bajo exactamente las mismas circunstancias, es el ocupante el que recibe la ayuda militar, no ellos. Se les denomina “terroristas” por contraatacar.
6) Cuando Netanyahu dice a la población del gueto amurallado que «se vayan ya» porque va a convertir todos los rincones de Gaza en «escombros», que es lo que acaba de decir, está hablando de genocidio. La población de Gaza no tiene otro lugar adonde ir que no sea la frontera cerrada con Israel, la frontera cerrada con Egipto, dictadura cliente de Estados Unidos, y el mar Mediterráneo. La forma en que se refiere ahora a Gaza es muy similar a la forma en que Jürgen Stroop hablaba de convertir el Gueto de Varsovia en escombros.
7) Cuando los armenios son obligados a punta de pistola a abandonar su enclave dentro de Azerbaiyán, no oímos hablar de la historia del desplazamiento azerí, sino sólo del sufrimiento de los armenios, que la prensa occidental califica regularmente de genocidio. Si desplazar por la fuerza a cientos de miles de personas de su tierra y obligarlas a trasladarse a campos de refugiados es genocidio, entonces los palestinos son víctimas de genocidio, y lo han sido desde 1947. Sin embargo, nunca oirá que la prensa occidental utilice seriamente esta palabra en relación con el sufrimiento de los palestinos, a menos que sea para acusar a los líderes iraníes de antisemitismo por atreverse a utilizar ellos mismos el término.
8) Mientras el presupuesto de Naciones Unidas para que los refugiados palestinos puedan hacer cosas como comer y tener asistencia sanitaria y escuelas para sus hijos es continuamente recortado para enviar más dinero a Ucrania, a Netanyahu, a Biden y a otros les encanta protestar por la ayuda iraní a los palestinos. A diferencia de Estados Unidos o Israel, Irán no ha invadido ningún país en 2.500 años, pero aparentemente van a empezar a atacar otros países en un futuro próximo, según Netanyahu y Biden. Mientras tanto, están ayudando a «terroristas» (democráticamente elegidos y populares, que luchan por la libertad de su pueblo para sobrevivir) ¡y eso es malo!
9) Cuando el ejército ruso bombardea intencional o accidentalmente un edificio de apartamentos, o cuando las defensas aéreas ucranianas bombardean accidentalmente sus propias urbanizaciones, el hecho se considera de inmediato un crimen de guerra y contra la humanidad y es denunciado por todos y cada uno de los diplomáticos occidentales, estén donde estén en ese momento. Cuando Israel bombardea muy intencionadamente y derriba por completo un edificio de apartamentos de gran altura lleno de civiles, como hizo el pasado sábado y ha hecho en muchas ocasiones en el pasado, simplemente se nos informa del recuento de cadáveres en ambos bandos; si los muertos son civiles, niños, combatientes, etc., es aparentemente irrelevante.
10) Cuando el ejército ruso mata a civiles ucranianos, intencionada o accidentalmente, nos enteramos de cada incidente y a menudo se dan los nombres de los muertos, especialmente si hubo algún niño. Cuando Israel mata a niños palestinos, se nos informa de que puede que estuvieran tirando piedras o de que, por desgracia, vivían en un rascacielos en el que había algún tipo de oficina de Hamás. Y no se discute el derecho internacional sobre las reglas de la guerra, o si está bien destruir un edificio de apartamentos lleno de civiles para alcanzar a uno de los llamados terroristas. Eso sólo se discute cuando se trata de ataques rusos contra ucranianos.
Podría seguir, pero me detendré aquí, pues habrá mucho más de lo que hablar mientras continúa el levantamiento de este gueto. Si desea conocer algo más de lo que tengo escrito sobre la lucha palestina hasta el momento, diríjase a davidrovics.com/palestine (en inglés).
David Drovics es un escritor y cantautor judío estadounidense.
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