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Morenés ve futuro en los aviones no tripulados, mientras la deuda militar asciende ya a 29.500 millones de euros

El ministro de la guerra ya piensa en programas de armamento para 2015

Fuentes: Europa Press

El ministro de la guerra, Pedro Morenés, espera que en 2015 el Gobierno pueda iniciar nuevos programas de armamento, entre los que deberían estar los aviones no tripulados, porque es «sin duda alguna por donde va el futuro». En una entrevista con Europa Press, el Morenés explicó que esta decisión, no obstante, «va a depender […]

El ministro de la guerra, Pedro Morenés, espera que en 2015 el Gobierno pueda iniciar nuevos programas de armamento, entre los que deberían estar los aviones no tripulados, porque es «sin duda alguna por donde va el futuro».

En una entrevista con Europa Press, el Morenés explicó que esta decisión, no obstante, «va a depender de cómo queden al final los programas que ya está en marcha» y cuyos contratos acaban de ser renegociados con las empresas para rebajar su factura.

«Pero a mí me gustaría pensar que a partir del año 2015 pudiéramos abordar por lo menos un nuevo programa en cada Ejército», señaló Morenés. Y, aunque «habrá que decidirlo en su momento», apuntó que el Ejército de Tierra necesita «un vehículo acorazado de ruedas», la Armada tiene que «ir evolucionando en las fragatas, entre otras cosas» y el Ejército del Aire «indefectiblemente tiene que estar pensando en aviones no tripulados».

Morenés hizo en que su ministerio trabaja para que la deuda de los grandes programas que están en ejecución –que suman 29.500 millones de euros a pagar hasta 2030– «no grave de una manera sustancialísima una evolución natural de las Fuerzas Armadas», especialmente de las nuevas adquisiciones que «harán falta».

Sin recortes para la guerra

El ministro avanzó que los próximos presupuestos para la guerra tendrán «una tónica muy similar» a los de los últimos años. Implícitamente rechazó recortes al asegurar que «desgraciadamente no podrán incrementarse como a mí me gustaría», y que el Gobierno es «muy consciente» de que se está haciendo «una inversión en Defensa que realmente está en el límite de lo que es razonable en un país como España».

Mientras tanto, el Ministerio continúa con su estrategia para tratar de vender a terceros aquellos productos contratados que ahora no quiere adquirir, a lo que también se añaden los intentos de exportar material usado por los Ejércitos y la Armada, una manera «importantísima de que el coste del material que no se usa se reduzca y de obtener algunos ingresos extraordinarios que permitan paliar la escasez presupuestaria».

Morenés reconoció que «no es fácil» exportar material de guerra ahora que hay «importantes reducciones» en todos los países, especialmente «en el mundo occidental», pero insistió en que una de las claves es «estar permanentemente en esos mercados». «A veces los españoles somos muy dados a hacer una acción y no hacer el seguimiento de la acción», explicó. Se trata, ha dicho, de hacer «una acción permanente y estratégica».

En este contexto, destacó la «relación privilegiada» que tiene España con algunas de las dictaduras del Golfo Pérsico como Arabia Saudí, Catar, Emiratos Árabes y Omán. «Muy fundamentalmente porque se ha movido nuestra presencia allí y muy fundamentalmente porque el Rey [comisionista en este tipo de negocios] nos abre las puertas de esos países de manera singularísima, de esos y de otros», que no especificó Morenés.

Así recordó la opción de que España pueda vender carros de combate Leopard a uno de los mayores violadores de Derechos Humanos como es Arabia Saudí una vez se consiga el consenso de la industria alemana necesario para vender estos tanques, en competencia con el resto de fabricantes del mundo.

El gasto en el Submarino S80 no se modificará

Por otra parte, preguntado por los costes que tendrá para España los errores de Navantia en la construcción del submarino S80, Morenés explicó que «en principio le va a costar mucho tiempo», puesto que «el techo de inversión en los submarinos que no se va a mover y en principio lo que nos va a costar es tiempo».

El ministro explicó que el Gobierno ya tiene el resultado del estudio realizado por una empresa estadounidense, contratada para investigar la causa de los errores de peso en la construcción del «prototipo», unos fallos que Morenés recalcó que no son algo «absolutamente anormal», aunque sí sean «un disgusto».

El primero de los nuevos submarinos S-80 mostró durante la fase de construcción diversos problemas no considerados en el diseño inicial. El principal de ellos, su peso: Navantia deberá aumentar su eslora para garantizar su flotabilidad y operatividad. Sin embargo el ministro restó importancia al asegurar que «ha tenido un problema, se han detectado las causas y afortunadamente ya sabemos cómo se tiene que corregir», aunque reconoció que «el desarrollo de un prototipo tiene unas vicisitudes, como ha tenido este, y siempre son extraordinariamente costosas», especialmente para «una empresa que no ha hecho prototipos propios» de submarinos hasta ahora.

En cualquier caso mostró un optimismo infundado al afirmar que España «va a salir adelante en este proceso» y también lo hará Navantia, si bien admitió que «la gente lo que compra son elementos consolidados», por lo que habrá de ser «utilizado por la Marina española con éxito».