El estado de Israel se basa en tres elementos fundamentales, ninguno de ellos es de menos importancia que los otros dos: El Ejército (incluido los servicios secretos), la propaganda (incluidos los más influyentes medios de comunicación occidentales controlados por el sionismo) y las poderosas comunidades judías existentes por todo Occidente (incluida la mundialmente dominante banca […]
El estado de Israel se basa en tres elementos fundamentales, ninguno de ellos es de menos importancia que los otros dos: El Ejército (incluido los servicios secretos), la propaganda (incluidos los más influyentes medios de comunicación occidentales controlados por el sionismo) y las poderosas comunidades judías existentes por todo Occidente (incluida la mundialmente dominante banca judía en Estados Unidos, las familias judías más ricas del mundo, las incontables asociaciones y entidades judío-sionistas, especialmente la poderosa AIPAC -Comité de Asuntos Públicos Americano-Israelíes-, en Estados Unidos, etc.).
Lo que nos interesa aquí son dos elementos mencionados arriba: Los servicios secretos -especialmente el Mosad- y la propaganda, que ha labrado en Occidente una imagen del Mosad que roza lo paranormal en heroísmo, genialidad y audacia. Insignificantes operaciones del Mosad han sido pintadas en Occidente como si fueran la conquista de planetas en el más remoto espacio. Horrendos crímenes perpetrados por el Mosad por los cinco continentes han sido descritos por mercenarios medios de comunicación occidentales, tanto en EEUU como en Europa, como si fueran acciones de una nobleza inigualable, a pesar de que han supuesto la violación de toda suerte de legalidad internacional y de las más simples reglas morales.
Dentro de esta labor de los tendenciosos medios de comunicación estos se dedicaron a lo largo de décadas a ocultar los cuantiosos fracasos cosechados por el Mosad en muchos países. En el curso de la limitada investigación realizada para escribir este artículo he hallado decenas de historias sobre garrafales fracasos del Mosad, algunos de los cuales expondré más adelante.
Por otra parte, y en este marco de desinformación que caracteriza en Occidente a todo lo tocante al conflicto israelo-árabe, siempre para favorecer la imagen de Israel, se han dejado de lado, sistemáticamente, las operaciones de espionaje y contra-espionaje que llevan a cabo los servicios secretos, o Mujabarat, exteriores de países árabes en su lucha contra el espionaje israelí, en el marco de una guerra de espías mucho más enconada, intensa, decisiva y amplia que la registrada en el marco de la guerra fría que durante décadas enfrentó a los bloques soviético y occidental y que la literatura e industria cinematográfica occidentales se encargaron de difundir ampliamente.
Así, cientos de espías israelíes y otros tantos espías árabes han dejado escritos miles de escalofriantes historias de espionaje de los que en Occidente no se sabe apenas nada, salvo en lo tocante a algunas historias de espionaje y sabotaje israelíes, siempre tergiversados y acompañados de grandes dosis de fantasía.
Grandes espías árabes
Rafat El Haggan
Enormes éxitos fueron cosechados por los Mujabarat exteriores árabes, especialmente el EGID egipcio (Dirección de Inteligencia General Egipcia). A continuación mencionamos las historias muy resumidas de algunos de ellos, a título de ejemplos:
El espía árabe de más fama y más éxito en Israel fue Rifat Ali El Gammal, conocido como Rafat El Haggan (1927-1982) quien en 1956 fue implantado por los servicios secretos egipcios en Israel, donde trabajó a lo largo de 19 años, sin levantar ninguna sospecha, representando el papel de un próspero hombre de negocios judío israelí, bajo el nombre de Jack Beton, hasta que abandonó el país definitivamente en 1975. Contribuyó decisivamente en la victoria de Egipto en la guerra de octubre de 1973 al suministrar a su país detalladas informaciones y fotografías de la línea fortificada de Bar Lev, que Israel había construido a lo largo del Canal de Suez.
En Israel, El Haggan estableció una red de colaboradores israelíes, civiles y militares, además de entablar relaciones sociales y económicas al más alto nivel, convirtiéndose en una estrella de la sociedad israelí. Entre sus amistades contaba con el propio David Ben Gurión, Moshe Dayan y Ezer Weizman, entre otros.
Informó a Egipto del día y hora del ataque israelí con el que se iniciaba la llamada Guerra de los Seis Días, en 1967, sin que sus informaciones fueran tomadas en serio por sus jefes en El Cairo, lo que llevó al presidente Nasser a destituir a Salah Nasr del cargo de jefe de Mujabarat. Nasr fue juzgado en 1968 y condenado a 15 años de cárcel, siendo puesto en libertad siete años más tarde. Falleció en 1982.
Según algunas fuentes especializadas en el tema, fue El Haggan quien descubrió la existencia en Siria del más importante espía israelí jamás identificado en el mundo árabe, Eli Cohen, quien pasaba por ser un adinerado ciudadano sirio de nombre Kamel Amin Zabet. Eli Cohen, quien en realidad era judío de origen egipcio, nacido en Alejandría, había llegado a establecer relaciones de amistad entre las personalidades políticas y militares más importantes de Siria. Gracias a otro egipcio, El Haggan, Cohen fue detenido en Damasco en enero 1965 tras 6 años de actividad como espía en territorio sirio.
Eli Cohen fue ahorcado en una plaza pública de Damasco el 18 de mayo 1965. El Gobierno sirio hizo caso omiso de las formidables presiones internacionales para devolverle a Israel, y rechazó las ofertas de Israel de intercambiarle por 12 prisioneros sirios y de otras nacionalidades árabes que se encontraban en cárceles israelíes acusados de espiar a favor de Siria.
En realidad aquella fue la segunda vez que Eli Cohen era descubierto en su papel de espía israelí. La primera vez, bajo el nombre de John Darling, que portaba pasaporte británico, fue descubierto en Egipto en 1954 cuando encabezaba una red de agentes judío-egipcios que se dedicaba a atentar contra intereses estadounidenses y británicos en El Cairo y Alejandría, en lo que se conocía como Operación Susannah, que tenía por objetivo enturbiar las relaciones entre el nuevo régimen de Nasser en El Cairo, por una parte, y Washington y Londres, por otra.
Detenidos los miembros de la red Eli Cohen logró escapar a Israel. Había 13 acusados en aquel caso y lo increíble fue que el propio presidente de EEUU, Eisenhower, el primer ministro de Gran Bretaña, Winston Churchill, su ministro de Exteriores, Anthony Eden y altos responsables franceses y de otros países europeos enviaron mensajes personales al presidente Nasser intercediendo a favor de los detenidos para que fueran entregados a Israel, a lo que Nasser se negó rotundamente.
Aquél escándalo internacional y vergonzoso protagonizado por el Mosad, atentando en Egipto contra los intereses de dos países aliados de Israel, se conoció como el Caso Lavon, obligando al entonces ministro de Defensa israelí, Pinhas Lavon, a dimitir.
Kevork Yacoubian
Kevork Yacoubian era egipcio de origen armenio, nacido en Egipto en 1938. Siendo el mayor de sus hermanos tenía 20 años cuando murió su padre, por lo que tuvo que abandonar sus estudios y se convirtió en fotógrafo, profesión que desarrolló durante varios años y que le ayudó a mantener a su madre y hermanos. Debido a su excelente preparación académica, desde niño hablaba cuatro idiomas, además del árabe: inglés, francés, español y turco.
Fue reclutado por el EGID egipcio que tras duros entrenamientos le implantó en 1960 en el seno de la comunidad judía de Brasil desde donde emigró al año siguiente a Israel con una nueva identidad: Yitzhak Kotchek. Siguiendo instrucciones de sus jefes en El Cairo se alistó en el ejército israelí donde había sido destinado a Transportes llegando a ser chofer de un importante militar israelí, el coronel Bekenstein.
Desde su condición de fotógrafo profesional y su trabajo de militar en Israel, Yacoubian aprovechó sus visitas a numerosas instalaciones militares en compañía de su jefe, el coronel Bekenstein, para enviar a sus jefes egipcios una ingente cantidad de fotografías e información sensible.
Sin embargo, fue detenido en diciembre de 1963 y condenado a 18 años de cárcel. En 1966 fue entregado a Egipto en el marco de una operación de intercambio de prisioneros en la que fueron devueltos a Israel tres israelíes que habían sido detenidos en Egipto tras atravesar la frontera ilegalmente. Dos prisioneros palestinos fueron entregados también a Egipto en el curso de ese intercambio.
Sami Shmuel Baruch
Sami Sgmuel Baruch era un hombre de negocios judío israelí. Nació en 1923 en el seno de una familia adinerada de Jerusalén. Cursó sus estudios universitarios en Manchester y regresó en 1958 a Israel donde se dedicó a la política, además de sus negocios. En 1963 se declaró en la bancarrota y se trasladó junto a su familia a Suiza, en un intento de recuperarse económicamente.
En Ginebra fue captado por el EGID egipcio quien facilitó su regreso a Israel, donde Baruch, a lo largo de varios años, envió importantes informes económicos y políticos a sus jefes egipcios. Sin embargo, su excesiva confianza en sí mismo y su precipitación provocaron su detención y posterior juicio en el que fue condenado a 18 años de cárcel, siendo puesto en libertad a los 10 años. A su salida de prisión Baruch y su familia se establecieron en un país europeo.
Ahmad El Hawan
Más conocido como Guma El Hawan (1939-2011). La historia de su vida fue convertida por la televisión egipcia, en 1988, en una telenovela de gran fama titulada «Lágrimas en ojos insolentes». Los complicados avatares de su vida le llevaron, a finales de 1967, a la ciudad británica de Preston, donde fue captado por un oficial del Mosad quien le envió de vuelta a su ciudad natal, Suez, con el encargo de vigilar los barcos que pasaban por el Canal de Suez.
El Hawan, una vez en Egipto se dirigió a la sede del EGID en El Cairo donde informó sobre el agente del Mosad, de Preston, y la misión que le encomendó. Los oficiales del EGID le pidieron seguir adelante con su misión, pero suministrando al Mosad informaciones facilitadas por ellos.
El doble agente realizaba frecuentes visitas a Israel, siempre desde alguna ciudad europea. Los israelíes le entrenaron en las técnicas de espionaje y le encargaron abrir una cadena de supermercados en distintas localidades egipcias con el único fin de elaborar informes periódicos sobre el estado de las existencias de productos de alimentación en el mercado egipcio.
El Hawan estableció la mencionada cadena de supermercados suministrando al Mosad no sólo los mencionados informes económicos, sino también numerosos datos militares, económicos y sociales, siempre facilitados por el EGID, incluida la ubicación exacta de baterías de misiles que no pasaban de ser réplicas fabricadas en molde, con el único propósito de dar pruebas al Mosad de la eficacia y credibilidad de su espía en Egipto. Algunas de aquellas baterías de misiles fueron bombardeadas por la aviación israelí durante el período de la llamada Guerra de Desgaste registrada tras la Guerra de los Seis Días, en medio de un sentimiento de enorme gratitud hacía El Hawan en los más altos estamentos militares de Israel. La Guerra de Desgaste se inició el 1 de julio de 1967 con el intento fallido del ejército israelí de ocupar la ciudad egipcia costera de Por Fuad, en la zona del Canal de Suez, y finalizó cuando Egipto aceptó el Plan Rogers de alto el fuego, el 7 de agosto de 1970.
Tras la guerra árabe-israelí de 1973, en la que la victoria egipcia se debió en parte a la labor de El Hawan, en Israel se intensificaba la necesidad de informantes árabes en los países limítrofes y la importancia de El Hawan para Israel creció sobremanera.
La actividad de doble agente continuó hasta 1977, según sus propias declaraciones hechas poco antes de su muerte en el 2011. Una de sus últimas misiones en Israel fue conseguir un aparato de transmisión de muy avanzada tecnología para la época. Según el propio Hawan fue el presidente egipcio Sadat quien le pidió regresar a Israel para conseguir uno de esos aparatos, capaces de transmitir y recibir mensajes en tan sólo 5 segundos y cuyo tamaño no superaba el de una cajetilla de tabaco. Sólo existía una decena de unidades de ese aparato en todo el mundo. Antes de entregarle el aparato en Tel Aviv, El Hawan fue sometido a los detectores de mentiras, a los que engañó gracias al entrenamiento que había recibido por el EGID.
Abderrahim Qarman
Abderrahim Qarman (1938-2011) era palestino cuyo pueblo natal, Ibten, fue objetivo de una matanza a mano de los israelíes en 1948 en la que fue asesinado su hermano. Descendía de una familia adinerada del interior de Israel y era conocido por su excelente presencia y atractivo carácter. En sus años de estudios escolares, en Haifa, tenía compañeros y amigos israelíes, algunos de los cuales se convirtieron en altos funcionarios y responsables gubernamentales y militares.
Cursó sus estudios universitarios en Francia donde se casó con una mujer francesa que le acompañó a su regreso a Haifa. En Francia fue captado por el EGID egipcio, recibiendo allí un duro entrenamiento que le preparó para su futura misión en Israel, a donde regresó en 1967.
Desde su trabajo en la aduana del puerto marítimo de Haifa, uno de los más importantes de Israel, Qarman controlaba todo el movimiento de barcos que entraban y salían del puerto, sus cargas y sus destinos, incluidos los barcos de la marina militar israelí.
Además, y por medio de sus amistades en los altos estamentos del gobierno y del ejército, enviaba a Egipto, que se preparaba para la guerra de 1973, importantes informaciones y fotografías sobre bases militares, movimientos de tropas y armamento.
En 1969 Qarman reclutó para el EGID a un compañero suyo de entre los empleados palestinos en el puerto de Haifa, Tawfiq Fayad Battah, quien se dedicaba en exclusiva a vigilar los movimientos de los barcos de la marina israelí.
Ambos fueron detenidos en 1970 siendo Qarman condenado a 16 años de cárcel y Battah a 10 años. Sin embargo ambos fueron canjeados en 1974 por un espía israelí detenido en Egipto, Baruch Zaki Mizrahi, de origen egipcio, quien había sido detenido en Yemen y entregado a Egipto poco antes.
Estos han sido unos escasos ejemplos sobre espías árabes que desarrollaron su trabajo en Israel brillantemente. Hubo decenas más, tanto egipcios como sirios, libaneses y palestinos.
El caso Hilmi
Otro destacado éxito del EGID egipcio fue el secuestro en Buenos Aires del piloto egipcio, Abbas Hilmi, que en 1964 huyó a Israel, por voluntad propia y sin intervención ninguna de los israelíes, a bordo de un avión de fabricación soviética Yak-15, antiguo y de escaso valor. Se trataba de un piloto joven conocido por una vida de descontrol e indisciplina, por lo que no le estaba confiada la misión de pilotar aviones de «alta gama» como eran entonces los Mig-21 y Sukhoi, de fabricación soviética, aunque había sido piloto de esta clase de cazas, pero su indisciplina y su mala fama llevaron a sus jefes a descartarle como piloto del Mig-21. Sintiéndose maltratado por sus jefes, quienes además querían enviarle a la guerra que libraban las tropas egipcias en Yemen, decidió huir a Israel a sabiendas de que allí sería recibido como héroe, como efectivamente sucedió.
Hilmi fue sometido en Israel a operaciones de estética para cambiar su aspecto físico y se le dio una nueva identidad, pero los agentes egipcios le pisaban los talones por todo Israel y cuando fue trasladado a Buenos Aires tampoco le perdieron de vista. Hilmi fue capturado en la capital argentina por agentes egipcios que le trasladaron a El Cairo, dentro de una caja, lo cual supuso un formidable golpe para El Mosad bajo cuya protección se encontraba Hilmi cuando fue secuestrado. En la capital egipcia Hilmi fue juzgado y ejecutado.
Israel había rodeado la huida de Hilmi con un despliegue propagandístico a nivel mundial en el que se destacaba «la genialidad del Mosad» que había conseguido que Hilmi se escapara a Israel. Sin embargo, el hecho de que Hilmi escapara con un YAK de poco valor y no con un Mig-21 desmiente por sí cualquier intervención del Mosad en este asunto, pues era sabido por aquellos años que Israel perseguía por todos los medios conseguir un Mig-21, como veremos más adelante.
Los fracasos del Mosad
No creo que en el mundo existan servicios secretos con más fracasos en su haber que los israelíes, llámense Mosad, AMAN (Departamento de Inteligencia del Ejército) o Shabak (también llamada Shin Bet que es la Agencia de Seguridad Israelí), pues las tres agencias tienen funciones entrelazadas.
Para empezar, todo ataque lanzado contra Israel por la guerrilla de la resistencia palestina desde la implantación del estado de Israel en Palestina suponía un rotundo fracaso de los servicios secretos israelíes. Organizaciones palestinas como Fatah, el Frente Popular para la Liberación de Palestina, el Frente Democrático para la Liberación de Palestina, HAMAS, etc. han puesto en evidencia a los servicios secretos israelíes a lo largo de decenas de años ante las demás agencias de Inteligencia de todo el mundo. Si no fuera por la enorme ayuda prestada siempre por la CIA estadounidense y otras agencias europeas y árabes a la Inteligencia israelí esta hubiera resultado más patética aun.
A pesar de ello, y estamos hablando de cientos de ataques -y por consiguiente, de fracasos estrepitosos de los servicios secretos israelíes-, los medios de comunicación de EEUU se han encargado de labrar una imagen del Mosad que ya quisieran para sí Superman, Batman y Spiderman. Sólo las formidables presiones internacionales y la fuerte intervención de gobiernos árabes pudieron amainar a la heroica resistencia palestina.
Sin embargo, el fracaso de la Inteligencia israelí volvió a alcanzar cuotas escandalosas a partir del inicio de este siglo, con un Hizbolá y un HAMAS que gracias a la inoperancia de los 3 servicios secretos israelíes, Mosad, Aman y Shabak, adquirieron una fuerza formidable y unos arsenales de armas cada vez más avanzadas y cuantiosas.
Mientras, los errores y fracasos de estos tres aparatos de la Inteligencia israelí siempre han tenido que ser corregidos, muy limitadamente por cierto, mediante grandes operaciones del ejército israelí que, como ya sabemos, no tiene mejor manera de resolver los problemas del estado de Israel que el lanzamiento de salvajes ataques contra la población civil palestina y libanesa, y la desmedida destrucción masiva de ciudades y pueblos, incluidas las infraestructuras civiles, en ambos territorios.
Sin embargo, de nada le sirvieron a Israel tantas y tantas matanzas y destrucciones masivas perpetradas por su ejército en distintos países árabes desde 1948 ya que en realidad el fracaso de sus servicios secretos no fue siempre más que una parte inseparable del fracaso del propio Estado de Israel y del proyecto sionista en Oriente Próximo que, a los 65 años ya del levantamiento de este estado contranatural, sigue sin asentarse en la región y sigue en guerra con los palestinos y con los pueblos limítrofes.
Así, Israel no ha conseguido, desde su fugaz victoria en 1967, más que sucesivos fracasos militares como los cosechados en la guerra de 1973, en la expulsión de su ejército de Líbano en el 2000, en su expulsión de la franja de Gaza en 2005, en su rotundo fracaso militar contra Hizbolá en julio del 2006 cuando todo el norte de Israel fue sometido a intensos bombardeos de la guerrilla libanesa a lo largo de 33 días; en su manifiesto fracaso en erradicar a HAMAS en el salvaje ataque que la aviación, marina e infantería israelíes lanzaron contra la franja de Gaza a lo largo de 22 días en diciembre 2008-enero 2009, perpetrando matanzas e ignorando los llamamientos internacionales para detener sus ataques; y finalmente en la llamada Guerra de los Ocho Días, cuando Israel volvió a lanzar un vasto ataque contra Gaza, a mediados de noviembre de 2012.
En esa última ocasión Israel fue puesto al desnudo ante el mundo, al suplicar la mediación de EEUU, Francia e Inglaterra desde el segundo día de las operaciones militares y ante la contundente respuesta de HAMAS, Yihad Islámico, Frente Popular y otras facciones de la resistencia palestina, entre las que no figuraba Fatah que desde Oslo 1993 había abandonado las armas, gratuita y vergonzosamente. En esa última guerra del 2012 la resistencia palestina, islámico-comunista, y por primera vez en la historia del conflicto israelo-árabe, alcanzó numerosas veces con sus cohetes las principales ciudades israelíes, incluidas Jerusalén Oeste y Tel Aviv. Y todo esto, desde la parte israelí, ha sido gracias a la arraigada y prolongada inoperancia de los 3 servicios secretos israelíes.
Fracasos puntuales
Todos los éxitos del EGID egipcio, tanto los mencionados en este texto como otros muchos que no fueron recogidos aquí, no eran más que sonoros fracasos del Mosad. Otros numerosos y puntuales fracasos del Mosad han sido tapados, en la mayoría de los casos, mediante el asesinato a sangre fría, como fue el caso de los tres pilotos iraquíes asesinados por el Mosad tras haberse negado a llevar un Mig-21 a Israel y traicionar así a su país.
1- El asesinato de los tres pilotos irakíes.
Se trataba de los comandantes Hamed Dahi, asesinado en una discoteca en Texas (EEUU) el 15 de mayo de 1965, Shaker Yusef, asesinado en Bagdad el 6 de julio 1965 semanas después de su regreso de Texas, y Mohammad Raglub, asesinado el 10 de febrero de 1966 a bordo de un tren mientras viajaba de París a Frankfurt. Los tres habían sido largamente persuadidos por el Mosad para que traicionaran a su país, utilizando en los tres casos a imponentes bellezas femeninas agentes del Mosad (lo cual es una práctica habitual y sistemática del Mosad para captar espías) haciéndoles ofertas millonarias en metálico y excelentes posiciones profesionales y sociales.
Los dos primeros, ambos sin haber llegado aún a sus treinta años de edad, formaban parte de un grupo de pilotos iraquíes enviados a Texas para recibir entrenamiento avanzado en combate aéreo, como resultado de una oferta hecha por el Departamento de Defensa estadounidense al Gobierno iraquí con el único fin de captar para el Mosad a alguno de los pilotos participantes en ese curso y poder así convencerle para que se escape con su caza, Mig-21, a Israel, lo que hubiera sido muy beneficioso para EEUU que anhelaba poder descifrar los secretos de la supremacía del Mig-21 sobre sus Phantom. El tercero de ellos, Raglub, también en su tercera década de edad, se había trasladado a Frankfurt para pasar unas vacaciones cuando fue abordado por agentes del Mosad que le intentaron comprar y persuadir por todos los medios sin conseguirlo.
2- El fallido asesinato de Mishal o «la madre de los escándalos» del Mosad
Este escándalo del Mosad es calificado en el tomo 2 de la magna obra del egipcio Farid Faluyi, «Los Guardianes del Templo», como «la madre de los escándalos en la historia del Mosad y de los demás servicios secretos israelíes, tal como opinan los analistas especializados en la materia y que por unanimidad califican este caso como una gran caída mosadista y una patética comedia diplomática».
En la mañana del 25 de septiembre 1997, dos agentes del Mosad que portaban pasaportes canadienses se abalanzaron sobre el portavoz de HAMAS y uno de sus líderes más destacados, Khaled Mishal, cuando se disponía a entrar en su oficina, en la avenida Wasfi Al Tal, una de las principales arterias de la capital jordana, Amman.
Mishal forcejeó con sus atacantes que iban apoyados por otros agentes del Mosad que vigilaban la zona. El dirigente de HAMAS se echó a correr calle abajo mientras empezaba a sentir como un pinchazo en su cuello.
Durante el forcejeo entre Mishal y sus dos atacantes apareció otro miembro de HAMAS que al parecer era su guardaespaldas, extremo que el Mosad no había tenido en cuenta como quedó claro en las conclusiones de la comisión gubernamental israelí formada después para investigar el incidente. Este hombre, Mohammad Abu Seif, atacó a los dos hombres utilizando sus desnudos puños, escapándose ambos hacía el coche que les esperaba cerca y que intentaba alejarse del lugar en medio de un intenso tráfico.
Abu Seif corrió largamente detrás del coche de los israelíes, sin que estos se percataran de ello. Y cuando pensaron que ya estaban a salvo abandonaron el coche y empezaron a caminar precipitadamente, tal vez hacia otro coche que les esperaba. Pero Abu Seif les alcanzó y se libró entre él y ellos una lucha en plena calle lo que atrajo la atención de la gente que se agolpó alrededor de ellos deteniendo finalmente a los dos extranjeros y entregándoles a la policía.
En el cuartel de la policía ambos israelíes, exhibiendo sus pasaportes canadienses, aseguraban que eran de esta nacionalidad, pero los funcionarios de la embajada de Canadá en Amman, contactados por la policía jordana, negaron que esos dos hombres fueran canadienses por lo que se deducía que sus pasaportes eran falsos.
Mientras, Khaled Mishal había sido trasladado a un hospital, donde entró en coma. Los médicos que le atendieron aseguraron que le había sido inyectada una sustancia venenosa que no podían identificar y que moriría en unas horas si no se le suministraba el antídoto de ese veneno.
Enterado el Gobierno de Amman de lo sucedido informó al monarca jordano, Husein, quien reaccionó firmemente hacia Israel exigiendo al entonces primer ministro, Benjamin Netanyahu, el envío inmediato del antídoto para salvar a Mishal y la puesta en libertad inmediata del líder de Hamas, jeque Ahmad Yasin, que se encontraba en una cárcel israelí. Según varias fuentes informadas, Husein amenazó incluso con revocar el acuerdo de paz de Wadi Araba, que había sido firmado entre ambos Gobiernos el 26 de octubre de 1996, si Mishal no es salvado.
Netanyahu llevó a cabo sin titubeos lo que pedía el monarca jordano, y en pocas horas el jeque Ahmad Yasin fue llevado a Amman, junto con el antídoto con el que se salvó la vida de Mishal. El jeque Ahmad Yasin, fundador de HAMAS, era parapléjico desde los 12 años y fue asesinado por Israel disparándole un misil desde un helicóptero el 22 de marzo de 2004, en Gaza.
El Gobierno israelí, por su parte, formó una comisión para investigar lo sucedido en Amman, celebrando la misma 47 sesiones y escuchando a 35 testigos. A pesar de que la operación de matar a Mishal había sido aprobada por el propio Netanyahu, este fue disculpado por la comisión. Sin embargo, el jefe del Mosad, Danny Yatom, dimitió de su cargo, tal como recogía la comisión en sus recomendaciones.
3- La catástrofe de Galilea
Un catastrófico fracaso sufrió el ejército y los servicios secretos israelíes el 4 de febrero de 1997 cuando dos helicópteros israelíes chocaron sobre la Alta Galilea, muriendo los 75 militares y agentes de AMAN y del Mosad que iban a bordo. Esa al menos era la versión ofrecida por el Gobierno israelí. Se trataba de dos unidades de elite que, según las informaciones difundidas en Israel entonces, tenían la misión de secuestrar a un número de líderes de Hizbolá que estaban asistiendo a una cena en la que se realizaban donaciones en apoyo a la resistencia armada contra la ocupación israelí del sur de Líbano.
4- La catástrofe de Ansariya
Ese sangriento fracaso debido al inesperado accidente de choque entre los dos helicópteros, fue seguido por otro aun más sonado al no haber intervención en el mismo de accidente ni casualidad ninguna. Se trata de la aniquilación a manos de combatientes de Hizbolá y Amal, dos movimientos libaneses chiítas, de casi todos los componentes de un comando israelí perteneciente a la «mítica» unidad de elite de «Sayeret Matkal» en la madrugada del 6 septiembre 1997, en la localidad de Ansariyah: Los combatientes de Hizbolá y Amal estuvieron esperando al nutrido comando israelí, compuesto por 16 militares, 11 de los cuales murieron, uno se dio por desaparecido y cuatro resultaron heridos, gracias a la acción de un agente doble que informó a Hizbolá del lugar y hora de la operación sorpresiva israelí. El comando israelí que llegó a la costa a bordo de una lancha, desembarcó a la una de la madrugada en plena zona civil de la localidad de Ansariya, a 20 kilómetros de la ciudad de Sidón. Iniciado el enfrentamiento armado, una decena de helicópteros israelíes acudieron en socorro del comando de Sayeret Matkal librándose una batalla que duró más de cuatro horas. El fracaso de aquella operación, que había sido autorizada por el entonces primer ministro Benjamin Netanyahu, con el objetivo de destruir un cuartel del Movimiento Amal, supuso un auténtico terremoto político y social en Israel y una auténtica fiesta en las calles de muchas localidades libanesas, máxime cuando la mencionada catástrofe de Galilea era aun reciente.
5- El plan fallido de asesinar a Saddam Husein
Otro fracaso, esta vez relacionado con Irak, fue el abortado plan israelí de asesinar a Saddam Husein cuyos detalles no se han conocido hasta días después de la detención por soldados americanos del derrocado dictador iraquí, el 13 de diciembre del 2003. El 16 de diciembre la férrea censura militar israelí permitió a los medios de comunicación locales publicar detalles sobre aquella fallida operación conjunta Mosad- ejército israelí.
El plan había sido presentado por el comandante en jefe del ejército israelí, Ehud Barak, y fue aprobado por el gobierno de Yitzhak Rabin en 1992. Sin embargo, y siempre según la versión oficial israelí, el plan fue suspendido tras la muerte de 5 de los miembros del comando que lo iba a llevar a cabo a consecuencia de la explosión de un cohete lanzado por otro de sus componentes durante los entrenamientos que se realizaban en una base militar del sur de Israel.
Aquel incidente provocó grandes y hondas controversias en el seno del generalato israelí. La muerte de los 5 miembros del comando, además de otros 5 que resultaron heridos, se produjo el 5 de noviembre de 1992 mientras se realizaba el último simulacro en el que se reproducía con exactitud el ataque que el comando iba a lanzar contra el cementerio de Takrit, ciudad natal de Saddam, donde estaba previsto que el presidente iraquí asistiera al entierro de su tío materno, Khairallah Attafah, que también era su suegro. Este se encontraba moribundo en un hospital y su muerte era inminente.
6- El caso Zygier
Otro fracaso se registró cuando el Mosad asesinó a su propio agente, Ben Zygier, que era hijo del líder de la comunidad judía de Australia. Zygier había formado parte de la decena de agentes del Mosad que el 10 de enero 2010 llevaron a cabo la operación de asesinato, en un hotel de Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, del palestino Mahmud Al Mabhuh, de quien se dijo que era un destacado miembro de HAMAS. La policía de Dubai dijo entonces que tres de los asesinos de Mabhuh portaban pasaportes australianos, uno de ellos era Zygier, que de hecho tenía doble nacionalidad australiana-israelí.
Al parecer, Zygier había facilitado a un agente de Hizbolá datos que llevaron a la detención por Hizbolá en Líbano de dos espías libaneses que trabajaban para el Mosad. Por su parte, la prensa de Kuwait publicó que Zygier había vendido a las autoridades de Dubai los nombres de los miembros del comando del Mosad que asesinó a Mabhuh. Cualquiera que fuera la razón, el australiano fue detenido y recluido en condiciones infrahumanas en la cárcel israelí de Ramla, donde estuvo encerrado en una celda de máxima seguridad y absolutamente incomunicado.
Su muerte, que se cree que se produjo el 15 de diciembre del 2010, cuando contaba 34 años de edad, tuvo lugar en aquella cárcel. Desde su detención el Mosad había borrado su identidad de todo registro, pasando a denominarle «prisionero X». Mientras, su familia, de pronunciada ideología sionista, y los servicios secretos australianos, ASIO, le estaban buscando. ASIO sospechaba desde hacía años que Zygier pertenecía al Mosad y le habían interrogado en varias ocasiones negando él en todo momento cualquier vinculación con la agencia israelí.
Fue el periodista australiano Trevor Bormann, de Australian Broadcasting Corporation, ABC, quien se aseguró, tras 10 meses de investigaciones y varias visitas a Israel, que el «prisionero X» no era otro sino Ben Zygier, difundiendo el resultado de su investigación en un reportaje transmitido por la televisión de la ABC, en febrero de 2013.
En septiembre de 2013 el Gobierno israelí, que siempre mantuvo que su prisionero se había ahorcado, llegó a un acuerdo con la familia de Zygier por el que esta recibió una indemnización de 1.1 millón de dólares.
Según el mencionado reportaje de la ABC australiana, la celda en la que estaba encerrado Zygier era «a prueba de suicidios» y su interior era constantemente vigilado por varias cámaras, por lo que el periodista Bormann se preguntaba insistentemente «¿Cómo podría haberse suicidado entonces?».
7- Isaac Beer
Uno de los fracasos más estruendosos de los servicios secretos israelíes lo protagonizó Issac Beer (1912-1966) israelí nacido en Austria que asumió grandes responsabilidades en el Gobierno israelí, llegando a ser a lo largo de muchos años el confidente más cercano de Ben Gurión, a cuyos diarios privados tenía acceso regular como parte del encargo que tenía de escribir la historia oficial de lo que se denomina en Israel «guerra de independencia».
Tras luchar en las filas de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil española se trasladó a Palestina en 1938 incorporándose a la organización terrorista judía Haganah en la que llegó a ser uno de los más destacados miembros. Tras la proclamación del estado de Israel, Beer alcanzó el grado de coronel y fue nombrado jefe del Departamento de Planificación y Operaciones en el cuartel general del ejército.
En 1950 abandonó el ejército y se incorporó a la política, estrechamente unido a Ben Gurión, con quien tomaba parte en reuniones «top secret», teniendo acceso a cuanta información quisiera, desde los planes del ejército hasta documentos de Defensa de la más alta confidencialidad.
Sin embargo, el jefe del Mosad por aquel entonces, Isser Harel, empezó a sospechar de él cuando observó su interés por obtener informaciones de carácter militar sin que Beer tuviera, dentro de sus responsabilidades, nada que ver con lo militar. Harel le sometió a una estrecha vigilancia que condujo a descubrir que era espía del la KGB soviética, por lo que fue detenido el 29 de marzo de 1961. Fue condenado a 15 años de cárcel pero murió a los 5 años de estar en prisión.
Autores egipcios y fuentes informadas sobre aquellos hechos aseguran, en distintos libros y medios de comunicación, que Israel Beer, además de espiar para la KGB, era también agente del EGID.
El Mosad, una organización terrorista
Estos fueron unos pocos ejemplos de fracasos puntuales de los servicios secretos israelíes, especialmente el Mosad, sin pretender en ningún momento enumerar cuantos fracasos hubo, una tarea esta para la que se necesitarían cientos de páginas, sin ninguna exageración.
Sin embargo, algunos puntualizarían que aun así, el Mosad y los otros servicios secretos israelíes han tenido muchos y sonados éxitos, puntualización esta que tiene una respuesta simple y diáfana que es la siguiente: Eso que muchos medios de comunicación estadounidense -y por consiguiente europeos- han venido en llamar éxitos del Mosad, han consistido, en la inmensa mayoría de los casos, en flagrantes violaciones de las leyes del país donde han sido perpetrados y de la legalidad internacional, además de consistirse siempre en asesinatos y atentados contra personas desprevenidas y contra inocentes, al más puro estilo terrorista. Muchos crímenes del Mosad han tenido como resultado la muerte, la lesión o el secuestro de personas que nada tenían que ver con el objetivo perseguido por los terroristas israelíes.
El ex-agente del Mosad, Victor Ostrovsky, finalizaba su libro, (By way of deception) con una frase del que fuera primer ministro de Israel, Yithak Shamir, en la que este decía, refiriéndose a los palestinos: «Nos están haciendo convertir en crueles. Están forzándonos a dirigir nuestros golpes a niños. ¿A que son terribles?». Ostrovsky agregaba que esa frase expresa toda una mentalidad enfermiza que invade todos los estamentos de la vida en Israel, que justifica la violencia y la inhumanidad, y que esta mentalidad se había iniciado en el Mosad, desde donde se propagó a todo el Estado.
Fuentes:
– Farid Faluyi. حراس الهيكل(Los Guardianes del Templo) 3 tomos. Ed. Atlas, El Cairo.2004. En árabe,
– Mariscal Mohammad Fawzi.حرب الثلاث سنوات 1967/1970 (La guerra de los tres años 1967-1970) Ed.Al Mustaqbal Al Arabi. 1983. En árabe.
– Ayman Al Alawi.الجاسوسيه الإسرائيلية تحت المجهر (El espionaje israelí bajo el microscpio) Ed. Arrafed, Londres, 1993. En árabe.
– Husni Abul Yazid. الملف السري لرأفت الهجان (El archive secreto de Rafat El Haggan) Ed. Addar Al Misriyah Al Lubnaniyah. El Cairo.
– Thomas Gordon (Mossad.La historia secreta). Ediciones B Argentina. 2001.
– Victor Ostrovsky y Claire Hoy (By way of deception) st.Martin Press. New York.
– Victor Ostrovsky (The other side of deception) Harper Collins Publishers, Nueva York, 1994.
– Michael Bar-Zohar y Nissim Mis Hal (Mossad, the greatest missions of the Israeli secret service) Harper Collins Publishers, Nueva York, 2012.
– Dan Raviv y Yossi Melman (Every spy a prince) Houghton Miffin. Boston.1990.
– Archivos de prensa y portales de internet en árabe e inglés.
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