La Asamblea General de la ONU votó, casi unánimemente, 185 votos de los 192 Estados Miembros de la ONU, a favor de la posición de Cuba de dar fin al bloqueo de Estados Unidos en contra del pueblo cubano. Albania, que el año pasado se abstuvo en la votación este año se unió en rechazo […]
La Asamblea General de la ONU votó, casi unánimemente, 185 votos de los 192 Estados Miembros de la ONU, a favor de la posición de Cuba de dar fin al bloqueo de Estados Unidos en contra del pueblo cubano. Albania, que el año pasado se abstuvo en la votación este año se unió en rechazo al bloqueo. Esta vez sólo otros dos Estados Miembros, Israel y Palaos, votaron con Estados Unidos. Dos Estados Miembros se abstuvieron: Islas Marshall y Micronesia. Las repúblicas de Palaos, Islas Marshall y Micronesia son protectorados de Estados Unidos.
El gobierno de Estados Unidos ha hecho caso omiso a este mandato, flagrantemente violando así la casi unámine voluntad de la comunidad internacional. Y lo hace no basado en el derecho, la razón y la ética sino basado en su poderío, inmoralidad y arrogancia.
Este año es la decimoséptima vez consecutiva, desde 1992, que la Asamblea General, el más alto órgano de la ONU, vota por abrumadoras mayorías resoluciones en contra del bloqueo que Estados Unidos ha mantenido por 48 años en contra del pueblo cubano. Por ejemplo, el año pasado, 2007, la Asamblea General aprobó la resolución en contra del bloqueo por 184 votos a favor y 4 en contra: Estados Unidos, Israel, Islas Marshall y Palaos.
De acuerdo a esa resolución de la Asamblea General votada en octubre de 2007, en julio pasado Cuba presentó al Secretario General de la ONU un informe titulado, «Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba», base de la resolución aprobada ayer.
En este Informe el gobierno cubano pormenoriza los dañinos efectos a la vida del pueblo cubano que ocasiona el bloqueo norteamericano. No solamente la política de bloqueo es violatoria de los propósitos y principios de la Carta de la ONU, sino que como queda aclarado en su primera página, «Por sus objetivos oficialmente declarados y encubiertos, por su alcance y por los medios y acciones para conseguirlos, el bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba califica como un acto de genocidio de acuerdo con lo estipulado por la Convención de Ginebra para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948, y como un acto de guerra económica según lo establecido en la Conferencia Naval de Londres de 1909». Tratados internacionales que son piedra angular del Derecho Internacional en lo que se relaciona a los derechos humanos y las relaciones entre Estados.
Todos en Miami sabemos las nefastas consecuencias para nuestro pueblo que esta política genocida ha tenido. Y hoy la mayoría de la emigración cubana aquí lo sabe no porque se informó sobre ella o se lo contaron sino porque en Cuba lo sufrió en carne propia. Lo sufrió entonces como su familia y otros seres queridos suyos lo siguen hoy sufriendo en Cuba.
Por si se nos olvida el Informe nos recuerda que «Hasta diciembre del 2007 -utilizando metodologías de cálculo conservadoras-la política de bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba ha ocasionado pérdidas económicas al país por un valor superior a los 93 mil millones dólares». «Al valor actual del dólar», como afirmó ayer en la Asamblea General el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, «ese monto ascendería a no menos de 224 mil 600 millones de dólares».
Hay cubanos malvados en nuestra comunidad, instigadores y defensores de esta política genocida, que en derroche supremo de cinismo afirman que el bloqueo no existe.
¿Que no existe el bloqueo?
Citaré algunos datos del Informe de Cuba para que se sepa cuánto daño ocasionó el bloqueo a la vida del pueblo cubano solamente en el transcurso del año pasado. En cuanto a la afectación negativa en el sector de la alimentación el bloqueo ocasionó daños superiores a los 174 millones de dólares. En el de la salud pública superó los 25 millones de dólares. En el de transporte superó 70 millones de dólares. El bloqueo afectó a las exportaciones de bienes y servicios cubanos en una pérdida de 1745 millones de dólares. El sector de la industria turística dejó de percibir ingresos en la suma de 1419 millones de dólares. Y así sucesivamente.
El ensañamiento de los enemigos del pueblo cubano -los que criminalmente intentan hacerlo rendirse por hambre y enfermedades y así terminar con su independencia- llega hasta prohibir -a través de las regulaciones y leyes que conforman el bloqueo- que empresas de terceros países -de terceros países- vendan productos o servicios a Cuba, cuya tecnología contenga más de un 10% de componentes de Estados Unidos, aunque sus propietarios sean nacionales de esos países.
El casi unánime rechazo de la comunidad internacional a la política genocida de bloqueo, demostrado en esta más reciente votación de la Asamblea General de la ONU, demuestra que urge que el gobierno de Estados Unidos se una a la legalidad internacional y de fin a una política unilateral criminal.
El bloqueo, aunque causando inmensos daños a la posibilidad de desarrollo del pueblo cubano, ha fracasado en su propósito de destruir la soberanía e independencia de los cubanos. Es hora -hace rato ya– de darle oportunidad a una política más razonable y justa por parte de Estados Unidos en relación con Cuba. Una basada en el derecho y no en la coacción.
Andrés Gómez es director de Areítodigital