Han pasado 18 meses, un documental y hasta un nuevo viaje en barco hacia Gaza para entrar con ayuda humanitaria, pero la invasión de Israel de la Franja entre diciembre de 2008 y enero de 2009 ha dejado una huella indeleble en Alberto Arce. Él fue la voz, los ojos y el oído de buena […]
Han pasado 18 meses, un documental y hasta un nuevo viaje en barco hacia Gaza para entrar con ayuda humanitaria, pero la invasión de Israel de la Franja entre diciembre de 2008 y enero de 2009 ha dejado una huella indeleble en Alberto Arce.
Él fue la voz, los ojos y el oído de buena parte de la prensa española en el interior del territorio controlado por Hamás, cuando el cierre de Israel de las fronteras impidió a los periodistas extranjeros acceder a la zona de conflicto, exponiéndose a la única información que les suministraba el poderoso ejército israelí.
Ahora se encuentran en una situación parecida, con un absoluto bloqueo informativo que impide el acceso de la prensa a los más de 600 activistas que han sido retenidos en una cárcel de Beer Sheva, a la espera de iniciar su proceso de deportación tras el asalto israelí a la ‘Flotilla de la Libertad’.
Y es que desde el asalto, en la madrugada del lunes, nadie sabe nada o casi nada de los activistas: ni quién ha fallecido ni quién está herido ni quién está detenido. «Es propio de un país tercermundista, si no algo peor», denuncia Arce, que ahora cubre la información para la web Periodismo Humano.
P:¿Qué noticias tenéis de los activistas de ‘Free Gaza’ después de ser detenidos por Israel?
R: Es imposible contactar con ellos. Estamos a la espera. El problema es que se ha impuesto la censura militar y no sabemos quién esta vivo y quién esta muerto. Esa censura los periódicos la cumplen, de forma que no pueden dar información que esté bajo secreto del ejército. ¿Qué hubiera ocurrido si más de 24 horas después un país sigue sin dar información sobre la identidad de las nueve personas que ha detenido en aguas internacionales y de los 450 activistas extranjeros que tiene detenidos?
P: Entonces habrá que esperar a que los primeros activistas que sean deportados vuelvan a sus países para conocer su versión.
R: Hay una sola persona que ha sido liberada, que es una diputada del Parlamento israelí que cuenta con inmunidad parlamentaria. Se supone que esta tarde dará una rueda de prensa seria y confiamos en esto. Mientras tanto, Israel va a retener a toda esta gente porque dentro de cinco días de esto no se va a acordar nadie. Tengo la experiencia de lo que ocurrió en la Guerra de Gaza.
P: ¿Y mientras tanto?
R: Mientras tanto ellos dan su versión de los hechos: nos atacaron, tuvimos que defendernos. Pero ¿dejan que los corresponsales extranjeros hablen con los detenidos? No quieren por nada del mundo que se vea esa imagen de norteamericanos e ingleses heridos y golpedos por los soldados israelíes.
P: Israel les ha dado a los activistas dos opciones: deportación inmediata o ser encarcelados si no firman la orden. ¿Qué hará la mayoría?
R: La mayoría de las 450 personas que estaba en el Mavi Marmara tiró su pasaporte al agua para no poder ser identificado. Hay un planteamiento político de jugar una partida de ajedrez con Israel. No vamos a cooperar, que Israel decida qué hacer con ellos.
P:Ahora la situación puede empeorar aún más, con un último barco de la flotilla que se aproxima a la zona y que Israel ha dicho que no dejará pasar ¿Cuál es la situación de ese barco?
R: El Rachel Corrie es un antiguo carguero letón de 4.000 toneladas que salió del puerto de Cork, en Irlanda, el pasado 20 de mayo. Se retrasó por el camino y llegó tarde a la salida de la flotilla, que no le esperó. Cuando se produjo el asalto israelí estaba a 1.000 millas de distancia. La tripulación -en la que se encuentran un parlamentario y dos periodistas malayos, cuatro cooperantes, un ex diplomático de la ONU, el capitán y su mujer y una premio Nobel de la Paz irlandesa- ha decidido por votavión seguir adelante. Va medio varado y se espera que llegue entre el martes por la tarde y el miércoles por la mañana.
P: La muerte de nueve activistas ha cogido por sorpresa a la comunidad internacional. ¿Crees que era posible que esto ocurriese? ¿Entraba en la cabeza de los activistas que formaban la flotilla?
R: Yo estuve en el ‘Dignity’, el quinto intento de los nueve que ha habido de entrar en Gaza y el último que logró entrar sin que le disparasen. Todos los que nos subimos a esos barcos sabemos que nos jugamos la vida. Ahora, con el nuevo barco que se aproxima, será Israel el que decida si volver a matar y la comunidad internacional tiene que decidir en las próximas 48 horas si garantiza que ese barco entra en Gaza y convierte las palabras en hechos.