Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.
Originalmente concebido como una barrera para mantener alejados a los inmigrantes africanos, el colosal muro que Israel levanta en la frontera de Egipto está apresurando su terminación en medio de temores de seguridad.
El muro que está construyendo Israel en la frontera con Egipto ha regresado a los escenarios después de que varios funcionarios israelíes expresaron su preocupación de que los recientes acontecimientos en Egipto puedan representar una amenaza cada vez mayor para la seguridad.
Particularmente preocupante, según el ex ministro de Defensa, Benjamín Ben-Eliezer, es hablar de un posible enfrentamiento con Egipto. La gran barrera de metal se pensó originalmente para evitar infiltrados, pero ahora es necesaria por razones de seguridad, de acuerdo con el jefe del ejército Benny Gantz.
Según informes de los medios de comunicación, la estructura de acero que se está construyendo en la frontera con el Sinaí, se ha acelerado recientemente y se está convirtiendo en un monstruo de acero, de acuerdo con el corresponsal militar de Haaretz, Amos Haerel, de casi 70 kilómetros de largo.
Hay estimaciones que revelan que el próximo mes de enero se completarán 100 kilómetros. A finales de 2012, estará sellada toda la frontera con Egipto, que cuenta con unos 240 kilómetros de largo, con exclusión de un área de 13 kilómetros cercana a Eilat. La valla requiere un presupuesto especial estimado de 54 millones de dólares aproximadamente.
La estructura de acero, que se está construyendo ahora a un ritmo muy rápido, es uno de los proyectos de infraestructura más grandes de Israel. Sólo este año requirió 12 millones de toneladas de hierro, un 15% del consumo anual de este metal del país. La valla tiene cinco metros de altura y dos veces el tamaño del muro del apartheid que Israel construyó en Cisjordania. Es más alta que todos los cercos construidos por Israel a lo largo las demás fronteras.
En 2009, el Primer Ministro Benjamín Netanyahu anunció la necesidad de construir una barrera en el Sinaí para detener infiltrados, pero adquirió mayor urgencia tras el derrocamiento de Hosni Mubarak a principios de este año.
Los analistas en Israel creen que las consecuencias prácticas de la revolución en Egipto han hecho que las autoridades de transición no sean capaces de mantener la seguridad en el Sinaí. El descarado ataque armado, llevado a cabo cerca de Eilat el 18 de agosto, hizo que las autoridades israelíes, de manera decisiva, pasaran de las palabras a la acción de acelerar la construcción, que había comenzado hace aproximadamente un año. Decenas de bulldozers están trabajando ahora en 50 sitios a lo largo de la frontera, levantando 800 m. de valla al día. Originalmente, la valla iba a ser de 83 kilómetros de largo, e iba a ir a lo largo de las zonas por donde cruzaban los inmigrantes africanos.
Las estadísticas israelíes muestran que en el último año 13.500 personas lograron cruzar la frontera ilegalmente. Se espera que un número similar lo haga este año. Aunque muchos de estos inmigrantes vienen a Israel por razones económicas, las autoridades los ven, cada vez más como una amenaza a la seguridad.