El nuevo presidente de Panamá, Martín Torrijos, ha tomado posesión y en su discurso condenó el indulto que la exmandataria Mireya Moscoso otorgó a los cuatro terroristas. Prometió restaurar inmediatamente las relaciones diplomáticas con Cuba y normarlas con Venezuela, cuyo gobierno retiró a su embajador, Flavio Granados, en protesta por las palabras de Moscoso en […]
El nuevo presidente de Panamá, Martín Torrijos, ha tomado posesión y en su discurso condenó el indulto que la exmandataria Mireya Moscoso otorgó a los cuatro terroristas. Prometió restaurar inmediatamente las relaciones diplomáticas con Cuba y normarlas con Venezuela, cuyo gobierno retiró a su embajador, Flavio Granados, en protesta por las palabras de Moscoso en el sentido de que una extradición de Posada Carriles a dichos países significaba que los fueran a «matar». Pero el hijo de Omar Torrijos no se refirió a ninguna gestión para asegurar que la justicia internacional o nacional alcance a los terroristas. El nuevo presidente manifestó que no hay dos clases de terrorismo y que es necesario combatirlo sin perjuicio de su origen, admitiendo que «la imagen de Panamá ha sido deteriorada» por las acciones lamentables del anterior gobierno.
Aseguró que el Canal sería el eje del desarrollo nacional y que la ampliación de la vía interoceánica sería ampliamente debatida y luego sometida a referéndum nacional, como lo dispone la Constitución Política. El nuevo gobierno continuará la negociación del TLC con muchos países, en especial con Estados Unidos, pero consultará a todos los sectores involucrados, incluidos el agropecuario, para impedir que se afecten negativamente los intereses nacionales. Asimismo, prometió que Panamá se interesará en todos los procesos de integración regional que se llevan a cabo actualmente, sin especificar más, pero no mencionó el ALCA, cuya sede estuvo disputando el anterior gobierno sin resultados definitivos.
El discurso de Martín Torrijos fue enfático en el tema de la corrupción y particularmente aseguró que «se iniciarán áuditos en todas las instituciones y programas gubernamentales» para establecer las responsabilidades legales pertinentes en caso de anomalías e irregularidades en el manejo de los fondos públicos. Se comenta con preocupación que el anterior gobierno dilapidó enormes recursos y dejó al futuro gobierno en bancarrota. Torrijos prohibió a los funcionarios recibir regalos, coimas y prebendas, así como llevar a cabo viajes no oficiales y afirmó que el déficit del Seguro Social será enfrentado sin sacrificar a los más pobres y sin privatizarlo.
El gobierno de «Patria Nueva» — lema de la campaña presidencial — le declaró la guerra a la impunidad, a la pobreza y al terrorismo, anunciando que todas las instituciones del Estado deberán rendir cuentas periódicamente del uso de los fondos públicos, en una crítica implícita a las partidas secretas que manejó la exmandataria Mireya Moscoso que han sido objeto de serias críticas en todos los sectores del país. Se abstuvo, no obstante, de criticar a las instituciones financieras internacionales, sugiriendo que no hay que temerle a la globalización si tenemos claridad de nuestros intereses nacionales.
El nuevo mandatario culminó diciendo que, al finalizar su mandato, su mayor felicidad será escuchar decir a la gente que «sí se pudo» salvar el fondo de pensiones de los jubilados, reformar el sistema educativo nacional, garantizar mayor seguridad pública, manejar eficientemente el Canal, disminuir la pobreza y proteger a los más vulnerables de la sociedad.
Una protesta de la Coordinadora Campesina Contra los Embalses (CCCE), que ha acampado durante meses cerca del Palacio Legislativo para protestar por la posible inundación de sus tierras para construir nuevos embalses que aumentarán la capacidad de almacenamiento de agua para la ampliación del Canal, intentó llegar al Centro de Convenciones ATLAPA donde se realizó la juramentación presidencial, pero no pudo acercarse por el cordón de seguridad amplio desplegado por la policía y la seguridad nacional.