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El otro lado del aro

Fuentes: Berria

Traducido para Rebelión por Ramon Bofarull

Cuando, en verano de 2006, el alto el fuego de ETA estaba vigente pero el proceso de paz en crisis, Batasuna se negó a crear y legalizar un nuevo partido, considerando que hacerlo antes de garantizar el futuro de las negociaciones era dar un tanto al enemigo, puesto que cuando el león pasa por el aro, los aplausos son para el domador, no para el león. También habló del aro Joxe Mari Olarra, en un artículo publicado en Gara el 13 de septiembre del año pasado: «[El camino que emprenderemos a partir de ahora] [v]a a ser, ya lo he dicho, un camino diferente del que antes hemos transitado. No dudo que eso provocará desconfianza e incluso recelos en algunos abertzales leales. Daremos pasos que, quizás, algunas conciencias comprometidas no entiendan en su debida proyección. Habrá incluso quien reproche que, al final, estamos pasando por el aro. Pues bien, yo me pregunto: ¿Y si al otro lado del aro está el resorte que controla los mecanismos? ¿Y si pasamos por el aro para hacernos con él?» (http://www.gara.net/paperezkoa/20100913/220227/es/El-salto-muelle). Olarra anunciaba hace cinco meses lo de esta semana. La izquierda abertzale ha dado esta semana un paso de gigante: con la creación de Sortu ha confirmado el final de la estrategia político-militar. El paso es de todo punto coherente con el camino realizado durante los dos últimos años, pero rompe totalmente con las formas y estrategia de lucha mantenida hasta 2007. Son comprensibles las desconfianzas y recelos que anunciaba Olarra, ya que el salto es grande. Por tanto, ¿qué ha ocurrido en la izquierda abertzale? Sí, ya se sabe: las bases han realizado un debate profundo sobre la estrategia y las formas de lucha y la conclusión de la mayoría ha sido que la lucha armada se ha convertido en obstáculo y, por tanto, que ha llegado el momento de iniciar otras nuevas. Pero ¿por qué ahora y no antes? Ramón Zallo daba en el clavo el pasado miércoles en Deia: «[Más que la ilegalización, han sido más importantes] factores internos como la fortaleza de una corriente con sólidas bases, que ha estado a las duras y maduras, y la (lenta) reflexión interna propiciada por unos líderes pacientes y que, por fidelidad a los procesos de maduración colectivos, han arrostrado con dignidad ostracismo y cárcel hasta poder tomar las riendas». Y, más adelante: «La paciencia de 30 años de unas mayorías internas soportando los experimentos cruentos de la vanguardia, con resultados penosos, reclama aceptar, hecha una prolongada experiencia, el proceso contrario en aras a la unidad» (http://www.deia.com/2011/02/09/opinion/tribuna-abierta/sortu-o-el-ave-fenix). Dicho de otro modo: hace mucho que en el seno de la izquierda abertzale algunos llegaron a la conclusión que ahora se hace pública, pero, como la decisión de dejar la violencia tenía que tomarse sin poner en peligro la unidad del movimiento, la necesidad de obtener ese amplio consenso ha retrasado durante largo tiempo la decisión de dejar las armas. Quienes, cuando hablaban las armas, no estaban de acuerdo con esa estrategia se callaron en nombre de la unidad; y ahora, como la mayoría ha hablado, deben callar las armas en nombre de la unidad.

La pelota está en Madrid. Es sabido que una gran parte de la política visible es puro teatro y muchas de las reacciones de dirigentes del PSOE tienen algo de ello. Pero no se puede saber cuánto. Jesús Egiguren [presidente del PSE-EE (n. del t.)], exultante; Patxi López, prudente, pero dando la bienvenida a la buena noticia; Zapatero diciendo que el caso lo deben decidir los tribunales con objetividad; y Rubalcaba arguyendo que el nuevo partido es la continuación de Batasuna. Supongamos que Rubalcaba es el mejor actor: que el Ministerio del Interior ha paralizado la inscripción de Sortu y ha impulsado la impugnación de la Fiscalía para, cuando el Tribunal Supremo lo legalice, poder alegar que el gobierno no tiene responsabilidad alguna en ello. Para redondear la lectura optimista, el PP ha amenazado con retirar su apoyo al Gobierno vasco si Sortu se presenta a las elecciones. Una excusa perfecta para adelantar las elecciones al Parlamento vasco. Dejemos la interpretación pesimista para otra ocasión, pues la optimista funciona.

Imanol Murua es periodista político. Su último libro, El triángulo de Loiola (San Sebastián: Ttarttalo, 2010), relata las conversaciones entre emisarios del Gobierno y de España y de ETA, por un parte, y representantes del PSE, PNV y Batasuna, por la otra, entre los años 2005 y 2007.

Fuente: http://www.berria.info/blogak/imanol/index.php?blog=10&title=uztaiaren_beste_aldea&more=1&c=1&tb=1&pb=1