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El papel de las ONGs como promotores de igualdad

Fuentes: Rebelión

Aunque nunca me han gustado las respuestas a artículos escritos por otros, debo de ejercer el derecho a réplica, intentando representar a los miles de ciudadanos de izquierdas que creemos en las ONGs como un instrumento más en la lucha contra las desigualdades. Y lo hago para responder al artículo de Manuel de Castro García […]

Aunque nunca me han gustado las respuestas a artículos escritos por otros, debo de ejercer el derecho a réplica, intentando representar a los miles de ciudadanos de izquierdas que creemos en las ONGs como un instrumento más en la lucha contra las desigualdades. Y lo hago para responder al artículo de Manuel de Castro García publicado el 31 de Octubre en Rebelión en el que hacía una crítica genérica, despiadada e injusta a las ONGs.

Podremos coincidir en la crítica a algunas ONGs al igual que podría censurase la conducta de instituciones como sindicatos, partidos de izquierdas u organizaciones sociales revolucionarias. Como en casi todo, ONGs las hay buenas, malas y regulares en cuanto a su capacidad de gestión o en su implicación en la lucha por una sociedad justa.

También podremos coincidir con Castro García en la obligación del Estado en su responsabilidad en la distribución de la riqueza y su implicación con los más desfavorecidos y que esa responsabilidad no puede ser «privatizada» a favor de empresas con ánimo de lucro.

Pero no es aceptable que se acepte al mismo tiempo que el Estado delega su responsabilidad de gestionar servicios sociales a las ONGs y a la vez criticar el despilfarro que estas cometen. O lo uno o lo otro. Porque si los Estados de Bienestar apuestan por la delegación de servicios en manos de entidades del Tercer sector es porque se ha comprobado su eficacia frente a la gestión del propio Estado.

Por eso, es necesario distinguir entre una privatización de los servicios sociales a favor de empresas que siempre pretenderán el lucro, frente a entidades que pretenden un fin social (aunque esto, como en cualquier otro colectivo no pueda generalizarse).

Las críticas del autor del mencionado artículo proceden de una persona muy desconocedora del mundo de las ONGs que mezcla en su crítica la inspiración neoliberal de los más reaccionarios defensores del Estado no intervencionista, con las de izquierdistas de salón dispuestos a la crítica del todo y el trabajo y la lucha contra las desigualdades de nada, medidores del purismo ideológico de los demás, que establecen el dogma de condenar a todo aquello que no se ajuste a sus estrechos márgenes de lo que ellos consideran de izquierdas.

Las ONGs, con todas sus debilidades pueden ser un instrumento de cambio y transformación social, porque desde la iniciativa de trabajadores de base se trabaja, con salarios bajos y jornadas altas, en muchas ocasiones, con la autogestión como instrumento de actuación, a veces con una implicación casi militante en la batalla por una sociedad más justa y equilibrada.

Incluso hay algunas ONGs ideológicamente muy comprometidas en la izquierda que son capaces de elevar la conciencia de clase, de reducir la pobreza, de evitar las peores consecuencias del Neoliberalismo imperante en países del Sur, de promover los mejores valores del Ser Humano. Con sus deficiencias las ONGs, al menos las de la Izquierda son un motor de la transformación social.

* Angel Rivera. Gerente de AFIDS-Red Araña. Militante de la Izquierda