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María Iranzo-Cabrera publica El Papus (1973-1987). Contrapoder informativo en la Transición Española

El Papus, un semanario mordaz y de ruptura contra la política oficial

Fuentes: Rebelión

Sobre la absolución judicial de tres dibujantes de la revista El Papus informaba, en su edición del 16 de mayo de 1974, el periódico La Vanguardia Española (editado en Barcelona); la resolución fue adoptada por el Juzgado Municipal número 7 de la capital catalana, añadía La Vanguardia; se refería la acusación, en concreto, a una presunta transgresión de la Ley de Prensa e Imprenta, así como del Artículo 566.5 del Código Penal, que establecía multas -entre 100 y 5.000 pesetas- para quienes mediante la imprenta “ofendieren levemente a la moral, las buenas costumbres o la decencia pública”.

La reseña periodística especificaba, asimismo, la solicitud de sanción planteada por el fiscal municipal contra los ilustradores de El Papus: 1.500 pesetas.

El periódico de la familia Godó dedicó la portada completa, el 21 de septiembre de 1977, a uno de los hitos en la historia de El Papus (semanario editado en el estado español entre 1973 y 1987); “Sangriento atentado terrorista en la calle Tallers”, tituló entonces La Vanguardia; la bomba contra la sede de la revista satírica y neurasténica se saldó con una persona muerta y varias heridas.

Tal vez pudiera completarse el texto y el reportaje gráfico con otra noticia, publicada quince días después por CIFRA; la agencia daba cuenta de la detención, por parte de la Polícía Nacional en Barcelona, de dos individuos sospechosos que pertenecían -supuestamente- a grupos ultraderechistas: Cruz Ibérica y Gas.

Una indagación a fondo es la realizada por la investigadora y profesora de Periodismo en la Universitat de València (UV), María Iranzo-Cabrera, en el libro de 211 páginas titulado El Papus (1973-1987). Contrapoder informativo en la Transición española. La edición, en 2023, corre a cargo de las universidades Autònoma y Pompeu Fabra, de Barcelona; la UV y la Universitat Jaume I de Castelló (colección Aldea Global).

La presentación de los editores destaca, además del periodismo “cínico” y “mordaz” de la redacción, el hecho de que la revista de humor y crítica política fuera -dentro de este ámbito– la de mayor tirada entre octubre de 1975 y el verano de 1976; también la más longeva, y la primera -en el periodo democrático- en ser objeto de un atentado de la ultraderecha con una víctima mortal.

María Iranzo-Cabrera ya realizó una tesis doctoral sobre El Papus (2014), galardonada -entre otros reconocimientos- con el I Premio Internacional de Investigación Doctoral de la Asociación de Historiadores de la Comunicación.

En el prefacio del libro, la también redactora en medios informativos y agencias detalla la nómina de algunos profesionales de El Papus; entre otros, los dibujantes Jordi Amorós (JA); Joan Barjau (Snif); Óscar Nebreda; Josep Maria Rius (Joma); Lluís Recasens (l’Avi); Víctor Luna (Curcó) y Adolfo Usero; y periodistas como Antonio Franco, Maruja Torres, Enric Bañeres, Cristina Dachs o Albert Turró; la autora menciona a dos de los humoristas “alma mater del proyecto”, Ivà (Ramón Tosas ) y Gin (Jordi Ginés).

Iranzo-Cabrera distingue seis etapas en la historia de El Papus; la primera -radical en lo social-, entre octubre de 1973 y marzo de 1975, comienza por el nacimiento de la revista: 32 páginas, Xavier de Echarri Moltó como director, más de 100.000 ejemplares de distribución y la autorización (provisional) de la Dirección General de Prensa.

Sobre este contexto inicial, escribe la profesora de Periodismo: “Admirador del humor canalla francés, (el historietista) Ivà se propuso amedrentar a los estamentos del franquismo; con este fin tituló y diseñó su icono: un papu, el monstruo que en la leyenda catalana atemoriza a los niños (…); el peso de la cultura supuso la mitad de la publicación. Redactores y dibujantes cruzaban semanalmente la frontera para acceder a la filmografía y la literatura prohibidas” en España.

“A la mayoría de los dibujantes se les solicitó exclusividad y se les pagó por página. Aunque cada uno tenía un estilo propio, Gin se convirtió en el padre profesional de muchos dibujantes del semanario”, agrega la investigadora.

La segunda etapa –Destape frenético– se inscribe entre marzo de 1975 y septiembre de 1977; en torno a la primera fecha, El Papus publicó una portada (y el contenido de la Papunovela) con la secuencia del desnudo de una mujer, lo que motivó el primer secuestro judicial del semanario.

Además, desde finales de abril de 1975, fueron secuestrados tres números de El Papus y otros tres de El Papus Extra (correspondiente a los meses de abril, mayo y junio; en algunos casos “jueces progresistas” decidieron el levantamiento total o parcial de la retención).

En el periodo de la Explosión (septiembre-diciembre de 1977), el libro de Aldea Global incluye la portada de un ejemplar de la publicación Premsa en Lluita, subtitulada Organ dels treballadors barcelonins de premsa en vaga.

“Han matado a un compañero los fascistas asesinos”, titulaba Premsa en Lluita en la primera plana; la referencia concreta es a Juan Peñalver, conserje del edificio que murió en el atentado contra las oficinas y redacción de El Papus (la organización terrorista de ultraderecha Triple A se atribuyó la autoría). El ensayo se completa con las etapas Resurgimiento (diciembre 1977-octubre 1982); Un proyecto que agoniza (octubre de 1982-1984) y El Papus versus El Pupas y El Pulpo (octubre de 1984-1987).

En el ensayo figuran imágenes sobre el contenido de la revista satírica y neurásténica. Sólo para adultos; como la portada del 27 de octubre de 1979, cuando El Papus cumplía el número 284; componían la página en color dos personajes casi mutilados con birreta, chapela, las enseñas de Euskadi, Cataluña y la leyenda Ya tenemos estatutos.

Otra portada (primera semana de noviembre de 1982) con una pistola apuntando a la sien del presidente del Gobierno, Felipe González, electo pocos días antes; aparece sudando, ataviado con chaleco y empuñando una rosa: “España ya es roja (con perdón)”.

También una tira gráfica de Alfons López (octubre de 1978): De la raza, sobre la Conquista de América y La Campaña de 1492; en el margen de la historieta se insertan cuatro dibujos que caricaturizan el cumplimiento del Decálogo; entre otros el de un soldado con un cofre abierto y repleto de oro (“y el Décimo, no codiciarás los bienes ajenos…”).

La publicación de la citada serie gráfica, en el número 231 de El Papus, motivó una querella de la Fiscalia por presunto desacato contra la religión católica; “la revista logró rellenar un hueco carente en la sociedad: el de la información política y el destape erótico; con su erotismo gráfico machista hizo la guerra a los valores hegemónicos”, concluye María Iranzo; a ello contribuyeron secciones como Don Cojote, Histeria del Arte, Mundo de ratas, Siudadano Tarsán, Inocencio y su señora o Eddy Thorial.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.