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El plan de la economía cubana para 2020: ¿participación activa de las empresas, de los trabajadores y de los consumidores?

Fuentes: El Estado como tal (Blog)

La insistencia en el componente participativo es uno de los temas sobresalientes de lo que se ha presentado como un enfoque diferente de planificación en Cuba, que le concede prioridad a la construcción de un plan «desde abajo». Se ha matizado que «la elaboración de los planes de producción desde la base no resulta algo […]

La insistencia en el componente participativo es uno de los temas sobresalientes de lo que se ha presentado como un enfoque diferente de planificación en Cuba, que le concede prioridad a la construcción de un plan «desde abajo».

Se ha matizado que «la elaboración de los planes de producción desde la base no resulta algo nuevo«, y se dice que lo que hace diferente la planificación para 2020 es el mayor énfasis en un proceso de captación de información, presumiblemente de mayor calidad, «desde el inicio de manera conjunta«, es decir, con una interacción más intensa entre los organismos centrales y las empresas. El procedimiento específico y el calendario se describen en las indicaciones metodológicas. (1)

Es un planteamiento que, para poder ser entendido adecuadamente, necesita considerar al menos tres cuestiones:

  • Es un enfoque que cuenta con una historia anterior en el marco de la teoría y la práctica de los modelos socialistas, tanto a nivel teórico como de análisis de lo ocurrido en la práctica.
  • Construir un plan «desde abajo» debe diferenciar la participación de la empresa y la participación de los trabajadores.
  • Formular un plan «desde abajo» también debería considerar la participación de los consumidores.

En el reciente enfoque de la planificación cubana llama la atención la manera en que parecen abordarse esas tres cuestiones:

  • Hasta el momento, la narrativa de la participación no ha incluido referencias teóricas (no digo que sea imprescindible hacerlo en el propio documento del plan), ni tampoco pueden identificarse elementos relacionados con una visión crítica respecto a las experiencias concretas con enfoques de planificación participativa en otros países. De hecho, la crítica al enfoque anteriormente utilizado en Cuba no es explícita. Lo que se propone para el plan de 2020 se entiende más en el sentido de la aspiración a una mejoría incremental, que en el sentido de una transformación sustantiva.
  • A nivel de los actores que están «abajo», el nuevo enfoque le concede mayor importancia a la empresa que a los colectivos de trabajadores, que como se sabe son dos cosas distintas. Es la empresa la que elabora, presenta y defiende la propuesta del plan, y es la empresa la que elabora el plan definitivo una vez que recibe las indicaciones «de arriba». Los colectivos de trabajadores son consultados y deben «acompañar» a la administración en ese proceso liderado por la empresa. Los colectivos de trabajadores pueden emitir opiniones, iniciativas y recomendaciones, pero no forman parte del mecanismo de decisión. El nuevo enfoque no transfiere poder de decisión efectivo -en materia de planificación- a los colectivos de trabajadores. En ese sentido, el nuevo enfoque no convierte a los colectivos en una «capa» del proceso de planificación.
  • Una planificación «desde abajo» no debería limitarse a incluir empresas y colectivos de trabajadores, sino también colectivos de consumidores. En la planificación es necesario hacer una distinción entre el componente «productivo» y el componente de «consumo» pues se trata de fuentes de tensiones -muchas veces contrapuestas- que deben ser resueltas mediante la planificación. Este es uno de los temas más espinosos, tanto en las teorías de planificación socialista descentralizada como en la evaluación de las experiencias socialistas donde se utilizaron «consejos de consumidores».

Revisando la teoría de la llamada «planificación participativa», específicamente de la manera en que fue formulada por Michael Albert y Robin Hahnel, he encontrado una descripción interesante de Michael Albert sobre la planificación centralizada. La pongo sobre la mesa no simplemente como una cuestión teórica, sino porque considero que es una caracterización que pudiera tener utilidad práctica a la hora de responder una pregunta en Cuba: ¿significa el nuevo enfoque de planificación el abandono del modelo de planificación centralizada en Cuba?

Sobre la planificación centralizada Michael Albert dijo lo siguiente:

«En la planificación centralizada, una agencia planificadora busca y evalúa la información proveniente de trabajadores y de consumidores y propone insumos y resultados para todas las unidades económicas. Las unidades consideran sus instrucciones y las aplican, o exponen los problemas que consideran que pudieran ocurrir si se aplicasen. Los planificadores centrales evalúan los problemas que se prevén y el ciclo se repite, arribando a conclusiones una vez que los planificadores ya no deban buscar más respuestas. El proceso se mueve hacia abajo en forma de preguntas (buscando información), luego se mueve hacia arriba para ofrecer las respuestas, de nuevo hacia abajo en forma de instrucciones, sube de nuevo como preocupaciones y problemas, va otra vez hacia abajo como instrucciones, y se mueve hacia arriba para confirmar obediencia. En la práctica existen más detalles, pero estos no alteran fundamentalmente esa lógica«. (2)

¿Es muy diferente esa descripción al nuevo enfoque que se ha propuesto para el plan 2020?

Concluyo con un comentario sobre el espinoso tema relativo a la posible incorporación de los consumidores al proceso de planificación. Es un tema que está incluido en la teoría de «planificación participativa» de Albert y Hahnel, pero me ha parecido más interesante hacer referencia a la experiencia concreta que se tuvo en la extinta República Democrática Alemana (RDA) con el enfoque «planificación del pueblo».

El Comité Estatal de Planificación de la RDA (SPK, por sus siglas en alemán) transfirió cuotas de poder de decisión en el proceso de elaboración del plan hacia la sociedad civil. El enfoque entró en crisis debido a los problemas prácticos que planteó tanto desde el punto de vista técnico (dificultades para hacer efectiva la conciliación de demandas disimiles y discrepantes), como desde el punto de vista político (pérdida del entusiasmo inicial de los consumidores).

Revisar aquella experiencia de la RDA es interesante porque revela lo frágil que pudiera ser asumir supuestos -en el marco del proceso de planificación- acerca de que «el pueblo» y «los trabajadores» operan con «compromisos» consensuales o que expresan ideas unificadas.

La experiencia de la RDA -específicamente en cuanto a los consejos de consumidores- parece indicar, según un analista, que «la voz del pueblo suena más bien como una cacofonía porque esa entidad imaginaria llamada ‘el pueblo’ en realidad consiste de muchos grupos diferentes compuestos por individuos diferentes con diferentes preferencias«. (3)

Aunque el nuevo enfoque de planificación en Cuba no incluye nada parecido a los «consejos de consumidores», la narrativa del nuevo enfoque le concede importancia a lo que llama el «compromiso» de los trabajadores con sus propuestas en la elaboración del plan.

Considero que es recomendable reflexionar de manera rigurosa sobre ese supuesto. En primer lugar, la construcción de tal noción parte de la idea correcta de que son los trabajadores de una empresa quienes mejor conocen los detalles, problemas y potenciales de la entidad. Sin embargo, la manera en que se pasa de ese hecho verificable a la supuesta construcción de un «compromiso» incluye un salto en el pensamiento. El «compromiso» nunca es el resultado directo del conocimiento técnico. Generalmente es el resultado de otros factores como son los intereses o la ideología.

Por esa razón, no basta con que los trabajadores contribuyan con información al proceso del plan. No queda claro cómo estos pudieran sentirse partícipes de una toma de decisiones que no se encuentra a su nivel. No pueden tomar decisiones sobre el plan porque ese poder no les ha sido transferido. Pudieran sentirse partícipes del proceso que informa la toma de decisiones, pero eso es algo distinto.

Es más, la versión final del plan de la empresa pudiera ser muy diferente a la propuesta inicial del plan que habría incluido la contribución de los trabajadores. La diferencia pudiera ser el resultado entendible de las restricciones en las que debe operar la economía nacional, como es el caso de la escasez de divisas, pero eso no modificaría la probabilidad de que el plan finalmente aprobado no solamente no reflejase las propuestas iniciales de los trabajadores, sino que incluso pudiera incluir afectaciones a sus intereses, como, por ejemplo, que hubiese trabajadores «excedentes» o afectaciones salariales.

Seguramente se escucharían opiniones respecto a que, incluso en esas condiciones, el «compromiso» es factible. Sin embargo, la formulación de ese tipo de supuestos del proceso de planificación necesita un tratamiento más riguroso. El análisis de los intereses pudiera ser un buen lugar para comenzar a hacerlo.

Finalmente, sería conveniente reconocer abiertamente que el enfoque de planificación actual de Cuba se mantiene como un enfoque de planificación centralizada que incluye un mayor grado de descentralización en su componente informativo (captación de información inicial y de retroalimentación), pero que todavía no llega a ser un enfoque de planificación descentralizada «desde abajo» pues no modifica la distribución del poder para la toma de decisiones respecto al plan. Siendo optimistas, la narrativa del plan para 2020 pudiera ser algo que, quizás, pudiera ayudar a transitar, más adelante, desde el actual modelo centralizado hacia uno descentralizado.

Notas

1 Ver, «Tras los comentarios de los usuarios, reflexiones y líneas de trabajo: Ministerio de Economía y Planificación», Cubadebate, 21 de junio de 2019, http://www.cubadebate.cu/especiales/2019/06/21/tras-comentarios-de-los-usuarios-reflexiones-y-lineas-de-trabajo-ministerio-de-economia-y-planificacion/#.XQzSgo-xU-U y Ministerio de Economía y Planificación (MEP). Indicaciones Metodológicas para la Elaboración del Plan 2020 (Proyecto). https://www.mep.gob.cu/sites/default/files/Documentos/Archivos/PROYECTO%20INDICACIONES%20METODOLOGICAS%20PLAN%202020.pdf

2 Michael Albert, «Socialism: Markets, Central Plans, or what?», Znet, 24 de abril de 2019, https://zcomm.org/znetarticle/socialism-markets-central-plans-or-what/

3 Kristian Niemietz, «An alternative history: REAL socialism is being tried. A drama in 10 acts (Part 5)», IEA, 21 Diciembre 2017, https://iea.org.uk/an-alternative-history-real-socialism-is-being-tried-a-drama-in-10-acts-part-5/

Fuente: http://elestadocomotal.com/2019/06/21/el-plan-de-la-economia-cubana-para-2020-participacion-activa-de-las-empresas-de-los-trabajadores-y-de-los-consumidores/