Al calor de las revueltas que sacuden a los países árabes, un poeta escribe unos versos que critican los Gobiernos despóticos y ensalzan el valor de los pueblos. Los lee en una reunión de amigos. Gustan. Uno de los presentes decide subir a Youtube una grabación, que pronto corre como un reguero de pólvora por […]
Al calor de las revueltas que sacuden a los países árabes, un poeta escribe unos versos que critican los Gobiernos despóticos y ensalzan el valor de los pueblos. Los lee en una reunión de amigos. Gustan. Uno de los presentes decide subir a Youtube una grabación, que pronto corre como un reguero de pólvora por la red.
Hasta aquí, una historia que seguramente ocurrió en muchos países, con muchos protagonistas, desde que los levantamientos populares derrocaron en Túnez la dictadura de Ben Ali. E igual que en tantos lugares, ocurrió también en Qatar. Con la salvedad de que, allí, su final fue distinto: por esos versos contestatarios, su autor fue arrestado, lo mantuvieron en prisión preventiva durante un año y, finalmente, lo condenaron a cadena perpetua.
Es la historia de Muhamad ibn ad-Dib al-Ajami, un qatarí de treinta y siete años, con cuatro hijos, que estudiaba el tercer curso de la carrera de Literatura cuando llegó a él la noticia de las revueltas populares de Túnez. Aficionado a la poesía, encontró un momento especialmente propicio para convertir en versos lo que estaba ocurriendo: se encontraba enzarzado en un duelo poético [1] con otro autor qatarí, Jalil as-Shabrami, célebre desde que en 2008 ganó el concurso televisivo saudí «Million’s Poet» (‘El poeta del millón’) con el recitado de un texto que ensalzaba su país. En una versión contemporánea de esta tradición de batalla dialéctica, durante semanas los dos autores se intercambiaron a través de la red declamaciones de poemas en las que se retaban mutuamente. Al contrario que su compatriota, ibn ad-Dib optó por ponerse del lado de los sublevados, y para uno de sus turnos en el duelo se hizo grabar declamando el poema «Todos somos Túnez y la revolución de los jazmines», un texto en el que no dejaba duda sobre sus ideas respecto a las sublevaciones populares.
Pronto los versos improvisados por el poeta se habían extendido tanto en Qatar como fuera del país. Unos meses después, en noviembre de 2011, ibn ad-Dib recibió una carta en la que se le convocaba a una reunión con oficiales de seguridad en Doha. Cuando acudió al encuentro, lo arrestaron y ha permanecido aislado en prisión preventiva desde entonces. Su juicio se aplazó cinco veces hasta que finalmente se celebró la semana pasada. El veredicto del tribunal fue cadena perpetua.
Las autoridades no han hecho públicos los cargos concretos que se le imputan, aunque sí que el caso está relacionado con sus textos poéticos. Según la versión oficial, en el juicio comparecieron tres «expertos en poesía» vinculados a los ministerios de Educación y Cultura, que afirmaron que los textos contenían afrentas al emir y a su hijo. Su abogado, Nayib al-Nuaimi, ha asegurado que apelarán la sentencia por irregularidades en el procedimiento: el proceso se llevó a cabo a puerta cerrada, sin permitir que ni el acusado ni su defensa estuvieran presentes.
Aunque oficialmente se le condena por un poema anterior, datado de agosto del 2010, en el que ataca directamente al emir de Qatar, Hamad az-Zani, las opiniones que circulan en Internet apuntan a que fue su texto sobre Túnez el que puso a las autoridades en alerta y desencadenó su detención. Los cargos de incitación a la rebeldía contra el régimen pueden suponer la pena de muerte según el código penal catarí; mientras que criticar al emir está penado con hasta cinco años de cárcel y multas de hasta 275 000 dólares (211 000 euros). Al-Ajami ha reconocido la autoría de estos versos, pero ha negado que tuviera intención de insultar a los gobernantes.
Las organizaciones Amnistía Internacional y Human Rights Watch han denunciado la condena y piden al Gobierno de Qatar que deje en libertad al autor Mohamed ibn Ad-Dib al-Ajami. Mientras, en la red se ha destado la polémica acerca del estado de la libertad de expresión en un país que presume habitualmente de ser más liberal en este sentido que la mayoría de sus vecinos, blandiendo como emblema la cadena de televisión Al-Yazira. La actualidad sobre el caso puede seguirse en Twitter a través de esta cuenta o con la etiqueta الحرية_لشاعر_محمد_بن_الذيب# (‘Libertad para el poeta Muhammad ibn al-Dib’).
TODOS SOMOS TÚNEZ Y LA REVOLUCIÓN DE LOS JAZMINES
Mohamed ibn ad-Dib al-Ajami
Poema original en árabe: recitado / transcripición
Versión en castellano para AISH: Ana Abarquero y Laura Casielles [2]
Señor primer ministro, señor Muhammad Ganushi: miramos tu autoridad y no es constitucional.
No lloramos a Ben Ali ni lloramos por su tiempo; si se piensa en la historia, un instante será.
Era la dictadura de un sistema opresivo, Túnez se ha declarado en revuelta popular.
Si somos censurados, censura un vil rastrero; si alabamos, estamos convencidos de alabar.
Se encendió la revuelta con la sangre del pueblo, en cada persona vimos la salvación de los pueblos grabar.
Ya se sabe que el Gobierno hace de su capa un sayo y con cada triunfo siempre alguna tragedia va.
Que así sea en los países donde reina la ignorancia y creen que Estados Unidos por fuerza el prestigio da;
que así sea en los países donde el pueblo tiene hambre y halla el Gobierno su orgullo en la pobreza que hay;
que así sea en los países donde te duermes con una nacionalidad pero eres apátrida al despertar;
que así sea en los sistemas que por herencia reprimen: ¿esclavos de este egoísmo seréis mucho tiempo más?
¿Cuánto hace ya que el pueblo de su valor no es consciente? Los gobernantes lo engañan y a él se le vuelve a olvidar.
¿Por qué será que acabar con los sistemas tiranos es algo que un gobernante no suele elegir jamás?
El enfermo que en el trono se sienta enoja a su pueblo a sabiendas de que otro mañana ahí se sentará
sin pensar que esa patria que ha puesto a su nombre y al de sus hijos, patria del pueblo y de sus glorias es en verdad.
Una sola voz responde para un único destino: Todos somos Túnez frente a la élite que reprimiendo está.
Los Gobiernos árabes y quienes los representan son todos ladrones, sin ninguno exceptuar.
La pregunta desvelada al indagar en esta idea no encontrará su respuesta en ningún sitio oficial:
Puesto que todas las cosas las importan de Occidente, ¿por qué no importar también derechos y libertad?
Notas:
[1] El duelo verbal es una tradición árabe que ya se practicaba en tiempos preislámicos. En ella, dos poetas se enfrentan improvisando versos ante el público, para el que no solo exhiben su dominio de la lengua y de las formas poéticas árabes, sino que, a menudo, también encarnan antagonismos tribales o políticos en una situación en la que muchos tabúes quedan rotos porque los insultos e incluso las obscenidades se consideran un elemento inherente del género.
[2] El poema original en árabe es una qasida de forma clásica, con versos compuesto por dos hemistiquios, probablemente de metro jafif o ramal y con rima en letra ya. En la versión en castellano hemos optado por adaptar esa forma a otras más naturales en la métrica de la poesía en español, aunque los conceptos y los métodos métricos de la poesía en ambas culturas no guarden relación, tratando de mantener rasgos que denoten su carácter improvisado y popular.
Fuente original: http://www.aish.es/index.php/es/creacionarabe/poesia-poetry/3946-decirlo-en-verso-muhamad-ibn-ad-dib-al-ajami-el-poder-de-un-poema-contra-el-poder-