[…] Soy consciente que se necesitará más que este libro para invertir una realidad que demoniza a un pueblo que ha sido colonizado, ocupado y expulsado, y glorifica en cambio a las mismas personas que lo colonizaron, ocuparon y expulsaron. llan Pappé (2006), La limpieza étnica de Palestina A los palestinos se les debe hacer […]
[…] Soy consciente que se necesitará más que este libro para invertir una realidad que demoniza a un pueblo que ha sido colonizado, ocupado y expulsado, y glorifica en cambio a las mismas personas que lo colonizaron, ocuparon y expulsaron.
llan Pappé (2006), La limpieza étnica de Palestina
A los palestinos se les debe hacer entender, hasta en los más profundos rincones de su conciencia, que son un pueblo vencido.
Moshé Yaalon, jefe del Estado Mayor de las fuerzas de defensa israelíes en el año 2002.
Los israelíes han destruido más de 700.000 olivos y naranjos. Este es un acto puramente vandálico por parte de un Estado que asegura practicar la conservación del medioambiente. Esto es espantoso y vergonzoso.
Discurso de Ronnie Kasrils, ministro de Asuntos Hídricos y Silvicultura de Sudáfrica, Londres, 30 de noviembre de 2002.
Lo único que siento es que en mi declaración haya aceptado el término ‘lobby de Israel.’ Realmente no es un lobby por, para, o sobre Israel. En realidad, bueno, he decidido que de ahora en adelante lo llamaré el [Avigdor] Lieberman lobby. Es el mismísimo Likud derechista en Israel y sus fanáticos partidarios en este país. Y Avigdor Lieberman es realmente el sujeto con que están realmente de acuerdo.
Charles W. Freeman (2009)
Durante 18 años estuve solo, después de doce años me dijeron que podía salir e ir a vivir con otros presos. Yo les dije que quería vivir con presos palestinos. Me dijeron que no. Así que estuve solo otros seis años.
Mordechai Vanunu (2009)
Wikipedia (en castellano). Entrada: «Arma nuclear, Israel»: «Israel es el único país poseedor de armas nucleares que no ha declarado abiertamente su existencia, pero las declaraciones de algunos de sus dirigentes, como por ejemplo las del Primer Ministro Ehud Ólmert, daban a entender claramente que sí que poseían e incluso los Estados Unidos reconocen que las tienen. A finales de los años ’90 la comunidad de inteligencia estadounidense calculaba que Israel disponía de entre 75 y 130 armas nucleares para su aviación y sus misiles basados en tierra Jericó-1 y Jericó-2. Actualmente se cree que tiene entre 100 y 200 cabezas nucleares desplegadas y operacionales, aunque algunas fuentes elevan la cifra a 400. Israel podría disponer de al menos 12 misiles de crucero de alcance intermedio con cabeza nuclear del tipo Popeye Turbo (sic), instalados en uno de sus submarinos Dolphin de fabricación alemana.
PREÁMBULO:
1. «Es importante que EEUU haga siempre hincapié en nuestra inquebrantable, duradera y fundamental relación y apoyo hacia el estado de Israel. Iré desde aquí a Yad Vashem para honrar a las almas perdidas, para recordar a los que el Holocausto se llevó, para depositar una corona y rezar una oración». (Comunicado conjunto Shimon Peres-Hillary Clinton, 3 de marzo de 2009).
2. Aunque Israel es miembro de la AIEA (Organización Internacional de Energía Atómica), nunca firmó el TNP (Tratado de no Proliferación Nuclear), siendo uno de los pocos países del mundo que no lo ha hecho.
3. Israel comenzó a desarrollar armas nucleares luego de la Segunda Guerra Mundial. Sus planta de producción están ubicadas en Dimona, en el desierto del Negev.
Primeros compases: Después de la limpieza étnica del pueblo palestino y la creación de su Estado en 1948, Israel comenzó a investigar la opción nuclear.
1949: La Hemed Gimmel, unidad especial del cuerpo científico del ejército israelí, inició un estudio geológica en el desierto del Negev para descubrir reservas de uranio. No se encontraron fuentes importantes; las cantidades recuperables estaban en depósitos de fosfato.
1952: Los científicos israelíes fueron enviados fuera del país para ser entrenados. La Comisión de Energía Atómica de Israel, incluida en el Ministerio de Defensa, se estableció en 1952. Ya entonces la Hemed Gimmel había podido perfeccionar el proceso para extraer el uranio hallado en Negev y podía producir también agua pesada para un reactor de investigación. Israel eligió la opción del agua pesada como refrigerante/moderador y el uranio natural como combustible. Si hubiese elegido agua ligera normal, hubiese necesitado uranio enriquecido, que entonces era demasiado difícil de conseguir (Los reactores de agua pesada, los elegidos por Israel, con combustible de uranio natural tienen una gran capacidad para producir plutonio.
1953, 1954: Se firmó un acuerdo con Francia en 1953 de cooperación atómica y otro con Estados Unidos en 1954. Además un reactor de investigación fue comprado a Estados Unidos.
1955: En 1955, cuando todavía no se había firmado el contrato de Dimona, Estados Unidos acordó vender a Nahal Soreq, sur de Tel Aviv, un reactor de investigación tipo piscina de 5 megavatios. Estados Unidos obligó a Israel a aceptar salvaguardas debido a que EEUU suministraba combustible de uranio altamente enriquecido para el reactor.
1957: Israel y Francia concluyeron el 3 de octubre un acuerdo confidencial cuyo resultado fue la construcción, para el Ministerio de Defensa, de un gran reactor de investigación en el norte de Neguev, en Dimona («imaginación», hebreo). Además, aunque no por escrito, Francia prometió construir una planta de reprocesamiento químico. El complejo fue construido en secreto por técnicos franceses e israelíes. Se le dijo al personal de la aduana francesa que ciertos componentes, como el tanque del reactor, formaban parte de una planta de desalinización de América Latina. Luego de comprarle agua pesada a Noruega con la condición de que ésta no se transfiriera a un país tercero, la Fuerza Aérea francesa transportó por aire hasta cuatro toneladas a Israel.
Israel y Francia (que había sido un importante centro de investigación de la física nuclear antes de la Segunda Guerra Mundial) compartían un nivel similar de conocimientos. Como consecuencia, el desarrollo de la tecnología nuclear en ambos países se mantuvo estrechamente ligada a principio de los ’50. Científicos israelíes participaron en la construcción del reactor (militar) productor de plutonio G-1 y de la planta de reprocesamiento UP-1 en Marcoule.
Por lo demás, en la década de 1950 y a principios de los ’60, Francia era el principal proveedor de armas de Israel. Debido a que las colonias francesas en África del Norte comenzaron a inestabilizarse, Israel suministró importante información obtenida de esos países.
1958: Durante la construcción del reactor, en 1958, aviones espías U-2 tomaron fotos de la instalación, aunque EEUU no la identificó entonces como un reactor nuclear. Se supuso que era una fábrica textil, una estación agrícola o una planta de investigación metalúrgica.
1960: El primer ministro de Israel, Ben Gurion, declaró en diciembre que Dimona era un centro de investigación nuclear con «fines pacíficos». Resultó difícil negar que la planta era algo más que un reactor debido a la característica forma de su cúpula.
Este anunció oficial de 1960 -en el que Israel sostenía que tenía un reactor para «fines pacíficos»- hizo que sus relaciones con EEUU se mantuvieran tensas respecto a esta cuestión. Estados Unidos aceptó los «fines pacíficos» de Israel, aunque en secreto ejerció presión.
Como resultado de la presión, Israel finalmente se comprometió a recibir a los equipos de inspección estadounidenses una vez por año. Estas inspecciones tuvieron lugar entre 1962 y 1969: fueron una farsa. Solamente se mostraron las partes no subterráneas de la instalación, aunque el trabajo de reprocesamiento tenía lugar en niveles bajo tierra. En las áreas sobre tierra se habían simulado salas de control y el acceso a las salas subterráneas se ocultó durante las inspecciones. Los inspectores estadounidenses informaron que no existía una clara investigación científica o programa civil de energía nuclear que justifique un reactor tan grande, aunque no encontraron pruebas contundentes de «actividades ligadas a armamento nuclear», como la existencia de la planta de reprocesamiento de plutonio.
1963: Existen informes de una prueba subterránea en Neguev.
1964: a finales de año, la capacidad del reactor Diomna fue desarrollada y comenzó a producir 8 kilogramos de plutonio al año, suficiente para la fisión entre una y dos armas después de reprocesar el plutonio. Algunos informes indican que en aquella época fue acordado un aumento en la cooperación israelo-francesa, a raíz del cual se acordó también llevar a cabo una prueba de una bomba atómica diseñada conjuntamente en el suelo de pruebas del que Francia disponía en el Sahara.
Funcionarios franceses se sorprendieron al descubrir que los circuitos de refrigeración estaban diseñados para resistir tres veces más el nivel de potencia original de su puesta en marcha (24 megavatios). Sin agregar refrigerante adicional, se ascendió a 70 megavatios algunos años después.
Junto al reactor y a la planta de reprocesamiento subterránea, Dimona alberga también: una instalación de procesamiento de uranio, una planta de tratamiento de desechos, una instalación de fabricación de combustible, un laboratorio y una fábrica de balas de uranio empobrecido. Es posible que también albergue una instalación de pruebas de enriquecimiento de uranio.
El reactor funciona desde hace unos 40 años y se encuentra en malas condiciones. Ex trabajadores han revelado recientemente a los medios que hay una alarmante ausencia de procedimientos de seguridad y que empleados resultaron contaminados y fueron expuestos a altos niveles de radiación.
1965: Informes de la CIA han revelado que Israel obtuvo grandes cantidades de uranio enriquecido de forma clandestina. Una crónica del The New York Times -1996 – recordó la pérdida en 1965 de 382 libras de uranio altamente enriquecido de la Cooperación de Energía y Materiales Nucleares en Apollo, Pensylvania (EE.UU). De las 382 libras perdidas, la Comisión de Investigación llegó a la conclusión de que por lo menos 206 libras no pueden ser acreditadas como «perdidas en las cañerías». Esta cantidad es suficiente para la fabricación de 14 bombas.
1966: Israel nunca realizó su propia prueba de armas nucleares, excepto por la (supuesta) prueba conjunta con Sudáfrica en 1979. Es posible que una prueba subcrítica (sin una explosión nuclear real) haya sido realizada en noviembre de 1966 en Al-Naqab, desierto del Negev.
Declaraciones: el primer ministro israelí, Ekhol en 1966, el presidente Katzir en 1974 y el primer ministro Rabin en 1975 declararon que Israel no sería la primera en introducir armas nucleares en Oriente Medio.
Observación: se cree que fue una medida de táctica militar con la que Israel intentaba incrementar la incertidumbre de sus vecinos respecto a su poder nuclear.
1967: Es posible que durante la Guerra de los Seis Días (contra Siria) en junio de 1967 se prepararan las primeras dos bombas.
Israel también ayudó a la Sudáfrica del apartheid a desarrollar tecnología nuclear. La cooperación entre ambos países parece haberse desarrollado desde 1967 hasta los ’70 y ’80. Durante este período, Sudáfrica fue un importante proveedor de uranio para Dimona.
1968: Fue secuestrada (o simplemente entregada) una carga de 200 toneladas de uranio (torta amarilla) del barco alemán «Sheersberg A».
En 1968, la CIA llegó a la conclusión de que Israel había comenzado a producir armas nucleares. Se basó en información de Edward Teller, padre de la bomba de hidrógeno estadounidense. Teller le había dicho a la CIA lo que había escuchado de amigos israelíes científicos que trabajaban en defensa. Teller, un científico de extrema derecha anticomunista, le dijo a la CIA que no esperase una prueba nuclear israelí para realizar una evaluación final ya que dicha prueba nunca sería llevada a cabo.
1973: Se ha señalado que, por temor a una derrota en la Guerra del Yom Kippur, octubre de 1973, contra Egipto y Siria, el ejército israelí preparó 13 bombas de 20 kilotones cada una. Misiles y aviones fueron armados con bombas para un ataque sobre blancos egipcios y sirios.
1974: Si bien s cree que las primeras dos bombas ya estaban listas en 1967, cuando se desató la Guerra de los Seis Días, en 1974, la CIA calculó que Israel tenía hasta 20 bombas nucleares.
1976: Un informe elaborado en noviembre de ese año, tras una sesión de información de la CIA, afirmaba que el arsenal de Israel de 13 armas fue preparado para su posible uso al comienzo de la guerra de 1973. El ministro de defensa -Moshe Dayan- fue citado en el informe justificando la opción nuclear de Israel: «Israel no tiene elección, con nuestros recursos humanos no podemos físicamente seguir adquiriendo ni más tanques ni más aviones».
Informes militares revelan que las cabezas nucleares israelíes podrían estar hechas a medida para misiles Jericó, Lance y Hlarpon; las bombas nucleares podrían ser tiradas por aviones F-4E, Kfir-C2s, Fiss e incluso por Skyhawks A-4. Para el mismo fin Israel intentó adquirir misiles Pershing de los Estados Unidos en 1975 (se retiró la petición al provocar una considerable polémica en Washington).
1979: Israel posiblemente participó en una prueba de armas nucleares en el Océano índico (22 de septiembre de 1979), que, según se cree, consistió en una prueba conjunta de Sudáfrica e Israel.
Israel llevó a cabo una serie de sabotajes relacionados con el desarrollo de armas nucleares en Irak. Se cree que, en el mes de abril de 1979, la agencia de inteligencia Mossad fue responsable de dos explosiones en una fábrica nuclear en Seine sur Mer, Francia. Dos núcleos de reactores de investigación para Irak resultaron seriamente dañados.
En junio de 1980, el Dr. Yahya Meshed fue asesinado en París, donde estaba negociando un contrato para que Irak tome las acciones de Irán en la planta francesa de enriquecimiento Eurodif. Ya en 1978, agresores no identificados intentaron asesinarlo cuando era un contacto técnico con Francia para la exportación del reactor de investigación Osiris.
El sabotaje israelí más conocido es el bombardeo del reactor de investigación Tammuz-I en el Centro de investigación nuclear Tuwaitha, cerca de Bagdad. El 7 de junio de 1980, un bombardeo aéreo destruyó completamente el reactor de 70 megavatios. Según Israel, Irak iba a producir plutonio en el reactor para fabricar un arma nuclear.
1981: Estados Unidos embargó los envíos de combustible de uranio altamente enriquecido destinados al reactor en Nahal Soreq.
1986: El ex trabajador de Dimona, el científico Mordechai Vanunu, reveló detalles de la planta en Dimona al London Sunday Times. Las descripciones y fotografías que hizo mientras trabajaba en la planta apoyaron la conclusión de que Israel tenía un arsenal de 100 a 200 ojivas nucleares. Luego de estas revelaciones, Vanunu cayó en una trampa preparada por el Mossad y fue secuestrado. En un juicio a puertas cerradas, fue condenado a 18 años de prisión (en completo aislamiento).
1991: Durante la operación «Tormenta del Desierto» (ataque estadounidense contra Irak), Israel siguió manteniendo un alerta nuclear cuando se lanzaron 7 misiles Scud iraquíes a ciudades israelíes. Solamente 3 misiles impactaron contra Tel Aviv y Haifa, causando daños menores. No obstante, el gobierno israelí amenazó a Irak con un contragolpe si los iraquíes usaban ojivas químicas, dando a entender que Israel lanzaría un ataque nuclear si se producían ataques con gas.
Finales de la década de 1990: organismos de inteligencia estadounidenses calcularon que Israel tenía entre 75 y 130 ojivas nucleares. Las ojivas nucleares pueden utilizarse en misiles Jericó y en bombas de aviones.
2004: Mordechai Vanunu fue puesto en libertad el 22 de abril. Ha estado 18 años en la cárcel por sus revelaciones (verdaderas) al London Sunday Times.
Declaraciones (2009):
[…] Ha señalado en varias ocasiones que hizo su revelación por el bien de la Humanidad, no el de los israelíes. ¿Cree que su aportación ha contribuido a la paz en la región?
Mi objetivo era la destrucción de las armas atómicas de todo el mundo, no sólo de Israel. Recordemos que era 1986, en Plena Guerra fría, y el plan atómico israelí podía dar el pistoletazo de salida de una carrera armamentística en Oriente Próximo y había peligro de que se desatara una guerra nuclear entre EEUU y la URSS. Estábamos hablando de 200 bombas. Mi revelación ayudó a que el mundo se despertara y evitara que Israel pudiera llegar a utilizar la bomba. Ésta fue mi contribución.
Por denunciar eso, pasó 18 años en la cárcel, once años y medio en aislamiento. ¿Puede hablarnos de esa celda? ¿Qué recuerda de ella?
Durante 18 años en prisión estuve en una habitación solo. Una celda de tres por dos metros. Tenía televisión, radio, libros… pero no dejaban a nadie estar conmigo. La organización estaba luchando contra mí en secreto, para destruirme, para destrozarme el sueño, para controlar todo lo que recibía. Durante estos años aprendí a responderles, aprendí a no volverme loco. Luchaban contra mí psicológicamente. A pesar de todo, sobreviví: rezaba en voz alta, cantaba cuando me querían volver loco o enfadarme. Todo para no enfrentarme a ellos y ser como un criminal, como otros presos comunes. También intentaba hacer ejercicio, corría en esta celda de 3×2 metros, practicaba yoga, leía libros y escribía. Escuchaba música clásica, mucha ópera, todo ello para defenderme de sus ataques…
¿Es cierto que durante el aislamiento pasó dos años con la luz permanentemente encendida? ¿Qué otros malos tratos sufrió?
Los dos primeros años estuvo la luz siempre encendida, las 24 horas. Además, pusieron una cámara en mi celda y me despertaban cuando querían, no me dejaban dormir. A veces, por la noche, venían y registraban toda la habitación. Yo les preguntaba qué hacían, qué buscaban. Me respondían que era para cuidarme, porque tenían miedo de que me suicidara. Sin embargo, lo hacían para volverme loco.
El mundo parece tener miedo al poder nuclear israelí. ¿Israel le teme a usted o sólo le guarda rencor?
Israel no me tiene miedo. Sencillamente, Israel me ha utilizado. Se ha vengado de mí y me ha utilizado para asustar a los demás y conseguir que nadie hable mal de ellos. El mundo está preocupado por la bomba de Israel, pero sabe que más tarde o más temprano debe acabar con todo su arsenal atómico. Si no lo hace, Irán acabará teniendo la bomba, también Egipto, Siria, Arabia y todos los demás.
2008: El ex presidente de EE.UU., Jimmy Carter, confirmó en mayo de 2008 que Israel tiene 150 armas atómicas en su arsenal.
La Enmienda Symington de 1976 prohíbe la ayuda externa de EE.UU. a cualquier país que se descubra que trafica en equipo o tecnología de enriquecimiento nuclear fuera de las salvaguardas internacionales (Israel nunca ha firmado el TNP). Si los presidentes de EE.UU. cumplieran la Enmienda, no entregarían paquetes anuales de ayuda a Israel por miles de millones de dólares. Los presidentes hacen creer que las armas nucleares israelíes no existen para que el Congreso pueda seguir amontonando en Israel la parte del león del presupuesto de ayuda externa de EE.UU.
Esa endeble ficción se acabó desde la revelación de Carter
2008: DECLARACIONES DEL CIENTÍFICO FRANCO-BARCELONÉS EDUARD RODRÍGUEZ FARRÉ:
Hay dos países en el candelero nuclear actual: Corea del Norte, aunque menos, e Irán. El caso de Israel, con su estudiada ambigüedad en este tema, es un caso aparte. ¿Qué pasó en Corea el Norte? ¿Por qué realizó aquellos ensayos nucleares?
Poch de Feliu y Maurizio Martellini, entre otros, lo han explicado muy bien. La urgencia de detener la proliferación nuclear y de avanzar conjuntamente hacia la completa eliminación y prohibición de las armas de destrucción masiva es más evidente que nunca. El fin de la guerra fría, los años en los que la Unión Soviética, con Gorbachov al frente, se puso en esa sintonía fue una ocasión perdida. Aquí preferimos decir que, simplemente, habíamos ganado otra guerra, seguramente porque los poderes de Occidente pensaron que, efectivamente, la habían ganado. Desde entonces, Washington ha «liberalizado» la doctrina del primer uso del arma atómica -que hasta Chirac, el mismísimo ex presidente francés llegó a anunciar-, y de su utilización preventiva en conflictos convencionales. Desde esta perspectiva se pretende imponer una legalidad caprichosa y nada igualitaria según la cual Israel puede tener armas, pero no Irán; India y Pakistán pueden lanzar misiles y realizar pruebas sin cometer delito, pero no Corea del Norte.
Pero existe el tratado de no proliferación de armas nucleares del que ya hemos hablado anteriormente
Recuerdo nuevamente que en 1968 se elaboró por la ONU este Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) ¾que en aquel momento suscribieron los tres gobiernos depositarios, EEUU, URSS y Reino Unido, pues Francia y China no se adhirieron hasta 1992¾ y que hasta hoy 188 naciones lo han firmado. Según el tratado sólo los países del club nuclear ¾los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas¾ tienen derecho a tener armas atómicas y el resto no. Corea del Norte abandonó este tratado en 2003. El Tratado no lo han firmado varios países que poseen demostradamente armas nucleares como India y Pakistán, que también han hecho pruebas nucleares sin provocar grandes escándalos. Tampoco lo ha firmado Israel, que ha desarrollado su arsenal secretamente, con la complicidad de Francia y de EE.UU. y que, seguramente, posee cientos de armas atómicas. Pero, como estos países no molestan, pueden desarrollar sus amenazas nucleares impunemente porque están dentro de la órbita de los intereses económicos de los grandes poderes, es decir forman parte, por ahora, del «eje del bien» según una axiología geométrica made in USA, que es variable en función de conveniencias y circunstancias tal como describen sus teóricos del ejercicio del poder para un país con un destino manifiesto (manifest destiny en versión original otorgada por el dios cristiano, el mismo innominado de judíos y musulmanes, a quien otorgan su confianza estampada en el US$ dólar: In god we trust).
Los Estados Unidos también violaron recientemente el Tratado al firmar, el 2 de marzo de 2006, una cooperación nuclear con India», con aplicaciones militares que incluían la fabricación de plutonio. Te recuerdo que la transferencia de tecnología de uso militar a terceros está explícitamente prohibida en el TNP .
[…] El mismo Poch de Feliu, al que tú citabas antes, recordaba que en 1991, acabada la primera guerra del Golfo, cuando el entonces secretario de Estado James Baker advirtió a Sadam Hussein contra tres conductas que merecerían una respuesta nuclear de Estados Unidos, el viceministro indio de Defensa extrajo una conclusión tal vez aún vigente: «Nunca negocies con Estados Unidos, a menos que tengas armas nucleares».
. Vigente, totalmente vigente, sin posibilidad de error. Eso sí, acaso las tres conductas se hayan convertido ahora en cinco o seis, nunca se sabe. Finalizada la guerra fría, Yugoslavia, Iraq y Afganistán han podido ser atacadas militarmente no por poseer armas de destrucción masiva sino por carecer de ellas. Irán parece querer resolver ahora ese problema y el régimen norcoreano ya lo ha hecho. Desde su ensayo atómico negocia con EEUU la liberación de sus cuentas bancarias congeladas, y a mediados de 2007 ya está recibiendo estos fondos y continúan las conversaciones sobre otras cuestiones de índole, por ahora, reservada.
No es necesario que diga que todo esto se puede afirmar sin mantener ninguna simpatía por la situación y la evolución política de algunos de estos países. Es totalmente independiente de ello.
[…]Pero se dice, críticamente, que el presidente iraní ha amenazado directamente a Israel y que, por tanto, hay que andar con ojo.
Tampoco eso es nuevo porque, desde siempre, los dirigentes iraníes han tenido actitudes negativas, muy negativas -o amenazadoras, como se prefiera-, hacia Israel.
Hay que distinguir, en todo caso, entre la clásica retórica persa y los hechos. El mundo no se rige por los discursos sino por actuaciones muy precisas en materia de derecho internacional, de despliegues militares, de medidas económicas. Lo que por ahora distingue netamente a Irán de Israel es que Irán no lleva a cabo declaraciones políticas que conlleven, o puedan conllevar, que jefes de Estado se conviertan en objetivo militares, en blanco de asesinatos. Cosa que, como es sabido, sí que ocurre en el caso de Israel.
Te estás refiriendo a la extraña muerte de Arafat.
Por ejemplo. Los medios de comunicación han dicho que el presidente iraní estaba a punto de atacar a Israel pero, en realidad, lo que hacía era declarar que no le gustaba nada el gobierno de Israel y que no reconocía su existencia, algo que, nos guste o no, compartamos o no, no es nada nuevo. Hay otras actuaciones mucho más ignominiosas.
¿A qué haces referencia ahora?
A mi me indigna, por ejemplo, que Israel ataque con helicópteros las casas de las gentes que viven en Palestina. Me indignan las represalias contra las familias y la demolición de las casas de los insurgentes, del tipo o violencia que sean, detenidos o abatidos. Me indignan las declaraciones de un miembro del parlamento israelí afirmando que se debería asesinar al militante pacifista Uri Avnery. Me indigna que se decida asesinar a dirigentes palestinos, como se ha hecho reiteradamente, o al jefe de Hamás, por nulas simpatías que yo pueda tener por esta organización política confesional.
En todos estos casos, en todos, se puede hablar de violencia oficial, de violencia de Estado, de terror de Estado, de terrorismo, como prefieras. Cuando se dice que se va a asesinar a un jefe de Estado, y se toma la decisión de hacerlo, se actúa en clara violación de todas las normas aceptadas de derecho internacional. Si, por el contrario, se sostiene que a uno le gustaría que Israel desapareciera de la superficie de la tierra -afirmación que a mí, personalmente, me parece una barbaridad y con la que estoy radicalmente en desacuerdo-, esto, en mi opinión, no es una declaración que tenga necesariamente un contenido práctico, operativo, por descabellada que nos parezca.
No hay nada, por ahora, que indique que Irán tenga intención de atacar a Israel y destruirla. Por otra parte, el poder persa no es tan inane como para ignorar el gran poder de disuasión del ejército israelita en todos sus componentes: misiles, fuerza aérea, arsenal nuclear, etc.
Epílogo: Juan Gelman, «Barajas mezcladas», Página 12:
Una investigación del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington subraya la posibilidad de que Israel lance un ataque preventivo contra las instalaciones nucleares iraníes empleando misiles balísticos Jericó, cuya alta precisión no los aleja del blanco más que unas decenas de metros (www.csis.org, 14-3-09). Esto le permitiría ahorrar aviones, gasolina y vidas de pilotos. El uso de esta clase de misiles es absolutamente nuclear y se acumulan señales ominosas al respecto.
El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, Gabi Ashkenazi, declaró durante su reciente visita a Washington que no está mal negociar con Teherán el cese de su programa nuclear, pero que el ejército debía preparase para un ataque militar a Irán (www.haaretz.com, 17-3-09). Fue escuchado por oídos benévolos, los de la secretaria de Estado Hillary Clinton y del embajador Dennis Ross, un duro pro-israelí a quien Obama designó enviado especial al Golfo Pérsico y encargado de la cuestión iraní. No se espera que viaje mucho para negociar: trabajará en Washington diseñando estrategias contra Irán. Los funcionarios actuales de la Oficina de planeación de políticas del Departamento de Estado no tienen muchos conocimientos sobre el Medio Oriente. Ross, sí.
El Comité estadounidense-israelí de asuntos públicos (Aipac por sus siglas en inglés) tiene un buen espacio en el gobierno Obama. Es «la organización más importante que influye en las relaciones entre EE.UU. e Israel», calificó el New York Times. Sus miembros son demócratas, republicanos, independientes, todos fervientes defensores de Israel, y han logrado la parte del león en puestos claves del gobierno norteamericano. «Es un hecho notorio que obtuvieron el 56% de esos cargos en los años de Clinton, casi la misma proporción con W. Bush, y se empieza a ver que tienen un peso similar en el gobierno Obama y en el Congreso» (www.payvand.com, 12-2-09). El Aipac acaba de ganar otra batalla.
El veterano diplomático Chales W. Freeman, propuesto como director del Consejo Nacional de Inteligencia -instancia que reúne a los 16 servicios de espionaje del país- tuvo que retirar su candidatura (The New York Times, 11-3-09): fue duramente criticado por conocidos neoconservadores como Joseph Lieberman en las sesiones del Senado que debían aprobarla. Se explica: Freeman nunca estuvo de acuerdo con sujetar la política norteamericana a los designios de Israel. En su declaración de renuncia al nombramiento, denunció al Aipac en estos términos: «Las tácticas del lobby israelí caen en las profundidades del deshonor y la indecencia e incluyen el asesinato de la idiosincrasia personal, la selección de citas equivocadas, la distorsión deliberada de los antecedentes, la fabricación de falsedades y un absoluto desdén por la verdad». No más, no menos.
PS1: EL BARADEI, ISAREL Y EL RÉGIMEN DE NO PROLIFERACIÓN NUCLEAR
El jefe nuclear de la ONU dice que una actitud de doble rasero ante las armas nucleares de Israel ha debilitado el régimen de no-proliferación nuclear. Mohamed El Baradei, jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés), dijo el lunes que las naciones árabes creen que Israel ha debilitado el Tratado de No-Proliferación (TNP) y que este hecho constituye un importante obstáculo para el desarme nuclear. «Lo que complica el problema es que el régimen de no-proliferación nuclear ha perdido su legitimidad ante los ojos de la opinión pública árabe debido al doble rasero percibido respecto a Israel, el único Estado en la región que se mantiene afuera del TNP y del que se sabe que posee armas nucleares,» escribió en The Herald Tribune.
Se considera generalmente que Israel posee el único arsenal nuclear en Oriente Próximo y se ha negado a firmar el TNP o colocar sus instalaciones nucleares bajo la supervisión de la ONU.
Las observaciones de El Baradei llegan en medio de especulaciones de que el nuevo gobierno de Barack Obama se propone entrar en negociaciones directas con Iraq sobre el programa nuclear de ese país.
El organismo de control nuclear de la ONU ha estado investigando el programa iraní, pero sus conclusiones son frecuentemente ignoradas por la comunidad internacional. «La ONU y las agencias relacionadas deben recibir la autoridad y el financiamiento adecuados y ser puestas en manos de dirigentes que tengan visión, coraje y credibilidad,» agregó el funcionario de la ONU.
El Baradei también culpó las políticas unilaterales de EE.UU. e Israel de alentar a otras naciones a desarrollar armas nucleares. «Ante todo, tenemos que detener la manifiesta violación de principios esenciales del derecho internacional como las limitaciones al uso unilateral de la fuerza, la proporcionalidad en la autodefensa y la protección de civiles durante hostilidades a fin de evitar una repetición de la carnicería civil en Iraq y, más recientemente, en Gaza.»