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1.900 millones de dólares en armas

El regalo de bienvenida de Obama al Gobierno racista de Israel

Fuentes: The Electronic Intifada

Traducido del inglés para Rebelión por Sara Plaza.

La Administración Obama acaba de aprobar la venta de armas a Israel por valor de 1.900 millones de dólares como «compensación» por el acuerdo sobre desarrollo nuclear entre EEUU e Irán, al que el régimen israelí se opone incondicionalmente.

Entre las decenas de miles de bombas incluidas en el paquete hay 3.000 misiles Hellfire, 12.000 bombas convencionales y 750 bombas antibúnker que pueden atravesar hasta veinte pies, seis metros, de hormigón armado.

El generoso regalo llega tras la ofensiva israelí contra la Franja de Gaza más atroz hasta el momento, durante la cual el Ejército israelí atacó deliberadamente a civiles, incluidos niños, como una cuestión de política.

La potencia de fuego que Israel desató contra Gaza fue tan extrema que dejó estupefactos a altos mandos militares estadounidenses que habían participado en la invasión ilegal y la criminal destrucción de Iraq.

Incluso el Pentágono y el Departamento de Estado se vieron obligados a reconocer que Israel no hizo lo suficiente para evitar la muerte de civiles. Pero esto no ha impedido que la Administración Obama corra a proveer a Israel de los medios necesarios para llevar a cabo nuevas atrocidades.

Armas antibúnker

Apodada sádicamente «Saddamizer«, la bomba antibúnker fue desarrollada originalmente por el Ejército estadounidense durante la primera guerra del Golfo para penetrar los centros de mando iraquíes enterrados a gran profundidad.

En los últimos años estos terribles explosivos han sido utilizados repetidamente contra los palestinos asediados y en gran parte indefensos atrapados en la Franja de Gaza.

Israel machacó Gaza con bombas antibúnker suministradas por EEUU durante la Operación Plomo Fundido en el invierno de 2008-2009, tres semanas de ataques en los que fueron asesinados 1.400 palestinos, entre ellos casi 400 niños.

En 2009, en un intento de impedir que Israel obstaculizase las negociaciones con Irán, Obama volvió a transferirle silenciosamente docenas de bombas antibúnker más.

Después de otro ataque de Israel a Gaza en 2012, la Administración Obama repuso nuevamente su arsenal con un paquete de armas por valor de 647 millones de dólares que incluía miles de bombas antibúnker.

Israel utilizó la munición antibúnker para demoler los edificios altos de Gaza y borrar familias enteras que se refugiaron en sus casas durante la Operación Borde Protector, el ataque israelí de 2014 que acabó matando a más de 2.200 palestinos, la mayoría de ellos civiles, entre ellos más de 500 niños.

Si el pasado sirve de alguna guía, el paquete de armas de Obama permitirá a Israel intensificar sus inefables atrocidades contra civiles en Gaza y posiblemente en el Líbano, de ser ciertas las amenazas de guerra contra Hezbolá.

Preguntado sobre si al Pentágono le preocupa que sus armas puedan ser usadas contra personas inocentes, Roger Cabiness II, uno de sus portavoces, respondió de forma vaga diciendo: «Como en el caso de cualquier actividad de cooperación en materia de seguridad, Estados Unidos evalúa caso por caso las solicitudes de sus socios, teniendo en cuenta las condiciones políticas, militares, económicas, de control de armas y de los derechos humanos a la hora de decidir sobre el suministro de equipo militar y la licencia comercial a cualquier país, de acuerdo con la Política de Transferencia de Armas Convencionales, la Ley de exportación de armas y los acuerdos internacionales pertinentes».

Recompensar el odio

Desde que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu aceptó la invitación de la oposición republicana para denunciar las maniobras diplomáticas de Obama en relación con Irán durante su intervención ante el Congreso, varios analistas han advertido de la creciente fisura en las relaciones entre EEUU e Israel, remarcando que la llamada relación especial ha alcanzado su nivel más bajo en la historia reciente.

Aparentemente, las relaciones se deterioraron todavía más después de los actos de campaña de Netanyahu el día de las elecciones, cuando, apelando en el último minuto a las peores tendencias de su electorado de derechas, convocó el espíritu de George Wallace advirtiendo: «Los votantes árabes están acudiendo en manada a las urnas. Las organizaciones de izquierdas los están trasladando en autobuses».

En una entrevista con el ex guardia de prisión israelí Jeffrey Goldberg, Obama equiparó de modo insultante la creación del Estado de colonos judíos en la histórica Palestina con el movimiento afroamericano por los derechos civiles, recalcando al mismo tiempo la importancia de «preservar» la mayoría judía de Israel. Y a continuación criticó la estrategia electoralista anti-árabe de Netanyahu al considerar que tendría «consecuencias en la política exterior» que perjudicarían a Israel.

Sin embargo, la preocupación manifestada por los expertos sobre las grietas que se han abierto en la relación especial EEUU-Israel es en gran medida infundada.

En realidad, el único castigo que ha impuesto Obama a Israel ha sido la tibia desaprobación del racismo manifiesto de Netanyahu, que pierde sentido toda vez que continua proporcionando apoyo material a los crímenes de Israel.

Mientras tanto, Netanyahu ha conformado el Gobierno más racista de la historia de Israel, con descarados partidarios del genocidio ocupando los más altos cargos.

El nuevo ministro de Educación israelí es Naftalí Bennett, líder del partido religioso ultranacionalista Habeyit Hayehudi (Hogar Judío), famoso por jactarse de su pasado: «Yo he matado a muchos árabes en mi vida y no hay problema en ello». En respuesta a la indignación internacional que provocó la masacre por parte de Israel de cuatro niños que jugaban al fútbol en una playa de Gaza el pasado verano, Bennett acusó a los combatientes de la resistencia palestina de «llevar a cabo un auto-genocidio masivo» para hacer quedar a Israel como el malo.

Por su parte, Ayelet Shaked, la nueva ministra de Justicia, es la diputada que el pasado mes de junio hizo un llamamiento al genocidio al declarar que «todo el pueblo palestino es el enemigo» y pedir la muerte de las madres palestinas para impedir que den a luz a «pequeñas serpientes».

La nueva ministra de Cultura y Deportes es Miri Regev, quien en 2012 alentó una violenta revuelta anti-africana cuando apareció ante una turba racista y calificó a los africanos no judíos en busca de asilo como un «cáncer», unas declaraciones con las que estuvo de acuerdo el 52% de la población judía israelí. Regev se disculpó después, no con los africanos sino con quienes padecen cáncer, por haberlos comparado con los negros.

Eli Ben-Dahan es el nuevo viceministro de Defensa, el mismo que proclamó orgullosamente que «[Los palestinos] son bestias, no son humanos», y «Un judío tiene siempre un alma mucho más elevada que un gentil, incluso si es homosexual».

Citando una combinación de textos religiosos y los escritos de figuras israelíes de extrema derecha, la nueva viceministra de Asuntos Exteriores, Tzipi Hotovely, reivindicó la propiedad judía de todo el territorio histórico de Palestina, declarando: «Esta tierra es nuestra. Toda nuestra. No estamos aquí para disculparnos por ello».

A principios de este mes, Moshe Yaalon, que continuará como ministro de Defensa israelí en el nuevo Gobierno de coalición de Netanyahu, amenazó con bombardear Irán con armas nucleares y prometió matar civiles, incluidos niños, en cualquier futuro conflicto con el Líbano o Gaza.

Al contrario de las amenazas huecas de Obama, la de Moshe Yaalon no es retórica vacía. El pasado verano vimos cómo se representaba esta provocación: desde el asesinato de Muhammad Abu Khudair, quemado vivo por extremistas judíos, y las turbas gritando «muerte a los árabes» a la caza de palestinos en las calles de Jerusalén, hasta el comportamiento sádico y el chovinismo exterminador exhibidos por el Ejército israelí en Gaza.

Con la sociedad judía israelí inmersa en el racismo anti-palestino a todos los niveles, la Administración Obama garantiza la capacidad de Israel de llevar a cabo sus ambiciones más destructivas.

 

Rania Khalek es periodista independiente y escribe sobre los marginados. Parte de su trabajo está recogido en su página web Dispatches from the Underclass y puede seguírsela en Twitter @RaniaKhalek.

Fuente: http://electronicintifada.net/blogs/rania-khalek/obama-gives-19-billion-weapons-welcome-gift-israels-racist-government?utm_source=EI+readers&utm_campaign=1f2cc0fc9d-RSS_EMAIL_CAMPAIGN&utm_medium=email&utm_term=0_e802a7602d-1f2cc0fc9d-290670097