Esta frase de Dov Weissglas, asesor del gobierno israelí de Olmert, actual Primer Ministro en funciones, por incapacidad de Sharon, implicado en la matanza de los refugiados palestinos de los campamentos Sabra y Chatila (Líbano), dibuja el resultado electoral previsto por los diferentes partidos y la mayoría de la población israelí. La dan por buena, […]
Esta frase de Dov Weissglas, asesor del gobierno israelí de Olmert, actual Primer Ministro en funciones, por incapacidad de Sharon, implicado en la matanza de los refugiados palestinos de los campamentos Sabra y Chatila (Líbano), dibuja el resultado electoral previsto por los diferentes partidos y la mayoría de la población israelí. La dan por buena, en sus diferentes versiones sionistas, ya sean Kadima, Partido Laborista (perteneciente a la Internacional Socialista), Likud, etc., Lo que se pone en discusión es la velocidad e intensidad del adelgazamiento físico de la población y de la superficie global de los cantones palestinos.
Mientras la Unión Europea y otros testigos de la colonización insisten en que el gobierno palestino reconozca a un Israel sin definir fronteras se olvida, interesadamente, que ya la Liga Árabe, bajo la autoridad pudiente saudí, en el año 2002 ya había propuesto una ‘normalización’ israelí global en el mundo árabe bajo la fórmula reiterada desde la conferencia de Madrid, de paz por territorios, que fué rechazada por Israel dado que dicha entidad pretende más cosas y que, con Arafat preso en la Mukata, seguía ampliando colonias en territorios palestinos y forjando el Muro del Apartheit.
Por lo tanto, la campaña electoral israelí, átona, descansaba en cuánto y cuándo se debe de adelgazar a los palestinos mientras, indiferente a la suerte del pueblo palestino y de sus millones de refugiados, los países europeos, Solana y los portavoces estadounidenses forzaban la sumisión palestina limitando aportaciones, trasladando donaciones a las agencias de las Naciones Unidas para que no fueran controladas por la nueva Autoridad Palestina o simplemente, reclamando la devolución de donaciones anteriores y sin rechistar frente a los nuevos asesinatos, destrozos de bienes -algunos de ellos financiados a su costa-, o el hurto israelí de impuestos pagados, propiedad palestina.
Ante el anuncio del presunto ganador relativo, Olmert, antiguo alcalde de una Jerusalén continuamente alterada urbanísticamente para forzar su judeización -bajo su mandato se expropió y expulsó a los palestinos de la Casa de Oriente-, otra afrenta sin castigo similar a la destrucción de la cárcel de Jerico y secuestro de sus inquilinos forzados, apoyado por los laboristas de Amir Péretz, de apropiarse de tierras al este de la frontera de 1967, la cohorte occidental no ha planteado, frente a las amenazas a los palestinos si votaban a opciones partidarias palestinas defensoras de la Resistencia (derecho reconocido internacionalmente), ninguna advertencia. Todo lo más, algún irrespetuoso con el derecho internacional, bufón del imperialismo, ha propuesto incluir a Israel como miembro de la OTAN y se han seguido las negociaciones de acuerdos en las esferas comerciales, militares, ciéntificas o deportivas con el régimen favorable al apartheid.
Los observadores internacionales, profusos en las elecciones palestinas, con escasa capacidad reivindicativa frente a las restricciones electorales impuestas por Israel para que los palestinos pudieran hacer campaña, desplazarse entre los diferentes check point que maltratan a la piel de pantera de los bantustanes palestinos, se pudiera hacer un censo y votar secretamente en Jerusalén, parte de la Palestina ocupada, no se han molestado en señalar la extraterritorialidad de los asentamientos sionistas en la Palestina ocupada y la desigual capacidad de servicios públicos en las aldeas árabes bajo soberania israelí, al oeste de las fronteras de 1967. Por último, considerarán normal, los votos por correo de aquel que aporte un pasaporte israelí, nacido en Brooklin y no se habrá detenido en saber qué hubiera dicho en las elecciones palestinas, cualquier preso o secuestrado palestino o los refugiados de esa nacionalidad y visado en Jordania, Iraq, Líbano,….
Con estos mimbres y otros que se pueden aportar, frente a la soberbia de esa mayoría partidaria sionista y la contemplación occidental, que diseñan el adelgazamiento palestino; su emigración económica; su exilio, cárcel o muerte si se resisten, cabe pensar en una nueva hornada de sufrimientos. No por culpa de este Gobierno palestino.
Pero, en todo caso, continuará la demonización de la víctima. Ante estas consideraciones, no cabe sólo la profusión de iniciativas capilares limitadas -siempre estimables-, si no que hay que atacar y pedir cuentas a los corruptos, cómplices y cínicos gobiernos occidentales.
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