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Egipto

El sanguinario dictador Al Sisi bendecido por la gracia papal

Fuentes: Rebelión

La santa alianza del Papa Francisco, el Patriarca de Alejandría Tawadros II y el Imam de Al Azhar Ahmed el- Tayyib apoya incondicionalmente al régimen egipcio. La lucha contra el yihadismo es prioritaria. Es algo inaudito que el santo padre, la cabeza visible de la iglesia, se haya atrevido visitar Egipto en un momento en […]

La santa alianza del Papa Francisco, el Patriarca de Alejandría Tawadros II y el Imam de Al Azhar Ahmed el- Tayyib apoya incondicionalmente al régimen egipcio. La lucha contra el yihadismo es prioritaria.

Es algo inaudito que el santo padre, la cabeza visible de la iglesia, se haya atrevido visitar Egipto en un momento en que el régimen militar reprime con saña a los opositores. Es poco menos que monstruoso bendecir de esta forma tan perversa al sanguinario dictador (democrático) Al Sisi.

En octubre del 2011 los cristianos coptos ortodoxos convocaron una manifestación frente a la RTV pública egipcia a raíz de la ola de ataques (demolición y quema) contra las iglesias cristianas. Las fuerzas del orden violentamente los reprimieron lanzándoles primero gases lacrimógenos para luego embestirlos con tanquetas que pasaron por encima de muchos de los manifestantes que marchaban pacíficamente con cruces, banderas egipcias y fotos del baba Chenouda III. Una diabólica acción que dejó 28 manifestantes asesinados (entre ellos 23 cristianos coptos). La policía militar y la baltaguiya no contenta persiguieron a garrotazos a aquellos que se resistían muchos de los cuales fueron arrojados por los puentes que dan al Nilo.

Como responsables de la masacre de Maspero se señala a la Junta Militar encabezada por el mariscal Tantawi y Al Sisi al mando de los servicios de seguridad. Los militares calificaron la protesta como una «insurrección terrorista» que pretendía desestabilizar el país.

La mayoría de las víctimas -según las autoridades egipcias fallecieron por «infarto», aunque sus familiares pudieron comprobar claramente como sus cuerpos tenían signos de haber sido aplastados por las tanquetas o tiroteados a sangre fría. Como suele suceder en estos casos ningún militar ha rendido indagatoria ante los estamentos judiciales por tan bárbara matanza.

En ese entonces el Vaticano emitió un tibio comunicado en el que expresó su pesar y tristeza por las muertes de sus bienamados hijos instando al gobierno militar a respetar y garantizar la seguridad de la minoría cristiana copta. El Papa Benedicto XVI conmovido por la noticia se retiró a rezar en la Capilla Sixtina para que el Dios misericordioso acoja en su seno las almas de los mártires. «Paz a los hombres de buena voluntad».

El día 28 de abril de 2017 el Papa Francisco llega al Cairo para realizar una visita oficial a Egipto. Un viaje especialmente dedicado a «fortalecer el diálogo interreligioso».-según el comunicado de prensa. El Vaticano hizo caso omiso a las voces de protesta de las ONG y los defensores de los derechos humanos que exigían suspender esta visita pues se interpretaría como un espaldarazo al sanguinario régimen militar.

Los jerarcas vaticanistas se justificaron diciendo que el sumo pontífice venía a Egipto a consolar la comunidad cristiana víctima de los atentados sufridos el 10 de abril (domingo de ramos) por parte del EI contra dos iglesias coptas en Alejandría y Tanta (que se saldaron con 44 muertos y numerosos heridos). «Esta es una visita de fraternidad y unidad cuyo fin es predicar la paz entre cristianos y musulmanes», recalcaron los voceros papales.

Como era de esperarse en la agenda estaba programada la audiencia privada con el Mariscal Al Sisi, dictador de Egipto, en el palacio presidencial de Heliópolis. Al Sisi se ha autoproclamado uno de los máximos luchadores contra el terrorismo islámico y por esto espera el reconocimiento de las potencias occidentales. El papa Francisco con su presencia premia su incansable misión de brindar mayor seguridad al mundo civilizado. El santo Padre diplomáticamente le exigió al Mariscal un mayor respeto con los derechos humanos. No por culpar a su excelencia de algo -la duda ofende-sino porque necesitaba realizar un gesto de firmeza para contentar a la opinión pública internacional. De esta manera tan cínica y perversa el Vaticano legitima al régimen tiránico y corrupto de Al Sisi.

Posteriormente el Papa Francisco se dirigió a la mezquita Al Azhar (la institución teológica sunita más importante del mundo islámico) para reunirse con el Imam Ahmed el- Tayyib. Ambos jerarcas hablaron sobre la paz y la reconciliación entre cristianos y musulmanes. La mezquita de Al Azhar es bien conocida por su defensa incondicional al régimen militar. Cuando en el 2011 el pueblo egipcio salió a las calles pidiendo la renuncia del dictador Mubarak el Imam de Al Azhar exigió a los revolucionarios «en el nombre de Allah» deponer la actitud hostil y abandonar la Plaza del Tahrir.

El reaccionario Imam el-Tayyib le ha otorgado carta blanca a Al Sisi para que combata con todos los medios a su alcance el terrorismo yihadista. Incluso utilizando métodos «poco recomendables» como torturas y asesinatos extrajudiciales. «Todo sea por mantener la paz en Egipto».

También el Papa Francisco sostuvo un encuentro con el patriarca Copto ortodoxo de Alejandría Tawadros II con el que habló sobre la estrategia para cimentar el diálogo interreligioso (el cristianismo y el islam) «Que reine la paz, la caridad, el amor y la fraternidad» «la sangre de los inocentes nos unen».

Los musulmanes más radicales (salafistas y wahabitas) desde siempre han tenido cierta aprehensión por los cristianos (que consideran kufares o herejes) puesto que históricamente se han aliado al poder establecido. (Buscando su protección al ser una facción minoritaria) Los cristianos coptos ortodoxos (11 millones y 300.000 católicos) son perseguidos y despreciados desde épocas inmemoriales. (Llevan marcado ese estigma de vivir de las basuras o de criar cerdos).

Los cristianos ortodoxos coptos es una comunidad muy retrograda y conservadora. Durante la revolución del Tahrir el baba Chenouda III juró apoyo incondicional al dictador Mubarak a pesar de la violenta represión desatada que dejó miles de muertos heridos, torturados, desaparecidos y encarcelados. Paradójicamente meses después los tanques aplastarían a sus propios fieles en la masacre de Maspero. Este acontecimiento tan siniestro y execrable no varió en nada su simpatía por la Junta Militar.

En todo caso si un día Juan Pablo II se atrevió a ir a Chile y darle de comulgar al dictador Pinochet ¿por qué el papa Francisco no puede hacerlo con Al Sisi? El papa Francisco y el Vaticano han cometido un craso error al ponerse al lado de los opresores y despreciar a las víctimas. Ni siquiera han tenido la más mínima compasión por uno de sus compatriotas el joven estudiante italiano Giulio Regeni quien fuera secuestrado, torturado y asesinado por miembros de los servicios secretos egipcios en el 2016 (bajo la acusación de espionaje).

El Papa Francisco ha ensuciado su imagen de papa bueno, el papa entregado a los pobres, a los que más sufren, a los afligidos, a los humillados; el Papa Francisco ha pisoteado el mensaje cristiano de amor por el prójimo al rendirle pleitesía al tirano Al Sisi. Y no solo rendirle pleitesía sino también bendecirlo en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo. Este es un acto infame y repudiable solo comparable a lo acontecido cuando Juan Pablo II colmó de bendiciones al dictador Pinochet.

El Papa Francisco no se ha atrevido a levantar su voz a favor de las víctimas de la represión y reclamarle enérgicamente al dictador Al Sisi por los miles de muertos que tiene sobre sus espaldas. Tan solo se limitaron a hablar de asuntos más triviales alejados del plano político. El Papa Francisco ha mantenido un prudente silencio para no incomodar a su excelencia el mariscal de campo Al Sisi, hoy presidente de Egipto. La familia de Giulio Regeni se ha declarado indignada por la actitud del Papa que irrespetó la memoria de su hijo estrechando la mano ensangrentada del dictador. Y no solamente por este caso tan mediático, sino por los miles de asesinados y desaparecidos anónimos que permanecen en el olvido. El Vaticano promueve la impunidad contradiciendo la doctrina cristiana de paz y justicia que predicaba Jesucristo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.